Madrid

El cardenal Osoro anima a «reaccionar ante la cultura del descarte y del derroche» en la I Jornada Mundial de los Pobres

  • Titulo: Infomadrid / Carlos González / Fotos: Vicaría de Pastoral Social e Innovación

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«Es mi deseo que las comunidades cristianas se comprometan a organizar diversos momentos de encuentro y de amistad, de solidaridad y de ayuda concreta». Con estas palabras, el Papa Francisco convocaba la I Jornada Mundial de los Pobres, que se celebró este domingo, 19 de noviembre. La diócesis de Madrid, con el cardenal Carlos Osoro a la cabeza, se ha sumado a esta jornada con un amplio programa de actos.

El pasado sábado, 18 de noviembre, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogió una Eucaristía presidida por el arzobispo de Madrid, donde estaban convocadas todas las personas en situación de exclusión social y quienes las acompañan desde Cáritas o proyectos de congregaciones y otras realidades eclesiales. Con una catedral abarrotada de fieles, el prelado comenzó refiriéndose al lema de la jornada –No amemos de palabra sino con obras, un imperativo que «nos hace salir de ese amor que, en muchas ocasiones, se manifesta en palabras pero que no acabamos de dar el paso a hechos concretos» como sí hacía Jesús.

El Evangelio, Jesús y los pobres

El purpurado agradeció al Santo Padre su estímulo a «reaccionar ante esta cultura del descarte y del derroche», porque «quien tiene mucho, disfruta como sea; y, a veces, los que no tienen nada quedan al margen», y animó a los presentes en la Eucaristía a hacer suya «la cultura del encuentro de la que nos habla el Papa tantas veces», que «es la cultura de los cristianos: no hay otra cultura, es la que inicia Jesucristo». El Señor, cuando viene a este mundo, aseveró el arzobispo de Madrid aludiendo a la carta de san Pablo a los Filipenses, «se hizo uno de tantos, se juntó con nosotros y, especialmente, con los que más le necesitaban». Las páginas del Evangelio –detalló en otro momento– «están llenas de encuentros de Jesús con los más pobres»: «lisiados, paralíticos, enfermos, pobres que no tenían que llevarse a su estómago nada..» o la viuda.

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«El peor enemigo de nuestra vida es el miedo»

El arzobispo de Madrid explicó que «el dolor, la marginación, la violencia, la tortura, el romper con el otro, el no querer dialogar con el otro es pobreza de corazón, es no querer hacer un mundo en el que podamos entendernos» e invitó a acabar con «la privación de libertad, el encarcelamiento, las guerras, las torturas, la ignorancia, la miseria, el exilio y la migración forzada». Encontramos rostros concretos –señaló–, así que «acercaos a los pobres, sentaos a la mesa y dejad que os evangelicen» y, sin miedos, «haced partícipes a los demás de vuestra vida, donde está lo que sois y lo que tenéis». Porque el miedo frena, «nos bloquea, nos impide vivir nuestros dones hasta enterrar lo mejor que tenemos y que es para dárselo a los demás».

En este sentido, antes de concluir la homilía, el cardenal Osoro alentó a los fieles a hacer un mundo distinto «fructificando los talentos», y sabiendo que «la inversión de los talentos no es en los bancos, sino en los demás». La Iglesia, –remarcó– «puede ser perseguida, nos pueden quitar hasta la catedral, pero los pobres nunca nos lo podrán quitar», porque «son propiedad de Nuestro Señor, y eso lo teme todo el mundo porque son carne de Cristo». Por tanto, «que la Eucaristía que estamos celebrando nos ayude a vivir lo que hemos escuchado en la Palabra del Señor: que la Iglesia abra las manos a vivir como hijos de la luz y a entrar llevando el gozo del Señor». Y antes de su bendición episcopal y abrazado al deseo de que Dios los guarde, les dejó un mensaje final: «Haced un hueco, un sitio, para los pobres, como Jesús».

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En nuestros álbumes de fotos puede verse una galería de la celebración.


