Madrid

Presentación del libro de Jorge María Bergoglio/Papa Francisco: 'A los catequistas: salid, buscad, llamad'

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La Delegación Episcopal de Catequesis y la Editorial Romana convocan a la presentación del libro A los catequistas: salid, buscad, llamad de Jorge Mario Bergolio / Papa Francisco, publicado por dicha editorial. La obra recoge, tras el prólogo del cardenal Marcello Semararo (secretario del Consejo de Cardenales), catorce mensajes tanto del entonces cardenal de Buenos Aires como del actual sucesor de Pedro a los catequistas.

El acto tendrá lugar en la sala de prensa del semanario Alfa y Omega (c/La Pasa, 3) mañana, 11 de noviembre, a las 19:30 horas. Intervendrán la directora de la editorial Romana, Carmen Magallón; el director del secretariado de la Subcomisión de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española, Juan Luis Martín Barrios; una catequista de la Parroquia de la Transfiguración del Señor, del Barrio de Usera (Vicaría Sur), Manuela Ferreiro; y el delegado episcopal de Catequesis de la archidiócesis de Madrid, Manuel María Bru.

«Catequista es una vocación: ser catequista, ésta es la vocación, no trabajar como catequista. ¡Cuidado!, no he dicho hacer de catequista, sino serlo, porque incluye la vida. Se guía al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Recuerden lo que nos dijo Benedicto XVI: "La Iglesia no crece por proselitismo. Crece por atracción”. Y lo que atrae es el testimonio. Ser catequista significa dar testimonio de la fe; ser coherente en la propia vida. Y esto no es fácil. ¡No es fácil! Ayudamos, guiamos al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Me gusta recordar lo que San Francisco de Asís decía a sus frailes: “Predicad siempre el Evangelio y, si fuese necesario, también con las palabras. Las palabras vienen... pero antes el testimonio: que la gente vea en vuestra vida el Evangelio, que pueda leer el Evangelio. Y ser catequistas requiere amor, amor cada vez más intenso a Cristo, amor a su pueblo santo. Y este amor no se compra en las tiendas, no se compra tampoco aquí en Roma. ¡Este amor viene de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! Y si viene de Cristo, sale de Cristo y nosotros tenemos que caminar desde Cristo, desde este amor que Él nos da».

Discurso del Papa Francisco a los participantes en el Congreso Internacional sobre la Catequesis
(Sala Pablo VI, Viernes 27 de septiembre de 2013)

La alcadesa de Madrid renueva el Voto de la Villa

La alcadesa de Madrid ha renovado el Voto de la Villa y ha destacado el compromiso de los madrileños «para hacer del querido Madrid lugar de reposo para el agotado, con techo para el desahuciado, con amistad para el abandonado, con esperanza para los sin techo y con abrazos acogedores para los refugiados»

Además, Carmena ha defendido un Madrid «integrador y positivo» en el que se «respetan y promueven los derechos humanos» y donde «se elija resolver los conflictos desde el diálogo y siempre por medios pacíficos».

 

Monseñor Osoro en la Misa de la Almudena: «Al decir María “sí” a Dios, entró en este mundo Dios mismo tomando rostro humano»

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El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, ha presidido hoy una Misa solemne en honor a la patrona de Madrid, Santa María la Real de la Almudena, en la Plaza Mayor.

«¿Quién es esta mujer a la que el Señor nos da como Madre? ¿Quién es nuestra Madre? Os acerco tres retratos de nuestra Madre: 1) El retrato de su “sí” a Dios; 2) El retrato de su salida aprisa a los caminos por donde van los hombres, y 3) El retrato de su primer encuentro fuera de su casa, en el camino, después de haber dicho “sí”», ha aseverado el prelado en su homilía. Además, ha agradecido a Manuela Carmena, alcaldesa de la ciudad, el invitarnos a asumir el compromiso de construir la «cultura del encuentro», de la «inclusión», de «crear espacios en los que todos, con respeto y alegría, vivamos y hagamos siempre sitio a quien más lo necesita».

