Madrid

Cardenal Blázquez: «Las reservas frente a la 'Amoris laetitia' se van superando»

  • Titulo: Infomadrid / R. Benjumea

Con la exhortación Amoris laetitia, el Papa «ha dado un precioso servicio a la Iglesia», en un documento que «ha quedado encaminada de una forma muy rica». Así lo entiende el cardenal Ricardo Blázquez, que participó este lunes en unas jornadas de reflexión para los sacerdotes de Madrid, que se extenderán hasta el miércoles, con el lema La belleza del amor matrimonial en la exhortación ‘Amoris laeititia’ (claves de lectura y comprensión).

Flanqueado por el arzobispo de Madrid, el cardenal electo Carlos Osoro, Blázquez matizó que la Amoris laetitia «no es un documento infalible» –en los últimos pontificados «ha habido pocas decisiones de carácter infalible», aclaró–, pero tampoco es «un documento cualquiera», sino que se trata de «un documento magisterial de gran valía».

En cuanto a su recepción en España, el presidente de la Conferencia Episcopal no cree que haya habido «desobediencia», pero sí «lentitudes» y «reservas en la recepción». «Tengo la impresión –añadió– de que esas reservas, gracias a Dios, se van superando».

El Año de la Misericordia, una clave interpretativa

Frente a lo que hayan podido presentar algunos medios de comunicación, que «nos indicaron con el dedo» cómo interpretar esta exhortación, «este documento no se reduce ni muchísimo menos» a la cuestión de la comunión de los divorciados vueltos a casar.

Al mismo tiempo, el arzobispo de Valladolid destacó cómo el documento, completando la labor de los dos sínodos de obispos dedicados a la familia, responde a situaciones novedosas que han aparecido en la sociedad, reforzando en primer lugar la pastoral familiar, y promoviendo un nuevo acercamiento a situaciones que no corresponden al ideal que presenta la Iglesia, pero en las que la exhortación sí reconoce que existen «elementos constructivos».

«En algunas diócesis ha tenido lugar no solo una disminución de los matrimonios canónicos», sino un «auténtico desplome en muy pocos años», afirmó el cardenal Blázquez. «Estamos viendo en las mejores familias, en cualquier lugar, en nuestros propios sobrinos», a parejas que «están conviviendo», mientras se dispara al mismo tiempo el número de divorcios. Son situaciones que vemos «a la puerta de nuestra casa, en nuestra misma casa», y ante las que la primera respuesta debe ser «una actitud compasiva», subrayó el cardenal Blázquez. Que la exhortación se haya publicado en pleno Año de la Misericordia no solo «no es casual», sino que esta coincidencia ofrece una «clave de lectura del documento».

El discernimiento

El término clave es el discernimiento. «El Papa, con esta exhortación apostólica, nos ha matriculado a todos en una asignatura nueva, la del discernimiento, la del acompañamiento pastoral....», prosiguió el presidente de la CEE. «Sería más cómodo decir: “Aquí tienes el código y las normas de la Iglesia”», pero la Amoris laeitia nos pide buscar «la voluntad de Dios ante una situación concreta de una persona que, por definición, es irrepetible», en el contexto de un proceso de acompañamiento que exige «siempre el respeto a la conciencia». Por eso hay que aprender a conjugar «la ley y la conciencia», que «es la luz de Dios en el corazón del hombre, y no puede haber contradicción entre esa voz y la voz en los mandamientos de la Ley de Dios».

Para el sacerdote, esto no significa relativizar la doctrina. «No tenemos autoridad para hacer la ley a la medida de cada uno. No hay graduación de la ley, pero sí camino progresivo de conversión», añadió el cardenal de Valladolid.

Blázquez criticó, en ese sentido, la falta de «unidad y de comunión». «No podéis, hermanos párrocos –dijo–, aconsejar una cosa, y el de la parroquia de al lado, otra». «Se necesita contrastar los criterios». «No nos sacamos la doctrina de la manga ni tampoco lo que vamos a predicar».

