Madrid

Vigilia de oración en la capilla del Obispo en honor a Nuestra Señora del Monte Carmelo

  • Titulo: Infomadrid
  • Firma: Vigilia de oración en la capilla del Obispo en honor a Nuestra Señora del Monte Carmelo
  • Fin Agenda: 15-07-2024

La capilla del Obispo (plaza de la Paja, s/n) acogerá el lunes 15 de julio, a partir de las 21:00 horas, la vigilia de oración organizada por las Hermanitas del Cordero como preparación a la fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Al día siguiente, martes 16, solemnidad de la Virgen, habrá los siguientes cultos en el templo:

  • 12:30 horas. Oficio de la fiesta
  • 18:00 horas. Adoración eucarística
  • 19:00 horas. Eucaristía de la fiesta

Entrevista al cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, en el primer año del inicio de su ministerio: «Seguiremos creciendo en caminar juntos como diócesis»

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  • Firma: Entrevista al cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, en el primer año del inicio de su ministerio: «Seguiremos creciendo en caminar juntos como diócesis»
  • Fin Agenda: 08-07-2024

El 8 de julio de 2023 el entonces obispo auxiliar de Madrid comenzó su andadura como arzobispo de la capital. Nuestros compañeros de Alfa&Omega han hablado con él de un año vertiginoso, pero lleno de primeros pasos.

¿Cuál es el balance de su primer año como arzobispo de Madrid?

— Ha sido un año de toma de conciencia con dos claves. Por un lado, he vivido un nuevo comienzo, recuperando un poco el camino que ya había emprendido. Y por otro, vamos abriendo nuevas puertas y viendo cómo se crean nuevos equipos de trabajo para el futuro y nuevos horizontes en clave de escucha.

¿Cómo ha sido recibido por el clero y por los religiosos y religiosas de la archidiócesis?

— Con la vida religiosa he tenido reuniones muy bonitas donde han hablado de cómo ver el horizonte y caminar hacia el futuro. Con los sacerdotes, he tenido la oportunidad de reunirme no solo con el clero por vicarías, sino por edades; han aportado horizontes y la relación es muy buena. Hemos podido dialogar, hacernos preguntas y compartir sugerencias.

¿Y por los fieles?

— El pueblo de Madrid ya me había recibido, y lo volvió a hacer con la normalidad y el cariño que había. Dije que ya estaba en casa y, un año después, sigo en casa.

Su primer paso fue celebrar Misa en el pueblo más pequeño de Madrid. ¿Cuál será el primero de este segundo año?

— La línea que tenemos para el año que viene será seguir profundizando en el significado de diocesanidad. Hemos compartido un calendario general como percha de acciones pastorales, para ir creciendo en esa experiencia de caminar juntos como diócesis. Habrá novedades en San Dámaso, también en el seminario y en la vida pastoral de las comunidades, desde la atención específica al catecumenado de adultos.

Su año no solo ha sido madridcéntrico. También hay una dimensión internacional a través del cardenalato. ¿Qué ha aprendido de la Iglesia en el mundo?

— Ha sido un tiempo de conocimiento de la realidad interna del Vaticano, del Dicasterio para los Obispos, del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y también del Sínodo, donde he tenido que colaborar últimamente.

De hecho, en esta dimensión internacional, hace unos días dirigió una homilía en la catedral de la Almudena a los secretarios generales de todas las conferencias episcopales de Europa. ¿Qué les dijo?

— Les dije básicamente que tenemos que recuperar, por un lado, la capacidad de ofrecer una respuesta significativa de fraternidad. La Iglesia puede ser un punto de encuentro, desde su presencia en cada rincón, para toda la diversidad y el reto de los desencuentros que tenemos en Europa.

Y llegamos a España. También ha sido nombrado vicepresidente de la CEE.

— Voy aprendiendo. Para eso, el presidente, Luis Argüello, me ha ayudado mucho. Debo trabajar en coordinación y en equipo con él. El servicio colegial es fundamental y él me va enseñando.

