Madrid

La 2 de TVE emite un documental sobre Dolores Sopeña en el marco del centenario de su fallecimiento

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El pasado 10 de enero se celebró el primer centenario del fallecimiento, en Madrid, de la beata Dolores Sopeña, fundadora del Instituto Catequista que lleva su nombre.

Con este motivo, la Fundación Dolores Sopeña ha elaborado un amplio programa de  actos conmemorativos que se desarrollarán en Vélez Rubio (Almería), localidad en la que nació la beata el 30 de diciembre de 1848; en Madrid, ciudad donde vivió y murió; y en las ciudades y países en los que el Instituto Catequista Dolores Sopeña tiene presencia de comunidades o misiones, y centros de la Fundación Dolores Sopeña.

Así, este domingo, 4 de febrero, La 2 de TVE emitirá la Eucaristía desde la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (c/Manuel Silvela, 14). Y dentro del programa El Día del Señor se podrá ver un documental sobre Dolores Sopeña y el Instituto Catequista Dolores Sopeña.

Avelino Revilla habla en Santa María del Silencio de la propuesta de persona humana que nos hace la DSI

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Todo fluye, todo es voluble y adaptable a las distintas formas y contornos en esta sociedad líquida. También los  conceptos se desplazan de su eje de rotación. Hoy día, uno de los conceptos sometido a esa adaptabilidad de la sociedad líquida es la «naturaleza humana».

La revolución biomédica-tecnológica, el vertiginoso desarrollo nanotecnológico, la ingeniería artificial, el poshumanismo, el transhumanismo, la politización de la Vida, implican un control creciente de fines y procesos vitales, provoca cambios severos en los criterios de fondo que han guiado durante largo tiempo la comprensión del hombre y de la cultura.

Ante este cambio de época, la III Aula de Doctrina Social de la Iglesia Guillermo Rovirosa organiza las I Jornadas de Antropología y DSI dentro de los retos de la evangelización en el siglo XXI. Un espacio para dialogar y profundizar en este cambio de época y en el desafío que representa para la evangelización, siendo conscientes, tal y como nos han dicho el Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco, que «la cuestión social se ha convertido radicalmente en una cuestión antropológica».
  
Estas jornadas se imparten en tres bloques:

  • Los nuevos modelos de la persona humana en la sociedad 4.0. El sábado 20 de enero. Por monseñor Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid.
  • Qué propuesta de persona humana nos hace la DSI. El sábado 3 de febrero. Por Avelino Revilla, vicario general de la archidiócesis de Madrid.
  • Respuesta del laico ante el cambio de época. El sábado 24 de marzo. Por Carlos Llarandi, militante cristiano, máster en DSI.

Todos los encuentros comienzan a las 10:30 horas y terminan a las 13:30 horas, con posibilidad de compartir el almuerzo al mediodía. La colaboración económica es de 10 euros las jornadas completas. Tienen lugar en el Centro de Promoción Integral Santa María del Silencio (c/Bravo Murillo, 93 A).

Es necesaria inscripción previa en el correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.El aforo es limitado. Más información en este enlace y en el teléfono 616680725.

Cercedilla celebra en la iglesia del Carmen la fiesta de san Blas

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La localidad de Cercedilla celebrará la festividad de san Blas este sábado, 3 de febrero. En esta jornada, la iglesia del Carmen acogerá, a las 19:30 horas, una solemne Eucaristía. Durante la misma, el párroco, Juan Antonio Martínez Garrosa, procederá a  la tradicional bendición de roscas de pan. También habrá bendición de niños.

Monseñor Martínez Camino preside en Valdemorillo la Eucaristía en honor a san Blas

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La parroquia Nuestra Señora de la Asunción, de Valdemorillo, celebra este sábado, 3 de febrero, la festividad litúrgica de san Blas. Como preparación a la misma, el viernes 2, a las 11:30 horas, hubo bendición de candelas y procesión desde la ermita de San Juan hasta el templo parroquial, donde a las 12:30 horas se celebró una Misa.

Este sábado, la Misa solemne en honor a san Blas dará comienzo a las 12:30 horas. Estará presidida por monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, obispo auxiliar de Madrid, y concelebrada por el párroco, Pablo Yepes, y los sacerdotes del arciprestazgo. Ya por la tarde, a las 17:00 horas, la imagen del santo patrón será sacada en procesión por las calles de la localidad.

San Blas

San Blas, obispo y mártir, es uno de los santos más populares en las comunidades cristianas de Oriente y Occidente. Muchas cualidades hacen agradable su personalidad: dulzura de carácter, sencillez, modestia, pureza de sentimientos, servir a los demás hasta olvidarse de sí mismo, compasión hacia toda miseria, cariño con los niños cuando éstos no significaban nada, amor a los animales cuando eran brutalmente tratados. Y, al fin, su capacidad de sacrificio y valiente fortaleza ante las torturas y la muerte. A ello se suman las curaciones milagrosas atribuidas a su intercesión.

