Este sábado, 5 de diciembre, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, visitará la parroquia de las Santas Perpetua y Felicidad (c/Santa Felicidad, 1) que el pasado 20 de noviembre cumplió los 50 años de su erección canónica. A las 19:00 horas, el prelado presidirá una solemne celebración de la Eucaristía, durante la cual un grupo de jóvenes recibirán el sacramento de la Confirmación. Concelebrarán el párroco, Manuel Herrero Fernández, dos de los vicarios parroquiales, Tomás Pérez Catalán y Jesús Pérez Recio. Después de la ceremonia, tendrá lugar un encuentro festivo con los fieles presentes.
Ubicada en el barrio de La Elipa, la parroquia ha estado atendida casi desde sus comienzos por agustinos recoletos. Sin embargo, a lo largo de este año en el que se cumplen las bodas de oro parroquiales, los religiosos devolverán el templo a la diócesis, por lo que éste pasará este a ser atendido por sacerdotes diocesanos.
Historia
La parroquia de las santas Perpetua y Felicidad fue erigida el 20 de enero de 1965 y entregada a la Provincia de San Nicolás de Tolentino nueve meses después. Las celebraciones se realizaban en un almacén de la planta baja de un bloque de viviendas. En mayo de 1970 se inauguró la iglesia, el centro de pastoral y la residencia.
El territorio parroquial tiene unos 7.500 habitantes. El barrio se constituyó como tal en los años de industrialización y expansión de la ciudad, con la construcción de casas de protección oficial en los años 60 y 70 del siglo XX. Ha sido siempre receptor de inmigrantes: procedentes del ámbito provincial y rural en sus comienzos, inmigración extranjera en la actualidad. La mayor parte de los habitantes sufre una economía de bajas rentas.
Los principales trabajos pastorales se centran en la celebración sacramental, la liturgia y la catequesis. Hay algunos grupos de referencia, como la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta, Acción Católica, Adoración Nocturna, equipo de Asistencia a Enfermos, Cáritas Parroquial, Jueves Eucarísticos, Grupo de crecimiento en la fe y la Asociación de María Auxiliadora, en cuya fiesta se produce uno de los principales momentos de la religiosidad popular en el barrio.
La parroquia es la encargada de los servicios litúrgicos todos los martes en la capilla del cercano cementerio municipal de La Almudena, el mayor de Madrid. Se recibe la comitiva, se lleva a cabo una celebración de la Palabra y se despide a los difuntos antes de ser enterrados.
En la actualidad, los retos pastorales están en el envejecimiento de la población tradicional del barrio y la llegada masiva de inmigrantes jóvenes de otras nacionalidades, culturas y creencias.