En la Comisión Permanente de los días 2 y 3 de julio han abordado, entre otros temas, el plan de reparación integral para las víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. ¿Responde a lo que las víctimas y la sociedad esperan de los obispos y de la Iglesia?

— Ante todo, hay que presuponer la buena voluntad de todas las partes; no se trata de una competencia de funciones, sino que tenemos el reto de dar respuesta a una realidad y a un acontecimiento de nuestra historia. Ante esto, intervienen primero las víctimas, que siempre merecen la centralidad y la escucha; pero también responden cada una de las diócesis. Los pasos que se den han de tener en cuenta, asimismo, a los victimarios, que son una parte en todo este fenómeno. Hacer converger estas tres direcciones y voluntades es un arte que no se hace con leyes, sino que se hace con encuentros e intentos, que tendrán aciertos y desaciertos. Lo que sí hay que presuponer es que cada parte quiere hacer lo mejor y estamos en ello: en querer hacer un plan proactivo que vaya más allá de la ley, en querer tener en cuenta a las víctimas; pero es la Conferencia la que responde, no un obispo; es un conjunto de obispos que responden a un fenómeno más grande que una diócesis. Poner de acuerdo todas las voluntades exige tiempo, paciencia y respeto a los procesos. Queremos éticamente responder más allá de la ley y en conciencia con ciertos parámetros objetivos —que eso es el plan de restauración—, pero responder a lo que debemos hacer para que esto no se vuelva a repetir y para aprender en el futuro.

De hecho, Madrid ha dado un paso —que ya dio el obispo Joseba Segura en Bilbao— y va a hacer un acto de reparación público por las víctimas en septiembre.

— El acto que se anunció es un acto que está preparado desde hace mucho tiempo. Cada diócesis tiene su ritmo y tiene su historia. En la archidiócesis de Madrid, desde hace ya seis años hay todo un equipo de gente y toda una cultura de restauración que está trabajando con equipos, redes sociales y redes efectivas de implantación en el territorio diocesano. Toda esta gente ha tenido momentos de reconocimiento de víctimas, actos de oración. Pero estos grupos y movimientos pedían desde hace tiempo que la diócesis hiciera un acto público. Cuando entré, es lo primero que me pidieron, y durante este año les he dicho que aguardaran un poco de tiempo. Cuando el equipo de Repara me volvió a decir que era necesario celebrar un aniversario y visibilizar la restauración y la voz de las víctimas en medio de nuestra archidiócesis, les dije que plantearan un proyecto y es el que hemos anunciado.

También responde al trabajo realizado, a la voluntad y a la madurez de muchas víctimas atendidas no solo en el ámbito eclesial sino en el familiar, y responde a un trabajo de mucha gente en estos años en la diócesis que creen que está madura la celebración de este momento de reconocimiento en medio de la ciudad. No queremos ir en contra de nadie, simplemente es la respuesta a un proceso que hace tiempo que se ha iniciado y a pequeños actos que hemos venido haciendo desde hace varios años. Este acto tampoco es una repuesta a una petición legal que se nos haga, sino que es el fruto de un proceso y un trabajo que ya se lleva haciendo. Creemos que moralmente la Iglesia tiene que tomar en Madrid la iniciativa de recoger el trabajo que ya se ha hecho.

Más nombramientos en este año. Es el ordinario para los fieles católicos orientales residentes en España. ¿Cómo ha sido este primer acercamiento?

— Es otro mundo al que me voy acercando. Este año ha sido de conocimiento; me he entrevistado con distintos obispos de otros ritos y he ido conociendo el trabajo que el cardenal Osoro ha estado haciendo durante estos años. Es un trabajo bonito de consolidar y acompañar la diversidad de ritos y de pueblos que conviven en Madrid un tanto sumergidos.

El cardenalato ha estrechado su relación con Francisco. La Iglesia en España, ¿en qué momento está en su relación con el Papado?