San Blas nació en Sebaste, ciudad de Armenia, cuando corría la segunda mitad del siglo III. Allí hizo sus estudios y ejercicio la profesión de médico. Allí lo eligieron obispo y derramó su sangre.

El ejercicio de la medicina le hizo reflexionar sobre los límites y la caducidad del hombre. Acabó comprendiendo que las miserias y la fugacidad de la vida sólo se pueden superar en el horizonte de la fe. Llegó a la conclusión de que los bienes eternos eran superiores a todo. Esto le movió a retirarse a una cueva solitaria en el cercano Monte Argeo, para dedicarse más intensamente a la oración, a la meditación y a la penitencia.

Falleció entonces el obispo de Sebaste. El clero y los cristianos de la ciudad pensaron en Blas como nuevo pastor de su diócesis. Se resistió al principio, pero, ante las insistencias, acabó aceptando. Recibió las órdenes sagradas de presbítero y luego de obispo. Se entregó totalmente al pueblo cristiano repartiendo a manos llenas la palabra de Dios y el pan de la caridad. Su descanso era retirarse a su cueva en la montaña para leer la Sagrada Escritura y pasar horas interminables de oración y ayuno.

Los animales, cuyo instinto advierte quién se acerca a ellos con intenciones agresivas o pacíficas, acabaron sintiendo la bondad de aquel ermitaño. Poco a poco perdieron el miedo. Su natural desconfianza se fue suavizando. No huían al verle, sino que permanecían tranquilos, llegando al final a tomarle como un amigo que no los recibía con gritos o pedradas, sino con actitud suave y amable. Acabaron, olvidando sus reflejos de huida, pasando y deteniéndose ante aquella cueva donde encontraban la palabra dulce y la caricia del ermitaño. Esto revela su amor a la vida y al mundo.

El pontificado de san Blas tuvo una etapa feliz, con la dirección cercana y cordial de los creyentes y con el retiro para darse a la oración y penitencia. Pero llegó la persecución con tortura, prisión y muerte para muchos cristianos. El obispo atendía por la noche al culto y al servicio de la comunidad. Incluso logró visitar y dar el último auxilio a algunos presos.

La persecución arreció y el obispo fue capturado. Lo condujeron atado con cadenas hasta el gobernador romano. Cuando cruzaba doliente las calles de su ciudad natal, Dios hizo brillar su dolor con un milagro. Refiere el acta martirial que una madre angustiada se acercó al santo con su hijo moribundo. Una espina le atravesaba la garganta con una infección que lo ahogaba. La madre desesperada, llevando en brazos al niño medio muerto, irrumpe por medio de la comitiva que conducía preso a San Blas, y se dirige a él con esta súplica: «Siervo de Jesucristo apiádate de mi hijo. Es mi único hijo». El mártir olvida sus cadenas, y va a remediar el dolor ajeno. Pone la mano sobre el niño agonizante; traza la señal de la cruz sobre su garganta. Durante unos instantes ora fervorosamente por él. El muchacho se reanima; arroja la espina que le ahogaba, y recupera la salud. De aquí arranca la devoción a San Blas como protector en los enfermos de la garganta.

Al día siguiente el reo es conducido al tribunal. El prefecto le propone que abandone la fe cristiana y adore a los dioses paganos. San Blas se reafirma en su fe. Los verdugos le aplican la escalofriante serie de torturas que entonces se usaban para doblegar a los condenados. El mártir no se deshace en gritos de dolor; se concentra en su interior alabando al Señor e identificándose con Cristo en la Cruz. Al fin lo conducen fuera de la ciudad y sobre un poyo de piedra le cortan la cabeza. Era el día 3 de febrero del 316.

Hombres amigos recogieron discretamente su cuerpo y lo enterraron con respeto. Sobre el sepulcro se levantó un templo. Desde allí su culto y sus reliquias se extendieron por todo el mundo. Su imagen preside altares y retablos. Se representa llevando la mano derecha hacia la garganta. Tal gesto expresa simbólicamente el patronazgo del santo sobre los males que pueden afectar a esa parte del cuerpo.

En España su devoción está arraigada en todas partes. Muchos llevan su nombre. Hasta se refleja en el refranero. Es el santo de los sencillos y de los niños. También está en la parroquia de Valdemorillo, en un lugar preferente, pues es el santo patrono.

Oración por los enfermos de la garganta: Oh Dios, protector de cuantos acuden a Ti, Tú concediste al obispo y mártir san Blas dar testimonio de fe hasta el martirio, y por medio de él realizaste prodigios maravillosos en favor de los enfermos, te pedimos por su intercesión que nos libres de las enfermedades de la garganta para que con nuestra voz podamos invocarte, cantar tus alabanzas, darte gracias y proclamar al mundo con toda claridad el testimonio de tu amor y tu verdad. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.