Madrid

El Episcopado valora el bien inmenso de la vida consagrada en la Argentina

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Los obispos que participan de la 109ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, que se desarrolla en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de Pilar, difundieron una carta en la que agradecen a los consagrados por “el bien inmenso que sus vidas consagradas y sus carismas aportan a nuestras comunidades diocesanas”.

Asimismo, manifiestan que quieren acompañarlos "en el camino de fortalecimiento y renovación al que los invitaba el Papa en la última Jornada de la Vida Consagrada”.

“Sabemos de su abundante magisterio y no dudamos que será para todos ustedes un real alimento en orden a mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza. También nosotros, pastores, nos ponemos en actitud de obediencia y docilidad al Espíritu para recorrer juntos dicho camino”, subrayan en la misma con motivo del Año de la Vida Consagrada.

Carta a los consagrados y consagradas con motivo del Año de la Vida Consagrada
Queridos hermanos y hermanas:

El Papa Francisco ha propuesto a toda la Iglesia la celebración del Año de la Vida Consagrada, que iniciamos al comenzar el tiempo de Adviento. Lo estamos celebrando en nuestras Iglesias con distintas actividades y culminará el 2 de febrero de 2016. Con esta iniciativa el Papa nos invita todos a volver a apreciar y a agradecer el don de la Vida Consagrada para la Iglesia y el mundo.

La Vida Consagrada, en sus distintas expresiones, ha sido uno de los ámbitos eclesiales en los que más ha resonado la llamada a conversión y “aggiornamento” a los que convocó hace más de cincuenta años San Juan XXIII con el Concilio Vaticano II. En los años transcurridos desde esa convocatoria han sido muchas las expresiones de búsqueda sincera de una “vuelta a las fuentes”, para vivir una vida consagrada más genuina y evangélica. Y si bien no han faltado dificultades, errores y motivos de preocupación, es mucho lo que se ha hecho para renovarla con auténtica fidelidad eclesial y son abundantes los frutos de este camino.

Al proponernos este Año de la Vida Consagrada, el Papa nos estimula también a nosotros, Pastores, a asumir la responsabilidad que nos cabe en este proceso de renovación y búsqueda humilde de la voluntad de Dios para profundizar este camino que Él mismo ha suscitado en su Iglesia. Pues de esto se trata: obedecer al querer de Dios para que la Vida Consagrada resplandezca cada día más en la Iglesia y el mundo como “signo de una sobreabundancia de gratuidad, tal como se manifiesta en una vida gastada en amar y servir al Señor, para dedicarse a su persona y a su Cuerpo místico”1

Por ello, por medio de esta carta, deseamos llegar a todos los consagrados y consagradas para manifestarles nuestra valoración por la vida de cada uno y cada una de ustedes y nuestra gratitud –y la de todo el pueblo de Dios- por el bien inmenso que sus vidas consagradas y sus carismas aportan a nuestras comunidades diocesanas.

Además queremos acompañarlos desde nuestro lugar en el camino de fortalecimiento y renovación al que les invitaba el Papa en la última Jornada de la Vida Consagrada. Sabemos de su abundante magisterio y no dudamos que será para todos ustedes un real alimento en orden a mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza. También nosotros, Pastores, nos ponemos en actitud de obediencia y docilidad al Espíritu para recorrer juntos dicho camino.2

Al mismo tiempo queremos suscitar en nuestro pueblo un renovado aprecio y valoración de la Vida Consagrada en sus distintas expresiones. Todos somos, en alguna medida, deudores del testimonio, el servicio y la entrega de tantos consagrados y consagradas. Como bien dijo el Beato Pablo VI: “…¿quién no mide el gran alcance de lo que ellos (los consagrados) han aportado y siguen aportando a la evangelización?…. Son generosos: se les encuentra no raras veces en la vanguardia de la misión y afrontando los más grandes riesgos para su salud y su propia vida. Sí, en verdad, la Iglesia les debe muchísimo…”3 De manera particular en nuestra América Latina hemos de reconocer que la evangelización ha estado y está muy ligada a la presencia, el trabajo, las obras y el martirio de muchos de ellos. Por ello este año es una buena ocasión para cultivar la memoria agradecida y el compromiso activo de toda la Iglesia en favor de la Vida Consagrada. Este empeño será también providencial instrumento del Señor para que muchos, sepan descubrir la llamada del Señor que –ciertamente- también hoy sigue invitando a seguirle por el camino de los consejos evangélicos.

