Madrid

Maradona: `El primer hincha de Francisco soy yo`

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Diego Armando Maradona, ha saludado esta mañana al Santo Padre. Fue el la residencia Santa Marta, precisó el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi. “Quiero agradecer a Francisco por todo el cariño que me da”. Con estas palabras el controvertido futbolista ha iniciado sus declaraciones tras el encuentro con el Papa, en una rueda de prensa realizada en Radio Vaticano en el contexto de la presentación de los nuevos proyectos de Scholas Occurrentes.

José María del Corral, iniciador del proyecto y Maradona anunciaron la realización en el mes de octubre del II Partido por la Paz en el Estadio Olímpico de Roma.

Asimismo, el `pive de oro` ha asegurado que “tenemos un Papa muy bueno, fantástico diría yo”. Y ha explicado que han tenido ocasión de hablar de muchas cosas, de Scholas, del hambre de los chicos, “para que los jugadores nos unamos y hagamos de una vez por todas algo por esos chicos que en muchas partes del mundo no tienen para comer”. Finalmente aseguró ser hincha de Francisco, “el primer hincha de Francisco soy yo”, afirmó Maradona.

A continuación, se presentaron los objetivos de Scholas Occurrentes, la red educativa mundial promovida por el mismo Pontífice activa particularmente entre los jóvenes de las periferias urbanas y en dificultad. Dichos objetivos son “tecnología, arte e inclusión”.

A propósito, se ha hablado de los proyectos concretos que les pide cada Iglesia local. Por ejemplo, Cataluña está intentando modificar sus normativas para aceptar a Scholas. En Paraguay se está tratando con doble escolaridad y uniendo escuelas públicas con privadas.

De este modo han anunciado la decisión de avanzar en un acuerdo global, inédito, que han firmado hace pocas horas delante del Papa. "Ya hay 5 países que han respondido afirmativamente en estas 48 horas", indicó José María del Corral. Asimismo han indicado que ya hay medios de comunicación importantes comprometidos para difundir las actividades de Scholas en los diversos barrios.

En el encuentro con el Santo Padre y los representantes de Scholas, Francisco indicó que “hoy día un chico ve como algo normal morir de hambre, estar enfermo, robar, matar, vivir en bandas. Y la propuesta a algunos sectores de la sociedad: trabajar para el tráfico de droga. Son las propuestas más cercanas a los chicos pobres”. Asimismo advirtió que “este es un camino hacia el suicidio: suicidio moral, suicidio existencial. Yo no quiero que la humanidad se suicide. Y hay muchos chicos que son víctimas de toda esta violencia y de esta pobreza”.

El Papa aseguró que hay excepciones pero en general, por lo que él conoce de América Latina y algo de África, se es incapaz de reaccionar. “Esta propuesta abre horizontes, es creativa, como la educación de los tres lenguajes coordinados: el lenguaje de la mente, el lenguaje del corazón y el lenguaje de la mano, es decir, del trabajo coordinado”, indicó el Pontífice.

Del Corral indicó también que cuando presentaron el proyecto educativo Scholas a Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas lo pasó a UNICEF, la cual envió a técnicos quienes documentaron todo.

En la próxima etapa, se seleccionarán 15 proyectos, con la ayuda de técnicos a los cuales se sumó también la Ibm, además de el apoyo de Google. Hay interés en Europa, añadió, y en Italia pidieron acelerar más en lo que se refiere al fútbol como medio educativo. Recordó también que en Paraguay ya hay un programa piloto en 60 escuelas, con doble escolaridad.

La Iglesia en Venezuela reza por las vocaciones

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“Necesitamos en Caracas muchos sacerdotes, y personas totalmente consagradas al servicio de Dios y de la Iglesia. Se trata de una de nuestras mayores necesidades (…) Sin ellos la vida de la Iglesia decae, pues falta el pastor que esté pendiente de las ovejas”.

Son las palabras del Cardenal Jorge Urosa Savino, con motivo de la 52ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, convocada bajo el lema: “¡Qué bueno caminar contigo!”, que se realizará el domingo 26 de abril, fiesta del Buen Pastor.

