- Titulo: Infomadrid/Sandra Madrid
El 31 de agosto de 2015 se cumplieron los 50 años de la creación de la parroquia Santa Gema (c/ Leizarán, 24) por el arzobispo Casimiro Morillo. La inauguración oficial se celebró el 1 de noviembre de 1965. Desde entonces el Santuario de Santa Gema pasó a denominarse Santuario-parroquia de Santa Gema.
Con el lema «50 años de vida parroquial. Celebrando y construyendo comunidad cristiana», durante este año se están celebrando diversos actos. El próximo viernes 6 de noviembre, a las 19:00 horas, el salón parroquial acogerá la reflexión «Parroquia, comunidad que celebra la fe: la dimensión celebrativa de la vida parroquial» que impartirá el Padre Lino Emilio, sacramentino y profesor de liturgia.
Además el viernes 13 de noviembre, a las 19:30 horas, se celebrará en el templo parroquial el encuentro musical-oracional Mi único amor, con textos musicalizados de Santa Gema, interpretados por el grupo pasionista «Getsemaní».
El párroco de Santa Gema, el Padre Jesús Aldea, ha afirmado que «la comunidad pasionista y el consejo parroquial no quieren que la fecha pase desapercibida y creemos que es una buena ocasión para agradecer, valorar lo realizado a lo largo de estos años y pensar lo que nos queda por hacer».
«Agradecer al Señor lo logrado durante estos 50 años, y que haya querido contar con nosotros, seglares, religiosos, como instrumentos corresponsables. Merece destacar la labor oculta y perseverante de religiosos, hermanos y sacerdotes, que a lo largo de estos años han trabajado en el templo y en la casa. Trabajaron por hacer realidad el ideal de convertir nuestro Santuario-parroquia en una comunidad evangelizadora».
Además, el padre Jesús ha recordado que «fueron muchas los seglares que a lo largo de estos años entregaron parte de su tiempo y de sus fuerzas físicas a labores de tienda de objetos, revista, animación musical, reliquia de Santa Gema, grupos de misioneros, etc.».
Y concluye señalando que «el Señor nos ha acompañado en nuestro caminar. Todos estamos llamados a recuperar la alegría de la fe. Hay que seguir regalando vida».