— En general, hay una unidad fundamental con el Papa. Desde que soy cardenal soy más sensible a estas cosas, porque he jurado dar la vida y la sangre por él, y ahora mismo hay un buen tono de comunión y sintonía de querer escuchar lo que dice. Lo hemos visto en cuestiones concretas, como la vida de los seminarios, la presencia del episcopado cuando hemos ido juntos a ver al Papa… Eso indica una buena salud. Otro campo es que dentro de la vida española hay grupos y sesgos que están introduciéndose en las redes y entre el pueblo de Dios que quieren, en definitiva, una negación absoluta del Concilio y con ropajes extraños están dividiendo y confundiendo, porque tratan de vender productos ideológicos en clave teológica. Tenemos que identificarlos y enseñar al pueblo de Dios a que atienda la clave católica, que es la comunión con Jesucristo mirando siempre a Pedro.

En este sentido, Madrid acogió un primer encuentro de evangelizadores digitales para recalcar la importancia de la presencia en redes sociales.

— Es clave ahora mismo entrar en todos los lenguajes y conocer los nuevos que la evangelización necesita. No vale solo con cambiar palabras, sino que nos introduzcamos en continentes nuevos; por eso la primera reunión fue un momento de encuentro y muy de comunión, de ponernos cara y hablarnos no a través de una pantalla, sino presencialmente. Esto trajo buenas consecuencias, como la llamada a no regirnos solo por las normas de la red y de la audiencia, sino las del Evangelio y la misión.

Lleva un año de agenda intensa, encontrándose con todo tipo de realidades de la archidiócesis. ¿Dónde están las fortalezas y las debilidades?

— La fortaleza que tenemos es la historia de estos últimos años, todo lo que se ha trabajado e incorporado en la vida de la Iglesia. Agradezco a don Carlos Osoro todo lo que ha sembrado. Otra es el clero de Madrid, la disponibilidad de la mayor parte de los sacerdotes y su acogida y entrega. Y otra es la vitalidad de las parroquias y las comunidades. No es que sea numéricamente espectacular, pero sí significativamente vivida. Hay cantidad de laicos entusiastas que entregan la vida por sus parroquias y comunidades. A lo mejor no se les ve mucho, pero en cada rincón de Madrid hay un lugar donde se acoge a la gente y se vive la fe.

La mayor debilidad es el miedo al cambio. Es un cambio de época, no sabemos cómo va a ser el futuro ni los modelos, y esto nos bloquea un poco a todos, tanto a laicos como sacerdotes. El miedo a ser menos es otra debilidad. Ante eso, tendemos a repetir lo que siempre habíamos hecho. Nos resta fuerzas y hasta nos enfrenta. También está el miedo a no ser iguales y no ver la diversidad como oportunidad, sino como inconveniente. Y creo que es un don y una forma de redescubrir nuestro ser católico en medio de la ciudad.

Desde el inicio de su camino como arzobispo ha insistido en trabajar en clave sinodal. Aunque ninguna diócesis de España ha tenido una participación grande en esta segunda consulta. Tampoco la madrileña.

— En Madrid venimos de una experiencia de seis años de consulta del Plan Diocesano de Evangelización, con 36.000 participantes. Luego tuvimos el Plan Diocesano Misionero otros dos años y la primera fase del Sínodo. Las directrices que nos dieron de la segunda consulta es que no era tan expansiva y pretendía ser más significativa.

Todavía está en proceso de reformar la Curia. ¿Cómo ha sido recibida la primera parte y qué nos espera?

— Este año ha sido de planteamiento y de entender bien los mecanismos de funcionamiento de la estructura curial. El próximo año ya nos lanzaremos a una fase de reestructuración de toda la Curia, que comprende por un lado la reforma de los estatutos para ponerlos al día y establecer cauces sinodales efectivos. Por otro lado, se crearán nuevas delegaciones y nuevas formas pastorales de acuerdo a criterios de transparencia y de optimización de los recursos que tenemos, y, además, trataremos de que la Curia sea una respuesta a las necesidades evangelizadoras que tiene la diócesis.

