Madrid

Misa Criolla y Nuestra Navidad: Concierto Navideño en los Jerónimos

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La Iglesia de San Jerónimo el Real (c/de Moreto, 4) acogerá a las 19,30 horas de esta tarde un Concierto Navideño organizado por Mensajeros de la Paz. La Misa Criolla, y Nuestra Navidad, de Ariel Ramírez, serán los temas que interpreten Cantoría de Jaén y Vientos del Sur. La entrada será libre.

La Misa Criolla es una obra musical de renombre mundial realizada por el músico argentino Ariel Ramírez, hace ahora 50 años. En ella se aúna la liturgia cristiana con las melodías del folclore argentino. Se trata, además, de una obra que va más allá del carácter religioso, ya que es una oda a la paz, al diálogo entre los pueblos y a la convivencia entre las personas como clave para su mutuo enriquecimiento.

La composición de la Misa Criolla surgió a raíz de un encuentro de su autor con dos religiosas alemanas que durante años pusieron en riesgo su vida llevando comida a los presos de un campo de concentración nazi ubicado frente a su convento.

El programa del concierto se completará con Navidad Nuestra, también con música de Ariel Ramírez, y letra del poeta Félix Luna. Es una composición que recoge seis momentos del la vida de la infancia de Jesús: La Anunciación, La Peregrinación, El Nacimiento, Los Pastores, Los Reyes Magos y La Huída a Egipto, todo ello presentado con ritmos típicos de distintas regiones de Argentina.

La Agrupación “Cantoría de Jaén” es un grupo coral formado 1997, para la difusión del canto coral. Su repertorio se basa en los grandes maestros del contrapunto, la fuga y la polifonía, desde el Renacimiento hasta los autores contemporáneos. Esta agrupación está compuesta por 34 voces, está formada por personas de todas las edades y profesiones.

“Vientos del Sur” nace también en Jaén en el año 1997, con la intención de investigar y difundir la cultura musical latinoamericana. Conjugan perfectamente los instrumentos autóctonos de las diferentes zonas de Sudamérica con un exquisito cuidado en la armonía de las voces.

El programa del concierto está grabado en un CD de reciente edición, interpretado por las dos agrupaciones que actuarán en los Jerónimos, y cuyos beneficios van destinados a la labor que realiza Mensajeros de la Paz.

Con esta iniciativa los artistas, -según se dice en el libreto del disco- “quieren transmitir un mensaje de paz, entendimiento, solidaridad, un llamamiento a la cooperación con los más desfavorecidos, un grito en alto para que paren las guerras, que las religiones no nos separen, que los estados se impliquen más en la tarea por paliar la hambruna en el mundo, las desigualdades y la lucha en favor de los derechos humanos”.

La Agrupación Coral Iter ofrece un Concierto de villancicos a beneficio de Manos Unidas

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La Agrupación Coral Iter ofrece un Concierto Benéfico de Villancicos a favor de Manos Unidas.

Dará comienzo a las 19,30 horas de esta tarde en la Parroquia San Francisco de Borja (Jesuitas) de la c/ Serrano, 104.

La entrada será libre hasta completar el aforo.

Monseñor Carlos Osoro celebrará el lunes una Misa en la Capilla ‘Cachito de Cielo’

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El próximo lunes, 15 de diciembre, el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra, visitará la Casa de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada (c/Travesía de Belén, 1). A las 20,00 horas presidirá una solemne celebración de la Eucaristía en la Capilla de la Casa, conocida popularmente como ‘Cachito de Cielo’, como acción de gracias por el 4º aniversario de la Exposición Permanente del Santísimo que se realiza en esta Capila.

Desde el 9 de diciembre de 2010, esta Capilla permanece abierta de lunes a domingo, las 24 horas del día, con exposición del Santísimo Sacramento para su Adoración Perpetua. Para mantener esta oración ininterrumpida, hay turnos de adoración a los que se puede apuntar todo el que lo desee. Una coordinadora general, y varias coordinadoras de distintos horarios, todas ellas laicas, se encargan de coordinar los grupos, con el fin de que el Santísimo esté siempre acompañado. Para la Superiora de esta casa de las Misioneras del Santísimo Sacramentado, la Capilla ‘Cachito de Cielo’ “se mantiene gracias al esfuerzo y al cariño de los muchísimos adoradores que se turnan para acudir a orar y que el Santísimo nunca se encuentre solo”.

Con un carisma eucarístico, mariano y misionero, las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada tienen tres casas en Madrid: en la c/Navarro Amandi 111, Curia General, comunicada con Arturo Soria, 208, donde está el colegio; en la Travesía de Belén, la Capilla ‘Cachito de Cielo’; y en la c/ Blanca de Navarra, 9, donde se encuentra ubicada la Obra Social ‘Cachito de Cielo’. Esta obra surgió en la casa de la Travesía de Belén, pero tuvo que trasladar su sede social ya que la Exposición Permanente del Santísimo no dejaba espacio suficiente para la labor solidaria que realizan cada día, durante todo el año: el reparto de más de 300 desayunos, con bocadillo y café caliente para transeúntes, indigentes y necesitados, que acceden por la calle Montesquinza, 29, esquina con Blanca de Navarra. Además, dos días a la semana, ofrecen bolsas con alimentos a familias necesitadas. Con la colaboración del Banco de Alimentos, cada mes atienden a unas 900 familias.