Homilía íntegra

«Hermanos y hermanas:

Hace unos momentos, renovaba nuestra alcaldesa el voto o compromiso de la Villa de Madrid. Muchas gracias, Sra. alcaldesa, por invitarnos a asumir el compromiso de construir: construir la cultura del encuentro, de la inclusión, de crear espacios en los que todos, con respeto y alegría, vivamos y hagamos siempre sitio a quien más lo necesita.

Muchas gracias.

En esta Plaza Mayor, un año más nos reúne y convoca Santa María la Real de la Almudena, Madre de la Misericordia. Os invito a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a dejar que se acerque a vuestra vida María. A quienes creéis y sabéis que en la Virgen se cumplen esas palabras del Libro del Apocalipsis: “esta es la morada de Dios con los hombres”, para que veáis las consecuencias que esto tiene para nosotros. Ella fue la primera morada de Dios, a través de Ella Dios se hizo conocido para nosotros, tomó rostro humano y no enseñó que en Él “todo se hace nuevo”. Todo es nuevo. ¡Qué fuerza transformadora tiene el ver con los ojos de Dios toda la realidad! Como hizo con María y lo hizo con tantos hombres y mujeres a través de la historia, Él ha hecho patente que su Vida en nosotros nos regala y hace realidad una manera nueva de ser, de comportarnos, de vivir, de actuar, de ver a los otros siempre como hermanos sean quienes sean, de construir este mundo no haciendo divisiones y buscando el poder para servirnos, sino con las fuerza que Él con su Vida en nosotros nos da. Esa Vida a la que María, desde el mismo instante en que Dios le propuso que prestara la vida para darle rostro humano, dijo: “hágase en mí según tu Palabra”, “aquí estoy”, “estoy dispuesta a vivir y a dar presencia a quien es la Vida”. Gracias Señor por acercarnos en este día a tu Madre y decirnos “ahí tienes a tu Madre”.

Contemplad a María. Fijad en Ella vuestra mirada, acoged a María como el regalo más grande que se hizo a los hombres de parte de Dios. Jesús, desde la Cruz, dijo al discípulo que tanto quería: “ahí tienes a tu Madre”. En él, nos lo dijo a todos los hombres. Y como Juan, que “desde aquella hora [...] la recibió en su casa”, hoy la recibimos nosotros una vez más en Madrid con el título de Santa María la Real de la Almudena.

¿Quién es esta mujer a la que el Señor nos da como Madre? ¿Quién es nuestra Madre? Os acerco tres retratos de nuestra Madre: 1) El retrato de su “sí” a Dios; 2) El retrato de su salida aprisa a los caminos por donde van los hombres, y 3) El retrato de su primer encuentro fuera de su casa, en el camino, después de haber dicho “sí”.

1. El retrato de su “sí” a Dios: Con su “sí” logra que en esta historia entre la Belleza. La Belleza es Dios mismo. Es revelada por Jesucristo que nos dice quién es Dios y quién es el hombre. Es la Belleza que nos dice que el ser humano solo se realiza plenamente y realiza a los demás en la entrega de sí mismo. Es la Belleza que se manifiesta en María, quien realiza una entrega incondicional a Dios no en beneficio propio, sino para dar vida a los demás. María es el ser humano que hizo posible que la Belleza verdadera tuviese rostro en esta tierra. Y puso y prestó su vida para esta misión. Ella nos muestra a los hombres y mujeres que hacer un mundo distinto no es un sueño irrealizable, es posible. Pero, como Ella mismo dice, solo es posible para Dios. Por ello, hay que abrirse a la vida, a todas las realidades de la vida. Es imposible experimentar y entregar la Belleza si convertimos nuestra vida en una plaza en la que nos juntamos por grupos y decimos cada uno “yo soy bueno y esos otros son malos”; es imposible cuando me encierro en el edificio de mi ideología por muy bonito que sea. La Belleza llega cuando hay corazones abiertos que trascienden, mentes abiertas que ven desde las atalayas más altas. Si pensamos diferente, ¿por qué no nos vamos a hablar? ¿Por qué nos vamos a tirar la piedra? ¿Por qué no darnos la mano para hacer el bien? Al decir María “sí” a Dios, entró en este mundo Dios mismo tomando rostro humano, que nos manifestó dónde se puede ver en plenitud y dónde está la dignidad de toda persona humana, que no es otra que en ser imagen de Dios, una imagen que nadie puede romperla o estropearla. Todo hay que ponerlo al servicio del hombre y todos nos tenemos que poner al servicio de la persona.

