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"Hoy, asegura, la situación no es muy distinta. Hay muchos niños en China y en muchos otros lugares del mundo que no conocen a Jesús" porque "tienen dificultad para encontrar quienes les hablen de Dios. Vosotros, afirma, tenéis la ayuda de muchos sacerdotes, religiosos/as, y de catequistas, además de lo que os ayudan vuestros padres. Ellos no lo tienen fácil y necesitan de vosotros".
"¡Qué fuerza tiene nuestra vida, afirma, cuando nos convertimos en misioneros de otros niños, es decir, en niños y niñas que con obras y palabras anuncian a Jesús!". "Por eso, prosigue, la Jornada de la Infancia Misionera es importante. Todos vosotros, niños y niñas de la diócesis de Madrid, podéis ser un gran apoyo de los misioneros que trabajan en esos lugares complicados y lejanos con esos niños". "Podéis, apunta, serles de gran ayuda si os acordáis de rezar por ellos y de ofrecerle al Señor algún sacrificio desde aquí". "También vuestra limosna es importante, porque sabéis muy bien que muchos de esos niños viven con grandes necesidades materiales, y vuestra limosna les ayudará a vivir un poco mejor".
Mons. Osoro invita a los pequeños madrileños a pensar "que esos niños con los que trabajan los misioneros también nos enseñan y ayudan a nosotros, los que vivimos en Madrid. También ellos rezan por nosotros, por vosotros. También ellos llevan con alegría las contradicciones de su vida y lo ofrecen al Señor por todos nosotros. Ellos nos enseñan a todos nosotros a confiar en Jesús, a fiarnos de su Palabra, a sonreír aún cuando tengamos necesidades o dificultades. Ellos nos pueden enseñar a rezar a Jesús y a la Virgen", asegura.
En alusión al lema de la Jornada para este año, conoce que "sin duda esos chicos son distintos a vosotros, tienen otra cultura, otra raza, otra lengua, quizás también son más pobres que nosotros, pero son como nosotros hijos de Dios. Por eso podemos y debemos decir con afecto ¡yo soy uno de ellos! Queremos unirnos a ellos y sentirlos como parte de nuestras familias. Son distintos, viven en otros lugares, son de otra raza, tienen otra lengua, pero todos tenemos necesidad de tener la alegría que da Jesucristo a todos los hombres. No podemos ignorarlos y mucho menos excluirlos, descarta los, y además Dios nos los ha dado como hermanos. ¡Y les queremos tal y como son! De tal manera que podemos decir ¡yo soy uno de ellos!".
El Arzobispo de Madrid concluye esta primera carta a los niños con motivo de la Jornada de la Infancia Misionera manifestando su alegría por "poder contar con vosotros para ser verdaderos misioneros en vuestras parroquias y colegios. A Jesús le pido, con la intercesión de la Virgen, Nuestra Señora de la Almudena, que bendiga a todos los niños y niñas de Madrid, y también a vuestras familias, y a vuestros amigos. Rezad por mí al Señor".