Ha fichado a profesionales, como por ejemplo en materia económica o de medios de comunicación. ¿Ahí radican las bases de una archidiócesis, en una buena transparencia financiera y en cómo comunicar la vida diocesana?

— Los nuevos lenguajes que necesita la evangelización empiezan a tener relación en un mundo complejo que necesita profesionales cualificados que conozcan el medio y la experiencia de fe y la Iglesia. Con eso tenemos que relacionarnos en los medios de comunicación, en la economía, en la cultura y en cada ámbito donde tengamos que estar presentes.

Buen conocedor de las migraciones y la cuestión social, ¿la archidiócesis y sus proyectos responden a la necesidad de la gran ciudad —la pastoral penitenciaria, el trabajo en Cañada Real, la atención en el CIE…—?

— Cuando empecé a ser arzobispo, lo primero que se me vino a la cabeza en Navidad, con el encendido de luces, es la espinita de que la Cañada Real no tenía luz. E hicimos una petición por la luz en todas las Misas: esto desembocó en que, en marzo, la Administración y entidades privadas empezaron a dar pasos para implementarla. Las oraciones han sido escuchadas y los vecinos de la parroquia están un poco más arropados.

Por otro lado, la ciudad es vertiginosa. Nos encantaría tener recursos para ir tan rápido como va la urbe, pero queremos atender bien a las personas a las que podemos llegar, sabiendo que no podemos llegar a todas.

Ha sido objeto de críticas. Tiene detractores y, además, ha tomado algunas decisiones puntuales que no han sido bien recibidas por todos.

— El trabajo de estos años al lado del cardenal Osoro me ha ayudado a entender que siempre va a haber gente a la que le parecen bien los pasos que se dan y otra a la que le parecen mal, pero que lo malo es no darlos. Cuando un paso se da de forma contrastada, consensuada y orante, creo que hay que hacerlo. Mi deseo no es hacer pasos locos ni pruebas, sino crear procesos pensados, acompañado por grupos y fruto de una necesidad; el tiempo dirá si hay que revisarlos o no. La crítica no es un buen elemento de discernimiento inmediato.

El sábado ha aumentado su equipo cercano.

— Madrid no se concibe ni se ha concebido nunca como un obispo, sino que necesita un equipo para hacer presente la figura obispo en todos los lugares. La tarea que tenemos es aprender a trabajar juntos, a vivir juntos. E ir organizando cómo va a ser nuestro trabajo. Cada uno de los obispos que llega nuevo asumirá un área pastoral y una función administrativa específica, y en este mes vamos a diseñar un modelo de visita pastoral para empezar el año que viene.

Le llaman «el cura de Madrid». ¿Tiene tiempo ahora para ser cura, amigo, hijo y hermano o la agenda ahoga?

— La agenda es tirana y tengo que engañarla de vez en cuando para seguir viendo a los amigos, para visitar los rincones de toda la vida y para ver a la familia. Pero intento que esos buenos hábitos no falten en la semana. Si no, repercutiría negativamente sobre el resto.

Dígame algo que le haya marcado especialmente. A mí me viene a la mente el funeral por las víctimas del 11M y la visita de los seminaristas a Roma. El vía crucis en la catedral, la primera vez que vinieron los Reyes Magos a la Almudena, la visita del Patriarca Bartolomé o la JMJ de Lisboa ya como arzobispo. También ha estado con el rey y ha hablado de san Isidro al lado del alcalde. Ah, y ha recibido al Real Madrid. Casi nada.

— Me da la impresión de que llevo diez años, porque ha pasado todo tan rápido, con hitos tan importantes, que no me da tiempo a digerirlos. Necesito el verano para ir rezando todo lo que he vivido. Ha sido demasiado vertiginoso, no solo por los acontecimientos extraordinarios, sino por la rapidez. Ahora toca que lo sucedido este año sedimente y que no sean espectáculos o acontecimientos, sino que sirvan para caminar en el futuro y abrir puertas.