El mensaje será leído durante las misas del 25 y 26 de abril, con el objeto de incentivar sobre esta necesidad a los sacerdotes, diáconos, miembros de los institutos de vida consagrada, movimientos de apostolado, y demás fieles de la Arquidiócesis de Caracas

“El papa Francisco nos exhorta una vez más a orar a Dios Nuestro Señor por el aumento y la perseverancia de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada”, ha escrito el Cardenal Urosa. “La Iglesia, en efecto, necesita muchos pastores y mensajeros de la misericordia del Señor”, agrega en su mensaje.

Algunos números para pensar

Aunque el Arzobispo no reveló cantidad alguna en el mensaje, se conoce que en 2013 para casi 25 millones de católicos venezolanos, existían 2.557 sacerdotes (diocesanos y religiosos), correspondiendo a cada consagrado atender a 9.705 personas.

El directorio de la Arquidiócesis de Caracas del año 2013, da cuenta de 127 sacerdotes diocesanos y 19 diáconos permanentes; además, menciona a 85 y 42 congregaciones religiosas de mujeres y hombres, respectivamente, aunque sin presentar la nómina de cada una estas. Sin embargo, tales cifras “no son suficientes”, dice Urosa.

“Sin el pastor se dispersan las ovejas”, sostiene. “Sin sacerdotes no hay eucaristía, ni animación pastoral, ni sacramentos de salvación”, explica. Los consagrados, “al entregar su vida totalmente al servicio de Dios y de la iglesia, realizan labores extraordinarias y fortalecen e impulsan la vida de la Iglesia”, añade.

Las escuelas, la atención a los hogares de ancianos y de niños necesitados, la atención a los pobres en las vicarías religiosas, “son algunas de las tareas que, como instrumentos de la misericordia de Dios, ellas y ellos realizan a lo largo y ancho de nuestra ciudad y de todo el País”, explica en su mensaje.

Por ello, considera necesario “que se asuma como una prioridad el trabajo de pastoral vocacional. De ello dependerá el futuro de nuestra Iglesia en los próximos años (…) Lo repito de nuevo: en este campo nos jugamos el futuro de la Iglesia”.

Finalmente reiteró “la disposición de incluir siempre en los actos de piedad la oración por las vocaciones consagradas, la cual no se omitirá nunca en la oración de los fieles en la Santa Misa”.

Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic

Vencer la violencia con el `extremismo` del diálogo

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La presidente del Movimiento los Focolares, María Voce, intervino este miércoles en las Naciones Unidas durante la sesión matinal del Debate temático de alto nivel sobre la promoción de la tolerancia y la reconciliación <http://www.un.org/pga/hltd-promoting-tolerance-and-reconciliation/> en el Palacio de Cristal de Nueva York.

María Voce fue invitada a participar junto a otros líderes religiosos para ayudar a identificar estrategias que promuevan sociedades pacíficas e inclusivas, como radical alternativa a las fuerzas que alimentan el extremismo violento.

La presidente de los Focolares asistió al debate junto al joven italiano Ermanno Perotti para mostrar "el trabajo que el Movimiento de los Focolares realiza en unidad entre las diferentes generaciones, enraizado en el presente y mirando hacia el futuro".

En su intervención, María Voce señaló la experiencia "continua y fecunda" que supone el encuentro entre culturas y religiones en el Movimiento de los Focolares. Un diálogo exigente y comprometido, pero que se muestra como un camino válido para obtener una civilización en la que todos se reconozcan libres, iguales y hermanos.

Además, retomó el desafío que ya lanzara Chiara Lubich tras los atentados de 11 de septiembre de 2001 y las intervenciones militares en Afganistán y en Irak. Así, animó a tener el valor de "inventar la paz".

A continuación publicamos el discurso íntegro pronunciado por la presidente de los Focolares:

Quisiera, antes de nada, agradecer a la Organización de las Naciones Unidas y a la Alianza de Civilizaciones por haber querido este Debate y haberme invitado a dar mi contribución. Pero querría agradecerles todavía más por todo lo que han hecho y siguen haciendo diariamente, empleando medios diplomáticos, recursos humanos y cualquier oportunidad que tienen, para favorecer un mundo más fraterno, seguro y pacífico.