Con María entró en el mundo el rostro de la esperanza, que no es lo mismo que el optimismo. La esperanza que entró tenía un proyecto y sacrificó la vida para llevarlo adelante sin matar a nadie, fue Él quien sacrificó la vida para que el ser humano tuviese futuro. Y es que comienza a existir esperanza cuando nadie está descartado. La cultura del descarte crea desesperanza, no crea esperanza. María nos trajo a quien crea la cultura del encuentro. Ella es la mujer con la que llega la cultura del encuentro. Es Dios mismo quien inicia esta cultura: quiere encontrarse con todos los hombres y quiere que todos nos encontremos como hermanos, sin descartar a nadie. Todos: niños, jóvenes, familias, ancianos, enfermos, personas con capacidades diferentes... Todos son necesarios. Todos tienen cabida en este mundo y todos tienen protagonismo Es más, Jesucristo nos dijo “ahí tienes a tu Madre”, entre otras cosas, porque sabía que su Madre era la promotora de la cultura del encuentro, pues a Él le dio morada para encontrarse con los hombres y para decirnos que somos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Su “sí” es un “sí” a la comunión con Dios y con los hombres. Ella nos remite siempre a Jesucristo, porque sabe que quien lo acoge hace que sea imposible el descarte, solo es posible el encuentro. Por ello nos dice “haced lo que Él os diga”. Invito a los creyentes a que dejéis que se produzcan las consecuencias de acoger a Cristo en vuestras vidas y a los que no creéis, por los motivos que fuere, os pido un favor: por un instante, dejad que se asome a vuestra vida a Jesucristo; nada nos impone, nos ofrece lo que tiene, su Vida.

2. El retrato de su salida al camino: Después de que María dijese “sí” a Dios, salió inmediatamente al camino, según nos dice el Evangelio atravesando una región montañosa, es decir, no exenta de dificultades. En nuestro Plan Diocesano de Evangelización –Comunión y misión en el anuncio de la alegría del Evangelio– os estoy invitando a todos los cristianos a salir. Tenemos que salir con obras y palabras. Hay que decir a la gente que nos encontremos por el camino, lo mismo que hizo María nada más recibir la noticia de que iba ser Madre de Dios, que iba a dar rostro a humano a Dios. Ella salió, pero salió a servir. Salgamos corriendo como María a prestar un servicio a los demás. ¡Cuántos niños necesitan experimentar que no quieren cosas, quieren cariño, amor, entrega a sus vidas, que les revelen y hagan crecer en todas las dimensiones que tiene la vida, en la que está también la trascendente! ¡A cuántos jóvenes hay que hacerles ver que no sean viejos, que sueñen, que Cristo vive, que no nos quita libertad, al contrario, la da, nos hace libres, que Cristo no es una idea más de las muchas que hay! ¡Hay que hablar a los jóvenes con la Vida misma de Cristo! ¡Cristo cambia la vida! ¡Cristo cambia nuestras relaciones! ¡Cristo elimina egoísmos! ¡Cristo da juventud porque cambia el corazón y solamente lo pone en la dirección del prójimo! Y lo hace metiendo en nuestra vida su amor y su misericordia, un amor que no mata al otro, sino que le da Vida y horizontes, salidas reales para que llegue a tener lo que todo ser humano debe tener, el respeto absoluto a todos los derechos fundamentales que le corresponden. Cristo crea la cultura del encuentro. Con Cristo en la vida es imposible el descarte y el desencuentro, porque te hace ver al otro siempre como hermano por el que tengo que dar la vida. Hay que contar a los jóvenes que hay algo grande que merece la pena hacer presente en esta tierra. Hay que decirles que no se dejen robar su esencia. Por otra parte, ¡cuánta gente anciana y sola! Siempre aburridos porque nadie cuenta con ellos, descartados, abandonados en aparcamientos de oro, pero aparcamientos no por horas sino de por vida. “Ahí tienes a tu Madre”. Contempla e imita cómo se pone en camino para servir.