El cardenal José Cobo, en la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico: «Gracias a quienes tenéis conciencia de que al volante y en la carretera sois instrumentos de la bondad de Dios»

  • Titulo: Santiago Tedeschi Prades
  • Firma: El cardenal José Cobo, en la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico: «Gracias a quienes tenéis conciencia de que al volante y en la carretera sois instrumentos de la bondad de Dios»
  • Fin Agenda: 07-07-2024

El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha presidido este domingo, en la parroquia de San Cristóbal – patrono de los conductores y transportistas - la Santa Misa en la LVI Jornada de Responsabilidad en el Tráfico. En la celebración también estaban presentes el director de la Pastoral de la Carretera de la CEE, José Aumente, y Bienvenido Nieto, diácono permanente de la diócesis y miembro del Secretariado de Pastoral del Tráfico.

Después de la lectura del Evangelio, el arzobispo de Madrid ha reflexionado sobre esta LVI Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, en este tiempo en el que empieza «un periodo de vacaciones, de idas y venidas, donde también la Iglesia nos pone un foco concreto en nuestra responsabilidad en la movilidad». Estos desplazamientos «también están sometidos a la mirada de Jesús. Los traslados son fuente de felicidad, y lo vemos estos días, pero también un lugar de muerte y sufrimiento. Por eso, se nos anima a escuchar a Jesús, buen vecino, también en este ámbito, y a no dejar que se marche o deje de bendecir este espacio porque el que tantos transitamos».

recorte misa

«Como conducimos, como usamos los transportes, como acogemos a los profesionales del transporte y a los que velan por nuestra seguridad, ¿entra Jesús en todo eso o le dejamos escapar y que se vaya a otro lugar?», ha preguntado el arzobispo de Madrid a los fieles presentes.

Recordando el lema de esta LVI Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’, el cardenal José Cobo ha lamentado que la carretera, tristemente, es «un espacio donde también se pierde la vida, unas veces la propia y otras la del prójimo. El siniestro de tráfico no distingue de razas, credos o condiciones sociales. Atendiendo a esta petición de prudencia, de responsabilidad, de atención y cuidado, los cristianos no solo estamos atendiendo a un elemental llamamiento a la responsabilidad, sino que estamos acogiendo también la voluntad del mismo Dios para que seamos sensibles al respeto, a la integridad y a la seguridad de los demás».

recorte misa 1

El arzobispo de Madrid también ha dedicado unas palabras a los profesionales de la circulación del transporte, de personas o mercancías: «Ellos también merecen ser tratados con respeto, dignidad y agradecimiento. A veces están sometidos a jornadas muy prolongadas y a premuras en los servicios. Ser responsables es también salvaguardar su dignidad laboral y su integridad».

«Tratemos todos de ser y vivir en el mundo del tráfico de una forma segura, amable y responsable, como peatones, conductores o pasajeros. En esta eucaristía, como vecinos, como aquellos que escuchan a Jesús, los ponemos a todos en el altar. Gracias a quienes tenéis conciencia de que al volante y en la carretera sois instrumentos de la bondad de Dios. Gracias a quienes circuláis por las carreteras como medio de trabajo y contribuís al bienestar común. Gracias a quienes desde la Guardia Civil de tráfico y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad os empeñáis en hacer que el tránsito sea más seguro y gracias, de verdad, por estar siempre dispuestos a ser ángeles guardianes que nos auxiliáis en la carretera».

Tras la Santa Misa, y al exterior de la parroquia madrileña de San Cristóbal, el cardenal José Cobo ha bendecido los vehículos: «Te pedimos por los que usen estos vehículos, que recorran sus caminos con precaución y seguridad. Eviten toda imprudencia peligrosa para otros y tanto si viajan por placer, trabajo o necesidad, experimenten siempre la compañía de Cristo».