Ocurre hoy en España que esa doctrina con frecuencia se encuentra en oposición a algunas leyes, como la del divorcio exprés. La Iglesia, a juicio del presidente de la CEE, no debe callar, «decir con amabilidad y con verdad lo que creemos como cristianos y lo que pensamos como ciudadanos».

El problema es «la hipersensibilidad ante lo que nosotros decimos» en algunos, a quienes las declaraciones públicas de responsables eclesiásticos les generan «sarpullidos». «Hay lobbies que reivindican una libertad absoluta», pero luego «son absolutamente cerrados a la libertad de otros», además de «centros que no se sabe dónde están» que extienden por todo el mundo la ideología de género.

Continúan las jornadas para sacerdotes

Las jornadas de reflexión para los sacerdotes de Madrid en el Seminario Conciliar prosiguen este martes con una conferencia del jesuita Pablo Guerrero, profesor de Teología Pastoral en la Universidad Pontificia Comillas, titulada Aproximación a la psicología de la pareja matrimonial. El miércoles intervendrán José Barceló Llauger y María Bazal González, matrimonio de la Fundación Casa de la Familia, quienes hablarán sobre La belleza del amor en el matrimonio cristiano según Amoris Laetitia. En ambos casos el horario es de 11:30 a 13:00.

«Que la Iglesia se convierta en la más firme aliada de las víctimas de trata»

  • Titulo: Infomadrid / Foto: Pablo Genovés

El Grupo Intereclesial sobre Trata, integrado por CONFER, Cáritas Española, Justicia y Paz, la Fundación Cruz Blanca, la Fundación Amaranta y la Comisión Episcopal de Migraciones, organizó el pasado sábado, 22 de octubre, una jornada de concienciación en la parroquia Nuestra Señora del Pilar (Juan Bravo, 40), pocos días después del Día Europeo contra la Trata (18 de octubre). Bajo el lema La trata de seres humanos, una realidad invisible, el encuentro contó con diversos testimonios de personas que trabajan en este ámbito.

En la jornada, el vicario de Pastoral Social e Innovación de la diócesis, José Luis Segovia, leyó una carta escrita por el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, quien recuerda que «Dios quiere que cada persona sea un fin en sí misma, pletórica de dignidad y de derechos, radicalmente libre y en comunión con Él» y denuncia «las diversas formas de esclavitud moderna» como la trata de personas, que «deforman la imagen del Creador reflejada en el ser humano». El prelado también agradece la labor de las distintas congregaciones e instituciones de Iglesia que combaten esta «lacra» y pide que «la Iglesia se convierta en la más firme aliada de las víctimas de trata y que ayude a que las políticas públicas consideren la condición victimal como la auténticamente prioritaria por encima de cualesquiera otras consideraciones por legitimas que fueren».

Carta íntegra

Me es imposible acompañaros en este importante encuentro que visibiliza una terrible y escondida realidad: la trata de personas. Pero, a través del vicario de Pastoral social e Innovación, os envío un saludo muy cariñoso y unas breves palabras para destacar la importancia eclesial y social del tema que nos convoca: La trata de seres humanos una realidad invisible.

A lo largo de la jornada os habéis acercado al concepto de trata que desborda el campo del abuso sexual y se adentra en otras formas no menos detestables de cosificación de seres humanos como, por ejemplo, la explotación laboral. Todas ellas deforman la imagen del Creador revelada en cada ser humano. Dios quiere que cada persona sea un fin en sí misma, pletórica de dignidad y de derechos, radicalmente libre y en comunión con Él.