Les cuento una historia:

En 1943, en la terrible fase final de la Segunda Guerra Mundial, un grupo de chicas se reúne en la pequeña ciudad de Trento, en la Italia septentrional. En medio de las bombas esas chicas, guiadas por una profesora muy joven, Chiara Lubich, animadas por una renovada comprensión de la radicalidad del amor evangélico, deciden arriesgar la propia vida para aliviar los sufrimientos de los pobres. Un gesto que muchos otros, antes y después de ellas, han hecho y harán (basta pensar en los campos de refugiados en Líbano, Siria, Jordania, Irak, o en periferias degradadas de las grandes ciudades) pero que en todo caso tiene la fuerza y la valía de introducir en el circuito destructivo del conflicto, el empeño por la regeneración del tejido social, cumpliendo – para usar el lenguaje de esta organización – una acción constructora de paz. «Eran tiempos de guerra y todo se derrumbaba» se dirá cada vez que se empiece a narrar la historia de aquellas chicas; pero ellas decidieron romper el círculo vicioso de la violencia, respondiendo con gestos y acciones que en el clima del conflicto habrían podido parecer veleidosas o incluso irrelevantes. ¡No fue así, no es así!

Les cuento este hecho no como un recuerdo de un caso de estudio, no para indicar la ejemplaridad de la dedicación a una causa social, sino para señalar que también hoy estamos en una situación de gravísima disgregación política, institucional, económica, social, que exige respuestas igualmente radicales, capaces de cambiar el paradigma prevaleciente. El conflicto y la violencia parecen, de hecho, dominar amplias áreas del planeta, involucrando a personas inocentes, reos por el sólo hecho de encontrarse en un territorio disputado, pertenecer a una determinada etnia o profesar una determinada religión.

En el Movimiento de los Focolares, al que tengo el honor de representar, el encuentro entre culturas y religiones (Cristianismo, Islam, Hebraísmo, Budismo, Hinduismo, religiones tradicionales) es una experiencia continua y fecunda, que no se limita a la tolerancia o al simple reconocimiento de la diversidad, que va más allá incluso de la fundamental reconciliación y crea, por así decirlo, una nueva identidad, más amplia, común y compartida. Es un diálogo eficaz, que involucra a personas de las más variadas convicciones, incluso no religiosas, e impulsa a mirar a las necesidades concretas, a responder juntos a los desafíos más difíciles en el campo social, económico, cultural, político, en el empeño por alcanzar una humanidad más unida y más solidaria. Esto sucede en contextos que han sido afectados o están siendo sacudidos aún por gravísimas crisis, como en Argelia, Siria, Irak, Líbano, República Democrática del Congo, Nigeria, Filipinas.

Vemos que hoy no es tiempo para medidas a medias. Si existe un extremismo de la violencia, se responde a éste – aun permaneciendo la necesidad de defenderse y de defender sobre todo a los débiles y a los perseguidos – con igual radicalidad; pero de un modo estructuralmente distinto, es decir ¡con el «extremismo del diálogo»! Un diálogo que requiere el máximo empeño, que es arriesgado, exigente, desafiante, que apunta a cortar las raíces de la incomprensión, del miedo, del resentimiento.

En el ámbito de esta Institución opera la iniciativa de la «Alianza de Civilizaciones», que propone una narración alternativa y constructiva de la interacción global y tiende a subrayar aquello que une a la humanidad en todas sus múltiples expresiones más que aquello que, a primera vista, parecería dividirla. Por lo tanto ¡es un gran mérito hablar de una alianza de civilizaciones!

No obstante, hay que preguntarse si hoy no se puede ir aún más a la raíz de esta nueva perspectiva, apuntando no sólo a una alianza de las civilizaciones, sino a la que podríamos llamar la “civilización de la alianza”; una civilización universal que hace que los pueblos se consideren parte del gran acontecimiento, plural y fascinante, del camino de la humanidad hacia la unidad. Una civilización que hace del diálogo el camino para reconocerse libres, iguales, hermanos.