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Bienvenido Nieto, ante la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico: «Cuando nos movemos por las calles y por las carreteras, no vamos solos»

  • Titulo: Infomadrid/ M.D.Gamazo
  • Firma: Bienvenido Nieto ante la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico: «Cuando nos movemos por las calles y por las carreteras, no vamos solos»
  • Fin Agenda: 30-06-2024

El domingo 7 de julio se celebra la LVI Jornada de Responsabilidad en el Tráfico y la fiesta de san Cristóbal, patrono de los conductores y transportistas. Bienvenido Nieto, diácono permanente de la diócesis, y miembro del Secretariado de Pastoral del Tráfico, explica que «con esta jornada intentamos sensibilizar y concienciar, desde la Pastoral de la Carretera, que el “no matarás” en cuanto a lo que es el circular y moverte con la responsabilidad de utilizar vehículos para su desplazamiento, también tiene una llamada de atención desde la Iglesia: el amor al prójimo, el amor a los demás, la llamada a la prudencia, la llamada a la cautela, para que ese tiempo de ocio, ese espacio que necesitamos tanto como es el descanso, en este caso estival, esté llamado siempre también desde lo que es el concepto al respeto, tal y como nos enseña el Evangelio y como lo hacemos desde la Pastoral de la Carretera».

Asegura que «es necesario recordarlo todos los años, porque todos los años son infinidad de vehículos los que se ponen a circular. Y, de vez en cuando, tenemos cierta tendencia a que se nos olviden muchas cuestiones. No es que se hayan olvidado, sino que es bueno llamar la atención para que salte ese pequeño concepto de alarma, para no bajar la guardia. Por eso hay recordar esta responsabilidad. Y lo hacemos mediante una jornada, que desde la Iglesia se lleva haciendo ya 56 años. Todos somos conscientes, y a lo mejor no tendría que ser necesario, pero no viene mal este pequeño recordatorio, más que nada para que todos tomemos conciencia y sensibilidad de que, cuando nos movemos por las calles y por las carreteras, no vamos solos».

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Aumento de siniestros de tráfico

«En el último año -comenta-, concretamente en lo que va de año, en este 2024, se ha notado un incremento de un 6% o un 7% en el número de siniestros de tráfico. Y donde más ha aumentado es en la motocicleta. Está considerada como un vehículo de movilidad que tiene una gran vulnerabilidad. Por eso, tanto la motocicleta como el ciclomotor, el vehículo de movilidad personal “patinete” y la bicicleta, son los considerados, junto al peatón, como los vulnerables. Y, de hecho, la Dirección General de Tráfico está en estos momentos trabajando en un reglamento del “vulnerable” para preservar mejor sus derechos. Por eso, creo que es muy importante que se puedan ultimar acciones para prevenir este tipo de siniestros en los vulnerables, que, repito, han aumentado en lo que va de año entre un 6% y un 7%».

Reconoce que «una de las cuestiones importantes que nos encontramos en estas fechas es la gran masificación de desplazamientos, no solamente en las salidas y entradas de las grandes ciudades, sino en todas y cada una de las carreteras: en las comarcales, en las locales, en las regionales y en las nacionales… En todas ellas -insiste- aumenta considerablemente el número de desplazamientos. La Dirección General de Tráfico prevé que a lo largo del verano pueda haber cerca de 30 millones de desplazamientos por las carreteras españolas. Y esto, obviamente, implica un aumento potencial en el riesgo a la hora de desplazarnos. En las vacaciones se acumula absolutamente todo, inclusive los atascos, y también, muchas veces, los malos hábitos y los malos comportamientos».

En este sentido, señala que, «a veces, las campañas que ha hecho la Dirección General de Tráfico, con toda su dureza, han sido muy reales. Pero también es cierto que, una vez que se pasa su efecto, se tiene tendencia al olvido. Desde la Pastoral de la Carretera, no somos partidarios de esas campañas tan agresivas y tan duras. La última que ha hecho nos ha gustado más: ha sido la de Semana Santa, recordando “que nunca vamos solos por las calles ni por las carreteras”, que el que está a nuestro lado es nuestro hermano y nuestro prójimo, como así no lo dice el Evangelio. Aunque es cierto que esas campañas, a lo largo del tiempo, pueden haber ayudado».