Los saludamos con afecto de padres y hermanos y pedimos para ustedes la bendición del Señor y el cuidado de la Virgen Madre

Los Obispos de Argentina
109° Asamblea Plenaria
Pilar, 20 al 25 de abril de 2015

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1 Juan Pablo II: Vita Consecrata. Exhortación apostólica postsinodal sobre la vida consagrada. Nº 104
2 Papa Francisco: Homilía en la Misa de la Jornada de la Vida Consagrada; Basílica Vaticana, 2/2/15.
3 Pablo VI: Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, n°69

Tres desafíos para la pastoral familiar en la Argentina

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La Comisión Episcopal de Laicos y Familia (Celaf) presentó a la asamblea plenaria de obispos la síntesis de la consulta que la Secretaría del Sínodo de los Obispos envió en diciembre de 2014 a las diócesis del mundo. Los resultados de dicha consulta servirán para construir el instrumento de trabajo que se utilizará en la asamblea del Sínodo, por celebrarse en octubre de este año en Roma. Según se informó, se avizoran tres desafíos para la transmisión del Evangelio de la familia en la Argentina.

El presbítero Gustavo Antico, secretario ejecutivo de la Celaf, presentó a los obispos los resultados del trabajo, que se realizó con la ayuda de laicos y los datos de algunas investigaciones. El sacerdote consideró que “hay cosas muy valiosas” que resaltar sobre el trabajo y sobre el tiempo que vive la Iglesia en la reflexión sobre la familia.

“Una de las cosas más lindas que nos aporta la consulta es que vuelve a aparecer muy claro el deseo de vivir en familia en muchos familias, y que la familia sigue siendo escuela de humanidad sobre la cual construir la vida”, consideró el secretario de la comisión.

Desafíos para la pastoral familiar
El Sínodo ordinario de los obispos tratará en octubre la vocación de la familia en el mundo contemporáneo, por lo que se planteará cómo llevar adelante la pastoral familiar en el día a día. El documento presentado a los obispos argentinos contiene tres grandes desafíos para este tiempo en el que la Iglesia está tratando de descubrir acciones y orientaciones para la pastoral familiar.

“Hace falta una pastoral renovada en la comunicación y en el lenguaje que permita hacer más cercana y entendible la nueva noticia del Evangelio de la familia”, apuntó el padre Antico durante una entrevista posterior a la exposición al pleno de los obispos.

Junto con la renovación del lenguaje, el documento presentado plantea el desafío de capacitar agentes de pastoral familiar. “Debemos imaginar el perfil del agente de pastoral familiar, su actitud propia y los contenidos que esa gente compartirá con sus hermanos”, observó Antico.

“También constatamos el deseo de muchos fieles de sumarse a la pastoral familiar. El documento muestra que es conveniente diseñar algunas orientaciones que alienten una pastoral más orgánica y un gran deseo y expectativas de que muchos agentes puedan ser acompañados, en este caso, por la Conferencia Episcopal”, concluyó el secretario de la Celaf.

El episcopado está caminando este tiempo sinodal a la espera de las orientaciones del Papa para luego llevarlas a las distintas realidades de las diócesis argentinas, reconociendo sus particularidades y peculiaridades.

Arzobispo ortodoxo advierte sobre el “exterminio silencioso y progresivo” de cristianos

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Monseñor Siluan Muci, arzobispo metropolitano de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía, dio a conocer una declaración con motivo de las conmemoraciones de todos los genocidios perpetrados por el Imperio Otomano, cuando se cumplen 100 años del exterminio armenio y dos años del secuestro de dos arzobispos de Alepo, en Siria.