Homilía en vídeo

La Asamblea del Foro de Laicos rinde homenaje a Antonio Cartagena

  • Titulo: Infomadrid

Durante la XXV Asamblea Ordinaria del Foro de Laicos, celebrada este sábado 18 de noviembre, se rindió un homenaje a Antonio Cartagena Ruiz, quien después de más de treinta años de servicio deja su cargo de director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española y el del consiliario del Foro de Laicos.

En el acto tomó la palabra el vice-presidente del Foro, Guillermo Aparicio quien señaló la cercanía y capacidad de trabajo de monseñor Cartagena. Guillermo expresó, con bastante emoción y en nombre de todos que: «Antonio  ha sido un amigo para todos. Siempre dispuesto a ayudar. Despedir siempre es penoso. Ahora vas a tener más tiempo para pensar en lo que has hecho. Tendrás más tiempo para pensar en Dios. Y sabrás pensar en nosotros. Siempre has dicho: ‘no hay problema’ cuando te llevábamos a resolver complicaciones. Te queremos, te agradecemos y rezaremos por ti querido Antonio«.

En el homenaje, Cartagena recibió una placa con el siguiente texto: «A Mons. D. Antonio Cartagena Ruiz, quien ha trabajado por el Apostolado Seglar en España durante décadas, el reconocimiento, el afecto y la gratitud de sus compañeros del Foro de Laicos de España. Madrid, noviembre de 2017».

«Me voy con la satisfacción de conocer a una Iglesia rica y viva. Una Iglesia en Comunión. Agradezco y os pido que nos enamoremos del Señor. Si no nos oponemos Dios hace su Obra. La ciencia es conocer muchas cosas, pero la Sabiduría es saborear a Dios. En el Mediterráneo me recordaré de todos. Vine joven y me voy menos joven. Pero creo que a la Diócesis de origen le debo ahora en el atardecer de la vida dar algo. A todos os pido que me perdonéis y si no me perdonan peor para vosotros. Orad vosotros por mi,  que yo con certeza rezaré por vosotros. La oración para un cristiano es un arma de lucha. Hay que ser contemplativos en la acción. Y en la contemplación ser activos. Y eso sí: Que sigamos con fuerza siendo testigos de esperanza», dijo Antonio Cartagena.

En el acto estuvieron presentes, además del presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, monseñor Javier Salinas Viñals, el nuevo director del Secretariado de la CEAS, Luis Manuel Romero, la presidenta del Foro, Dolores García Pi, todos los miembros de la Comisión Permanente del mismo, y los presidentes de numerosas asociaciones nacionales de Apostolado Seglar.

«La acción social de la Iglesia no es un voluntariado de unas horas, sino que lleva a un verdadero encuentro con los hombres»

  • Titulo: Infomadrid / R.P. / CEU

Este domingo, coincididiendo con la Jornada Mundial de los Pobres, el arzobispo de Madrid presidió la Misa de clausura del XIX Congreso Católicos y Vida Pública, que se ha centrado en La Acción Social de la Iglesia. Ante numerosos participantes del congreso y miembros de la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU reunidos en la capilla del colegio mayor San Pablo, el cardenal Osoro agradeció «que nos ayudéis a todos los creyentes a reaccionar ante la cultura del descarte y del derroche, y a que promovamos y hagamos nuestra la cultura del encuentro, hermana del diálogo de la salvación, ese diálogo que llegó a su cumbre y que inicia Nuestro Señor Jesucristo con su Encarnación».

La acción social de la Iglesia –señaló el purpurado en su homilía– «no es una obra buena de voluntariado para hacer unas horas o en determinados días», sino que «nos sensibiliza acerca de las necesidades de los hermanos y de las injusticias que existen; la acción social de la Iglesia nos tiene que llevar a un verdadero encuentro con las necesidades de los hombres». Y hay que evitar que «crezca el sentimiento de miedo ante el presente y ante el futuro» que lleva a «encerrarnos en nosotros mismos, en nuestras instituciones». «¡Qué bueno es que el Señor se acerque a nosotros, en esta Jornada Mundial de los Pobres, y nos diga que no amemos de palabra, sino con obras!», aseveró.

