- Titulo: Infomadrid
- Firma: Padre Jorge Domínguez, párroco de la Unidad Pastoral Corazón de María: «En esta Cuaresma queremos potenciar la escucha y el perdón»
- Fin Agenda: 26-02-2024
La Unidad Pastoral Corazón de María, integrada por las parroquias Nuestra Señora del Espino (Conde del Serrallo, 17) y Nuestra Señora de Madrid (paseo de la Castellana, 207) ha puesto en marcha durante este tiempo cuaresmal unos nuevos espacios. Como explica el párroco, padre Jorge Domínguez, cmf, «en esta Cuaresma queremos potenciar la escucha y el perdón. Por eso, en ambos templos hemos abierto unos espacios que llevan ese título de Escucha y Perdón. Porque queremos dar más fuerza a este tiempo penitencial».
Y es que, afirman, «una de las necesidades básicas de las personas es el sentirnos escuchados y, por tanto, valorados y reconocidos. Por eso, buscamos espacios seguros de escucha en los que poder expresar y a la vez ordenar nuestras ideas mientras otra persona las escucha y valida. Sin embargo, en ese intercambio muchas veces emergen heridas emocionales y espirituales que necesitan ser sanadas. Y, ahí, es donde se necesita de una escucha compasiva que requiere de mucha psicología fundamentada en nuestra fe cristiana».
«Desde la psicología -precisan- se nos plantean tres actitudes que todo ser humano puede desarrollar y que ayudan a mejorar el proceso de escucha: empatía, autenticidad y aceptación incondicional. Empatía es cuando la persona que tenemos enfrente es capaz de “ponerse en nuestros zapatos”; cuando entiende de forma objetiva lo que le estamos contando, dejando de lado sus propios pensamientos, emociones o reacciones, para tener el foco exclusivamente en los del otro. Esto implica escuchar sin interrupciones, de forma atenta e interesada». «La segunda actitud -prosigue- es la autenticidad; cuando la persona es transparente y sincera, y no tiene máscaras. Implica mostrarse como uno es, sin apariencia ninguna, y por tanto que la persona que es escuchada tampoco tenga miedo a mostrarse en todas sus facetas, de forma congruente, sabiendo que quien le escucha se siente un “sanador herido”». Por último, «la aceptación incondicional» o «cuando la persona se siente aceptada y querida tal y como es, lo que implica una actitud de no juicio».
Perdón liberador
Desde la Unidad Pastoral Corazón de María se indica que el perdón «se plantea como una liberación de la carga emocional debida a sucesos del pasado que quitan paz a la persona, eligiendo dejar de hacer conductas negativas y comprometiéndose con determinación a realizar conductas positivas. Eso no incluye olvidar las heridas del pasado, sino poner nuestro foco atencional en otros pensamientos y acciones más valiosas para la persona».
«Nuestra fe -aseguran- nos plantea la escucha y el perdón desde la mirada de un Dios compasivo, es decir, empático, auténtico y con capacidad de aceptación incondicional que es capaz de perdonarnos a través de su misericordia. Además, nuestro Dios busca nuestra propia conversión, es decir, alcanzar nuestra mejor versión con aquello que somos conforme a lo que Él sueña para nosotros». «Metafóricamente -continúan-, el hecho de pedir perdón sería reclamar a Dios que ilumine las páginas más oscuras de nuestra historia, en las que emociones como el dolor, la culpa, el rencor o la envidia han cobrado un especial protagonismo con el deseo de ser transformados y así iluminar nuestra propia vida y la de aquellos que nos rodean».
Por ello, apuntan, «un espacio de escucha y perdón, sustentado en nuestra fe cristiana, nos permite no solo liberarnos emocionalmente sino también acoger la gracia divina del perdón. En otras palabras, recibir el abrazo de un Dios Padre que nos ama incondicionalmente como hijos suyos».
Atender más a la gente
Este es el objetivo que se persigue con los nuevos espacios inaugurados en este tiempo de Cuaresma. «El espacio de escucha y perdón pretende abrazar nuestra historia pasada, presente y futura para sanarla y transformar las lágrimas rotas en gotas de esperanza hacia una nueva vida con más sentido», señalan.
Reconocen que «estos espacios de escucha y de perdón están ubicados donde estaban los confesionarios para incidir en el sentido de la reconciliación». Y confiesan que «en Nuestra Señora de Madrid ya existía, pero lo hemos querido relanzar. La idea es abrir ambos templos durante más horas, en principio en Cuaresma, pero también durante el resto del año. Que los sacerdotes estemos más horas en ambas iglesias, para poder atender más a la gente, y que quien quiera pueda entrar a orar, a buscar el encuentro con el Señor, de manera especial en este tiempo cuaresmal».
Así, en Nuestra Señora de Madrid la apertura de la mañana es de 10:00 a 13:00 horas y, por la tarde, de 19:00 a 21:00 horas. Por su parte, Nuestra Señora del Espino abrirá de 11:00 a 14:00 y de 18:00 a 20:00 horas.