Madrid

Iñaki Gallego, capellán del Hospital Clínico San Carlos, ante la Jornada Mundial del Enfermo: «Todos necesitamos acompañamiento, acogida y consejos»

La Campaña del Enfermo 2025 se enmarca en un Año Jubilar y responde este año a la invitación del papa Francisco a ser peregrinos de esperanza, también junto a los enfermos. El padre Iñaki Gallego, capellán del Hospital Clínico San Carlos desde hace 17 años, recuerda que «el enfermo puede tener paciencia porque tiene la esperanza de que Dios le ama, de que siempre está a su lado y de que un día nos encontraremos con Él». Asimismo, recurda lo que un día, el cardenal arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela, le dijo: «Solo tiene paciencia el que tiene esperanza».

El padre Iñaki recuerda que cada día celebran la Eucaristía a las 8:00 y a las 18:30 horas, y que los domingos y festivos también hay misa a las 11:00 horas. Además, cuentan con un busca, un teléfono móvil a través del cual «nos van llegando las necesidades de los distintos servicios del hospital: llevar la Comunión a los enfermos, administrar la Unción, ofrecer mediaciones, acompañar en situaciones difíciles, etc.».

«Nuestra labor en el hospital es el acompañamiento espiritual y religioso a los enfermos, a sus familias, a los trabajadores y a los voluntarios», explica. En este sentido, destaca que «todos necesitamos acompañamiento, acogida y consejo».

Asimismo, el capellán destaca la labor de los voluntarios, a quienes considera «un tesoro en el que nos apoyamos». Recuerda que «los voluntarios intentan llevar el amor de Cristo a todos: a los camareros de la cafetería, a quienes arreglan los ascensores, a las personas que se encuentran en los pasillos y, especialmente, a los enfermos».

En este sentido, explica que «estar enfermo te acerca más al amor que Jesucristo nos ofrece a cada uno. Nos ayuda a comprender la inmensa entrega del Hijo de Dios al mundo, para que tengamos vida y vida en abundancia, incluso en medio de las pruebas más duras».

Manuel de la Encarnación, autor del cartel de Semana Santa de la Hermandad y Cofradía de “Los Gitanos”: «Ha sido una experiencia única e inolvidable»

La Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias, “Los Gitanos”, presentó este domingo 9 de febrero, en la parroquia Nuestra Señora del Carmen y San Luis Obispo, el cartel de Semana Santa 2025. La obra, realizada por Manuel de la Encarnación Jorge, natural de Valverde de Leganés (Badajoz), refleja la esencia y el sentimiento de la hermandad. Según el autor, su intención ha sido transmitir sus propias emociones para que quienes contemplen el cartel puedan experimentarlas también.

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En la obra ha representado a Nuestro Padre Jesús de la Salud y a María Santísima de las Angustias en color, con el propósito de destacar sus figuras y arropar a los nazarenos, pintados en blanco y negro. Para Manuel de la Encarnación, la creación de este cartel ha sido «una experiencia única e inolvidable». Aunque reconoce la dificultad de plasmar en un lienzo lo que significa un Miércoles Santo para la hermandad, asegura que su fe ha sido una fuente constante de inspiración y motivación en el proceso.

 

La Iglesia de Madrid presenta el Plan Pastoral con las Personas Mayores, que aúna esfuerzos para «poner a los mayores en el centro de las comunidades parroquiales»

  • Titulo: Infomadrid / B. Aragoneses
  • Firma: La diócesis presenta el Plan Pastoral con las Personas Mayores, que aúna esfuerzos para «poner a los mayores en el centro de las comunidades parroquiales»

Transversalidad y unidad. Son las dos palabras que utiliza Carlos Rivas, coordinador de la recientemente creada Comisión Diocesana de la Pastoral de las Personas Mayores, para explicar los ejes sobre los que pivotará el Plan Pastoral con las Personas Mayores de la archidiócesis de Madrid. Se trata de un camino cuyo objetivo es «poner a los mayores en el centro de las comunidades parroquiales» y acompañarlos en todas sus dimensiones.