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En este sentido, el cardenal Osoro apostó por «una Iglesia que abre su corazón y sus manos a los pobres», que se acerca «a todas las situaciones de los hombres, en todos los caminos por los que van, pero muy especialmente al necesitado y al pobre, a todos a los que se les ha robado o se les roba la dignidad». Un compromiso que ha de llevar a los cristianos a vivir como «hijos de la luz: siempre vigilantes y despejados, sabiendo que lo nuestro no son la tinieblas, ni la oscuridad, ni el desaliento o desesperanza, eso no pertenece al hombre, que tiene la condición de ser hijo de Dios, tiene un Padre y por eso es hermano de todos los hombres».

Aludiendo al Evangelio del día, el arzobispo de Madrid animó a los presentes a cultivar «los dones que el Señor puso en nosotros», en contraposición a aquel de la parábola que los escondió. «Dios mismo quiere entrar en nuestra vida, dejemos que la ocupe y negociemos con la riqueza que Él nos entrega, que es su propia vida. Amaremos, buscaremos a quien más lo necesite, repartiremos de lo nuestro a ellos», concluyó.

«Hay que salir a las periferias, no se puede venir a un congreso de este tipo y después no hacer nada»

En la jornada de clausura del congreso también estuvo presente el prefecto apostólico de Battambang (Camboya), monseñor Enrique Figaredo, que impartió la conferencia La caridad de Cristo nos urge. «La Iglesia de Camboya quiere ser un sacramento de salida, al encuentro de gente sencilla». Su actitud es con los pobres y por los pobres, potenciando lo que nos ayuda y nos iguala. Así, subrayó que «hay que ser sencillos y tener humildad, siempre desde la pequeñez de nuestra realidad».

El misionero jesuita explicó que lo que buscan es «llevar ilusión y soluciones a quienes lo necesitan». Y respecto a la gente con discapacidad incidió en que «debemos ser compañeros de su camino, ayudarles, bajar a su altura y dialogar». El único lenguaje que habla mejor de Dios es el amor y hace creíbles los otros lenguajes como la caridad. Hace que nuestra fe sea creíble. En este sentido, recordó que «hay que salir a las periferias, no se puede venir a un congreso de este tipo y después no hacer nada. Tiene que haber progreso».

Monseñor Figaredo agradeció que los niños de Camboya puedan tener acceso a agua limpia a AUARA, una empresa social dedicada a la comercialización de agua mineral natural, que destina el 100 % de los dividendos a financiar proyectos de acceso a agua potable en lugares de pobreza extrema. Actualmente mantiene proyectos en Benín y Camboya relacionados con el acceso a agua potable, saneamiento y agricultura. Su fundador, el alumni de Arquitectura de la Universidad CEU San Pablo Antonio Espinosa de los Monteros, participó en el Congreso Juvenil impartiendo un taller de emprendimiento con sentido.

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El presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Carlos Romero, clausuró un encuentro «marcado por el testimonio y las experiencias de numerosos cristianos que, con su vida, hacen visible la acción social de la Iglesia en el mundo» y agradeció la labor de todas las personas involucradas en él. En el acto de clausura también participaron el director del congreso, Rafael Ortega, y la secretaria general de la ACdP, Sirga de la Pisa, que leyó  el manifiesto del XIX Congreso Católicos y Vida Pública.

Finalizamos el XIX Congreso Católicos y Vida Pública recordando un acontecimiento que puso en marcha el proceso de actualización y renovación de toda la Iglesia: el Concilio Vaticano II. Un proceso de reforma de mentalidades y de estructuras al que el Papa Francisco, hoy, continúa invitándonos.

El día 7 de diciembre de 1965, Pablo VI promulgaba solemnemente la constitución apostólica Gaudium et Spes, cuyas emocionantes y certeras palabras iniciales, una vez más, recordamos y hacemos nuestras: «Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y cuantos sufren, son a la vez los gozos y las esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón».

En esta misma constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, los padres conciliares afirmaron con claridad que «el porvenir de la humanidad está en las manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones para vivir y para esperar». Eso es lo que los cristianos queremos, dar razón de nuestra esperanza y de nuestra alegría abriendo caminos nuevos, solidarios y comprometidos en la construcción del bien común.

