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El encuentro estuvo guiado por el iniciador de esta realidad eclesial que nació precisamente en Madrid en los años 60, el español Kiko Argüello.
Estas comunidades están formadas por unas 30-60 personas y desarrollan un nuevo modelo de evangelización.
En el encuentro fueron presentadas al arzobispo las 216 comunidades de Madrid, junto con las de Getafe, que acudieron acompañadas por su obispo, Mons. Joaquín María López de Andújar. También asistieron las de Alcalá de Henares y las provenientes de ciudades como Toledo, Segovia, Ávila, Salamanca, Burgos, Valladolid, Cuenca, Ciudad Real o Guadalajara.
El colofón lo puso la Orquesta y Coro del Camino, formada por 200 músicos, que interpretó “El Sufrimiento de los Inocentes”. Una obra que traslada al espectador hasta el momento en el que la Virgen observa como su Hijo es crucificado.
“La Iglesia que camina en Madrid ha hecho también una sinfonía”
Después de escuchar la música, Mons. Osoro pronunció una homilía en la que aseguró que esta realidad eclesial cuenta con su bendición y felicitó a todos los misioneros, llamados a anunciar el amor de Cristo.
“Esta obra maravillosa que hemos escuchado, que eleva nuestro espíritu, esta Sinfonía al sufrimiento de los inocentes me hace recordar algo que ha sucedido esta tarde aquí. Aquí la Iglesia que camina en Madrid ha hecho también una sinfonía. Una sinfonía en la que ciertamente existe una partitura que es Jesucristo, nuestro Señor, Cristo resucitado, Cristo que ha llegado a nuestra vida y nos ha dado a los hombres su propia vida y un corazón nuevo. Nos ha dado su misericordia, su compasión y su pasión por los hombres. Nos ha alabado, limpiado y renovado y nos devuelve la alegría a nuestra vida. Una alegría que nos enseña ese camino que es Él mismo y que tenemos que recorrer”, afirmó.
A continuación añadió: “Cristo nos ha dado una lámpara para que leamos bien una partitura que es Él mismo y su santísima Madre la Virgen María, sin la cual hoy el Camino Neocatecumenal no existiría”. María, dijo, “suscitó en la Iglesia en Madrid este camino que quiere hacer llegar un mensaje: que Cristo ha resucitado, vive entre los hombres, está vivo en medio de nosotros y es el único camino que tiene el ser humano”. Y es que, afirmó, los hombres “hemos sido elegidos miembros vivos de la Iglesia”.
Sobre la misión del Camino Neocatecumenal, destacó que “quiere hacer llegar un mensaje: que Cristo ha resucitado, que Cristo vive entre los hombres, que Cristo está vivo en medio de nosotros y que Cristo es el único camino que tiene el ser humano, el único que tiene esta humanidad”.
“Sigamos haciendo esta sinfonía que hoy se expresaba aquí tan bellamente, la sinfonía de la Iglesia que camina en Madrid. ¡Qué maravilla ver a unos hermanos que dejan su comunidad para marchar a otra a anunciar a Jesucristo!, que se hacen pobres, que dejan su sitio para marchar a otro, pero no para cualquier cosa, sino para anunciar a nuestro Señor Jesucristo”.
Osoro continuó hablando sobre la labor misionera del Camino y aseguró que se trata de “una Iglesia que no se mira a sí misma”.
“El Camino Neocatecumenal es bendecido por el Señor y por la Iglesia, como acabamos de ver estos días en las palabras que os dirigió el Santo Padre, el Papa Francisco. Hoy yo también os bendigo porque sí, porque sois profecía en pasar también de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera que es lo que en estos momentos, aquí, vosotros públicamente, habéis manifestado”.
El arzobispo de Madrid explicó que el mundo “tiene hambre de Dios” y necesita al que ha dado la vida por los hombres”. “No se puede hacer una historia del descarte y de la anulación del hombre, del robo, sino de lo más bello del ser humano que es ser imagen de Dios”. Aseguró también que “es un Dios de compasión y misericordia” pero para eso “todos tenemos que ser su rostro”.