Por eso, la comisión está integrada por la Pastoral de la Salud y del Mayor, la Delegación de Familia y Vida, Vida Ascendente, Cáritas Diocesana de Madrid y CONFER Madrid. «Se hacen muchas actividades con mayores —señala Rivas, también párroco de San Juan Bautista—, pero la idea es vivir esta pastoral de una manera más transversal». Y descenderla hasta las parroquias en aquellas vicarías que no tienen tan desarrolladas las Mesas del Mayor.

No esconde el coordinador la experiencia de la pandemia, que desvinculó a muchos mayores de sus parroquias, algo que se sigue notando a día de hoy. «Un termómetro son las colectas», reconoce. De ahí la importancia de «querer hacer cosas conjuntas y aunar esfuerzos», que es la novedad de la comisión, porque «pastoral con mayores siempre se ha hecho».

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Marco y objetivos comunes

La comisión y el plan serán presentados este jueves, 13 de febrero, en la parroquia Nuestra Señora del Buen Suceso, en un acto que estará presidido por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. Se trata, explica el coordinador, de darla a conocer e «iniciar el camino», siguiendo un marco pastoral que aprobó el Consejo Episcopal a finales del año pasado.

El plan tiene unos objetivos entre los que se encuentran la promoción de la pastoral de las personas mayores en las parroquias y los arciprestazgos, teniendo en cuenta las peculiaridades del mundo rural y la etapa vital en la que se encuentran; favorecer el protagonismo y la participación de los mayores; facilitar el diálogo intergeneracional; colaborar en la respuesta a necesidades económicas, sanitarias, sociales, de soledad no deseada y religiosas y espirituales, y acompañar integralmente a los mayores en las residencias.

En definitiva, se trata de no olvidar que «los mayores son la memoria vida de nuestra fe y nuestra historia».

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Programa del acto

El acto de presentación de la Comisión Diocesana de la Pastoral con las Personas Mayores y su plan pastoral se desarrollará en el salón de actos de la parroquia (entrada por Tutor, 32) con el siguiente horario:

  • 17:00 horas. Palabras de saludo y bienvenida del cardenal.
  • 17:20 horas. Charla sobre La parroquia, eje vertebrador de la Pastoral de las Personas Mayores, a cargo de José Ignacio Figueroa, consiliario nacional de Vida Ascendente.
  • 18:00 horas. Presentación del Plan Pastoral a cargo de Carlos Rivas, coordinador de la Comisión Diocesana de la Pastoral con las Personas Mayores.
  • 18:30 horas. Breve coloquio y despedida.

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El testimonio de Elba, de víctima a superviviente, ayuda a comprender la trata de personas desde dentro: «Son importantes las pequeñas victorias»

La trata de personas es una de las violaciones más graves de los derechos humanos, con múltiples formas que afectan a millones de personas en todo el mundo. Desde la explotación sexual hasta la laboral, pasando por el tráfico de órganos o la mendicidad forzada, estas realidades son complejas y a menudo invisibles. Detrás de estadísticas frías —más de 50.000 víctimas en España y millones en el mundo— hay historias de vida rotas por el engaño y la explotación de estas personas, que las despoja de su dignidad y sus derechos. Pero también historias de esperanza y transformación de quienes logran pasar a ser supervivientes.

El pasado 8 de febrero, memoria litúrgica de santa Josefina Bakhita, se celebró la XI Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, en esta ocasión con el lema “Embajadores de la esperanza: juntos contra la trata de personas”. Con este motivo, Madrid conmemorará esta Jornada con una Vigilia de oración, organizada por la Comisión diocesana Contra la Trata de Personas, que tendrá lugar este miércoles 12 de febrero, a partir de las 20:00 horas, en la parroquia Nuestra Señora de las Angustias (Rafael de Riego, 16). La celebración estará presidida por el obispo auxliar de Madrid, Vicente Martín.