Por todo ello, en este manifiesto de conclusión del XIX Congreso Católicos y Vida Pública, alentados por el testimonio de un sinfín de cristianos comprometidos, afirmamos nuestra total adhesión al mensaje que la Iglesia propone al mundo de nuestro tiempo: la creación de una nueva civilización del amor animada por la caridad; principio y motor de su dinamismo.

Juntos, nos comprometernos a seguir anunciando al Dios Trinitario; luz y amor inefables para los hombres. Un amor que nos llama al encuentro con el hermano, especialmente el más vulnerable y humilde. Una invitación a no encerrarnos en nosotros mismos mientras afuera, ante una multitud hambrienta, Jesús nos repite incansablemente: «¡Dadles vosotros de comer!».

De esta visión cristiana de la vida nacen luces, tareas, y renovadas energías para sanar y fortalecer a la humanidad. Una verdad saludable que nos impulsa a participar activamente en la vida pública a través la política –una de las más altas formas de caridad–, desde los valores cristianos de la verdad, la justicia, la libertad y la dignidad irrenunciable de la persona.

Como miembros de la Iglesia, nos comprometemos a suscitar una concepción positiva y trascendente del hombre y de su destino; a promover comportamientos en favor de la cultura de la paz; a denunciar toda forma de explotación y consumismo; y a crear soluciones para superar las causas de la pobreza de tantos millones de hombres, mujeres, niños y ancianos descartados.

Apoyamos a la familia –sede principal de la cultura–; defendemos la igualdad de derechos de la mujer y la cultura del respeto a la vida, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

Tendemos la mano a los emigrantes y los acogemos como hermanos obligados a buscar nuevos caminos para superar la precariedad de su vida y la de sus familias.

Ponemos toda nuestra atención y cuidado en la salud del planeta –la casa de todos–, a través del uso racional de los bienes y la protección de la naturaleza.

Testimoniamos y agradecemos el empeño de nuestros colegios, universidades y centros universitarios, así como de innumerables instituciones educativas de la Iglesia por llevar adelante proyectos de voluntariado y cooperación al desarrollo. Por eso, nos comprometemos a ser educadores según el corazón de Dios, convencidos de la importancia de la educación animada por la fe católica y su empeño por una formación integral, excelente, y abierta a los más auténticos valores humanos y cristianos.

En el 150 aniversario del nacimiento del P. Ángel Ayala, hombre de grandes iniciativas y fecundas fundaciones –uno de los grandes precursores del apostolado católico en la vida pública–, queremos expresar nuestro más profundo y sincero reconocimiento por su labor evangelizadora y su compromiso social.

Finalizamos con las palabras del Papa Francisco que nos exhorta a salir de nosotros mismos para darnos a los demás: «Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien».

Es la llamada del Santo Padre a vivir la regla de oro del cristianismo: abrirnos «a la gracia de Dios y a beber en lo más hondo de sus propias convicciones sobre el amor, la justicia y la paz».

Durante tres días se ha profundizado en la importante labor social de la Iglesia en distintos ámbitos por medio de testimonios de los máximos representantes de Cáritas, Manos Unidas, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Mensajeros de la Paz, Red Madre, Hermandad Obrera de Acción Católica, Acción Social Empresarial y Hermandades del Trabajo, entre otras personalidades y voluntarios. Han participado, además, el fundador de la African Youth Initiative, Víctor Ochen, y la responsable del voluntariado del campo de refugiados de Ventimiglia (Italia), Alexandra Zunino; y se ha proyectado el documental de CEUMEDIA Una mochila para la vida, con testimonios del citado campo de refugiados. Como actividad complementaria, se ha organizado también una exposición que recoge la amplia de la acción social realizada por la ACdP y sus centros educativos.

San Sebastián Mártir prepara con un triduo la fiesta de la Milagrosa

  • Titulo: Infomadrid

La parroquia San Sebastián Mártir (Plaza de la Parroquia, 1), de Carabanchel, celebrará un triduo como preparación a la festividad litúrgica de la Milagrosa. Se desarrollará los días 24, 25 y 26 de noviembre, a las 19:00 horas.

La Misa solemne de la fiesta, el lunes 27 de noviembre, dará comienzo a las 19:00 horas.