Este domingo, 18 de enero, se celebrará la 101ª Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado, que este año tiene como lema “Una Iglesia sin Fronteras, madre de todos”.
Con este motivo, el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra, presidirá una solemne celebración de la Eucaristía en la Parroquia Nª Sª de Buen Suceso (c/ Princesa, 43 – Metro Argüelles y Plaza de España) a partir de las 12,00 horas.
En alusión al lema, el Delegado de Migraciones, Antonio Martínez, explica que “la experiencia de Jesucristo nos anima a salir al encuentro, con el entusiasmo y la valentía que impulsaron a las primeras comunidades cristianas, del hombre y la mujer inmigrantes y sus familias, a quienes la crisis golpea más gravemente, para ayudarles a mantener firme su fe, buscando nuevas respuestas pastorales, métodos y lenguajes para una acogida siempre viva de la Palabra de Dios”. “Las comunidades parroquiales han de tener en cuenta que el hombre y la mujer inmigrantes han sufrido un cambio de cultural con el desplazamiento geográfico, la transferencia de un mundo rural a un mundo urbano y al sector industrial y de servicios: han perdido la base de sustentación, aquel sustrato sociológico que sostenía su vida y también su vida religiosa, hasta que en una síntesis nueva organicen un nuevo sistema de valores”. “Es esencial para ofrecerles la acogida que esperan de nosotros. Arraigados y edificados en Cristo, estamos llamados a hacer visible y perceptible el proyecto de Dios: invitar a todos los hombres, sin excepción o exclusión alguna, a la comunión con Dios que nos abre «la puerta de la fe». Es esencial realizar una pastoral de comunión, salir al encuentro de los que llegan y actualizar las estructuras tradicionales de atención a los inmigrantes y refugiados, a fin de que respondamos mejor a las nuevas situaciones en que interactúan culturas y pueblos, para avanzar en la acogida e integración de los inmigrantes y en la formación de los agentes de pastoral, haciendo de nuestras comunidades casa y escuela de comunión. Nos tenéis a vuestra entera disposición”. “Es el compromiso que adquirimos los cristianos al celebrar la Eucaristía. Ella es fuente de caridad, fraternidad, justicia, solidaridad y paz. Estamos llamados a testimoniar la gratuidad de Dios y actualizar el amor que celebramos y recibimos en la Eucaristía. Viviendo la comunión fraterna, que brota de la Eucaristía, hacemos visible la solicitud paterna de Dios Creador en la familia y en la escuela, en la fábrica y en las más diversas condiciones de la existencia humana”.
El equipo de la Delegación de Migraciones tiene su sede en el edificio Maudes (c/. Raimundo Fernández Villaverde, 18 - Metro Cuatro Caminos). A lo largo de todo el año, y siguiendo su lema “Atención al hombre y servicio a la fe sin dicotomías”, ha acogido, informado, orientado y apoyado en su proceso de realización de sus proyectos personales y familiares de vida a más de 12.000 inmigrantes y a sus familias. A estas cifras hay que añadir los varios miles de personas atendidas en el conjunto de los Centros, coordinados con la Delegación, y a cuantos han recibido la información que necesitaban. Y, además, todos los que han participado en los cursos de formación de agentes de pastoral y voluntarios.