Madrid

Imagen del grupo que vivió la experiencia misionera en Albania el año pasado

Cecilia Rey, de la Delegación episcopal de Misiones: «Contemplar la vocación misionera es genial»

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  • Fin Agenda: 24-07-2024

Del 1 al 27 de agosto, un grupo de 12 jóvenes, acompañados por el director del Consejo diocesano de Misiones, Manuel Cuervo, y su esposa, Cecilia Rey, se desplazarán a Tirana (Albania), para participar en una experiencia con las Misioneras de la Caridad. Unos días para dejar de lado la comodidad y asomarse a la realidad misionera de la Iglesia, compartiendo su vida con los misioneros.

Como explica Manuel Cuervo, «hemos hecho unos ejercicios espirituales, para que todas aquellas personas que van a realizar experiencias misioneras este verano las preparen rezando. Además, a comienzos de este mes de julio, los que nos vamos a Albania hemos tenido unas jornadas para prepararnos más intensamente. En ellas hemos visto cosas prácticas, desde qué hay que llevar en la maleta o a qué hora sale el avión; pero también hemos hablado de qué podemos hacer y qué no, o de cómo vivir la espiritualidad y aprovechar el tiempo en la misión. Todo ello, con un objetivo: acercarnos al Señor».

«Algunos de los miembros del grupo -comenta- han vivido ya diferentes experiencias misioneras. Por ejemplo, mi mujer, Cecilia, ha estado en Albania, en Cuba, en Perú dos años, en Etiopía, en Sierra Leona, en Marruecos… Es decir, cuenta con una larga experiencia de misión desde joven. Además, alguno de los jóvenes repite experiencia en Albania. Otros incluso han vivido la misión en otros países, como Etiopía o Paraguay. Y, para algunos, es su primera vez. Lo cierto es que vamos un grupo muy majo, y la pena es que no se podía ampliar con más gente».

Cecilia Rey Mujeres Casa Misioneras Albania

Contemplar la vocación de los misioneros

Por su parte, Cecilia Rey recuerda que «estas experiencias son el resultado de un empeño de poner nuestro trabajo y nuestro esfuerzo en llevar a jóvenes a que tengan una vivencia de misión. Es muy bueno que jóvenes que están estudiando en la universidad, y disponen de un verano más largo en cuanto a vacaciones, puedan dedicar unos días para contemplar la vida de los misioneros…».

«Contemplar la vocación misionera -asegura- es genial. La vocación misionera de dejar nuestra tierra y partir a donde todavía no ha llegado el mensaje del Evangelio. Algo que se puede vivir si estás en tierra de misión. Quién sabe si los jóvenes que dan su tiempo en verano para experimentar estas vivencias acaban sintiéndose llamados a esa vocación, a dejar nuestra tierra y a partir a la misión».

«Además -apunta- la vocación a la misión es un servicio. Y emplear el tiempo de vacación sirviendo es muy bueno: ayuda a forjar jóvenes más cristianos. Aunque sientas que allí no haces nada. Pero contemplas la vocación de los misioneros, cómo la viven. Solo el hecho de poder estar al lado de un enfermo, de orar con las hermanas… a veces son cosas muy sencillas, pero entregas ese tiempo», insiste.

Isabel Rey Mujer Calle Tirana

Saciar la sed de Cristo

Una de las jóvenes que partirán el jueves 1 de agosto hacia Albania es Isabel Rey. A sus 19 años, confiesa que «este es el segundo año que voy a Albania. Estos días de preparación nos han servido para convivir e ir formando el grupo. No hay que olvidar que vamos a estar juntos durante casi un mes. Y que vamos a trabajar en equipo. Vamos a atender a enfermos en sus casas, y a hacer lo que nos pidan las Misioneras. Y sabemos que nos tenemos que adaptar a lo que ellos viven».

Reconoce que «mi estancia anterior en Albania me ha ayudado mucho. Creo que realmente vamos a saciar la sed de Cristo. Así al menos lo vivo yo. Me gusta mucho la espiritualidad de la Madre Teresa. Y creo que la sed de Cristo es algo de lo que la Madre Teresa hablaba mucho. Además, considero que ir a Albania es lo mínimo que puedo hacer. También podemos quedarnos aquí, pero qué menos que ir una vez al año, y estar con esa gente con la que nadie puede estar».