Elba, de víctima a superviviente

El testimonio de Elba (nombre ficticio) que ha pasado de ser víctima a superviviente, ayuda a comprender la trata desde dentro. La joven, que nació en Esmeraldas (Ecuador) explica que no se sentía querida en su familia y a los 14 años «me enamoré de un chico». La madre de Elba no quería que saliese con él, pero «me trataba muy bien, estaba muy enamorado, me hacía regalos, etc». Un día el chico le propuso viajar a Quito. Elba no se lo dijo a nadie, tampoco a su madre, «porque sabía que no me lo permitiría». En este sentido explica que «la vida con él era más fácil», así que al final huyó a Quito, «un lugar donde nadie me conocía». Al llegar a la ciudad, su novio la trasladó a un piso en el que había más mujeres. «Me convenció para que mantuviese relaciones con él, aunque yo no quería, pero me dijo que era una egoísta que él había hecho todo por mí». Como Elba le quería accedió.

Pasaron los días y su novio le comentó que tenía un compromiso con un amigo y que tenía que mantener relaciones con él. «Me negué y me pegó», repitiéndome que accediese a sus deseos porque «era la única manera de demostrarle mi amor». Con el paso del tiempo ya no era un amigo sino que varios hombres me obligaban a hacer cosas que yo no quería… «Si no les complacía mi novio me pegaba».

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«Me sentía basura»

El sueño de una vida feliz acabó siendo una pesadilla, pero Elba aún le quería y confiaba en que lo que estaba viviendo, un día se acabaría. No fue así porque la situación empeoró. Un día otro hombre llegó a la casa y «me dijo que me había comprado y que se marchaban a Cuenca (Ecuador)». Al llegar a la ciudad la trasladó a un piso en el que vivían tres mujeres. El jefe era un hombre muy violento que «nos obligaba a prostituirnos y nos pegaba en cuanto no le obedecíamos». Allí Elba recibió más palizas. «Nadie me quería» y «me sentía basura».

En esta situación que estaba viviendo, la joven no sabía qué hacer y poco a poco empezó a comprender que su novio no la quería y que le había traicionado. «No podía llamar a nadie, tampoco a mi madre, ni salir del piso…».

«Mi calvario continuó durante un año y medio». Un día, un cliente al ver los moratones y las marcas que tenía en su cuerpo le preguntó quién se las había hecho eso. Elba se sinceró con él. «Parecía buena persona y yo ya no tenía nada que perder». Además, le preguntó si hacía ese trabajo porque quería y ella contestó que no. A los pocos días apareció la policía y ayudó a las mujeres a salir de allí.

«Ahora soy feliz»

A Elba la trasladaron a un centro en el que vivían mujeres que habían sufrido violencia. «Trabajábamos cuidando la tierra». La joven cuenta que «las cuidadoras nos atendían con cariño, nos enseñaban a cuidar las plantas y nos decían que un día llegaríamos a ser mujeres fuertes a pesar de las dificultades y las situaciones tan terribles que habíamos vivido años atrás». En este sentido Elba explica que, con cariño y atención, las cuidadoras las formaban para trabajar. «Las plantas, la tierra y las mujeres de la casa me enseñaron mucho», poco a poco fue «aumentando la confianza en mí misma y también a confiar en las personas que me rodeaban».

La joven soñaba en cómo sería su futuro. Empezó un pequeño negocio para cultivar verduras y frutas, se reconcilió con su madre… Elba cuenta que, aunque no confiaba en los hombres no podía olvidar que uno le había salvado la vida. Un día conoció a un hombre «sencillo y bueno» que, aunque «no me hacía regalos, ni promesas», «era feliz con él», explica Elba. «Nos casamos y tenemos dos niñas».

«Ahora soy feliz». Además, colabora con la organización que «me salvó y que me devolvió la confianza en mí mima». También «ayudo a las mujeres del barrio cuando siento que las están maltratando». En este sentido, Elba afirma que lo que ha vivido le ha servido para ayudar a otras mujeres que están pasando por la situación tan terrible que ella vivió hace unos años. «Para mí son importantes las pequeñas victorias».

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