Este sábado, 28 de abril, a las 18:00 horas, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ordenará a 16 nuevos presbíteros en la catedral de Santa María la Real de la Almudena. Dos de ellos, Javier Andrés y Santiago Tornos, han contado cómo se encuentran y qué esperan de su nueva vida como presbíteros en el Informativo Diocesano de TRECE, conducido por Irene Pozo.
El Seminario, los mejores años de su vida
Javier siempre quiso ser arquitecto. Sin embargo, contra todo pronóstico –llevaba cuatro años de relación con una chica–, experimentó la vocación sacerdotal en un Camino de Santiago: «Yo nunca quise ser sacerdote, pero aquel Camino trastocó mis planes». El diácono, oriundo de Galapagar, comenzó a sentir aquellos barruntos mientras estudiaba Arquitectura, y ya no pudo parar… «El Señor empezó a entrar en mi vida y el ejemplo de los sacerdotes de la parroquia me interpeló mucho, así como el testimonio de Pablo Domínguez, el sacerdote de la película La última cima. Yo salí del cine diciendo que quería su felicidad y su alegría».
Tras licenciarse en Arquitectura, emprendió el rumbo que su corazón anhelaba: «En el Seminario he tenido los mejores años de mi vida, por los compañeros y porque vas viendo cómo el Señor te va preparando a lo largo de todos estos años». La vida de parroquia, asevera, «es mi vida». El «entregarte día a día, con las personas concretas, te confirma la vocación y te da una llamada muy grande a entregar la vida por completo al Señor y a esta Iglesia concreta». Así, reconoce que «no es un camino de renuncia», sino que «es real» que el Señor da el ciento por uno: «A veces nos aferramos a las seguridades de nuestra vida y, sin embargo, cuando vas viendo que no te quita nada, sino que lo da todo, ves que merece la pena». De hecho, confiesa convencido, «desde que dije mi primer sí, cada día estoy más feliz».
«La alegría es mayor que la cruz»
A su lado, su compañero Santiago confirma cada una de las palabras de Javier y asegura que el Seminario es «una verdadera escuela de crecimiento, de madurez, de seguir poniendo en el centro de mi vida al Señor, de asentar la vocación, de ir construyendo y de caminar». Ahora, subraya, «no termina nada, sino que comienza todo». Y en esta «entrega total» en el día a día, manifiesta que la labor de «acompañar a las familias es una gran bendición».
Es un camino «apasionante», reconoce Tornos, y «hacer presente a Dios en el mundo es lo mejor que nos pueda pasar». Respecto al futuro que tiene por delante como sacerdote de Jesucristo, confirma que «la alegría es mucho mayor que la cruz», porque «cuando uno vive cerca del Señor entregado a los demás, merece la pena vivir».
Sacerdotes para la eternidad
Además de Javier y de Santiago, serán ordenados presbíteros Gonzalo Arroyo Hernández, Gonzalo Barbed Martín, Fernando Bielza Díaz-Caneja, Alberto de Mingo Pavón, José Manuel Fernández Martínez, Rodrigo González Panizo, Francisco Javier Jiménez Cerro, Juan Martínez Santos, Francisco Javier Peño Iglesias, Eugenio Pérez Turbidí, Cesar Augusto Quispe, Jesús Sánchez Sánchez y Santiago Tornos Alonso del Seminario Conciliar de la Inmaculada y San Dámaso. Y Giacomo Alpori y Stanislas Kongba-Yebas, del Redemptoris Mater Nuestra Señora de la Almudena.
La ceremonia se podrá seguir en streaming a través de la web del Arzobispado.