«El mundo nos está diciendo a gritos: “¿Por qué vivís como vivís y pensáis como pensáis?”». Y por eso nace Razones, un grupo de jóvenes impulsado por iniciativa de Bernabé Rico en la parroquia San Clemente Romano para «buscar sentido» y «decirle a un mundo que no encuentra muchas veces la razón de su vida, que sigue habiendo razones para amar, para creer y para esperar».
El trampolín para establecer este diálogo será la lectura, y aquí pone Rico –joven sacerdote recién ordenado que, antes de estudiar Teología en el seminario, cursó Filosofía y Ciencias Políticas en la Complutense–, su propia experiencia. «Los libros me han ayudado mucho a percatarme de diferentes verdades para mi vida»; de hecho, reconoce, «me han ayudado a vivir y muchos me han acabado llevando a Dios». Aunque no es un bibliófilo, matiza, «me interesa un libro si en él encuentro verdad, vida, belleza, bondad».
La primera reunión del grupo será el próximo 16 de febrero a las 20:30 horas. La idea es que los encuentros sean mensuales, los terceros miércoles de cada mes, y que estén abiertos a todos aquellos que quieran «hablar de la vida». Por supuesto, a los jóvenes cristianos, para que, como dice san Pablo, «todos lleguen a la madurez en Cristo». Algo que ahora no es fácil, percibe el sacerdote, cuando tantos jóvenes viven de la tradición y no se plantean las razones de su fe. «Cuando uno no encuentra el sentido de por qué hace las cosas, las razones por las que vive como vive, al final acaba por dejar eso». Y como a Rico no le interesan los eruditos, sino «jóvenes cristianos enamorados de Cristo, y misioneros», asegura que «no buscamos cabezas gigantes, sino corazones gigantes y vidas apasionadas».
Otra frase de san Pedro que inspira al sacerdote es esa en la que animaba a los primeros cristianos a estar «dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza». «Necesitamos esto», porque pasa que los jóvenes cristianos «estamos como guetizándonos, muy cerrados en nuestros ambientes católicos porque ahí nos sentimos seguros». En estos guetos, como los llama Rico, no hace falta dar razón de la fe; es más, si no hay razones no pasa nada porque «nadie nos las va a pedir». Pero cuando se sale al mundo «acabamos por no poder ser misioneros», y llega el enfado porque en el fondo «la gente está cuestionando nuestra forma de vivir y nosotros no sabemos muy bien cómo defenderla». Y se vuelve al encierro en el grupo católico, que «es donde se va a beber», pero «la vida está ahí fuera, y está en un mundo que cada vez es más ateo». El problema es que «como ahí no sabemos estar y nos sentimos atacados», «nos aferramos a nuestros ambientes católicos, pero eso no es ser un joven cristiano misionero».
Como a Rico le gustaría que el grupo «fuera un espacio que se salga de ese gueto católico», Razones está abierto también a personas alejadas, pero «que quieren saber si tiene sentido creer, la religión, si hay razones para la fe o simplemente razones para vivir y para amar». Para todo ello, en los encuentros se valdrán de autores que «han pensado la vida» y que «ayudan a pensar». El sacerdote ya tiene una lectura inicial, Esto es agua, de David Foster Wallace, aunque se servirá también de otros escritores como García Lorca o Sánchez Rosillo. El objetivo final es «compartir la vida» con la excusa de la lectura, «pensarla para vivir mejor» y que «juntos nos ayudemos a estar más al máximo, a elevarnos».
Descubrir la belleza de lo cotidiano
La parroquia San Manuel González de San Sebastián de los Reyes también ha puesto en marcha un club de lectura para aprender, contemplar y comentar buenas lecturas. Con el lema Descubriendo la belleza de lo cotidiano, el grupo se inició el pasado miércoles, 26 de enero, con el libro Lo que no se ve, de Jesús Montiel.