Imagen Cobo Bendicion Vehiculos

Estado de las carreteras

«Ahora mismo -indica- hay un dilema, y existe un pequeño debate, sobre si debemos aumentar la velocidad genérica en las autopistas y las autovías que están correctamente señalizadas. Muy probablemente, a lo mejor, podría aumentarse. Pero también, posiblemente, este aumento de la velocidad traería consigo un incremento en la siniestralidad. Por lo cual, la Dirección General de Tráfico y el comité de expertos, en donde se encuentra también la Pastoral de la Carretera, en el Consejo Superior de Tráfico y Seguridad Vial, por prudencia, de momento, ha decidido mantener en estos momentos la misma velocidad que tenemos: 120 kilómetros a la hora».

Confiesa que «es cierto una cosa que está pasando: el estado de las carreteras. El estado del firme en las carreteras, en muchas de ellas, incluidas autovías y autopistas, es bastante deficiente. Y aquí se tiene que trabajar más. Así se lo hemos indicado a la Dirección General de Tráfico desde la Pastoral de la Carretera en los diferentes foros a los que hemos acudido. El estado de las carreteras influye también en cuanto a lo que es el siniestro de tráfico. Obviamente, siempre estará detrás la mano del hombre. El ser humano, el hombre, es al final el responsable de estos siniestros. Y el ser humano es un ser creado a imagen y semejanza de Dios. Nosotros, como seres creados a imagen y semejanza de Dios, tenemos que predicarlo con el ejemplo. Predicarlo con la prudencia. Predicarlo con lo que es la cautela. Y hacerlo en esas carreteras, muchas de las cuales, repito, tienen un firme muy deficiente. Los delegados de la Pastoral de la Carretera nos movemos por las carreteras, y podemos decirlo… Es cierto que deberían mejorarse. Hay un proyecto, pero no se atreven a ponerlo en práctica por motivos políticos, de gravar con un impuesto para el mantenimiento de las autovías, pero vamos a ver qué es lo que se determina».

Misa Pastoral Carretera

Prudencia, calma y tolerancia

«Hay fundamentalmente tres causas que provocan los accidentes -remarca-. Exceso de velocidad o inadecuada por exceso, distracciones, y conducir bajo la influencia del consumo de alcohol y otras drogas. Esto se acrecienta mucho en los tiempos de verano, sobre todo el consumir alcohol en grandes cantidades, en especial en zonas de playa y también en las fiestas de las poblaciones, en las fiestas de los pueblos. Esto no podemos en ningún caso obviarlo. Pero las tres causas fundamentales de los accidentes, los factores de riesgo, son estos tres: exceso de velocidad o velocidad inadecuada por exceso; conducción bajo los efectos de las drogas, productos psicotrópicos, alcohol; y, el que está aumentando más el número de siniestros en estos momentos: el no prestar atención, o las distracciones».

Por eso, concluye con una exhortación. «Ahora mismo, en estas fechas en las que todo el mundo tenemos la predisposición de ponernos en las carreteras, desde la Pastoral de la Carretera invitamos a todos los conductores a que sean prudentes, a que sean calmados, a que sean tolerantes. Y que la prudencia sea esa virtud cardinal que mejor se pueda poner en práctica en calles y en carreteras. Así lo recordaremos, si Dios quiere, en la Misa que se celebrará en la Jornada de Responsabilidad. Se hace en todas las diócesis, aunque este año la Misa central, que se emitirá por la 2 de TVE, se hará desde la parroquia de San Cristóbal, en Ciudad Pegaso; esa ciudad que se hace unida a lo que es la factoría Pegaso, de Madrid. En la Eucaristía recordaremos a todos para que, tanto el ir como el volver, sean siempre unos momentos de alegría. Porque debemos hacer de las carreteras arterias de alegría. Que no sean nunca, y que dejen de ser, ese tipo de vías en las cuales hay tanto sufrimiento y tanto dolor. Desde la Pastoral de la Carretera pedimos otra vez que san Cristóbal, patrón de los conductores, y la Virgen de la Prudencia, nos acompañen y nos protejan».

DetalleSanCristobal