Los carteles de Semana Santa se empezaron a popularizar en nuestro país a finales del siglo XIX, aunque no fue hasta la década de los 40 cuando esta costumbre adquirió un mayor auge, que perdura hasta nuestros días. El cartel es una forma de anunciar la Semana Santa en sí o la salida procesional de una hermandad. En Madrid, a lo largo de las últimas semanas se han ido presentado los carteles de las distintas cofradías, en actos que suponen uno de los acontecimientos más destacados previos a los días grandes para ellas. En líneas generales, los cartelistas buscan ofrecer su visión personal sin dejar de reflejar la ciudad y la gente a la que va dirigida; que la imagen y el texto sea fácilmente reconocible y, sobre todo, que emocione y conmueva.
Esto es lo que ha buscado Juan Andrés Amaya, cartelista de la Hermandad de Los Gitanos para su estación de penitencia del Miércoles Santo de este 2024 (en la imagen inferior, a la izquierda). Podría no haber sido fácil para él porque, reconoce, «soy evangélico y nosotros no acostumbramos a ponerle rostro a Jesús», pero en el fondo «no existe conflicto; he entendido que la imagen, el impacto que tiene la obra de arte en la religión, es importante». Históricamente, prosigue, la humanidad «se ha sentido identificado con una imagen del Señor».
Cuando a Juan Andrés le propusieron el cartel de Los Gitanos, lo primero que hizo fue pensar en conceptos más que en imágenes. En «elementos simbólicos», y el tiempo fue uno de ellos. Quiso reflejar el paso del tiempo y los vaivenes que ha impreso en la hermandad, algo que Amaya lo lleva a los que ha sufrido «mi pueblo, la comunidad gitana».
Para representar esto, jugó con las texturas del paso del Cristo de Los Gitanos, titular de la hermandad, que ocupa la mitad inferior del cartel. «El morado del Cristo lo partí por la mitad: la tela envejecida de la izquierda da paso al terciopelo morado de la derecha». A su vez, el suelo sobre el que pasa es rocoso, no tratado, y después asfalto, «más de hoy en día». Es el signo de que, a pesar de los cambios y del tiempo, «siempre está Él».
La silueta del Cristo que aparece en el margen superior derecho le costó más a Juan Andrés. Este joven de 28 años ha estudiado Bellas Artes en Sevilla, donde «hay Cristos y Vírgenes por todos lados». Por eso siempre se fijó en «la delicadeza de la Virgen, de los pies y las rodillas de Jesús…». Pero el autor no acababa de ver reflejado todo esto en un cartel diseñado en 3D, porque Juan Andrés es experto en nuevas tecnologías aplicadas al arte. «Decidí dibujar el rostro de Jesús a lápiz» después de haber hecho el primer boceto en 3D y retocarlo en Photoshop. «Me gustaba muchísimo más, además el lápiz también entraba muy bien en el juego del paso del tiempo». Así pues, la luces amarillas de la candelería y la cara de Jesús están rematadas a mano. «Al principio tienes una idea, pero al final te das cuenta de que el olor a óleo también impacta».
A pesar de que se lo planteó en un inicio, el cartelista no incluyó finalmente la imagen de la Virgen de las Angustias, titular mariana de Los Gitanos. «Compositivamente me venía bien el Cristo, y ya desde los primeros bocetos, su silueta oscura en el paso se me venía al centro; yo quería ver también a la Virgen frente a Él», pero la realidad se impuso con la semiesfera que acoge la cruz. «Ya lo he sacado a la calle», se dijo Juan Andrés, y con esto dio por terminado el trabajo. Para el artista, este ha sido su primer cartel de Semana Santa, «pero espero que no sea el último».
