Madrid

Las Hermanitas de los Pobres celebran el 150 aniversario de su presencia en Madrid con una Misa en la catedral

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Este sábado, 20 de mayo, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogerá una solemne Eucaristía de acción de gracias por el 150 aniversario de la presencia en Madrid de las Hermanitas de los Pobres. Presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, la Misa dará comienzo a las 18:00 horas.

La Congregación de las Hermanitas de los Pobres está al servicio de los ancianos en los cinco continentes. Con una preferencia especial por los más pobres. Los cuidan en espíritu de humilde servicio, formando una sola familia y guardando viva la herencia de su fundadora, santa Juana Jugan.Llegadas a Madrid en 1867, los tres primeros años de su estancia en nuestra capital los pasaron en una casa de la calle Hortaleza. En 1870 se trasladan a la casa de la calle Almagro, 7, donde hoy se ubica la curia provincial y una residencia con 94 plazas para ancianos. Tienen otra residencia de ancianos en la calle Dr. Esquerdo, 49. Y en Los Molinos, donde también está el noviciado.

Santa Juana Jugan

Fueron fundadas por Juana Jugan, que nació el 25 octubre de 1792 en Cancale, un puerto pesquero situado en la costa del norte de Bretaña (Francia). Cuando aún no tenía 4 años su padre desapareció en el mar como tantos otros marinos. Juana y sus hermanos aprendieron de su madre a vivir en la pobreza con honestidad y valentía, en la fe y el amor a Dios.Trabajó como sirvienta y cocinera en una casa cerca de Cancale y también como enfermera en un hospital de Saint Servan, otra población de la costa bretona. Juana rechazó una propuesta de matrimonio de un joven marinero diciendo: «Dios me quiere para Él, me guarda para una obra desconocida, para una obra que aún no ha sido fundada».

Estas palabras proféticas que pronunció a la edad de 24 años se realizaron 23 años después en Saint Servant, cuando un día de invierno de 1839 descubrió a una anciana ciega y paralítica que había sido abandonada; la tomó en sus brazos, la llevó a su casa y le dio su propia cama. Este gesto la comprometería para siempre, y a esta primera anciana le seguirían muchos más… Pobre, ella misma, y obligada a trabajar duramente para vivir, Juana es sensible a la miseria de los ancianos que encuentra en las calles y comparte con ellos su salario, su pan y el tiempo de que dispone.

Animada por un hermano de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, inaugura la colecta y va a pedir por y para los ancianos, para poder mantener así a su familia de adopción que crece sin cesar. A la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Juana Jugan debe también el «voto de hospitalidad» por el cual el servicio de los ancianos pobres es elevado a la dignidad de un acto de la virtud de religión. Ella quiere solamente servir a Dios en el prójimo, sobre todo en los pobres, manteniéndose fiel a su ideal de imitar a Jesús y María, como san Juan Eudes enseñó a los miembros de la Tercera Orden de la Madre Admirable, asociación fundada en el siglo XVII, a la que Juana Jugan estaba unida desde los 25 años.

En 1843 Juana acogía ya a 40 ancianas. Tres jóvenes compañeras se unieron a su causa escogiendo a Juana como superiora de la pequeña asociación que se encaminaba hacia una auténtica vida religiosa. Juana se convirtió en Sor María de la Cruz, pero no solo en su nombre de religión ella llevó la Cruz, ya que pronto le robaron su obra siendo destituida del cargo de superiora por un sacerdote que como vicario parroquial se había comprometido a seguir los inicios de esta pequeña familia, proclamándose como fundador de la obra y reduciendo la actividad de Juana a la dura labor de la colecta.

A la injusticia Juana responde con silencio, humildad y abandono. Poco a poco la sombra del olvido se va extendiendo sobre Juana Jugan y ella deberá pasar los últimos 27 años de su vida en la casa madre, sin ser conocida como la fundadora por las hermanitas, las novicias y las postulantes con las que vivía y trabajaba, pero transmitiendo providencialmente de esa manera, con su silenciosa influencia, el carisma inicial y el auténtico espíritu de los orígenes. Nadie le prestaba atención, pero ella veía crecer la obra bendecida por Dios, alegrándose de su expansión misionera y sintiendo en su interior un gozo profundo.

Falleció el 29 de agosto de 1879 como una hermanita más. Hasta 1902 no empezó a salir a la luz la verdad respecto a los comienzos. Fue beatificada el 3 de octubre de 1982 por el Papa san Juan Pablo II, y canonizada por el Santo Padre Benedicto XVI el 11 de octubre del 2009.

