Madrid

Monseñor Carlos Osoro: “Seguir los pasos de Jesús es, en definitiva, lo que tenemos que hacer en la vida”

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El Colegio Nuestra Señora de Loreto (c/Príncipe de Vergara, 42), de las RR. de la Sagrada Familia de Burdeos, ha concluido los actos organizados con motivo del 125 aniversario de su construcción. Y lo ha hecho ayer, lunes, con una solemne celebración de la Eucaristía, presidida por el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra, quien comenzó su homilía evocando a un poeta castellano: ‘Qué bien le viene al pájaro volver al primer nido’. “En este caso, dijo, el pájaro soy yo, y volver al primer nido supone que han sido 20 años de mi vida, quizá los más importantes de mi ministerio sacerdotal, los que viví junto a las Hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos. Han sido 20 años viviendo en la comunidad con ellas, en el seminario de Santander. Conozco a todas las Hermanas de las provincias de España. Y para mí es un regalo poder estar aquí, en este colegio, con las Hermanas y con todos los que, de alguna manera, formáis parte de esta Sagrada Familia”.

Recordó la figura del fundador de la Congregación de la Sagrada Familia de Burdeos, el francés Pedro Bienvenido Noailles, señalando que “vio en la Sagrada Familia esa imagen bellísima de la Santísima Trinidad, que es germen también de la Iglesia y, de alguna manera, ejemplo a seguir. Y así lo hicieron las primeras comunidades cristianas. Por eso, Loreto es Nazaret; es aquella humilde casa de Nazaret, la casa de Jesús, María y José. Allí creció Jesús, niño y joven, y aquí estáis muchos alumnos, en torno a una casa de la Sagrada Familia, creciendo como personas. Los tres miembros de la Sagrada familia miraban hacia Dios, encontraban el amor de Dios y lo regalaban. María, con un sí absoluto y total a Dios; José con un sí y una fe inquebrantable en Dios. Y Jesús con ese amor, expresión suprema, que sólo quiso cumplir la voluntad de Dios y acercarnos con su vida quién es Dios y quiénes somos los hombres”. Así, apuntó, “en estos 125 años del colegio de Nuestra Señora de Loreto mucha gente ha crecido, ha desarrollado su vida y ha percibido, de alguna manera, el amor de Dios”.

Mons. Osoro invitó a reflexionar sobre “tres aspectos importantes: encontrar, acercarnos y seguir. Encontrar la sabiduría, acercarnos a la sabiduría, y seguir los caminos de la sabiduría”. Con palabras del Papa Francisco, exhortó a ponerse “en situación de salida, en búsqueda del otro” para “acercarnos a quien es la sabiduría, que es Jesucristo. Hay muchos modos de acceder y acercarse al Señor, pero los cristianos tenemos algunos muy concretos: la Palabra que viene de Él, los sacramentos... Es importante que nos demos cuenta de que el Señor, que ha entrado en nuestra vida, es misericordia. Nos da oportunidades para acercarnos a Cristo”. “Acerquémonos a Jesucristo”, exhortó.

El Señor, prosiguió, “nos propone que estemos en los caminos de Dios, que acojamos su manera de vivir, ayudando a los demás, queriendo a los demás, no viviendo para nosotros mismos, regalando lo que somos y tenemos a todos los que nos encontremos por la vida, por supuesto también a los más cercanos, para que manifiesten el rostro de Dios y sigan sus caminos. Estamos aquí porque nos hemos encontrado con la sabiduría, hemos conocido a Jesucristo”, aseguró.

“Pero, advirtió, no basta sólo con encontrarnos y acercarnos: es necesario seguir sus pasos, sus huellas”. “Seguir los pasos de Jesús es, en definitiva, lo que tenemos que hacer en la vida”.
Concluyó exhortando a los presentes: “que la Sagrada Familia esté muy presente entre vosotros; que Jesús, María y José sean esa imagen de la Trinidad, del Dios cristiano que es amor, y que regala ese amor y le hace presente en este mundo, y que quiere que seamos rostros vivos de ese Dios. Vamos a serlo, y así Madrid será lo que Dios que seamos: una misma familia”, concluyó.

A continuación, Mons. Osoro visitó el centro educativo y la exposición de fotos que se ha exhibido como recordatorio de estos 125 años de historia.