Ignacio Menéndez, Nacho, también repite experiencia misionera en Albania. «Es difícil no repetir -afirma-, ya que de la experiencia del año pasado han salido tres vocaciones: una religiosa, que ingresó en Iesu Communio, y dos jóvenes, Pablo y Gloria, que se van a casar en octubre y luego partirán a Tanzania de misión, durante tres años. Con ejemplos así -incide- es difícil no repetir: fue un plan de verano muy, muy bueno, y saber que Jesús te ha llamado a estar una vez más con las Misioneras de la Caridad en Albania, y compartir con ellas esas cuatro semanas me parece increíble».

En este sentido, Isabel manifiesta que «estoy viviendo la vocación de mi hermana Gloria con mucha alegría. De hecho, en la Misa de envío, en la catedral, me emocioné muchísimo. Que se case el día del Pilar y luego se vayan de misiones, es impresionante. Es indudable que el Señor está actuando aquí: estoy segura de que ha sido Dios quien ha puesto esa llamada en ellos. Y yo me emocioné al ver que era el Señor el que estaba actuando ahí. Glori conoció a Pablo con 18 años, y desde ese momento ha ido creciendo en ellos, durante el noviazgo, y en la vocación a la misión. Ella, desde muy joven, sentía esa llamada. Y me parece muy bonito. Por eso deseo que mucha gente lo pueda vivir».

Nacho Pintura Cocina Misioneras Albania

La sonrisa de los niños

María Rey, de 24 años, también irá por segunda vez a Albania. Cuenta en su haber experiencias misioneras en Paraguay y Etiopía. «Cada vez que regreso de una experiencia misionera traigo la maleta llena de ropa sucia», sonríe. «Pero mi corazón viene cargado con muchos sentimientos. Por ejemplo, de Etiopía y Paraguay me traje la sonrisa de los niños. En Debre Marcos (Etiopía), los pequeños no tenían nada de nada, y recuerdo que me tenía que levantar a las 6 de la mañana, cosa que me costaba, y me decía a mí misma: ‘por qué me estoy levantando a estas horas’. Pero cuando salía, veía a los niños que estaban esperando en la puerta, con su sonrisa. Así que me quedo con eso», remarca.

En cuanto a Albania, señala, «es cierto que yo pasé más tiempo con las señoras que con los hombres, pero me impactó el hecho de que, a pesar de la experiencia que han vivido, con todas las cosas malas que les han pasado, no perdían la sonrisa ni la esperanza».

Nacho reconoce que «ayudamos a las Misioneras a llevar un campamento urbano, aunque ellas son capaces de llevar el grupo entero, y nosotros solo somos más manos; tienen la habilidad de ser capaces de hacerlo todo: en el campamento, en la casa … parece que son un ejército». «Recuerdo -añade Manuel Cuervo- que, en mi primer año con las Misioneras, en Etiopía, yo veía a la superiora de la casa, sister Ignacia, y le decía: si la acabo de ver en el hangar y ya está en la cocina, o en la capilla, o… Están en todos los lados, y tienen una capacidad de trabajo, de oración y de sacrificio impresionante», concluye.

Maria Rey Etiopia 23

Monseñor Vicente Martín visita la parroquia Padre Nuestro: «Vivamos el Evangelio para que nos dé vida y podamos, junto a Jesús, ser el fruto que se espera de nosotros»

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  • Fin Agenda: 24-07-2024

Los vecinos del madrileño barrio de la Alameda de Osuna querían conocer al nuevo obispo auxiliar de Madrid, monseñor Vicente Martín. El párroco de Padre Nuestro, Francisco Santos había anunciado, en las misas del fin de semana, que el martes 23 de julio, el prelado visitaría la parroquia y luego presidiría la misa de las 20:00 horas, y por último, compartiría con ellos una merienda en los salones parroquiales. Acompañado por el párroco, por el adcristo a Padre Nuestro, Javier Blázquez, por el sacerdote Andrés González, por el recién nombrado diácono permanente José Luis, así como del Padre Felipe Redondo, «una institución en la Alameda de Osuna», Monseñor Vicente comenzaba la celebración dando las gracias a la comunidad «por intentar vivir en comunión y por ofrecer el amor de Dios al barrio». En este día en el que la Iglesia celebra a santa Brígida, patrona de Europa, «nos ponemos bajo su intercesión»

