Madrid

Encuentro de canto y oración en la parroquia de San Gabriel de la Dolorosa de los Padres Pasionistas

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Con el lema 50 años evangelizando y celebrando vida, la parroquia San Gabriel de la Dolorosa (c/Arte, 4), de los Padres Pasionistas, está celebrando este año el 50 aniversario de su erección.

En el marco de las celebraciones organizadas con este motivo, y en el tiempo litúrgico de la Cuaresma, el viernes 11 de marzo a las 20:00 horas habrá un encuentro de canto y oración, animado por el Grupo de Oración de la parroquia de Guadalupe.

Además, la parroquia de San Gabriel de la Dolorosa peregrinará en el mes de abril a la catedral de la Almudena, en el marco del Año de la Misericordia, para lucrar la indulgencia. Y del 2 al 5 de mayo, al Santuario de San Gabriel de la Dolorosa, con asistencia a la audiencia del Santo Padre y
entrada por la puerta de la Misericordia.

Historia de la parroquia

La parroquia fue erigida el 27 de agosto de 1965 con el nombre de San Vicente Mártir, aunque el 11 de noviembre de ese mismo año cambió de titular, pasando a estar encomendada a San Gabriel de la Dolorosa. El 2 de enero de 1966 los Padres Pasionistas tomaron posesión del templo, ubicado en aquel entonces en un barrio de extrarradio, humilde y de inmigrantes.

El actual templo parroquial fue inaugurado el 27 de febrero de 1994, junto con una casa de formación de los Pasionistas a la que se incorporó el grupo de estudiantes que hasta entonces vivían en Alcalá de Henares.

Disertación sobre la maternidad espiritual en el XVIII Curso de Antropología Filosófica

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Mujer, ¡Sé lo que eres! es el tema que se está abordando en el XVIII Curso de Antropología Filosófica organizado por el Seminario de Pensamiento Ángel González Álvarez de la Fundación Universitaria Española, dirigido por Lydia Jiménez.

Mañana, miércoles 2 de marzo, la Dra. Claire-Marie Stubbermann, de la Facultad de Teología del Norte de España, hablará sobre La maternidad espiritual: don y reclamo del ser mujer.

El próximo miércoles, día 9, La mujer y la sensibilidad moral será el tema de la intervención del Dr. Eduardo Ortiz Llueca, de la Universidad Católica San Vicente Mártir, de Valencia. Y el día 16, la Dra. Encarnación Fernández, de la Universidad de Valencia, reflexionará sobre La fecundación artificial y su coste para la mujer.

Después de la Semana Santa, el curso será clausurado el miércoles 6 de abril con la intervención del Dr. José Ignacio Prats, de la Universidad Católica San Vicente Mártir, de Valencia, titulada Ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer.

Las ponencias se imparten los miércoles a las 19:00 horas, en la sede de la FUE (c/Alcalá, 93 – Metro Retiro). Se trata de un curso gratuito.

Información: 91 431 11 22/ 91 431 11 93
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Y en la web de la FUE.

Monseñor Osoro en 'La observadora': «No me muevo por ideologías, me muevo por una Persona que captó mi vida»

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El pasado domingo, 28 de febrero, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, fue entrevistado por Teresa Viejo en el programa de Radio Nacional de España La observadora. Durante el encuentro, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española y la periodista compartieron vivencias personales y profesionales, abordando temas como la actualidad política, la vocación sacerdotal, la familia o el Papa Francisco.

Tras un pequeño cuestionario para que los oyentes situaran a la voz detrás del micrófono, con preguntas como nombre de pila o profesión, Viejo presentó al prelado y le preguntó cómo empezaba cada día. «El concepto de despertar es precioso, porque estar despierto es lo más grande del ser humano; despierto para ver toda la realidad y para ver a los demás como hermanos», señaló monseñor Osoro. Hay unos ojos «que son los ojos del corazón, que nos mantienen abiertos los ojos físicos: si no se tiene abierto el corazón, no se suele ver bien». Y para ver bien, «es necesario tener un corazón muy grande», algo que pasa por ponerse delante de Dios al comenzar el día, «acoger su palabra, alabarlo, pedirle que te ayude para que te encuentres con los demás como Él se encontraría, mirándolos como Él lo haría...».

osoro observadora

Siempre quiso ser sacerdote

Interrogado por su vocación, monseñor Osoro manifestó que «siempre» pensó en ser sacerdote y contó que, cuando era pequeño, unos misioneros fueron a su pueblo y «preguntaron a los niños quién quería ser sacerdote, y yo levanté la mano». Por tanto, «siempre estuvo en mí esa necesidad de entregar a los demás algo que me parecía muy importante y que me había enamorado, y que era aproximar la vida del Señor».

El arzobispo de Madrid, en su recorrido vital, estudió magisterio y matemáticas, ha viajado e incluso tuvo novia, como le recordó la periodista. «Así es, y ella fue la primera persona que supo que me marchaba al ministerio sacerdotal», reveló el prelado, para luego explicar que ella entendió que quisiera «entregar la riqueza más grande que un ser humano puede tener en la vida, que es tener un corazón en el que quepan todos...». Sus padres, detalló,  «reaccionaron con mucha seriedad y claridad». Al final, todo lo vivido anteriormente «te va dando unas connotaciones para el sacerdocio que las manifiestas y expresas en la realización de tu existencia junto a los demás».

Próxima parada: Madrid

«En mi vida había imaginado venir a Madrid». Así deja patente el arzobispo su sorpresa ante el nuevo destino que le depararía la Providencia. «Todo lo que yo quería era ser sacerdote de pueblo, con la huerta, un jardín, las gallinas que cuidaba y donde anunciaba con sencillez y entrega a esa gente». Ciertamente, «nunca imaginé venir aquí».

