El domingo 13 de diciembre, a las 12:30 horas, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, presidirá una solemne celebración de la Eucaristía en la parroquia de San Pedro Advíncula con motivo de la inauguración de las obras realizadas en el templo. Concelebrará el párroco, Ricardo Ezpeleta, los sacerdotes de la parroquia y algunos sacerdotes del arciprestazgo y de la vicaría.
El viernes 11, a las 12:00 horas, tendrá lugar la presentación de las obras realizadas con la presencia del Consejero de Presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid, Ángel Garrido, y los arquitectos y técnicos que han dirigido los trabajos. En el acto estarán presentes algunos medios de comunicación y las empresas constructoras que han intervenido. Por parte de la Diócesis asistirán, además del párroco y de los sacerdotes de la parroquia, el Vicario episcopal de la zona, Juan Carlos Merino, el Delegado de Obras del arzobispado, José Manuel Sacristán, y el arquitecto, Antonio Abalos.
Obras
Las obras comenzaron el día 11 de enero de 2015, con el cierre del templo. Han durado casi un año.
En una primera fase se ha procedido a la revisión de estructuras de los muros, reparación de grietas en paredes y bóvedas, realización de rozas para ocultar los tubos y cables que estaban a la vista y pintura de todo el templo.
En una segunda fase, se ha levantado el suelo existente por estar muy deteriorado, con numerosas fracturas y losas levantadas, incluso con riesgo para las personas, se han puesto varias capas de hormigón con una cámara de ventilación, instalación de conductos de agua para calefacción radiante y por último nuevo solado de todo el templo.
Esta obras completan las realizadas hace unos quince años en la cubierta exterior y en la torre.
Los trabajos se han financiado conjuntamente por la Dirección General de Patrimonio y por el Arzobispado de Madrid.
Además la Dirección General de Patrimonio está recuperando el Camarín de la Virgen del Rosario, junto al altar mayor, con una primera fase de restauración de las pinturas de la cúpula y el descubrimiento del arco que comunica con el templo, que permanecía tapiado desde comienzos del siglo XX. Junto a este arco han aparecido restos de pinturas murales antiguas, del S. XVI. Queda una última fase de restauración de la pintura de las paredes.