El cardenal Osoro ordena a un diácono permanente en San Isidoro y San Pedro Claver

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Este sábado, 20 de mayo, Luis María Santamaría Lancho será ordenado diácono permanente por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid. La solemne celebración de la Eucaristía dará comienzo a las 12:30 horas en la parroquia San Isidoro y San Pedro Claver (c/Balaguer, s/n), Pinar del Rey. Está previsto que concelebren el párroco, Guillermo Cruz Fernández-Castañeda, y numerosos sacerdotes. Al término de la ceremonia habrá un encuentro festivo.

Luis María Santamaría Lancho (22-VI-1959) está casado con María Cifuentes Jiménez  desde 7 de diciembre de 2005 . Trabaja como analista informático en el Consejo General del Poder Judicial y pertenece a la parroquia Virgen del Castillo, San Isidoro y San Pedro Claver, dedicándose a la catequesis de adultos y llevar la comunión a los enfermos.

El arciprestazgo de Villaverde Alto y Ciudad de los Ángeles organiza una Misa y procesión de antorchas con motivo del centenario de las apariciones de Fátima

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Con motivo de la celebración del centenario de las apariciones de la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, a tres pastorcitos en Fátima, el arciprestazgo de Villaverde Alto y Ciudad de los Ángeles, de la Vicaría V, celebrará una solemne Eucaristía. Programada para el sábado 20 de mayo, dará comienzo a las 20:00 horas en la parroquia de San Andrés (c/ Oxigeno, 15), la más antigua del arciprestazgo. Los diversos coros parroquiales se unirán para realzar la celebración litúrgica.

Esta Misa es una acción de gracias a Dios por las inmensas gracias derramadas a lo largo de estos cien años por mediación de la Virgen de Fátima, tan querida por el pueblo fiel de nuestros barrios, y por la reciente canonización de los dos hermanos pastorcitos que contemplaron el rostro luminoso de la Virgen: san Francisco y santa Jacinta Marto.

Después de la Eucaristía tendrá lugar la tradicional procesión de las antorchas. Atravesando el corazón del barrio de Villaverde Alto, la imagen de la Virgen de Fátima recorrerá las calles del Dr. Pérez Domínguez, Ágata, paseo Alberto Palacios y calle Astillero, hasta la confluencia con la calle Doroteo Laborda, 8, sede de la única parroquia bajo una advocación mariana del arciprestazgo, Nuestra Señora del Pino.  Entonando cantos religiosos y con el rezo del santo Rosario, tan pedido por la Virgen para alcanzar la paz del mundo y la conversión de los pecadores, los fieles portarán una vela, acompañando a la Madre.

Una llama que en medio del atardecer sabatino recordará al Ángel de la Paz que se presentó ante los pastorcitos, en las apariciones previas del verano de 1916, –según las palabras de Sor Lucía- «envuelto en una luz más blanca que la nieve, tenía la forma de un joven transparente y más brillante que el cristal traspasado por los rayos del sol».  Y que evocará que la Señora del cielo se encontraba, en la primera aparición del 13 de mayo de 1917, «vestida de blanco, más brillante que el sol, esparciendo luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina atravesado por los rayos más ardientes del sol». Esta llama hará sentir aquello que experimentaron los pastorcitos cuando «la Virgen abrió sus manos por primera vez, comunicándonos una luz muy intensa que parecía fluir de sus manos y penetraba en lo más íntimo de nuestro pecho y de nuestros corazones, haciéndonos ver a nosotros mismos en Dios, que era esa luz, más claramente de lo que nos vemos en el mejor de los espejos».

San Francisco Marto un día exclamó: «Me gustó mucho ver al Ángel, pero me gustó más ver a Nuestra Señora. Lo que más me gustó fue ver a Nuestro Señor en aquella luz que Nuestra Señora nos metió en el pecho».

Con esta celebración se pretende hacer realidad lo que reza el lema elegido para este centenario: Mi Corazón Inmaculado os conducirá hasta Dios.

El párroco de Buen Suceso, Miguel Jimeno Gómez, celebra sus bodas de oro

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Miguel Jimeno Gómez, párroco de Nuestra Señora del Buen Suceso (c/Princesa, 43), celebra este año sus bodas de oro sacerdotales (20-05-1967-20-05-2017). Con este motivo, el sábado 20 de mayo, a las 19:00 horas, se celebrará una solemne Eucaristía de acción de gracias en la parroquia por estos 50 años de ministerio sacerdotal. En ella se dará gracias a Dios por el don del sacerdocio, y se pedirá por las vocaciones. Al término de la Eucaristía habrá un encuentro festivo en los salones parroquiales.