Madrid

Comienzan las Colonias Urbanas de Cáritas Madrid

  • Titulo: Cáritas

Este miércoles, 22 de junio, comienzan las Colonias Urbanas de Cáritas Madrid. Coincidiendo con las vacaciones estivales, se han organizado 11 colonias en las que van a participar más de 400 niños y niñas, de entre 6 y 16 años, con los que se trabaja a lo largo del año desde la red de Cáritas. En estas colonias, que durarán hasta el 14 de agosto, se contará con 36 monitores y más de 110 personas voluntarias.

Se trata de un proyecto que se realiza en colaboración con el Programa CaixaProinfancia de Obra Social laCaixa.

Gran fiesta con las familias en el centro residencial JMJ 2011

  • Titulo: Cáritas

Este martes, 21 de junio, a las 18:00 horas, se va a celebrar en el centro residencial JMJ 2011 un día de encuentro y diversión con una fiesta con las familias y el equipo.

A lo largo de la tarde habrá momentos de celebración, diversión...

Centro residencial JMJ 2011

Cáritas Madrid ofrece diversas respuestas al problema fundamental de la vivienda como eje central en el proceso de la normalización social. Por ello promueve diversos espacios residenciales donde acompaña a las familias en su proceso de intervención, siendo uno de ellos el centro residencial JMJ 2011. Es un alojamiento ubicado en el distrito de San Blas, que cuenta con 118 alojamientos temporales disponibles para personas y familias. Se estable un itinerario de consecución de objetivos que permiten a las familias mayor autonomía y una búsqueda activa de vivienda ajustada a su realidad.

La BAC presenta la serie 'Cor Christi' en el colegio Mater Salvatoris

  • Titulo: Infomadrid

El colegio Mater Salvatoris (c/Valdesquí, 4), de Aravaca, acogerá el acto de presentación de la serie Cor Christi y del último volumen publicado de la misma, Los misterios de la vida de Cristo, de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Programado para este martes, 21 de junio, dará comienzo a las 20:00 horas con la intervención del padre Luis Mª Mendizábal, SJ, autor de dos de los libros de la serie; Pablo Cervera, director de la serie, y el padre Carlos Ganados, DCJM, director de la BAC.

Mónica Yuan, Misionera Eucarística de Nazaret: «Es importante que la Iglesia reconozca la santidad del beato Manuel González»

  • Titulo: Infomadrid / Sandra Madrid

El papa Francisco canonizará el próximo 16 de octubre, en Roma, al beato sevillano Manuel González García, quien fuera obispo de Málaga y de Palencia. Mónica Yuan Cordiviola, Misionera Eucarística de Nazaret y responsable de la causa de canonización, ha afirmado que su fundador «fue un hombre santo, pero para nosotras y para el mundo es importante que la Iglesia reconozca esta santidad. Su forma de vivir nos puede ayudar a todos a ser santos».

«El beato Manuel González fue un hombre muy comprometido con su tiempo. Tuvo una experiencia muy fuerte siendo joven, una experiencia de encuentro con Jesús Eucaristía, ante lo que él denominó un sagrario abandonado, en el que descubrió que Jesús estaba ahí aunque los hombres no iban a estar con él. Tenían cerca la fuente de felicidad y no se acercaban. Esto cambió su vida», ha señalado Mónica Yuan. «Entonces, esto hizo que todo lo que hacía en su vida fuera pensando en que la gente conociera a ese Jesús en la Eucaristía que está ahí por nosotros y para cada uno de nosotros. Esto le llevó a hacer las mayores locuras de amor y de entrega. Fue arcipreste de Huelva e hizo muchas cosas por los niños pobres, además realizó escuelas, ayudó a la gente más necesitada, etc. Se dedicó desde las cosas más pequeñas a las más grandes, siempre pensando en las personas».

Con la noticia de su próxima canonización, Mónica Yuan ha afirmado que «están muy alegres, porque en la tarea que a cada uno nos toque desarrollar, el encuentro con Jesús Eucaristía nos cambia la vida y da un sentido a todo, sea pequeño o grande.

Como obispo, «el beato Manuel González tenía una misión concreta que estuvo impregnada por su amor a Jesús Eucaristía. Fue una persona entregada al pueblo, a la gente y significativa para toda la Iglesia».