Durante la homilía, el prelado ha recordado que «Jesús en el Evangelio ha compartido una imagen muy sencilla, pero con mucha fuerza, con mucho significado, «Jesús es la vid y nosotros, sus discípulos, somos los sarmientos que vivimos de la sabia que nos llega de Jesús, y el Padre Dios es el viñador que cuida personalmente de la vid», es decir, «que cuida de nosotros para que demos frutos abundantes». Con esa imagen tan sugerente, «Jesús nos dice que sin Él no podemos hacerlo, separados de Jesús, sus discípulos no podemos realizarlo», por lo que «es necesario permaneced unidos a Él para que corra por nosotros su savia, que proviene de Jesús y que nos aporta luz, alegría, creatividad y algo que es muy necesario hoy en día, el coraje para vivir y afrontar la vida y la dificultad».

En este sentido, el obispo auxiliar ha afirmado que nuestra primera tarea como seguidores de Jesús, como creyentes y discípulos, «es permaneced en la vida, los jóvenes dirían vivir conectados». Esa fue la invitación que le hizo el Señor a sus discípulos, mantenerse firmes en lo que habían aprendido y vivido junto a Él. También Jesús hoy nos invita a cada uno de nosotros a que esta Palabra que hemos escuchado, «permanezca en nuestras vidas y en nuestro corazón. Nos invita a que vivamos el Evangelio, que es la auténtica sabia para que nos dé vida y podamos junto a Él, ser el fruto que se espera de nosotros, esos frutos que necesita nuestra Iglesia, nuestras familias, nuestros barrios y nuestra sociedad. Dad frutos y frutos abundantes».

Visita Parroquia Padre Nuestro Monsenor Vicente

«Para dar frutos es necesario podar»

Asimismo, monseñor Vicente Martín preguntaba «cómo podemos permanecer unidos a Jesús, cuando a veces el ambiente externo lo dificulta o nuestras propias incoherencias nos aleja del Señor». Para responder a esta pregunta ha recurrido al apóstol Juan «que nos dio una clave que también fue significativa para mí, quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en mí, y añade qué mandamientos, creer en el nombre de Jesús, estar unidos a Él como los sarmientos a la vid, amándonos y cuidándonos». Además, ha subrayado que «es un amor que se hace concreto, real afectivo y efectivo».

«Para dar frutos es necesario podar, es decir, cortar aquello que obstaculiza», por ello, «qué tendríamos que podar en estos momentos para vencer unidos al Señor y para dar los frutos que Él espera y desea de nosotros y los demás necesitan». En este sentido, «como nos cuesta mucho, como aún necesitamos conversión y que el Señor esté siempre cerca de nosotros y alimentarnos, vamos a pedírselo de este modo por intercesión de santa Brígida».

Antes de finalizar la celebración, Francisco Santos ha dado las gracias a monseñor Vicente Martín por visitar la parroquia, al que ya han adoptaban como «miembro de la Alameda de Osuna». También ha explicado que en esta nueva etapa que ahora comienza en la parroquia, «vamos a tener que trabajar mucho en Cáritas porque nos hermanamos con la parroquia de Santa Cecilia. D. Vicente tiene mucha experiencia, ya que ha sido delegado episcopal de Cáritas Española y director del Secretariado de la Subcomisión de Acción Caritativa y Social, por ello espero que nos ayude y nos guíe en esta nueva etapa».

Parroquia Padre Nuestro

Fernando Sanz Royo, párroco de La Hiruela: «Lo más bonito de este Campo de Voluntariado es el empeño por crear puentes»

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  • Fin Agenda: 22-07-2024

Desde este sábado, 20 de julio, el municipio madrileño de La Hiruela acoge a los jóvenes participantes en el Campo de Voluntariado de Cáritas Diocesana de Madrid. Como explica Fernando Sanz Royo, viator, párroco de la localidad, «esta iniciativa es un nexo. Eso es lo más importante: que la Iglesia, a través de Cáritas Diocesana de Madrid o los viatores -sacerdotes, laicos y religiosos-, y las autoridades civiles, los ayuntamientos, se hayan puesto de acuerdo para colaborar en un proyecto. Además, también hay que destacar el hecho de que los pueblos participen».

