- Titulo: Infomadrid/Sandra Madrid
“Vamos de misiones juntos” es el lema de las misiones de Semana Santa que organiza el Regnum Christi a través de su apostolado Juventud y Familia Misionera. Se trata de un lema que desea presentar que a Cristo y su amor se comparten y se viven en compañía de otros: jóvenes con jóvenes, y familias con familias.
En esta Semana Santa, 741 personas acudirán con este apostolado del Regnum Christi para apoyar a sacerdotes de diferentes diócesis de España, algunas de ellas de la España vaciada, o en misiones urbanas, en 18 localidades de 10 provincias: Albacete, Ávila, Cáceres, Cantabria, Córdoba, Guadalajara, León, Madrid, Murcia y Valencia.
Una forma natural y atractiva de compartir y vivir la fe
Semana Santa es el momento del año que más trabajo pastoral supone para los párrocos. Además de las celebraciones litúrgicas propias de estas fechas, se añaden procesiones, adoraciones y viacrucis, así como la atención pastoral habitual a enfermos, ancianos, hospitales… Y hay párrocos de la España vaciada que tienen a su cargo más de 25 pueblos. En este contexto toda ayuda es poca, y la labor de los misioneros consiste en ayudar a los sacerdotes en todo aquello que puedan necesitar. Con todo, como señalan algunos sacerdotes, «la mayor ayuda que jóvenes y familias ofrecen es la de vivir la fe con alegría, mostrando el rostro lleno del amor de Dios».
Familia Misionera, en la España vaciada
Esta Semana Santa participarán con Familia Misionera 134 familias. Sus destinos son rurales y urbanos, pero ponen un especial énfasis en la España vaciada. Este año hay programadas misiones en Almanza, Astorga, Prioro y el Bierzo (León), Burgohondo (Ávila), Braojos (Madrid), Carcelén (Albacete), Fuentelaencina (Guadalajara), Gargantilla y Las Hurdes (Cáceres), y Valencia.
Jorge González es el párroco de tres pequeños pueblos de la Sierra Norte de Madrid: Braojos, Piñuécar y La Serna del Monte. Su feligresía, predominantemente gente mayor, ronda los 400 habitantes. Este año contará con 6 familias, 3 seminaristas y un sacerdote. «Gracias a ellos celebramos la Semana Santa con dignidad».
Las familias van de casa en casa invitando a los vecinos a participar en las celebraciones litúrgicas. También «ayudan a organizar la hora santa, el viacrucis, etc». En esta línea, González recalca que «aportan mucho, animan la liturgia y son una fuente de alegría y renovación, para nuestros pueblos».
Miguel y María José son un matrimonio que acude cada año con sus hijos de misiones. “En esta ocasión lo que más nos motiva es colaborar en la creación de un nuevo equipo misionero dirigido a matrimonios jóvenes con niños pequeños”. Y como explica María José, “los niños viven las misiones como un juego y, al final, normalizan lo que es evangelizar al estar hablando de Dios y de la Virgen como algo normal. Los niños no tienen problema en parar a las personas por la calle e invitarles a los oficios. Normalizan algo que no es tan normal”.
Juventud Misionera: jóvenes y adolescentes para la misión
Por su parte, 160 jóvenes y adolescentes se enrolan en las misiones que Juventud Misionera ha organizado en siete localidades: Algimia de Alfara, Algar de la Baronía y Algar de Palancia (Valencia), Cartagena (Murcia), diversas poblaciones en Cantabria, y en Ponferrada (León). Mar Solís, es una joven que vive en Madrid e irá, un año más, a las misiones de Juventud Misionera a Cartagena. «Para mí ir de misiones significa ver a Dios en otros, reconocerle en las personas que tenemos enfrente y vivir la Semana Santa de una manera especial». Además «lo ve como un servicio a la Iglesia, una ayuda a los párrocos diocesanos y acompañar a las personas que viven en el pueblo en el que estamos misionando».
Dani, un joven de Barcelona de 21 años, explica que en las misiones “uno encuentra gente de todo: desde los que no quieren saber nada de nada, hasta señoras que te invitan a pasar a sus casas y te dan merienda para una semana”. Pero también, “y es lo bonito de las misiones que, a raíz de la alegría, las sonrisas y conversaciones largas, algunas personas que no querían saber nada de Dios se han convertido. Solo por eso ya han valido todas las misiones”.
Juventud Misionera comenzó su andadura en España en 1994, y Familia Misionera en junio de 2001. En las misiones, junto a los laicos, colaboran legionarios de Cristo, consagradas y laicos consagrados del Regnum Christi.