“El ministerio sacerdotal es la presencia viva del Señor”, recuerda el Arzobispo de Madrid en la ordenación de un nuevo presbítero

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La Parroquia Nuestra Señora del Cielo acogió este sábado la solemne celebración de una Eucaristía durante la cual el Hermano Jean Claude Kakule Kamabu, religioso Agustino Asuncionista, fue ordenado sacerdote. La Misa fue presidida por el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra, quien en su homilía dijo que “el Señor sigue enseñando sus caminos a través de hombres a los que llama de un modo especial, y a los que les regala su misterio y su ministerio. En este caso, hoy, a Jean Claude. Así es: el Señor sigue instruyéndonos en sus sendas, sigue queriendo que nosotros, hombres y mujeres de este mundo, caminemos con lealtad. Y caminar con lealtad es andar por la vida como hijos de Dios. Quiere que afirmemos, con obras y palabras, lo que cantábamos en el Salmo: Tú eres mi Dios, tú eres mi único salvador. El Señor lo hace mostrando su ternura y su misericordia con nosotros, porque son eternas y permanecen en el mundo a través del ministerio sacerdotal, que es la presencia viva del Señor”.

Recordando su ministerio sacerdotal, señaló que “el Señor, a través de mí, sigue pronunciando esas palabras en la Eucaristía, y hace realidad que su vida se haga presente entre nosotros, que su misericordia y su ternura lleguen a nuestro corazón. Dios entra de tal manera en nuestra vida que regalamos su misterio y su ministerio”.

Invitó a los presentes a reflexionar sobre tres palabras: “salir al mundo, para anunciar y llamar. Esto es, Jean Claude, lo que el Señor te va a regalar. Te va a pedir, como nos pide a todos, y como dice el Papa, que la Iglesia tiene que estar en salida. Por eso, ¡qué regalo tan bonito te hace hoy el Señor!”. “Hoy, prosiguió, el Señor te dice: Levántate y vete al mundo, donde sea, donde te digan. ¡Vive y predica el mensaje!. Nosotros llevamos a una persona, que es Jesucristo. Que te dice: Levántate, predica. Sin Dios, este mundo y esta historia no tienen ni presente ni futuro. Hay que anunciar que Dios nos quiere, nos ama, cuenta con nosotros, no es alguien extraño en nuestra vida”. “Salida misionera, pues, donde vivan los hombres. Esta es la misión de toda la iglesia. Pero Cristo es la cabeza de la Iglesia, y un sacerdote tiene que salir al mundo, ir regalando compasión y misericordia, la ternura de Dios que se ha revelado en Jesucristo”.

En segundo lugar, dijo al nuevo presbítero, “estás marcado por la ordenación sacerdotal y por tu compromiso en esta Congregación de los Agustinos de la Asunción. Los votos, de alguna forma, te sitúan en las manos de Dios. El consagrado tiene que decir con su vida que lo que vale es Dios, que lo que queda es Dios, que ese es el tesoro que tenemos que tener en nuestra vida. Tu ministerio sacerdotal va a hacer posible que tú, como el Señor, regales el perdón, regales esa ternura de Dios que se acerca a todos, sin distinción... Otro mundo es posible: es lo que dice tu vida… Son palabras para que descubramos aquello por lo que merece la pena vivir en la vida, y para que entreguemos la vida”. “El Señor cambia el corazón, desde dentro, cambia a los hombres y les hace vivir de su amor y entrega. Salir al mundo, por tu vida consagrada y por lo que el Señor te va a regalar ahora, tu ministerio, cambia tu vida”, aseguró.

“Salimos al mundo marcados, porque otro mundo es posible, y lo vamos a hacer para anunciar y llamar, advirtió. Se avecina un tiempo nuevo que tenemos que anunciar, con una belleza extraordinaria. Anunciar este tiempo es lo más hermoso, porque el reino de Dios es posible. Es una oportunidad en tu vida de gritar a los hombres que se puede vivir como hermanos e hijos de Dios, de llegar a aquel que no tiene nada con tal de que esté dispuesto a dar lo que tengo. Esto es posible… También en ti está presente el reino de Dios, con tus gestos, con tus palabras, con tu amor. Esto es lo que vas a anunciar: Él solo puede reconstruir nuestra vida”.