Y es que este proyecto «implica no solo a los vecinos de La Hiruela, sino que incluye también a los de Puebla y Montejo de la Sierra. De hecho, un total de 13 niños y niñas de 7 a 12 años que residen en estos pueblos vienen todos los días a La Hiruela para disfrutar de un campamento urbano, que es una de las actividades en las que están colaborando estos jóvenes universitarios a través del Campo de Voluntariado. Una monitora y un coordinador de tiempo libre, ambos jóvenes de Cáritas Diocesana de Madrid, los acompañan en las diferentes dinámicas que se organizan para los pequeños durante la mañana».

Nueva Comida Voluntarios

Así, apunta, «los menores llegan a las 10 de la mañana, todos los días. Duermen en sus casas, y se trasladan en lo que se conoce como taxis municipales. No hay que olvidar que estos son los pueblos más alejados de Madrid, en plena montaña, y los autobuses normales no suelen subir hasta aquí. Así que, gracias a la colaboración de los ayuntamientos, estos taxis, que en realidad son furgones adaptados, se encargan de recoger cada día a los pequeños y los traen».

Una vez en La Hiruela, prosigue, «y hasta las 2 de la tarde, niños y niñas disfrutan de un montón de propuestas diferentes, divertidas y formativas. Además, hay dos jornadas completas: una será este martes, 23 de julio, en la que está previsto hacer una excursión para pasar todo el día en las piscinas del Canal de Buitrago; y la otra será el sábado 27, en la que tendremos un día de familias muy bonito. Comenzará a las 11:30 de la mañana con la llegada de monseñor Vicente Martín, obispo auxiliar de Madrid, que pasará el día con nosotros. A esa hora será recibido con un acto protocolario de saludo y bienvenida en el ayuntamiento; a las 12:00, en la iglesia, un festival infantil como clausura del campamento urbano; por la tarde, a las 17:00 horas, presidirá una Misa, en la que concelebrará el vicario de la I, Juan Pedro Gutiérrez, junto con los viatores. También habrá una comida, que aquí dicen ‘de traje’, porque cada uno ‘traje una cosa’», sonríe. «Y un encuentro con representantes de Cáritas, viatores, y los coordinadores del campamento y del Campo de Voluntariado. Además, el obispo se reunirá con los jóvenes que han participado en el Campo de Voluntariado. Y, para terminar el día, los vecinos han organizado un baile popular de jotas, 'Repiques serranos', en la plaza del pueblo. Todo ello, como clausura del campamento urbano y del Campo de Voluntariado».

Julia Voluntarios Hiruela Jul24

Radio Viator La Hiruela

Reconoce que los universitarios que participan este año en el Campo de Voluntariado «colaboran en todo, pero rotativamente. Se van turnando, para poder realizar otros servicios. Por ejemplo, cada día 2 o 3 jóvenes apoyan a la monitora en el campamento con los pequeños. Y al mismo tiempo otros se dedican a otras de las acciones programadas».

Este es el caso del «taller didáctico de radio. Es una emisora libre instalada en el coro de la iglesia, que se llama Radio Viator La Hiruela, y que emite durante esta semana, las 24 horas, en el 107.9 FM. Por la mañana, jóvenes voluntarios tienen una ocupación teórica, que consiste en la preparación de un programa, eligiendo las canciones; y, por la tarde, la emisión en directo. El resto del tiempo, solo se escucha música».

Los ancianos son otra de las prioridades de los voluntarios durante esta semana. «En esta ocasión -señala- solo para las personas mayores que viven en La Hiruela, ya que no podemos trasladar a los de los otros pueblos. Todos los días, un responsable y dos jóvenes realizan tareas, durante la mañana y la tarde, con los ancianos y ancianas del pueblo. Les han visitado en sus casas y, además de eso, les reúnen en una terraza, al aire libre, con actividades lúdicas. Por ejemplo, han leído un libro escrito por Laura, una enfermera jubilada que vive aquí y se ha convertido en la sacristana de la parroquia».