Y de su familia aprendió esa sencillez, apuntó la conductora del programa. «Lo aprendí en casa, sí», reconoció; «la herencia más grande que nos han dejado mis padres ha sido el saber estar con la gente y no prescindir de nadie». En su casa «siempre había sitio para cualquiera en la mesa, fuese quien fuese».

La fe que todo lo reconforta

El recuerdo de sus padres aún sigue muy vivo en el prelado, tal y como manifiesta cada vez que rememora su niñez y juventud: «Ellos ya no están, pero la fe reconforta la pérdida de los seres queridos». «Yo tuve la gracia de asistir a la muerte de mi padre, dándole los últimos sacramentos, como hice con mi madre. Recuerdo que se celebraba el Encuentro Mundial de Jóvenes con Juan Pablo II en París, y ya tenía el viaje, pero mi madre estaba muy mal, así que marché a Santander. Los diez últimos días de su vida estuve con ella, celebrando la Misa con ella hasta el último día, y así la acompañé». Sus padres, reconoce, han marcado su vida: «Lo mejor que tengo es lo que ellos me han regalado».

De la mano del Papa Francisco

Asimismo, Viejo quiso ahondar en la situación de la Iglesia y en el papel del Papa Francisco. «¿Se siente identificado con la nueva primavera del Papa?». «Totalmente», contestó monseñor Osoro; justo antes de agradecer la exhortación apostólica Evangeli gaudium , en la que el Pontífice muestra que «el Evangelio no es un peso, es libertad, es entrega, es hacer puentes, es estar en salida, es descubrir que todos son hermanos, que podemos hacer una casa común de verdad si nos ponemos buscando lo mejor desde nosotros mismos y desde Dios; es posible». Y eso «da una esperanza, una alegría para poder afrontar todas las situaciones especiales que vivamos los hombres».

En esta línea, el arzobispo explicó que la Iglesia «siempre ha estado en la vida de los hombres» e incidió en que «hay que aceptar que, dentro de la Iglesia, también hay otros puntos de vista, que también son de la Iglesia, y que también son buenos».

«Perdónales, porque no saben lo que hacen»

Monseñor Osoro también fue preguntado por el juicio de Rita Maestre en la universidad, recordando una vez más que conversó con ella hace tiempo y que, desde el principio, se situó como lo que es: un pastor. «No soy juez ni quiero interferir en lo que digan los jueces, solo soy un pastor que intenta estar cerca de ella. [...] Vi un deseo sincero de pedir perdón por haber actuado de una manera que ella misma cree que no debía. [...] Siempre intento situarme al lado del Señor y, cuando Él estaba en la cruz, había gente al lado insultándole, y el Señor dice: “Perdónales, porque no saben lo que hacen”. [...] Si un Dios que se hace hombre es capaz de decir eso, ¿un pobre hombre como yo va a decir otra cosa distinta? Sería un insensato, un incongruente».

A renglón seguido, Teresa Viejo, quiso saber si el arzobispo siempre había logrado perdonar: «Creo que sí; no soy un santo y a veces vienen a mi corazón recuerdos, pero me duran lo que me doy cuenta de lo que dijo el Señor en la cruz». «Todos los días tenemos que pedir perdón por algo, y yo todos los días tengo que hacerlo», aseveró.

Volviendo al punto de la política y la religión, que se entrecruzan tan a menudo, el prelado aseguró que «en la vida política y religiosa, existe el riesgo de ideologizar absolutamente todo» y subrayó que «no me muevo por ideologías, yo me muevo por una Persona que captó mi vida, que sé que me amó y que ha contado conmigo». «Me ha regalado su misterio y su ministerio, y esto es lo que tengo que regalar yo a los demás», añadió.

El lenguaje del corazón

La música es una de las muchas aficiones de monseñosr Osoro, y así lo recordó la conductora de La observadora. «Sí, compongo porque me gusta, me ayuda a pensar, me relaja; hay aspectos de la vida que te ayudan a ser más humano», reconoció el arzobispo. A veces, señaló, «la comunicación entre los hombres no podemos hacerla solamente por palabras, porque yo no tengo palabras para decir a veces todo lo que siento, vivo, querría decir a una persona...». Y, sin embargo, «hay gestos, el llorar o el reír, que son lenguajes, y la música y otras artes que son capaces de llevarte a una profundad tal que te hace experimentar cosas que no puedes decir con palabras».

Finalmente, en un guiño entre la confidencialidad y la gentileza compartida, el prelado distinguió el cocido montañés de su tierra como su comida preferida, y también rememoró la primera vez que montó solo en el Metro, cuando tenía 18 años: «Fue aquí, en Madrid, y antes lo había hecho con mis padres; aunque he de contar que el año pasado me subí y, como ha cambiado tanto y no me aclaraba, tuve que recurrir a una señora mayor que fue la que me hizo todo para poder viajar...».

El resultado de un viaje apasionante que, sin duda, hoy continúa acercando el corazón de Dios al corazón de todos los hombres.

Jornada sobre ‘La urgente necesidad del padre’

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El Instituto de Estudios de la Familia de la Universidad San Pablo, la Asociación Católica de Propagandistas y el Centro de atención a la Familia Raíces organizan la jornada La urgente necesidad del padre.

Programada para el sábado 5 de marzo, se desarrollará de 10:00 a 14:00 horas en el salón de actos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad (Paseo Juan XXIII, 6).

Se puede reservar plaza en el correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.