Desde una excelente praxis pastoral, las congregaciones e instituciones que formáis el Grupo Intereclesial de trata habéis compartido los desafíos que supone esta realidad execrable para nuestra fe cristiana y para cualquier conciencia moral mínimamente sensible. Habéis expuesto vuestro ejemplar trabajo de calle, donde la herramienta privilegiada es vuestra propia persona y su sensibilidad y empatía que salen al encuentro de la vulnerabilidad del prójimo y apuestan decididamente por él. Todo con un compromiso que no se limita a detectar y denunciar los problemas, sino que continúa con una oferta convivencial para cerrar los procesos hasta la plena sanación e integración social de las víctimas. No hay palabras para agradeceros tanta generosidad y cuánto de Evangelio silencioso nos contagiáis a toda la Iglesia.

Tampoco quisiera olvidar la importancia del marco político y jurídico que habéis destacado en el abordaje de este gravísimo problema. Tenemos que multiplicar esfuerzos para que las instituciones, la sociedad y la propia Iglesia, como nos recordaba recientemente el Santo Padre, no permanezcan inactivas o en silencio ante esta tragedia. ¡No podemos cultivar la triste globalización de la indiferencia, sino la gozosa civilización del amor!

En particular, como colofón de esta jornada, a la que me siento afectiva y efectivamente unido, quisiera destacar algunos aspectos que no por evidentes deben ser olvidados:

1. Las diversas formas de esclavitud moderna, como la trata de personas, afectan a todos los países, también vergonzosamente al nuestro muchísimo más de lo que pensamos. Constituyen una auténtica blasfemia contra Dios y una gravísima afrenta al deber de comportamiento fraternal al que nos invita el artículo 1º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sería deseable que estas prácticas aberrantes sean consideradas un crimen contra la humanidad. Como repite el Papa Francisco, la trata de seres humanos se ha convertido hoy en una llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una llaga en la carne de Cristo1. En este sentido, resultaría sanador que todos los países cumpliesen las previsiones del Convenio de Nueva York de 1949 que obliga a incriminar toda forma de proxenetismo.

2. Quiero mostrar mi apoyo más incondicional y entrañable, y con él el de toda la archidiócesis de Madrid, a todas las congregaciones e instituciones de la Iglesia (y, por supuesto, de la sociedad civil), empeñadas en la visibilización de esta lacra, en la firme denuncia de sus causas, y en la atención delicada, entrañable y personalizada de todas las víctimas de trata.

3. Pido a Dios que, siguiendo el anhelo del Grupo de Santa Marta, la Iglesia se convierta en la más firme aliada de las víctimas de trata y que ayude a que las políticas públicas consideren la condición victimal como la auténticamente prioritaria por encima de cualesquiera otras consideraciones por legitimas que fueren (por ejemplo, el control de fronteras). Teórica y prácticamente, el interés superior de la víctima debe salvaguardarse siempre.

Unidos en la oración y en el compromiso contra la trata, os bendice con cariño y os anima a todas las personas reunidas en este acto,

Vuestro arzobispo,

+Carlos

Monseñor Osoro anima a «vivir con el compromiso de regalar la misericordia de Dios a los hombres»

  • Titulo: Infomadrid / C. González

Durante este fin de semana, con el lema Confiamos en tu misericordia, se ha celebrado en Madrid el I Congreso Nacional de la Divina Misericordia. El sábado, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogió una vigilia de oración, presidida por el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro. El cardenal electo subrayó que la justicia de Dios desentona de la que utilizamos los hombres, porque «Dios nos regala hasta su propia vida», y «esa es su medida: la desmedida del amor». Tras recordar cómo Jesús recorría las ciudades y las aldeas proclamando el Evangelio, «curando toda enfermedad y toda dolencia», señaló que la dolencia del ser humano «es el no experimentar en su vida esa medicina única e inigualable que nos hace tener voz», que «hace posible comunicarnos y que nuestra comunicación sea para vitalizar a todo el que está alrededor nuestro».

Hoy, expuso, «en toda las latitudes de la tierra», el ser humano «tiene necesidad de experimentar el cariño y el amor de Dios en su vida», de sentir «la cercanía de Dios», porque «el ser humano no puede seguir viviendo desde sí mismo; cuando lo hace, ni se conoce, ni puede comunicarse en plenitud con todos los hombres como imagen y semejanza de Dios que es».