Jovenes Taller Radio Hiruela

Casa del cura

«Además -añade-, los jóvenes tienen un trabajo físico, ya que se dedican a ayudar a los dos obreros que están reparando la ‘casa del cura’. Era un edificio perteneciente a la parroquia en el que antes vivía el párroco, y que en la actualidad era un trastero. Ahora, lo queremos convertir en un refugio para las personas que realizan el Camino del Anillo, sobre todo para que descansen. Lo primero que han hecho, durante este fin de semana, ha sido limpiarlo. Estamos esperando que el camión del punto limpio de Buitrago se lleve todo lo que han sacado. Y, ahora, se turnan para ayudar a los dos obreros que están alicatando el cuarto de baño. Es todo muy sencillo -confiesa-, porque no tenemos dinero. No pretendemos que sea un albergue, porque no tiene esa categoría; pero queremos que esté decente, y convertirlo en un espacio donde la gente se pueda duchar, descansar un poco y comer. Y, si es necesario, dormir, ya que habrá cama para dos o tres personas».

Y, por último, aunque no menos importante, la colaboración en la elaboración de la comida. «Tenemos a dos religiosos de San Viator, voluntarios, que se encargan de la cocina. Cada día cocinan para 20 personas, más o menos. Y cuentan con la ayuda de los estudiantes voluntarios».

«En total -comenta-, de los viatores estamos dos religiosos, un laico consagrado, un sacerdote y un voluntario. Y todos colaboramos por amor a Dios. Es precioso, en esa línea de tender puentes entre las organizaciones civiles y las eclesiásticas, y también entre los pueblos».

Alicatado Suelo24

Crear puentes

Fernando Sanz no se cansa de repetir que «lo más importante de todo esto que estamos viviendo es el empeño por crear puentes, por unir. Es lo más bonito. Y más aún si tienes en cuenta que los voluntarios son jóvenes de toda Europa: hay chicos de Madrid, de Bilbao, de Barcelona, pero también de Italia o de Portugal. Incluso de diferentes confesiones, porque hay una persona de religión musulmana que está perfectamente integrada». Sin embargo, una de las cosas que más le han impactado «ha sido la experiencia que hemos vivido con uno de estos estudiantes, que había abandonado la fe, y se ha acercado de nuevo a la Iglesia. Incluso me ayuda como monaguillo. Es precioso», remarca.

El párroco de La Hiruela está muy agradecido a todos los que han hecho posible que esta experiencia sea una realidad. «Incluso el sábado vendrá un obispo a celebrar con nosotros el final del Campo de Voluntariado. Eso también es un gesto. Uno más. Porque todos son gestos. El Evangelio empieza por gestos que luego se convierten en realidades. Y aquí lo estamos viendo: cómo diferentes instituciones se ponen de acuerdo para hacer algo juntos», insiste. Por eso, se muestra esperanzado con respecto al futuro. «Cáritas Diocesana de Madrid quiere repetir esta experiencia -confirma-, aunque vamos a esperar a que todo termine para hacer una valoración», concluye.

Eucaristia HIruela Jul24

José Antonio Rivera, religioso sacramentino: «San Pedro Julián Eymard supo percibir la gracia extraordinaria de cuanto significa el misterio de la Eucaristía»

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  • Fin Agenda: 23-07-2024

El viernes 2 de agosto, la Iglesia conmemora la festividad litúrgica de san Pedro Julián Eymard, fundador de la Congregación del Santísimo Sacramento. El padre José Antonio Rivera Ruiz, religioso sacramentino, párroco de Santísimo Sacramento y consultor general de su Congregación, nos habla de este santo conocido como el “Apóstol de la Eucaristía”.

«Si tuviésemos que definir en pocas palabras a Pedro Julián Eymard -explica- podríamos decir de él que fue una persona profundamente inquieta, como dijo de sí mismo; una persona “siempre en camino, como Jacob”. La inquietud reside en esa “búsqueda de sentido pleno a su vida que lo encontró en la Eucaristía”. Un hombre de su época marcado por las circunstancias de su ambiente social, económico, cultural y religioso, situaciones a las que en cierto modo supo sobreponerse para llegar a fundar dos congregaciones de vida consagrada: los sacramentinos y las siervas de la Eucaristía, así como proyectar la Agregación del Santísimo Sacramento (laicos agregados) e inspirar la fundación del Instituto secular de Derecho Pontificio 'Servitium Christi', formado por mujeres, por el noveno superior general, el padre Godfried Spiekman, en 1952. Estas cuatro realidades son conocidas entre nosotros como “la Familia Eymardiana”».