¿Es que nos podemos quedar en casa? Hay que salir a buscar, a dar, a abrir corazones. Mostremos que creemos en la Buena Noticia como lo hizo María. Salgamos y tengamos esa audacia apostólica que implica búsqueda, creatividad, navegar mar adentro. Pero salgamos como lo hizo María, llena de Dios. Salgamos sin buscar el maratón del éxito, pues si así lo hacemos es muy probable que excluyamos a alguien, en el sentido de aparcarlo, y que no existan lugares para seguir siendo y construyendo. Estoy presentando el Plan Diocesano de Evangelización, deseo y pido a María que el Espíritu nos ponga en movimiento y hagamos la conversión pastoral para una transformación misionera de la Iglesia.

3. El retrato de su primer encuentro después de haber dicho “sí”: Es muy importante tomar conciencia de lo que representa aquel gozoso encuentro de María con su prima Isabel. Es un encuentro que transparenta la alegría de la fe y que impregna todo de esta alegría. Cuando se acoge a Dios en nuestras vidas, formula y da una manera de vivir que tiene metas, dirección y resonancias, que las perciben aquellos con quienes nos encontramos. Incluso el niño que aún no había nacido y estaba en el vientre de Isabel “saltó de gozo”, percibió con fuerza la presencia de Dios en María. Por otra parte, Isabel siente esa alegría de la presencia de Dios y lo manifiesta con aquellas palabras: “dichosa tú que has creído que lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. María salió, caminó, se desinstaló, no se centró en Ella, se transformó en servidora de todos por amor a su Hijo. Alegría y servicio al prójimo van unidos. No hay verdadero servicio al prójimo sin la alegría de hacerlo, que siempre es provocadora de bienestar. Y tampoco hay alegría verdadera si no nos lleva a servir y a hacer partícipes a los demás de la misma. Salir de nuestros planteamientos para entrar en los de Dios y acogerlos es lo que nos hace ver este retrato de María. Por eso, acoger a Dios en nuestra vida nos hace creativos, alegres y nos regala la dicha de la bienaventuranza. Este momento de la historia de la humanidad nos pide creatividad. Como María: ofrezcamos alegría y servicio al prójimo, desde unas vidas ocupadas por Dios.

El Hijo de María, Jesucristo, se va a hacer presente en este altar en el Misterio de la Eucaristía. Dejemos que estos retratos de María decoren nuestra existencia. Digamos “sí” a Dios como María, salgamos a los caminos por donde van los hombres como María y ofrezcamos la alegría y el servicio que provoca la presencia de Dios en nuestras vidas como lo hizo María». 

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Monseñor Osoro en la Vigilia de Oración con jóvenes: «Unidos a Dios nos enriquecemos»

  • Titulo: Infomadrid / M.D. Gamazo

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La catedral de la Almudena acogió anoche una solemne vigilia de oración en la que participaron más de 2.000 jóvenes, en la víspera de la festividad litúrgica de la Patrona de la archidiócesis, Santa María la Real de la Almudena. Organizada por la Delegación de Infancia y Juventud, estuvo presidida por el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, acompañado por el deán y vicarios episcopales, así como por el hermano Christian, de la comunidad de Taizé.

Con el lema Bienaventurados los misericordiosos, varios jóvenes ofrecieron su testimonio de vida tocados por la misericordia de Dios, mientras que un coro compuesto por miembros de la Delegación de Juventud, de coros parroquiales y del Coro de la JMJ, acompañaron con sus canciones.

Al hilo del Evangelio proclamado, el prelado madrileño comenzó su homilía dando gracias «al Señor porque nos permite estar cerca de Él» y a los que habían ofrecido «el testimonio de haber vivido en sus vidas experiencias de misericordia de Cristo». Destacó la importancia de la celebración de esta oración «en las vísperas de una fiesta entrañable para nosotros: una fiesta de la Virgen». «Hay algo excepcional: el canto con el que comienza la Virgen María después de haberse encontrado con su prima Isabel, después de haber dicho sí a Dios», dijo, en alusión al Magníficat, que recito a continuación. «La misericordia de Dios se ha hecho presente entre los hombres en esta historia», afirmó, «pero no todos los seres humanos perciben, experimentan y descubren esta misericordia».

