Madrid

El 11 de abril, Lunes Santo, la imagen del Cristo del Camino saldrá desde la parroquia de Nuestra Señora de las Delicias (paseo de las Delicias, 16) para protagonizar la procesión conocida como Siete Palabras.

Organizada en colaboración con la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Camino y María, Madre de las Delicias, dará comienzo a las 20:00 horas, al término de la Misa de las 19:00 horas. Y discurrirá por las siguientes calles del barrio: paseo de las Delicias, calle Cáceres, Batalla del Salado y Ferrocarril, para regresar al templo. Todo ello, con diferentes paradas, correspondientes a las Siete Palabras.

La Hermandad fue aprobada canónicamente en 1999 por el entonces arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela.

Triduo Pascual

Durante el Triduo Pascual, la parroquia acogerá las siguientes celebraciones:

Jueves Santo, 14 de abril

• 19:00 horas. Misa en la Cena del Señor.
• 23:00 horas. Hora Santa.

Viernes Santo, 15 de abril

• 10:00 horas. Laudes.
• 12:00 horas. Vía crucis en el templo.
• 17:00 horas. Oficios de la Pasión y Muerte del Señor.

Sábado Santo, 16 de abril

• 10:00 horas. Laudes.
• 22:30 horas. Solemne Vigilia Pascual.

Domingo de Resurrección, 17 de abril

• 10:00 horas. Laudes y Misa.
• 11:00 horas. Misa.
• 12:30 horas. Misa.
• 13.30 horas. Misa.
• 19:00 horas. Vísperas y Misa.

La parroquia de El Salvador y San Nicolás (Atocha, 58) ha programado un triduo en honor a Nuestra Señora de los Dolores con motivo de la festividad litúrgica del Viernes de los Dolores. Los cultos se desarrollarán los días 6, 7 y 8 de abril con el siguiente horario:

• 18:30 horas. Eucaristía.
• 19:00 horas. Ejercicio del triduo.

Cada día, a su término, se podrá escuchar una parte del Stabat Mater de Pergolesi, con música y canto a cargo del organista del templo y de varios músicos de la parroquia.

La parroquia Nuestra Señora de las Delicias (Paseo Delicias, 59) recupera este jueves, 7 de abril, la tradicional celebración de la Pascua Judía o Seder. Un acto que recuerda la última cena de Jesús con sus apóstoles según el rito judío, y que debido a la pandemia no se conmemora desde hace dos años.

La ceremonia dará comienzo a las 19:00 horas en la cripta de la parroquia. Y contará con la participación de representantes de Comunidad judía en Madrid y de otras iglesias cristianas.

En el 50 aniversario de la celebración de esta Pascua Judía en el templo, se rendirá un homenaje a Alfonso Ramonet, feligrés de la parroquia y colaborador de Actos Institucionales fallecido el 19 de mayo de 2021, quien, junto con los párrocos del templo, fue el alma máter de esta ceremonia.

La catedral de la Almudena acogió el pasado viernes, 1 de abril, en el marco de la vigilia de cada primer viernes de mes, el vía crucis de las hermandades, organizado por los jóvenes cofrades junto a la Delegación Episcopal de Jóvenes. La oración estuvo presidida por la réplica de la cruz de la JMJ que hace unas semanas visitaba toda la diócesis como preparación a Lisboa 2023. Una cruz que entregó el Papa san Juan Pablo II a los jóvenes con una misión: «Recordar al mundo que solo en Cristo crucificado hay redención y salvación».

El arzobispo de Madrid, cardenal Osoro, que acompañó la celebración, quiso agradecer a los cofrades el «prestar vuestra vida» para su misión, la de «hacer una expresión pública de la fe». A la cita habían acudido representantes de las siguientes hermandades de petinencia y de gloria de la diócesis de Madrid: Virgen del Remolino de El Molar, Los Estudiantes, El Silencio, La Borriquita, Las Tres Caídas, Los Gitanos, Nazareno y Soledad de Villaverde, El Pobre, Gran Poder y Macarena, Medinaceli, San Isidro, Virgen de la Almudena y Virgen de Atocha.

Cada una de las estaciones del vía crucis contó con jóvenes de estas hermandades que portaban la cruz de guía y las insignias propias.

Mirar al ser humano con la mirada de Jesús

En este camino «acompañando al Señor», les dijo el cardenal Osoro en su meditación al concluir el vía crucis, «quizá hemos podido sentir en nuestro corazón lo que Dios es capaz de hacer por cada uno de nosotros». Al hilo del Evangelio proclamado, el del quinto domingo de Cuaresma, el arzobispo de Madrid destacó lo que el mismo Jesús le dijo a la mujer adúltera: «Tampoco yo te condeno». Unas palabras que «necesitamos todos nosotros escuchar por dentro, en lo más hondo de nosotros».

Jesús, describió el purpuado, se inclinó ante la mujer, «se pone al nivel de aquella mujer pecadora» para «escucharla y comprenderla». Con este gesto, «el Señor nos invita a ponernos al nivel de quien está caído, derrotado, deprimido». A su vez, pone al hombre «frente a la propia conciencia y a la propia verdad» y se caen las máscaras, como le sucedió a aquellos que tenían ya en sus manos las piedras para lapidar a la pecadora. «Son pecadores, como todos». Ante la cruz, en adoración, animó a preguntarse «si somos tan buenos como para permitirnos juzgar a los otros duramente».

«Tampoco yo te condeno» son las otras palabras «que nos dice el Señor a nosotros esta noche». «Resulta que donde nosotros vemos el pecado, Jesús descubre un sufrimiento, un grito de soledad», porque Él «es el único que puede ver lo hondo de nuestro corazón». Igualmente, Él es quien enseña a mirar a cada ser humano con su mirada. «Sólo una mirada de amor y de ternura puede cambiar este mundo», y «os quiero acompañar a hacer esta mirada». Es más, «gastaré mi vida para ver si podemos juntos hacer [...] la mirada de Jesús».