«Nuestro protagonista -prosigue- fue un hombre que buscó con ahínco dar respuesta a sus inquietudes más profundas, así como a las de su entorno. Nació en el siglo XIX, el 4 de febrero de 1811, contemporáneo de santos como Juan María Vianney, el santo cura de Ars, con quien tuvo relación. Se crió en un ambiente de montaña, de los que curten el carácter, en La Mure (Francia), un pueblo en el altiplano de la Matheysine, cerca de Grenoble. Fue el décimo hijo de Julián Eymard, viudo y vuelto a casar». «En ese dar respuestas a sus inquietudes -apunta- pasó por diferentes etapas, primero con los oblatos, posteriormente por el seminario de Grenoble. Fue ordenado sacerdote diocesano en 1831, ejerciendo durante algunos años como coadjutor y más tarde párroco en un pueblo cercano al suyo. Siguiendo sus inquietudes ingresa en el Instituto marista, donde llega a tener cargos de gran responsabilidad. Allí permaneció hasta que el 13 de mayo de 1856, con el consentimiento del arzobispo de París, monseñor Sibourg, fundó la Congregación del Santísimo Sacramento».

Vidriera Apostol Eucaristia

Del morir por Cristo al vivir por Él

Confiesa que el fundador «llega a esta etapa de su vida después de haber discernido durante las numerosas pruebas, una de las últimas, la llamada del Espíritu a fundar una nueva congregación, y el necesario discernimiento con los responsables maristas. Conocido es el diálogo en abril de ese mismo año en el que le responde al padre Favre, superior general de los maristas: “no tengo milagros, ni visiones, ni nada de exteriormente extraordinario. Dios me atrae con fuerza a esta obra”. Resumiendo, se trata de un proceso espiritual marcado por esas luchas interiores, no sin sufrimientos y conflictos, que se prolongaron hasta sus últimos días. Murió en su pueblo natal el 1 de agosto de 1868».

Para José Antonio Rivera, se trata de «un camino espiritual en el que su gran intuición fue pasar del “morir por ti” (morir por Jesús), fruto de esa educación vivida durante su niñez y adolescencia, marcada por la rígida espiritualidad Jansenista en la que primaba el sacrificio, la mortificación, al “vivir por ti”, algo que descubrió en la Eucaristía: amor donado, entregado a la humanidad para que tenga vida». Y es que, asegura, «no es lo mismo vivir bajo el peso de la obligación, el deber, el cumplimiento a la norma, que dejarse invadir, transformar y liberar por el amor que Dios nos da y que la Eucaristía es la expresión total de ese amor exagerado, para que tengamos vida».

Custodia Exposicion Santisimo

Apóstol de Eucaristía

Rivera reconoce que «a nuestro fundador se le conoce por ser el Apóstol de la Eucaristía. Este título le fue otorgado en 1995, con motivo de su inscripción en el calendario de la Iglesia universal, en tiempos del entonces papa, hoy santo, Juan Pablo II. Antes ya había sido nombrado con otros títulos. De él dijo el papa Pio XII, el 28 de abril de 1939, que era: porta estandarte, heraldo y campeón, más que ningún otro de Cristo presente en los sagrados tabernáculos. Y san Juan XXIII, que lo canonizó al final de la primera sesión del Concilio Vaticano II, el 9 de diciembre de 1962, dijo que “Pedro Julián se sitúa hoy entre esos astros resplandecientes que son la gloria y el honor incomparable del País que los vio nacer, pero cuya bienhechora influencia se manifiesta mucho más lejos: en la Iglesia entera”».

Por eso, señala, «su figura sigue siendo de plena actualidad. Hoy día se habla de resilencia, sentido de la vida, atención plena, respuesta a las necesidades sociales, acompañamiento, escucha proactiva. Todo esto lo vivió a partir de su gran descubrimiento, “la vivencia de la Eucaristía en su totalidad”, en la celebración, la contemplación y la acción». En este sentido, dice, «se podrían contar infinidad de hechos de su vida que lo reflejan. Un hombre que no escribió casi nada para ser publicado, a excepción de unos pocos artículos, pero del que, sin embargo, conservamos 17 volúmenes de escritos suyos distribuidos entre retiros, predicaciones y cartas a personas con las que se relacionaba, especialmente a mujeres a quienes dirigía espiritualmente».