En ese sentido, «el ser humano, la belleza que tiene, nos la ha dado Dios mismo a nosotros cuando nos crea». El ser espejo de lo divino, dijo, «el ser siempre vivificadores de lo que es Dios es la gran tarea que tenemos en este mundo». Pero «no la podemos vivir ni ejercer si no nos acercamos a quien es el amor y la misericordia, si no experimentamos en lo más profundo de nuestro corazón ese amor de Dios que plenifica nuestra vida». El amor y la misericordia del Señor, aseveró, «nos humanizan, nos engrandecen».

Así, recordando las palabras Papa Francisco en la bula del Año de la Misericordia, incidió en que «la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia es la misericordia». Como Jesús, que «salía y recorría las ciudades y las aldeas, y entregaba la misericordia», la Iglesia «nos pide que hagamos lo mismo, llevando la alegría que proviene de ser discípulos de Cristo, que conlleva el haberlo conocido y el haber dejado ocupar nuestra vida por la misericordia». Así pues, «regalad y mostrad el amor misericordioso», porque «esto es constitutivo de la misión que Cristo nos entrega».

Finalmente, el prelado señaló que el amor de Dios «nos une, nos construye, nos alienta, nos anima y no nos dispersa». De esta manera, animó a todos los presentes en el encuentro a «salir por el mundo» y a «vivir con el compromiso de regalar la misericordia de Dios a los hombres, llevando y mostrando la buena nueva de la dignidad humana», que «se da y se entrega cuando al otro le hacemos experimentar que Dios le ama y le quiere incondicionalmente». «Hagámoslo juntos, hagámoslo en la unidad», concluyó.

Celebración de la festividad litúrgica de Todos los Santos en San Ignacio de Loyola, de Torrelodones

  • Titulo: Infomadrid

La parroquia San Ignacio de Loyola, de Torrelodones, celebrará la tradicional fiesta de Todos los Santos el martes 1 de noviembre.

En esta jornada, se invita a los niños a acudir vestidos de santo/a para asistir a la Eucaristía que dará comienzo a las 11:15 horas. A continuación, algunos de los pequeños darán testimonio de su santo, de su experiencia vital y de cómo los santos están presentes en la vida cotidiana. Comparando los santos con los superhéroes, se comprobará cómo los santos ayudan y sirven de modelo. Los actos concluirán en el salón parroquial con un banquete con viandas aportadas por todos para compartir. Esta fiesta está abierta a toda la comunidad parroquial, por lo que los adultos también pueden acudir vestidos de santos.

Menú celestial

En la hoja parroquial se sugieren alimentos que se pueden aportar para esta comida exquisita, ya que «Todo sabe a Gloria». Así: Huesitos de Santos, Cabello de ángel, Lágrimas de san Lorenzo, Chorizos convertidos, Queso de beso, Galletas Santa María, Marías Magdalenas amigas de Jesús, Bebidas divertidas, Flan espiritual... y comidas creativas de diseño, deliciosas y de sabor a cielo. Todos ellos «alimentos imperecederos», sin conservantes ni colorantes, tan natural como la Vida Eterna.

Celebración de la Eucaristía

Durante la jornada del 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos, se celebrará en la parroquia la Eucaristía siguiendo el horario festivo: 10:00, 11:15, 12:30 y 19:30 horas. La Misa de difuntos en el Cementerio dará comienzo a las 16:00 horas. Al día siguiente, miércoles 2 de noviembre, festividad de los fieles difuntos, se celebrarán las Misas siguiendo el horario de diario: 9:30 y 19:30 horas en San Ignacio y a las 17:30 horas en la Residencia Parroquial. La Misa de las 19:30 horas será aplicada por todos los fallecidos el pasado año en esta parroquia.