El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, visitó este lunes, 3 de junio, la casa de acogida de Proyecto Esperanza Adoratrices con el objetivo de conocer de forma directa el trabajo de las adoratrices contra la trata y ver cómo realizan el apoyo y protección de las víctimas de trata de seres humanos.
Ana Almarza, directora del Proyecto Esperanza, quiso invitar al arzobispo en el marco del Grupo Santa Marta y así mantener una línea de trabajo en red y cooperación entre el Arzobispado de Madrid y organizaciones sociales de Iglesia. La cena, que se desarrolló en el jardín de la casa de consolidación, acogió a una veintena de mujeres supervivientes que tuvieron la oportunidad de trasladar al prelado sus vivencias, preocupaciones y lucha.
El arzobispo se mostró muy esperanzado e ilusionado con la visita. En sus palabras de agradecimiento, y tras escuchar a algunas de las supervivientes, compartió la parábola del grano de mostaza del Evangelio, afirmando que «hay un grano de mostaza sembrado en el Proyecto Esperanza. Sin este grano, la Iglesia de Madrid sería mucho más pobre. Porque las grandes riquezas y tesoros no se manifiestan en volumen. Ver cómo estas mujeres rehacen su existencia y van creciendo en todas las dimensiones de su vida es algo muy grande».
El Grupo Santa Marta es una iniciativa para la lucha contra la trata de personas, impulsada por el Papa Francisco, que involucra a cuerpos de seguridad de varios países, episcopados, organizaciones sociales y representantes de varias confesiones religiosas.
Testimonios de cotidianidad en la lucha #contralatrata: interculturalidad, género y derechos humanos
Una de las mujeres víctimas de trata compartió que «en Proyecto Esperanza te acompañan durante todo el proceso de forma muy personal. Logran sacar de cada una lo mejor que tenemos. Te respetan mucho. Una compañera ha vivido su Ramadán y la hemos respetado, acompañado, e incluso muchas veces esperado para cenar, porque ellas no pueden comer nada hasta que se pone el sol… Y el último día lo hemos celebrado, nos ha contado su vivencia. No importa que no entiendas el idioma, se da una comunicación más allá que nos entendemos».
Una de las hermanas adoratrices que forma parte de la comunidad añadió: «Damos gracias a Dios por los procesos que han realizado, las familias que han formado… La obra es de Dios, pero nosotras somos instrumentos en sus manos… Ellas nos enseñan siempre… A mí me evangeliza ver la fuerza de voluntad que tienen, ese talante, ver que no se rinden, que luchan… me estimula mucho… El carisma es una gracia de Dios que a mí me ayuda muchísimo a sentirme realizada como persona, como mujer, como consagrada. Desde esa riqueza, Dios ha sido el que me ha llamado… Yo quiero agradeceros que queríais compartir la vida con nosotras. A mí me ayudáis muchísimo… Muchas gracias por todo lo que me enseñáis».
Otra hermana añadió: «Yo soy la que está en casa más tiempo. Y la que ve las caras que traen cuando abro la puerta, las sonrisas pero también muchas caras serias, a veces el sufrimiento, y el esfuerzo de los voluntarios… Es un proyecto muy bonito…. Yo desarrollo mi compromiso con la Iglesia en Adoratrices… Es una forma de ver, integrarse y conocer el dolor. Yo apoyo el estudio de las mujeres, y enseño español. Venir al proyecto es un estímulo cada lunes. Ver cómo viven juntas mujeres de muy distintos lugares, con las situaciones que han padecido, y lograr una convivencia serena, alegre, es un milagro».
Proyecto Esperanza
Proyecto Esperanza es una entidad especializada que ha ofrecido apoyo integral a más de 900 mujeres víctimas de Trata, de 60 nacionalidades, en 18 años. El año pasado atendieron a 198 personas, de las que el 77% eran mujeres muy jóvenes, de entre 24 y 30 años.
El apoyo integral y especializado de la entidad es una propuesta empoderadora para la mujer. El modelo de acogida se basa en sus necesidades individuales y es esencial para la recuperación física, psicológica y social. El área de intervención directa es el eje fundamental del Proyecto, y gira por un lado en torno a la provisión de servicios residenciales (casas de acogida y cobertura de necesidades básicas), en condiciones de seguridad y dignidad para las mujeres que necesitan un alojamiento, y servicios de información y apoyo en el ámbito médico, psicológico, jurídico y sociolaboral, ofrecidos desde el Centro Día.
Proyecto Esperanza desarrolla su labor, con el sello de calidad EFQM desde 2012, a través de una red de recursos residenciales, casa de emergencia, casa de permanencia, dos pisos de Autonomía y una oficina de servicios, ubicados en la Comunidad de Madrid. El equipo lo conforman 19 profesionales que se coordinan de forma interdisciplinar adoptando una perspectiva de derechos humanos intercultural y de género. Nigeria es el país de procedencia que concentra un mayor número de mujeres, seguido de Rumanía, China, Paraguay y Camerún.
En este enlace se puede conocer la Memoria de Proyecto Esperanza.