Durante este verano, el programa de Familias Trabajadoras del centro de Madrid de Hermandades del Trabajo ha puesto en marcha un campamento urbano de verano. En esta II edición, artístico y deportivo.
Como explica Alejandro García Guerrero, coordinador del mismo, «la idea surgió como una orientación para dar servicio a las familias, con el objetivo de poder favorecer la conciliación de la vida laboral de papás y mamás, y para que los niños y niñas tuvieran un espacio dentro del periodo vacacional donde hubiera juegos, aprendizaje y un lugar también en el que encontrarse, conocer a más niños y por supuesto cansarse, para luego volver a casa y dormir», sonríe.
«En esta segunda edición -comenta- queríamos cubrir unas plazas de 20 menores por día, y más o menos lo hemos conseguido en la mayor parte de los meses de junio y julio. Vamos a ver qué pasa ahora, en agosto». «Todo el proceso -apunta- comenzó el año pasado. En esa primera edición hubo una cantidad de niños más limitada, pero nos permitió tener un aprendizaje sobre las necesidades de las familias y cómo poder orientar este campamento urbano para que sea un espacio donde prime también la creatividad. Por eso hemos introducido esa parte artística junto con la parte deportiva y, por supuesto, el juego y la diversión. Eso hace que, desde nuestro punto de vista, tengan que ser grupos reducidos, para ofrecer una atención más personalizada».
Grupos limitados
Confiesa que «no disponemos de los mismos espacios que puedan tener los campamentos que se hacen en lugares más amplios, como colegios o polideportivos, en los que caben muchos niños. Aunque ese modelo está bien, no es válido para nuestro formato. Nosotros lo hacemos en el propio recinto de Hermandades, aprovechando también el parquecillo que tenemos enfrente, en la la plaza. De hecho, desarrollamos nuestras actividades en la parte de abajo de la sede de Hermandades, donde está la zona del gimnasio, con un tatami. También usamos otra área en la planta superior, que dedicamos más como rincón de lectura o de juegos. Así que los pequeños disponen de varios espacios, pero para grupos más limitados».
«Además -apunta-, nuestros grupos son más reducidos para favorecer una atención más individualizada. Y nos va muy bien. Todos los días hacemos un planning con unas actividades determinadas, que pueden ser deportivas, de corte teatral o de improvisación... Cada semana es temática, y pedimos a los menores que traigan algo para disfrazarse al término de la misma, según el tema hayamos trabajado. Por ejemplo, hemos tenido a superhéroes en alusión a la Guerra de las Galaxias; otra temática ha sido la de Alicia en el País de las Maravillas. Cuando terminamos, hacemos un pequeño corto: dividimos a los menores en grupos como de 5 niños y hacemos un vídeo que dura un minuto o algo así, con una interpretación según la temática. Nos lo pasamos muy bien. Es cierto que, la mayoría de las veces, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, pero es un recuerdo bonito del campamento, y a las mamás y a los papás les gusta conservar ese vídeo».
Familias vulnerables
«Otra de las cosas que les estamos ofreciendo -comenta- son las comidas. Los niños comen aquí. Hemos contratado un servicio de catering,y la comida está bastante bien. Por ejemplo, hoy hemos comido judías verdes con patatas y pollo empanado con patatas fritas. Se trata de una comida más casera, que era lo que pretendíamos, porque no queríamos que se alimentaran con perritos calientes o hamburguesas. Ellos pasan casi todo el día con nosotros: desde las 9 de la mañana hasta las 4:30 de la tarde». Insiste en que «está orientado a todas las familias que quieran traer a sus hijos. También tenemos un enfoque muy social para las familias vulnerables: hay algunas que por sus dificultades económicas o porque son migrantes y llevan poco tiempo en España tienen una dificultad añadida, y es con quién dejo a los niños en verano. Por eso, nuestros precios son más económicos, porque uno de los objetivos que tenemos es dar servicio a una parte más social».
Reconoce que «entre el lunes 5 y el viernes 16 de agosto no habrá campamento. Pero las actividades se reanudarán desde el lunes 19 hasta el 6 de septiembre. Aunque esos últimos días los denominaremos 'semanas sin cole', o algo así. Pero seguimos abiertos para todos aquellos menores de entre 4 y 12 años, incluso un poco más pequeños si son autónomos, por ejemplo, si tienen tres años y medio y pueden ir solos al baño, o no hay que darles de comer. Aunque en este sentido tenemos un poquito de flexibilidad. Lo mismo pasa si son un poco más mayores de 12 años. Los padres que lo necesiten, y estén interesados, pueden llamar a Hermandades del Trabajo o escribir un correo, y se les dará toda la información», concluye.