Entre las muchas organizaciones que están representadas aquí, permítanme recordar también a New Humanity, organización no gubernamental que representa a nuestro Movimiento en esta sede, que promueve y sostiene sus iniciativas y es también partner oficial de la UNESCO.

Frente a una asamblea tan amplia e inclusiva no puedo evitar que me surja una pregunta: ¿la ONU no debería quizás volver a pensar en su propia vocación, a reformular su propia misión fundamental? ¿Qué quiere decir, hoy, ser la organización de las “Naciones Unidas”, si no una institución que trabaja verdaderamente para la unidad de las naciones, en el respeto de sus riquísimas identidades? Ciertamente es fundamental trabajar por el mantenimiento de la seguridad internacional, pero la seguridad, aunque es indispensable, no necesariamente equivale a la paz.

Los conflictos internos e internacionales, las profundas divisiones que registramos a escala mundial, junto a las grandes injusticias locales y planetarias, exigen de hecho una verdadera conversión en los hechos y en las elecciones de la gobernanza mundial, que realice el lema acuñado por Chiara Lubich y lanzado en este lugar en 1997 [1] <http://www.focolare.org/espana/news/2015/04/22/inventar-la-paz/?hootPostID#_ftn1> , “amar la patria de los demás como la propia”, hasta la edificación de la fraternidad universal.

No debemos pues ceder terreno a quien intenta presentar muchos de los conflictos en acto como “guerras de religión”. La guerra es, por definición, la irreligión. El militarismo, la hegemonía económica, la intolerancia a todos los niveles son causas de conflicto juntamente a muchos otros factores sociales y culturales, de los que la religión constituye a menudo sólo un trágico pretexto. Aquello a lo que estamos asistiendo en muchas zonas del planeta, desde Oriente Medio a África, entre la que encontramos la tragedia de centenares de muertos huyendo de la guerra y víctimas del naufragio en el Mediterráneo, tiene muy poco que ver con la religión. Desde cualquier punto de vista, en estos casos se debería hablar no tanto de guerra de religión sino, más concreta, real y prosaicamente, de religión de la guerra.

¿Qué hacer entonces? Chiara Lubich escribía con esperanza y firme convicción después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y las intervenciones militares en Afganistán (2001) y en Irak (2003): «¡No nos rindamos! (….) Son muchas las señales, para que de la grave coyuntura internacional pueda emerger finalmente una nueva conciencia de la necesidad de obrar juntos para el bien común, pueblos ricos y menos ricos, sofisticados o menos en sus armamentos, confesionales o no, con el valor de “inventar la paz”. Ha terminado el tiempo de las “guerras santas”. La guerra nunca es santa, y nunca lo ha sido. Dios no la quiere. Sólo la paz es verdaderamente santa, porque Dios mismo es la paz.»[2] <http://www.focolare.org/espana/news/2015/04/22/inventar-la-paz/?hootPostID#_ftn2>

Y es justo a esta nueva conciencia a la que las religiones pueden y quieren dar una válida contribución: siendo fieles a la inspiración fundamental y a la regla de oro que a todos une. Las religiones quieren ser sí mismas, no un instrumento que utilizan otros poderes, aunque sea con fines muy nobles, no una fórmula estudiada en un despacho para resolver conflictos o crisis, sino un proceso espiritual que se encarna y se vuelve comunidad que comparte y da sentido a las alegrías y sufrimientos del hombre de hoy, encaminando todo a la realización de la única y universal familia humana.

Les agradezco su escucha y espero poder ofrecerles durante la sesión de la tarde algún testimonio concreto.

[1] <http://www.focolare.org/espana/news/2015/04/22/inventar-la-paz/?hootPostID#_ftnref1> C. Lubich en el Simposio “Hacia la unidad de las Naciones y la unidad de los pueblos”, Naciones Unidas, 28 de mayo de 1997.

[2] <http://www.focolare.org/espana/news/2015/04/22/inventar-la-paz/?hootPostID#_ftnref2> C. Lubich: No alla sconfitta della pace. Città Nuova, 2003, n. 24.