Biografía

Manuel González García, obispo de Málaga y de Palencia, fue una figura significativa y relevante de la Iglesia española durante la primera mitad del siglo XX. El cuarto de cinco hermanos, nació en Sevilla el 25 de febrero de 1877, en el seno de una familia humilde y profundamente religiosa. Su padre, Martín González Lara, era carpintero, mientras su madre Antonia se ocupaba del hogar. En este ambiente Manuel creció serenamente y con ilusiones, que no siempre pudo ver realizadas. Sin embargo, hubo una que sí alcanzó, y que dejaría huella en su corazón: formar parte de los famosos «seises» de la catedral de Sevilla, grupo de niños de coro que bailaban en las solemnidades del Corpus Christi y de la Inmaculada. Ya entonces su amor a la Eucaristía y a María Santísima se consolidaron.

La vivencia cristiana de su familia y el buen ejemplo de sacerdotes le llevaron a descubrir su vocación. Sin previo aviso a sus padres, se presentó al examen de ingreso al seminario. Ellos acogieron esta sorpresa del hijo con aceptación de los caminos de Dios. Manuel, consciente de la situación económica en su casa, pagó la estancia de sus años de formación trabajando como fámulo.

Finalmente llegó el esperado 21 de septiembre de 1901, fecha en la que recibió la ordenación sacerdotal de manos del beato cardenal Marcelo Spinola. En 1902 fue enviado a dar una misión en Palomares del Río, pueblo donde Dios le marcó con la gracia que determinaría su vida sacerdotal. Él mismo nos describe esta experiencia. Después de escuchar las desalentadoras perspectivas que para la misión le presentó el sacristán, nos dice: «Fuime derecho al Sagrario... y ¡qué Sagrario, Dios mío! ¡Qué esfuerzos tuvieron que hacer allí mi fe y mi valor para no salir corriendo para mi casa! Pero, no huí. Allí de rodillas... mi fe veía a un Jesús tan callado, tan paciente, tan bueno, que me miraba... que me decía mucho y me pedía más, una mirada en la que se reflejaba todo lo triste del Evangelio... La mirada de Jesucristo en esos Sagrarios es una mirada que se clava en el alma y no se olvida nunca. Vino a ser para mí como punto de partida para ver, entender y sentir todo mi ministerio sacerdotal». Esta gracia irá madurando en su corazón.

En 1905 es destinado a Huelva. Se encontró con una situación de notable indiferencia religiosa, pero su amor e ingenio abrieron caminos para reavivar pacientemente la vida cristiana. Siendo párroco de la parroquia de San Pedro y arcipreste de Huelva, se preocupó también de la situación de las familias necesitadas y de los niños, para los que fundó escuelas. Por entonces publicó el primero de sus numerosos libros: Lo que puede un cura hoy, que se convirtió en punto de referencia para los sacerdotes.

El 4 de marzo de 1910, ante un grupo de fieles colaboradoras en su actividad apostólica, derramó el gran anhelo de su corazón. Así nos lo narra: «Permitidme que, yo que invoco muchas veces la solicitud de vuestra caridad en favor de los niños pobres y de todos los pobres abandonados, invoque hoy vuestra atención y vuestra cooperación en favor del más abandonado de todos los pobres: el Santísimo Sacramento. Os pido una limosna de cariño para Jesucristo Sacramentado... os pido por el amor de María Inmaculada y por el amor de ese Corazón tan mal correspondido, que os hagáis las Marías de esos Sagrarios abandonados».

Así, con la sencillez del Evangelio, nació la «Obra para los Sagrarios-Calvarios». Obra para dar una respuesta de amor reparador al amor de Cristo en la Eucaristía, a ejemplo de María Inmaculada, el apóstol san Juan y las Marías que permanecieron fieles junto a Jesús en el Calvario.

La gran familia de la Unión Eucarística Reparadora, que se inició con la rama de laicos denominada Marías de los Sagrarios y Discípulos de san Juan, se extendió rápidamente y don Manuel abrió camino, sucesivamente a la Reparación Infantil Eucarística en el mismo año; los sacerdotes Misioneros Eucarísticos en 1918; la congregación religiosa de Misioneras Eucarísticas de Nazaret en 1921, en colaboración con su hermana María Antonia; la institución de Misioneras Auxiliares Nazarenas en 1932; y la Juventud Eucarística Reparadora en 1939.