«Dios nos ha dejado a nosotros que hagamos ver a los hombres que Dios es el Dios de la misericordia», aseguró, «porque Jesús, presente aquí, nos ha hecho miembros de su iglesia para que mostremos esa misericordia de Dios» primero con la Virgen María, y con santos como san Juan Pablo II y santa Faustina Kovalsvka, mencionados en la Vigilia.

A continuación, monseñor Osoro ofreció a los presentes tres ideas para la meditación. La primera, que «Jesucristo nos sigue diciendo que la tentación de nuestros primeros padres sigue presente y es la manifestación de tantas situaciones que viven los hombres de hoy, que destruyen su vida». Así, «cuando uno le dice a Dios “quiero vivir por mi cuenta” a este mundo viene la división, la ruptura, la infelicidad». Por eso, «qué fácil es robar la dignidad al ser humano», subrayó, ya que «separados de Dios, nos empobrecemos». Ante esta situación, apuntó, «María nos dice que la misericordia de Dios llega a todos los hombres. A veces el ser humano tiene la tentación de dejar a Dios, de separarse de él, de empobrecerse».

En segundo lugar, «Dios nos dice: haz memoria. Cuándo habéis sido más felices: cuando abrimos nuestra vida a Dios. El ser humano alcanza las medidas verdaderas cuando se pone ante Cristo y reconoce que muchas veces ha pedido vivir por su cuenta, le ha pedido a Dios su vida». Para monseñor Osoro, «hay que tomar decisiones, hay que reconocer en la vida lo que nos hacer felices e infelices. Si te dejas abrazar por Dios, Cristo te hace ver que el otro es tu hermano, que hay que construir la vida de Jesús, y que eso se hace dando la vida por Cristo». «Reconciliación absoluta que viene a la familia humana con Cristo, que dio la vida», aseveró .

Por último, recordó que «en comunión con Jesús nos enriquecemos y enriquecemos a los demás porque tenemos el tesoro verdadero: la paz, la vida, la reconciliación, la capacidad para encontrarnos con todos, para descubrir que el proyecto del ser humano hay que hacerle desde la luz. Jesús nos entrega ese proyecto humanizador», afirmó.

«Jesús esta noche nos da un abrazo, nos manifiesta su amor, nos dice que cuenta con nosotros para construir este mundo desde su amor, su entrega, su misericordia... Cuenta con nosotros», apuntó. Y esto es algo que «no se hace con discursos» sino «con obras». «Hijo de Dios y hermano de todos los hombres: es el título más grande que el hombre puede tener» aseguró, concluyendo con la afirmación de que «unidos a Dios nos enriquecemos».

Ofrenda floral solidaria

Desde el pasado viernes por la mañana, miles de personas han pasado por la plaza de la Almudena para realizar su ofrenda floral y solidaria en honor a la Patrona de la archidiócesis. Junto con las tradicionales flores, este año por primera vez se ha recogido comida no perecedera que ha sido distribuida entre distintas Cáritas parroquiales para ser entregada a las familias más necesitadas. Hasta la noche del domingo, se habían retirado 15 furgonetas con alimentos.

Además de la generosidad de los madrileños con su Madre y patrona, cabe destacar la participación de los niños de los colegios de la archidiócesis que el pasado viernes pasaron por la plaza para entregar a la Virgen su ofrenda, con dibujos, poesías, oraciones y canciones. También ha sido importante la presencia y participación de parroquias, movimientos, y grupos tradicionales y casas regionales, que han acudido a rendir homenaje a su Patrona.

Durante la jornada de hoy continuará la ofrenda floral solidaria en la plaza de la Almudena. Además la catedral permanecerá abierta para que todos los fieles que quieran puedan pasar a felicitar a la Virgen en su festividad de Santa María la Real de la Almudena.