«Además de la dimensión existencial -indica-, hay otras muchas dimensiones de las que podríamos hablar de un hombre que se adelanta a su época. Que descubre en la Eucaristía, como refiere nuestra Regla de Vida en el número dos al hablar del fundador: “Interpelado por la ignorancia e indiferencia religiosas, san Pedro Julián Eymard buscó la respuesta a las necesidades de su tiempo. La encontró en el amor de Dios, manifestado de forma especial en el don de Cristo en su Eucaristía”. Un hombre de Dios que supo percibir la gracia extraordinaria de cuanto significa el misterio de la Eucaristía: esta es su gran intuición. Ver la Eucaristía como la fuente de todo su ser y hacer. En esto fue precursor de cuanto el Concilio Vaticano II puso en evidencia posteriormente: “la centralidad de la Eucaristía en la vida de la Iglesia y de la sociedad”».

«Otro ejemplo de acompañamiento -continúa Rivera- es el conocido entre los religiosos de la Congregación pero poco entre las personas de fuera. Me refiero al realizado con el famoso escultor francés Auguste Rodin, de finales del siglo XIX y principios del XX, que llegó a ser novicio sacramentino, por poco tiempo, pero a quien el propio Pedro Julián le orientó para que dejase la vida de especial consagración y desarrollara su vocación de artista, llegando incluso a facilitarle un pequeño taller. Como gesto de agradecimiento le hizo un busto que tenemos reproducido en bronce en casi todas nuestras casas, ya que el original se encuentra en el museo del artista, en París».

Detalle Busto Rodin

Eucaristía, dinamismo transformador

José Antonio Rivera cita otro ejemplo revelador de su fundador. «Teniendo en cuenta el contexto socio religioso de aquel entonces en el que, poco menos que se aconsejaba a los fieles no comulgar, tal y como le indicaba un sacerdote a una dirigida, sin embargo, Pedro Julián le insiste: “Parta de este principio: más pobre soy, más necesidad tengo de Dios. Usted comulgue con el deseo de amar siempre más, no deje de comulgar”. Precisamente la oración postcomunión de esta XV semana del tiempo ordinario, expresa bien esta intuición: “Después de recibir estos dones, te pedimos, Señor, que aumente el fruto de nuestra salvación con la participación frecuente en este sacramento”».

«Sea como fuere -insiste-, ve en la celebración de la Eucaristía el dinamismo transformador. No ve la Eucaristía como algo estático, sino que a partir de la celebración misma y los valores que ella se viven y celebran, servirá para la vida misma. La celebración que lleva a la contemplación es, para nosotros los sacramentinos, la oración prolongada ante el Santísimo Sacramento, la adoración, el todo que lleva a la vida, a la misión».

«Ciertamente -remarca Rivera-. La Eucaristía es siempre actual. Y Pedro Julián, en cuanto “apóstol de la Eucaristía”, sigue siendo un referente para el mundo de hoy a todos los niveles, no solamente por su camino interior o existencial, como una propuesta de vida que puede ayudar a las personas marcadas por la rigidez, y la obligación, a vivir la vida desde la Vida misma que es Dios, presente en la Eucaristía. Célebre es su “gran retiro de Roma”, ciudad a la que se desplaza en 1865 para gestionar directamente en la Santa Sede la adquisición del Cenáculo de Jerusalén. Dado que la respuesta se alargaba en el tiempo, decidió comenzar el retiro de casi dos meses, tras un trabajoso camino, en el que con valentía y trasparencia puso su vida ante Dios y descubrió lo esencial de su búsqueda: “el Cenáculo interior”. No logró conseguir para la Congregación el Cenáculo de Jerusalén, desde tiempos lejanos en manos de los Franciscanos, pero su gran descubrimiento fue percibir la respuesta que Dios mismo le había dado. “¡No eres tú, quien habitará en el Cenáculo donde nació el gran misterio del amor, sino soy yo mismo quien tomará posesión de ti como un Cenáculo vivo!”. “Es Cristo quién vive en mí”, escribiría el jueves 23 de marzo de 1865. En el último capítulo general, en el que participé, y que se celebró en Vietnam en noviembre de 2023, se definió el Cenáculo “como lugar al que se vuelve para impulsar la misión”».