“Creed en el Evangelio”, exhortó a los presentes. “Jesús es el verdadero Evangelio de Dios para los hombres, es una buena noticia, nos habla de liberación de nuestras cadenas, de curación de nuestro corazón, nos hace peregrinos. Necesitamos acoger a Cristo en nuestro corazón: sólo Él tiene palabras de vida”. Dirigiéndose a Jean Claude, le dijo: “con tu ministerio darán una buena noticia y la alegría autentica, porque darás a Jesucristo Nuestro Señor. Tienes que hacer como los apóstoles: salir al mundo a anunciar y a llamar a otros”. “Quisiera venir a ordenar a otros, manifestó. Dejad que el Señor os hable, y descubrir lo que significa consagrar la vida. El Señor nos llama para salir al mundo y anunciar y llamar a otros. Sintamos la urgencia de la salida misionera que tiene que hacer la Iglesia para ayudar a descubrir a los hombres dónde está la verdadera alegría”, concluyó.

Concelebrada por más de 40 sacerdotes, entre Religiosos Asuncionistas y amigos del ordenando, un grupo de africanos de distintas nacionalidades animaron la Misa con su música. A la ceremonia asistieron también numerosos seglares y consagrados/as de procedencia africana, muchos de ellos con sus trajes típicos, dando un toque colorista a la ceremonia.

Misa en la festividad de la Congregación de Nuestra Señora de Sion

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El pasado martes, 20 de enero, el Arzobispo de Madrid, Monseñor Carlos Osoro Sierra, visito el Centro de Estudios Judeo-Cristianos, ubicado en la calle Hilarión Eslava, 50. El motivo fue la celebración de la festividad de la Congregación de Nuestra Señora de Sion, que se conmemora en ese día. El prelado madrileño presidio la celebración de una Eucaristía y mantuvo un encuentro amistoso y cordial con los socios y representantes de esta institución.

La celebración de esta fiesta es ya tradición en este Centro, y reúne a socios, amigos y alumnos y como en ocasiones anteriores también asistieron el Presidente y representantes de la Federación de Comunidades Judías de España, y los Presidentes de la Comunidad Judía de Madrid, y de la Comunidad Judía de Bet-el y miembros de estas comunidades, y la portavoz de la Embajada de Israel. Este acto fraterno resalto, una vez más las buenas relaciones de amistad, dialogo y colaboración entre los miembros de las comunidades judías y católicas, labor primordial de este Centro.

La Congregación de Nuestra Señora de Sion fue fundada por los Padres Marie y Theodore Ratisbone, dos hermanos judíos que se convirtieron al cristianismo para más tarde recibir el Orden Sacerdotal. Al Padre Marie se le apareció en Roma la Santísima Virgen, con el mismo aspecto que esta representada en la Medalla Milagrosa. Su hermano Theodore inspirado por este acto extraordinario tuvo la idea de fundar la Congregación de Nuestra Señora de Sion, con el carisma del estudio de la Biblia y el acercamiento al pueblo judío.

El Centro de Estudios Judeo-Cristianos, es la única Institución oficial de la Iglesia española para el dialogo con el judaísmo. Perteneciente al Arzobispado de Madrid fue instituida como Centro de Estudios Judeo-Cristianos por el Cardenal Tarancon en los años 70, ya que unos 10 años antes existía como Amistad Judeo-Cristiana, encomendado su funcionamiento y orientación a la Congregación de Nuestra Señora de Sion. El Centro está regido por una Junta Directiva cuyos miembros son nombrados por el Arzobispado de Madrid.

¡Contagiando ALEGRÍA!! Desde Villaverde

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El pasado sábado día 24, Cáritas en el Arciprestazgo de Villaverde Alto y Ciudad de los Ángeles, pasó la mañana “Contagiando Alegría” en su 2ª Jornada de Voluntariado, con una participación de más de setenta personas voluntarias.

Se inició la mañana con una oración y con la compañía del Padre Santos Urías, que nos ayudó a hacer una “parada” en nuestra actividad para contemplar la Espiritualidad que Acompaña al voluntario en su acción Caritativa y Social en nombre de nuestra Iglesia.

Después dieron testimonio de su experiencia como voluntarios jóvenes. Sí, jóvenes. Jóvenes que trabajan al servicio de los más pobres, desde acogidas parroquiales, proyectos de apoyo a menores en procesos educativos, mayores que viven en soledad y que no tienen apoyo familiar, y personas en situación de exclusión donde la ayuda se convierte en un “encuentro de corazones”.

Muchas Gracias Raquel, Elva, Sara, Yeray y Encarni de las parroquias de Vicaría V, a Laura de San Alfonso María Ligorio de Vicaría VI, y Margarita, Carlos y Otaola, de la Asociación Bokatas, de la parroquia Sagrados Corazones. Muchas Gracias por vuestro testimonio y sobre todo vuestra entrega. Pero sobre todo... ¡Gracias a las más de setenta personas que participasteis e hicisteis una jornada preciosa!