Fundadas por María Emilia Riquelme y Zayas, fallecida el 10 de diciembre de 1940, hace dos días las Misioneras recordaron el 75 aniversario de su fallecimiento. En la actualidad, la Congregación cuenta con varias casas en España, Brasil, Portugal, Bolivia, Estados Unidos, Colombia, Angola, Perú y México.

La dulce y confortadora alegría de evangelizar

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“Estamos viviendo en este tiempo de Adviento una llamada especial a hacer presente la alegría del Evangelio”, afirma el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra, en su carta semanal. “Faltan muy pocos días para que D. César Franco tome posesión de su nueva Diócesis de Segovia. En su ministerio que comienza y en las vidas de todos nosotros veo la dulce y confortadora alegría de evangelizar. Que mis palabras sean expresión de un recuerdo agradecido por tantos años dedicados al servicio del la Archidiócesis de Madrid”.

A continuación, retoma la explicación sobre el tiempo litúrgico que estamos viviendo, asegurando que “la alegría dulce y confortadora que es el mismo Jesucristo” es la que “deseamos que llegue a todos los hombres, a través de todos los caminos; en todos los lugares en los que están, en las circunstancias reales de sus vidas, queremos que llegue Jesucristo, porque sabemos que Él es la alegría del Evangelio”. Así, “Vamos a poner todas nuestras fuerzas en anunciar a Jesucristo con nuestras propias vidas”. “¡Qué fácil es quedarnos en la vida sin caminos abiertos hacia Dios y hacia los demás!”, apunta. Por eso, exhorta a no quedarse “vacíos por dentro”.

“Hemos recibido la alegría de Cristo. Es una alegría que mueve nuestra vida y nos impulsa a salir a la búsqueda de todos los hombres. No es una alegría que se cierra en nosotros, es abierta, comunicativa, va siempre en búsqueda, nunca se detiene, siempre sale. Se trata de construir un mundo mejor, de ahí también la urgencia de evangelizar y comunicar el don del encuentro con Jesucristo. Ello nos está pidiendo a toda la Iglesia que hagamos posible la promoción y formación de discípulos misioneros, como nos recuerda el Papa Francisco”. En este sentido, asegura que “para un discípulo del Señor hay tres imperativos para que sea verdad ‘la dulce y confortadora alegría de evangelizar’.

El primero, “‘Id, siendo sal’: Hay que salir a todos los lugares en los que se encuentren los hombres, a todas sus situaciones existenciales. Pero hay que salir siendo sal, es decir, con la gracia, la alegría, la gratitud que brota siempre de un corazón que está unido a Jesucristo. El encuentro con Jesucristo es indispensable”, ya que “el discípulo misionero sale llevando a Cristo, su fuerza y su amor, su gracia y su vida”. Afirma que “hay que salir, pues si nos encerramos en nosotros, nos quitamos el oxígeno que necesitamos para vivir… Nuestra fe se hace viva, se hace fuerte, se dinamiza, en la medida que más se comparte y se transmite. Y es que hay una realidad ineludible: cuanto más se conoce a Jesucristo, más ganas tienes de darlo a conocer. Dar a conocer a Jesucristo, salir a todos, debe ser nuestra pasión”.

El segundo de ellos, “‘sin miedo, no volviéndonos sosos’: Los miedos nos ponen tristes, nos encierran, nos incomunican, nos hacen culpabilizar a los demás. Es necesario escuchar al Señor, que nos dice: ‘no les tengas miedo’. La tentación de siempre, de todo discípulo, es decir que no estamos preparados. Así nos volvemos sosos y llenos de miedos”. Por eso, invita a dejarse “envolver por el amor tierno y dulce que Dios te ha manifestado en Jesucristo. Él te ha dado su vida, te hizo partícipe de la vida de Dios. No tengas miedos”. Y es que “el miedo, el temor, paraliza e instaura la incapacidad de dar sabor. Nada ni nadie nos puede apartar de ese Amor, que nos hace salir de nosotros mismos. El miedo nos vuelve sosos, sin capacidad para dar sabor. El miedo entristece y da cansancio para creer, esperar y amar. El discípulo misionero cree, espera y ama”.

Por último, “‘Siempre sirviendo y dando sabor’: Solamente el discípulo se hace misionero si entra en la lógica de la donación de la vida y del amor que tienden siempre a comunicarse con todos los hombres”. “La dulce y confortadora alegría de evangelizar siempre tiene la dinámica del éxodo y del don, siempre nos hace salir de nosotros mismos... Sirviendo y dando sabor hacemos esa gran revolución que necesita esta humanidad, nada más ni nada menos que la ‘revolución de la ternura’ que es Jesucristo mismo, a quien queremos entregar. Dar sabor y servir es hacer ese cántico nuevo, que se hace cuando se ha acogido la vida de Jesucristo con todas las consecuencias. Y se hace canto con una vida vivida en comunión con Jesucristo y teniendo la vida de los hombres, en la situación que estén, como pentagrama en el que escribimos las notas del canto, que no son otras que el mismo Jesucristo”.

Concluye exhortando: “Nunca nos cansemos de mirar con los ojos del Señor a los demás y a todas las realidades en las que estamos o viven los hombres. La mirada de Jesús es la que necesitan los hombres, ella es el inicio de un encuentro verdaderamente humano, con ese ‘humanismo verdad’ que tan bellamente se revela y manifiesta en Jesucristo”.