El metropolita ortodoxo, titular del arzobispado de Buenos Aires y toda la Argentina, con sede en el barrio porteño de Palermo, difundió un mensaje titulado “Ofrendando y ofrendados por la fe”, en el que también advierte “por el exterminio silencioso y progresivo de la presencia cristiana en Medio Oriente”.

Comunicado del metropolita
“Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio superior al de Caín, y por eso fue reconocido como justo, como lo atestiguó el mismo Dios al aceptar sus dones. Y por esa misma fe, él continúa hablando, aún después de su muerte” (Hebreos 11:4)

El Oriente cristiano sigue los pasos de su Maestro, ofrendándose y, a su vez, ofrendados, sobre el altar del martirio: “El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño” (Mateo 10:24). Esta ofrenda-martirio es el cáliz que muchos hermanos nuestros bebieron y beben en la actualidad, confirmando la palabra del Señor a Juan y a Santiago al umbral de su pasión: “Ustedes beberán mi cáliz” (Mateo 20:23).

Es cierto que la historia de los cristianos en Medio Oriente es penosa y gloriosa a su vez. Penosa por tantos sufrimientos y dolores que padecen en la tierra, y gloriosa por la dignidad y la gracia que reciben en el cielo. Es una historia cuyas raíces remontan a la creación, al relato del libro del Génesis sobre el primer crimen perpetrado en la historia, el de Caín matando a su hermano Abel (4:8). Desde su punto de vista, Caín sacrifica, sobre el altar de su degeneración, a Dios y a su hermano. De esta manera, Caín atenta irremediablemente contra las dos dimensiones existenciales de su vida, tanto vertical como horizontal, cuando atenta contra la adoración verdadera y la hermandad.
En cambio, en su persona, Abel salva, “ofrendando y ofrendado por la fe”, la adoración verdadera a Dios y la ofrenda. Además, Dios acepta la ofrenda de Abel, y lo recibe a él como ofrenda. Más adelante, al hacer memoria y recordar este episodio, el Apóstol Pablo subraya la fe de Abel y su repercusión hasta el día de hoy: “Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio superior al de Caín, y por eso fue reconocido como justo, como lo atestiguó el mismo Dios al aceptar sus dones. Y por esa misma fe, él continúa hablando, aún después de su muerte” (Hebreos 11:4).

Hoy en día, esta voz de Abel repercute muy fuertemente, pues los cristianos de Oriente en general, y de Medio Oriente en especial, hacen memoria de atrocidades perpetradas contra sus propias comunidades, a fines del Imperio Otomano, a partir de 1915 y en adelante. De acuerdo a los historiadores, una política de exterminio metódico, sin precedente en la historia, se llevó a cabo por medio de manos turcas, la cual causó el martirio de unos cinco millones de cristianos, Asirios, Caldeos, Sirianos, Armenios y Ortodoxos, entre hombres, mujeres y niños. Tal es así que la Iglesia Armenia y la Iglesia Siriana Ortodoxa se encuentran celebrando esta semana el Centenario del Genocidio Armenio y el Centenario del Genocidio “Sayfo”, el 24 y el 19 de abril respectivamente. Si bien nuestro Patriarcado no declaró un año centenario, aunque esto se justifica por los más de dos millones de ortodoxos mártires (sirios, libaneses y griegos), nos encontramos unidos a todos los cristianos en esta expresión de fe y de memoria, ya que es el mismo escenario que se repite y se plantea hoy en día a los cristianos en Oriente.

Por estas razones, nuestro Patriarca, S. B. Juan X de Antioquía, junto a sus hermanos S.B. el Patriarca Efrén II de la Iglesia Siriana Ortodoxa, S.B. el Patriarca Teodoro II de la Iglesia Copta y S.B. el Patriarca Cardenal Bichara Al Rai de la Iglesia Maronita, entre otros, participan de las celebraciones que se realizan en Armenia con motivo del Centenario del Genocidio Armenio.