El primero, el de Las Tres Caídas
El cartel de Los Gitanos ha sido el tercero que se ha presentado al público en estas semanas previas a la Semana Santa. La primera hermandad en hacerlo fue Las Tres Caídas, el pasado 14 de enero, coincidiendo con la primera Misa de hermandad del año. La artista Amalia Sevilla destaca en primer término la imagen del titular, y como fondo el inicio del cortejo procesional, con la cruz de guía escoltada por los faroles. La autora, nazarena de la hermandad, ha incorporado también a tres nazareos, que portan el Libro de Reglas, y las medallas anudadas, que representan a la familia de la cartelista y la tradición entre generaciones. Remata el cartel el lema Fe y Esperanza, en alusión a la fe del cristiano que celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, y la Esperanza, advocación de la titular mariana que, aunque no sale a la calle, siempre está presente en Las Tres Caídas.
El Silencio presentó su cartel el 28 de enero, realizado por José Carlos Corpuz, que también pertenece a la hermandad. Su finalidad no fue crear una obra parta rezar y contemplar, sino una pintura «como llamada y reclamo», apostando por el simbolismo y «saliendo del convencionalismo cofrade que es habitual en el campo de la cartelería». Por eso quiso «refrescar el panorama cartelístico cofrade en una ciudad cosmopolita como Madrid, adaptándose a la modernidad dentro de los fines del cartel de Semana Santa».
En acrílico sobre lienzo, la pintura representa una gota de sangre en la que se aprecia el rostro de Nuestro Padre Jesús del Perdón, titular de la hermandad. Simboliza el «martirio padecido por el Señor», la sangre «derramada por el Redentor para redimir los pecados de la humanidad». El elemento se remata con un pico acusado que recuerda a los capirotes de los nazarenos, y todo ello sobre un fondo morado en alusión a carácter penitencial de la hermandad. Como curiosidad técnica, y solo visible a la luz ultravioleta, figuran las advocaciones de los tres titulares de la hermandad.
Medinaceli presentó también su cartel de Semana Santa días después, el 18 de febrero, coincidiendo con su concierto de marchas procesionales. La obra, en blanco y negro, ha sido realizada por el artista madrileño Víctor Luengo. Representa el perfil silueteado del Señor de Madrid con la imagen de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad dentro, la titular mariana de la archicofradía. Un cartel con mucha historia entre la Madre y el Hijo, al igual que la devoción del pueblo de Madrid a estas imágenes. El cartel se puede comprar en la secretaría de la archicofradía.
El fotógrafo Rodolfo Robledo firma el cartel del Gran Poder y la Macarena, una instantánea de la talla del Cristo. También una fotografía es la que ha utilizado la hermandad de Los Estudiantes para su cartel anunciador de la estación de penitencia de este 2024; en esta ocasión, concede el protagonismo al cuerpo de nazarenos.
La última semana de febrero se presentó el cartel de Jesús El Pobre, obra del que fuera andero del Señor durante muchos años Isidro Daniel Cárcamo Cárdenas. Se trata de un retrato realista del nazareno titular de la hermandad, basado en el grabado tradicional y realizado sobre papel de algodón con tinta china, acuarela y pan de oro. La imagen está plasmada de perfil para dar la sensación de movimiento y aparentar estar siempre caminando, imitando la sensación del Jueves Santo, cuando recorre las calles de Madrid en su estación de penitencia.
La Borriquita ha sido la última hermandad en presentar su cartel, el pasado domingo 3 de marzo. Realizado por los fotógrafos David Montes y Jorge Renedo, se trata de un cartel al más puro estilo pop en el que se aprecia la figura de Jesús , la que da nombre a la hermandad. De él se desprenden unos ratos que cubren todo el cartel, simbolizando el sol resplandeciente de cada Domingo de Ramos, día en que procesiona la hermandad, así como la luz que emana del Señor de forma perpetua. El Señor del Amor lleva alrededor de su cabeza un nimbo crucífero con las letras alfa y omega, que aluden a Jesucristo como principio y fin de todo lo creado.
De fondo aparece un skyline de Madrid en el que aparece las siluetas de las iglesias desde las que ha salido en procesión la hermandad: San José, San Sebastián, San Ildefonso y la catedral de la Almudena. Se reinterpreta así la historia de La Borriquita, apoyándose también en las siluetas de los capirotes de nazarenos, en su primera salida desde la catedral. Sobreimpresionada en el nombre de la hermandad se puede leer la palabra amor.