Hoy han sido declarados mártires los armenios del genocidio

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Este Jueves en una liturgia realizada en la ciudad de Erevan, en la Sede patriarcal del Catholicosato de Echmíadzin, guiado por el Patriarca Karekin II, la Iglesia armenia elevó a mártires a las víctimas de la masacre de más de un millón de armenios en Turquía. Pocos días atrás, el arzobispo Kissag Mouradián, primado de la Iglesia Apostólica Armenia en Argentina, estuvo en Roma para participar en la misa en conmemoración del genocidio celebrada por el papa Francisco. ZENIT tuvo la oportunidad de entrevistarlo, y presentamos a nuestros lectores sus respuestas.


***

P.- ¿Por qué han venido a esta misa del papa Francisco?
--Arzobispo Mouradián: Hemos venido a Roma para participar en esta santa misa por el centenario y porque tenemos un sentimiento hacia el papa Francisco. Conmemoramos a las víctimas del genocidio que a partir del 23 de abril de 2015 van a ser declarados mártires o sea beatificados. No solamente las víctimas del genocidio sino también todas aquellas personas que han pagado con el martirio de sangre.

P.- ¿Por qué motivo fueron masacrados?
-- Arzobispo Mouradián: Ellos no fueron solamente masacrados por ser armenios, sino también por ser cristianos. Es claro que en 1,5 millones de persona no todos lo eran, pero todos eran cristianos armenios. Las masacres se organizaron con un doble sentido, sea religioso porque cristianos y también porque armenios. La intención de los turcos, como dijo el premier tuco de esa época, Talat Pachá, era `dejar solamente a un armenio para ponerlo en un museo`. Hasta el 1915 el imperio Turco que había perdido bastante territorio de lo que era el imperio otomano, no quería perder la parte armenia y optó por aniquilarlos.

P.- ¿Turquía no quiere reconocer que fue un genocidio porque teme que le reclamen su territorio?
-- Arzobispo Mouradián: Una vez que aceptaron que los echaron de su casa y mataron a sus hijos, el paso siguiente es ese, y Turquía no quiere llegar a ese segundo paso.

P.- He visto fotos de personas incluso crucificadas...
-- Arzobispo Mouradián: Sí, hubo mucha crueldad, todo lo que se pueda imaginar.

P.- ¿Cual es la fórmula de la beatificación?
-- Arzobispo Mouradián: No se menciona ni número, ni personas, sino simplemente se cita a los fieles martirizados durante la Primera Guerra Mundial, durante el genocidio.

P.- ¿Hoy los armenios en dónde se encuentran?
-- Arzobispo Mouradián: Hoy hay 3 millones en Armenia. Después del genocidio se desparramaron por los países árabes, Siria Líbano, Egipto, Jordania, Chipre, o sea los países cercanos, después llegaron a los países más lejanos, en particular en Francia, una parte en Estados Unidos y otra a América del Sur, en particular Uruguay, Argentina y Brasil.

P.- ¿Armenia hoy, su territorio y su pueblo donde se encuentra?
-- Arzobispo Mouradián: Armenia nuestra patria, tiene un 30 por ciento de su antiguo territorio, que pasó a ser parte e la Unión Soviética, y se independizó en 1991 tras la caída de la Cortina de Hierro.

P.- La Iglesia Armenia no depende de Roma, ¿verdad?
-- Arzobispo Mouradián: Los armenios tenemos nuestro rito, nuestras ceremonias, somos autocéfalos con dos sedes, la de Echmíadzin de todos los armenios y la otra en Silicia, cerca de Beirut. Y dos patriarcados: uno de Jerusalén y otro en Constantinopla.

P.- ¿Cuál es su actual función en la Iglesia armenia?
-- Arzobispo Mouradián: Soy primado de Argentina, que corresponde a la santa sede de Echmíadzin de todos los armenios. Hasta el 83 Latinoamérica era una sola diócesis, hoy son tres: Argentina, Brasil y Uruguay.

P.- ¿Lo conocía a Bergoglio en Argentina?
-- Arzobispo Mouradián: Sí, incluso en un momento le obsequiamos una Jachka, la cruz de piedra típica de nuestro país.