Estamos convencidos de que, sin un reconocimiento de lo sucedido en 1915 y de sus rasgos que continúan hasta la actualidad, y sin un compromiso verdadero, claro y concreto, por parte de las potencias, grandes y regionales, en priorizar y adoptar la voz de Abel sobre la voz de Caín, y trabajar efectivamente en este sentido, no es posible evitar que el altar de Caín se vuelva a llenar de otras ofrendas. A nadie convence esta abominación del ser humano, ni la falta de capacidad y determinación política a nivel mundial para poner fin a esta escalada inhumana desastrosa contra toda razón y lógica, como así también contra todo derecho humano básico.

Por ello, hoy 22 de abril, bisagra que une a ambos centenarios, fecha en la que recordamos a los dos arzobispos de Alepo, S.E.R. Arzobispo Youhana (Ibrahim) y S.E.R. Metropolita Pablo (Yazigi), secuestrados en Siria el 22 de abril de 2013, bregamos para que dichas atrocidades nunca vuelvan a suceder, porque estamos seriamente preocupados por el exterminio silencioso y progresivo de la presencia cristiana en Medio Oriente, acción que se ve acompañada por el desinterés político, la hipocresía y el silencio cómplice internacional.

En la luz del tiempo pascual que vivimos, entendemos que, en todo esto, la actitud de todos es determinante: “En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios” (Juan 3:19-21).

Por todo ello, elevamos nuestra oración por la paz y por la convivencia pacífica y solidaria entre todos los que habitan aquella tierra desde siglos, rogando que el Señor ilumine la consciencia y el accionar de todos los que puedan aportar una luz de su resurrección a esta situación frenética para frenarla y para recomponer todo a favor del ser humano por encima de todo interés o beneficio material.

El Arzobispo de Madrid preside el sábado la Misa de Inauguración, con Consagración y Dedicación del Altar de la Parroquia de San Hilario de Poitiers

  • Titulo: Infomadrid

El 11 de octubre de 2013 era colocada la primera piedra del templo parroquial de San Hilario de Poitiers, perteneciente a la Vicaría VI, comenzando unas obras que han concluido a finales de marzo de 2015. Un total de 14 meses durante los cuales se ha edificado un templo en dos plantas: en la baja, salón y salas; y en la principal, templo, capilla, despachos, salas de catequesis y dos viviendas para los sacerdotes que atienden la Parroquia.

La Misa de inauguración de San Hilario de Poitiers, con Consagración y Dedicación del Altar, tendrá lugar este sábado, 25 de abril, a las 19,00 horas. Presidida por el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, concelebrarán el Vicario Episcopal de la VI, Jorge C. Ávila, el párroco, Julio Palomar, y Antonio Ávila, sacerdote adscrito a la Parroquia, entre otros presbíteros. A la misma están invitados a asistir numerosos feligreses y fieles de la zona, que al finalizar la celebración podrán compartir un tiempo con el Arzobispo madrileño.

Creada el 1 de junio de 2004, esta Parroquia ha venido realizando su labor litúrgica, catequética y caritativa desde un prefabricado. Atiende a una población de unos 7.000 feligreses, en su mayoría familias jóvenes con niños, que viven en un barrio relativamente nuevo, con posibilidades de crecimiento en el Plan Campamento. Numerosos voluntarios en la Parroquia ejercen su labor en proyectos del Arciprestazgo Santísimo Cristo del Amor, al que pertenece la parroquia. Y es que, según el párroco, Julio Palomar, hay más necesidades en el entorno que en la propia Parroquia. De hecho, además de voluntarios, desde la Parroquia ofrecen al Arciprestazgo colaboración económica, por ejemplo a través de becas de comedor.

Dedicado a San Hilario de Poitiers, el templo parroquial celebra su fiesta patronal el 13 de enero.