La Fundación Pontificia Scholas Occurrentes convoca este miércoles, 2 de marzo, a una oración interreligiosa por la paz a la que se sumarán ciudades de todo el mundo, Madrid entre ellas. Así, junto al Olivo de la Paz de la plaza de Colón se darán cita a las 17:30 horas el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro; el pastor Simon Dobrisch, de la comunidad evangélica de habla alemana en España; el presidente de la Fundación Hispano Judía Madrid, David Hatchwell; el presidente de la ACdP y la Fundación San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, y el presidente de la Fundación Scholas Occurrentes, José María del Corral.
La entidad responde así al llamamiento del Papa Francisco a orar y ayunar especialmente este día por la paz en Ucrania. Precisamente Scholas nació en el Buenos Aires de Jorge Mario Bergoglio hace casi 30 años como un proyecto para generar la cultura del encuentro a través de la educación. Fue soñado por él mismo cuando era obispo –«si no cambiamos la educación, no va a cambiar el mundo», decía–, y materializado en el año 2000 con la plantación en la plaza de Mayo de un olivo, que representa, en palabras de Del Corral, «la paz en todas las culturas y religiones abrahámicas: judíos, musulmanes y cristianos».
Tres años después, cuando estalló la guerra de Irak, un grupo de jóvenes católicos, judíos, musulmanes y evangélicos montaron una carpa por la paz en esa misma plaza de Mayo, que se mantuvo instalada durante todo el tiempo que duraron los combates. Replicando este gesto y «en una nueva respuesta de los jóvenes», en la plaza de Colón se montará también una carpa que albergará la oración. «Los jóvenes tienen una altísima sensibilidad por la paz y por el encuentro», el problema es que «a veces son rehenes de ideologías o demagogias que los llevan a otros lugares», constata el presidente de Scholas.
Cuidar la humanidad que compartimos
La carpa remite a esa «figura bíblica, como fue la tienda interreligiosa de la paz», en el que chicos creyentes y no creyentes «como dice el Papa», y de distintas religiones, puedan compartir «lo que les pasa», encontrarse «y pedir juntos por la paz». La única manera de combatir la violencia es «descubrir con el otro, y juntos, esa fuente de paz en nosotros mismos», asegura. Este Miércoles de Ceniza, añade, «se extiende al mundo entero que venimos del polvo, de la tierra, de la ceniza, y todos compartimos esta humanidad que tenemos que cuidar entre todos».
Los jóvenes no solo montarán la carpa para orar en Madrid, sino que, a lo largo del día, se están construyendo otras en diferentes lugares del mundo: Barranquilla (Colombia), Los Ángeles (EE. UU.), Ciudad del Vaticano, Buenos Aires (Argentina) o Maputo (Mozambique) son algunos de ellos. En este sentido, «los jóvenes nos están dando un ejemplo al poner en cada ciudad del mundo un espacio para encontrarse». Además, la comunidad mundial de Scholas se podrá sumar virtualmente a los encuentros de oración a través de las redes sociales de la entidad.
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Olivo y placa bendecida por el Papa Francisco
Una vez elegido Papa, Bergoglio continuó avalando la costumbre de plantar Olivos de la Paz con la entrega, recién elegido Pontífice en 2013, de uno a los futbolistas Messi y Buffon, capitanes de las selecciones de fútbol argentina e italiana. Fue plantado en el Estadio Olímpico de Roma.
El Olivo de la Paz de la plaza de Colón fue el primero de Scholas en Europa que se acompañó de una placa bendecida por el Papa. Fue plantado en 2015 por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, y la entonces alcaldesa de la ciudad, Ana Botella (en la imagen principal). En el mundo hay ya plantados un millón y medio de Olivos de la Paz, tanto físicos como virtuales.
En la actualidad, Scholas está presente en 190 países, integrando a más de 400.000 centros educativos (públicos, concertados y privados, religiosos y laicos) y llegando a más de un millón de niños y jóvenes en todo el mundo. Su misión es generar una cultura del encuentro y fomentar la paz a través de una educación que dé sentido, del deporte y de las tecnologías. «La educación no es la ilustración, no es una cadena de títulos –observa el presidente de Scholas–; es aprender a vivir y a convivir». Y este es para Del Corral, que fue director de Educación en Argentina e impulsor del proyecto junto a Bergoglio, «el gran pacto educativo». «Va más allá de cualquier ideología; está en juego nuestra vida», concluye.