La rápida propagación de la Obra en otras diócesis de España y América, a través de la revista «El Granito de Arena», que había fundado años atrás, le impulsó a solicitar la aprobación del Papa. Don Manuel llegó a Roma a finales de 1912, y el 28 de noviembre fue recibido en audiencia por Su Santidad Pío X, a quien fue presentado como «el apóstol de la Eucaristía». San Pío X se interesó por toda su actividad apostólica y bendijo la Obra.

Su entrega generosa y la vivencia auténtica del sacerdocio son, sin duda, el motivo de la confianza que el Papa Benedicto XV deposita en él, nombrándolo obispo auxiliar de Málaga; recibe la ordenación episcopal el 16 de enero de 1916. En 1920 fue nombrado obispo residencial de esa sede, acontecimiento que decidió celebrar dando un banquete a los niños pobres, en vez de a las autoridades; estas, junto con los sacerdotes y seminaristas, sirvieron la comida a los tres mil niños.

Como pastor de la diócesis malagueña, inició su misión tomando contacto con la grey que se le había encomendado para conocer sus necesidades. Al igual que en Huelva, potenció las escuelas y catequesis parroquiales, practicó la predicación callejera conversando con todo el que se encontraba de camino... y descubrió que la necesidad más urgente era la de sacerdotes. Este problema debía afrontarse desde la situación del seminario, la cual era lamentable. Con una confianza sin límites en la mano providente del Corazón de Jesús, emprendió la construcción de un nuevo seminario que reuniese las condiciones necesarias para formar sacerdotes sanos humana, espiritual, pastoral e intelectualmente. Sueña y proyecta «un seminario sustancialmente eucarístico. En el que la Eucaristía fuera: en el orden pedagógico, el más eficaz estímulo; en el científico, el primer maestro y la primera asignatura; en el disciplinar el más vigilante inspector; en el ascético el modelo más vivo; en el económico la gran providencia; y en el arquitectónico la piedra angular».

A sus sacerdotes, al igual que a los miembros de las diversas fundaciones que realizó, les propondrá como camino de santidad «llegar a ser hostia en unión de la Hostia consagrada», que significa «dar y darse a Dios y en favor del prójimo del modo más absoluto e irrevocable».

Manuel González no escatima esfuerzos para mejorar la situación humana y espiritual de su diócesis. Su ingente actividad hace que no pase desapercibido, y con la llegada de la República a España su situación se hace delicada. El 11 de mayo de 1931 el ataque es directo, le incendian el palacio episcopal y ha de trasladarse a Gibraltar para no poner en peligro la vida de quienes lo acogen. Desde 1932 rige su diócesis desde Madrid, y el 5 de agosto de 1935 el Papa Pío XI lo nombra obispo de Palencia, donde entregó los últimos años de su ministerio episcopal.

También hay que destacar, durante todos los años de su actividad pastoral, la fecundidad de su pluma. Con estilo ágil, lleno de gracia andaluza y de unción, transmitió el amor a la Eucaristía, introdujo en la oración, formó catequistas, guió a los sacerdotes. Entre sus libros, destacamos: El abandono de los Sagrarios acompañados, Oremos en el Sagrario como se oraba en el Evangelio, Artes para ser apóstol, La gracia en la educación, Arte y liturgia, etc. Escritos que por su gran difusión se han recopilado en la reciente edición de sus Obras Completas.

Los últimos años su salud empeora notablemente, prueba que vive de modo heroico, sin perder la sonrisa de su rostro siempre amable y acogedor, y la aceptación de los designios del Padre. El 4 de enero de 1940 entregó su alma al Señor y fue enterrado en la catedral de Palencia, donde podemos leer el epitafio que él mismo escribió: «Pido ser enterrado junto a un Sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!».

Su Santidad Juan Pablo II declaró sus virtudes heroicas el 6 de abril de 1998, y aprobó el milagro atribuido a su intercesión el 20 de diciembre de 1999.