La cuenta atrás para la JMJ Lisboa 2023 ya está en marcha. Tras un curso en el que los jóvenes de la diócesis han estado preparando sus corazones, con catequesis y eventos, para abrirse al encuentro con Dios en la jornada, la maquinaria logística se pone en marcha.
Una treintena de voluntarios están ya colaborando en las tareas de registro de las inscripciones de las más de 6.300 personas que irán con la diócesis a Lisboa. «El trabajo más grande es ahora en junio», comenta Rocío Jiménez, de 21 años, una de las voluntarias que la semana pasada participó en la segunda de las reuniones organizativas.
El pasado lunes, 12 de junio, se cerró el plazo de inscripciones y este jueves, día 15 de junio, tendrá que estar todo enviado a la organización en Lisboa. «Es un encaje de bolillos», continúa la voluntaria, para que «nadie se quede en tierra», porque en Madrid se han organizado cuatro planes distintos con dos modalidades cada uno —con o sin transporte—.
«Al ser mi primera JMJ y haber tanta gente apuntada, me agobia un poco», pero Rocío (imagen inferior, tercera por la derecha) tiene claro que «hay cosas que hay que confiar mucho en que Dios esté». Y esta es, precisamente, «la parte bonita», la de «encontrar a Dios» en todo ello.
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Sueño cumplido
El grueso de la ayuda de Rocío será en esta fase de Madrid, pero ella no solo será voluntaria con la Delegación de Jóvenes; los días grandes de la JMJ estará también al servicio de su grupo de la parroquia Nuestra Señora de Europa. Ya tiene experiencia como voluntaria, lo fue en el Camino de Santiago organizado el año pasado con motivo de la Peregrinación Europea de Jóvenes.
Rocío asegura que tenía muchas ganas de colaborar desde el primer evento al que acudió con la Delegación de Jóvenes, que fue una peregrinación mariana a Lourdes y a la basílica del Pilar en 2019. «Me gustó muchísimo y pensé que, siendo peregrina, me encantaría llegar a ser voluntaria». Un sueño hecho realidad.
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