Capitulo General Sacramentinos 23

Celebrar, vivir y adorar la presencia de Cristo

«Nuestro carisma -afirma José Antonio Rivera- es la Eucaristía: celebrar, vivir y adorar la presencia de Cristo, como se dice en el lenguaje de hoy, tomar parte en esta "brutal manifestación del amor de Dios" que es el sacramento de la Eucaristía. Como refiere nuestra Regla de Vida: “vivir plenamente el Misterio de la Eucaristía y revelar su significado, para que llegue el Reino de Cristo y se manifieste en el mundo la gloria de Dios”. Y nuestra misión, tal y como expresa nuestra Regla de Vida, es la de dar respuesta al ansia de los hombres, a partir de las riquezas del amor de Dios manifestadas en la Eucaristía. Con esta sencilla, pero profunda frase, define cuanto nosotros, miembros de la familia del padre Eymard, hemos de vivir y compartir con nuestros contemporáneos, la atención a cuanto la sociedad nos demanda para dar respuesta a todos los niveles, social, religioso, cultural...».

«El Vaticano II -refiere como ejemplo- recuperó la centralidad de la Eucaristía, definiéndola en la Constitución Lumen Gentium como centro y cumbre de toda la vida de la Iglesia y, de un tiempo a esta parte, sobre todo a partir del Año de la Eucaristía, hace ya 20 años, promulgado por el papa san Juan Pablo II. Se han ido desarrollando infinidad de iniciativas que tienen que ver con la oración ante la Eucaristía, grupos parroquiales, movimientos, uno de los últimos el de Hakuna que se reúne todos los lunes en mi parroquia para la “hora Santa”, personas que se juntan para “ver y estar con el Señor”. Es en esta, como en tantas otras iniciativas, donde los sacramentinos podemos aportar nuestra contribución. Haciendo ver que ese “amor exageradode Dios presente bajo la forma de pan, refiere de la celebración, su presencia es dinámica y en ella están presentes todos los elementos de la celebración misma que no es sino amor bajo la forma de acogida, palabra, escucha, don, ofrecimiento, alabanza, acción de gracias, compartir, darse, envío; de lo contrario, se podría caer en el peligro de lo estático o estético, en el reducir la presencia de Cristo a un objeto, un talismán, amuleto o fetiche. De ahí que los documentos posconciliares del culto a la Misa, especialmente Misterium Fidei (1965) y Eucharisticum Mysterium (1967) insistiesen en definir que la adoración parte de la celebración y vuelve a ella. Los sacramentinos deberíamos ayudar en promover este concepto».

«Además del culto -manifiesta-, son muchas otras las dimensiones en las que, a partir de las "riquezas de la Eucaristía", los sacramentinos deberíamos incidir y estar presentes. Nuestra Regla de Vida cita por ejemplo: animados por nuestro fundador, la Eucaristía se convierte en la fuente de nuestra misión, tratamos de comprender toda la realidad humana, “dando prioridad a las actividades que manifiestan las riquezas y las exigencias del misterio eucarístico en todas sus dimensiones”. En unión con la iglesia, llevamos a cabo una misión profética, de compromiso social, de unidad, al servicio de las diócesis en las que estamos, con la prensa y medios de comunicación».

Misa Catedral

Presencia en Madrid

«Procedentes de la guipuzcoana localidad de Tolosa, los sacramentinos se establecieron en Madrid en el año 1943, en el castizo barrio de Lavapiés, hasta su traslado a su actual ubicación de Sáinz de Baranda en el año 1947, en el que se celebró la primera Misa en el solar adquirido en el barrio del Retiro. Posteriormente se edificó el actual convento que fue inaugurado el 15 de junio de 1949. Después, sobre la cripta de 1957 se levantó el gran templo de la parroquia del Santísimo Sacramento que data del año 1969, aunque la parroquia comenzó a funcionar como tal en 1965. Años en los que, por aquél entonces el arzobispo de Madrid, monseñor Casimiro Morcillo, encomendó a los Institutos de especial consagración la creación de nuevas parroquias. Motivo por el que también, el 3 de julio de 1966, los sacramentinos construyeron una segunda parroquia con el título de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, en Clara del Rey, en el barrio de Prosperidad. Estas son las dos presencias en Madrid», concluye.

Fachada Parroquia Santisimo Sacramento 24