Madrid

El distrito Puente de Vallecas honra a su patrona, la Virgen del Carmen

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La parroquia de San Ramón Nonato (c/ de Melquíades Biencinto, 10) acoge un amplio programa de actos litúrgicos en honor a la patrona del Distrito Puente Vallecas, Nuestra Señora del Carmen, cuya festividad se conmemora el próximo 16 de julio.

María, Madre de misericordia será el tema de la novena que se desarrollará desde el 7 hasta el 15 de julio, predicada cada día por un sacerdote. Así, el jueves 7 lo hará el P. Antonio Alcalde, CMF, de la parroquia Nuestra Señora de la Aurora y Santo Ángel; el viernes 8, Juan Carlos Merino, vicario episcopal de la IV; el sábado 9, José Gregorio Belandria, de San Ramón Nonato; el domingo 10, Elías Roperto, de San Ramón Nonato; el lunes 11, Iñaki Martín, de Nuestra Señora de la Peña; el martes 12, Manuel Sánchez, de Nuestra Señora de la Misericordia; el miércoles 13, José Luengo, párroco de Nuestra Señora de la Misericordia; el jueves 14, José Manuel Lozano, de Santa María del Pozo y Santa Marta; y el viernes 15, José Manuel Horcajo, párroco de San Ramón Nonato.

En la festividad de la patrona del Distrito Puente Vallecas, el sábado 16 de julio, la Misa solemne dará comienzo a las 20:00 horas, y estará presidida por Lidio Escudero, vicario parroquial de San Ramón Nonato. A las 21:00 horas, la imagen de la Virgen del Carmen saldrá en procesión por las calles del barrio.

Misa de acción de gracias por la beatificación de madre María Celeste, fundadora de la Orden del Santísimo Redentor o Madres Redentoristas

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El domingo 3 de julio, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, presidirá una solemne Misa de acción de gracias por la beatificación de la madre María Celeste Crostarosa, fundadora de las Madres Redentoristas. La Eucaristía dará comienzo a las 10:00 horas en la capilla del monasterio (c/Madre Celeste, 1 A). Concelebrarán el vicario episcopal Avelino Revilla, el vicario de religiosas Elías Royón, SJ,, el vicario de zona y varios sacerdotes redentoristas, marianistas, diocesanos y entre otros.

El pasado 18 de junio fue beatificada en Foggia (Italia) la madre María Celeste Crostarosa, quien fundara la Orden del Santísimo Redentor en Pentecostés de 1731, y fue inspiradora de la fundación de la Congregación del Santísimo Redentor (Misioneros Redentoristas) fundada por San Alfonso en 1732.

Las Madres Redentoristas son una orden contemplativa, de clausura constitucional, con presencia en todos los continentes. Se caracterizan por ser «“viva memoria”, signo claro e irradiante del amor que Dios nos tiene en Cristo» (Const. 5).

En Madrid están presentes en el monasterio Cristo Redentor de la calle Madre Celeste, 1A.

Biografía

Julia Crostarosa (conocida como María Celeste) nació el 31 de octubre de 1696 en Nápoles, en el seno de una familia acomodada y profundamente cristiana. Destaca por sus dones y capacidad de liderazgo, así como por su temperamento apasionado y enérgico. Desde pequeña empieza a experimentar un sentimiento no corriente de intimidad con Jesús, que ella llama «la compañía secreta», que continúa hasta los nueve años. Entre los nueve y once años pasa un período de «crisis», caracterizado por una atracción y fascinación por todo lo que le ofrece el mundo napolitano. Después de esa lucha entre el deseo de seguir a Jesús y la inclinación natural a «desear las cosas del mundo» vuelve a tener paz y hace una confesión general.

En la adolescencia empieza a madurar en la línea de una unión más profunda con Dios, con el deseo de imitar la vida de Jesús especialmente durante los 30 años que estuvo en Nazaret. Poco a poco irá intuyendo que su camino no es el de una imitación externa de su vida, sino que consiste en dejar vivir a Cristo en ella.

Con 21 años, va con su madre al Carmelo de Marigliano para visitar a la superiora del monasterio. Lo que parece una simple visita se convierte en una entrada formal en el convento. El 21 de noviembre de 1719 hace su profesión religiosa como carmelita. Y en mayo de 1722 es elegida maestra de novicias. En ese año, conoce al padre Tomás Falcoia, de los Píos Operarios, que predica los Ejercicios Espirituales en el Carmelo.

En 1723 se cierra el convento, y Mª Celeste, acompañada de sus dos hermanas, Úrsula y Juana, también religiosas, abandona Marigliano. Permanecerán en Portici hasta comienzos del año 1724, en que marchan al convento de la Visitación de Scala, del que el P. Falcoia es director espiritual. Al vestir el hábito de la visitación recibirá el nombre de María Celeste.

El 25 de abril de 1725, todavía novicia, recibe la inspiración del Señor de un nuevo Instituto y sus Reglas, cuya norma será el Evangelio, y el fin el seguimiento de la vida del Redentor, especialmente en su vida oculta y orante. Pero se encuentra con la oposición del padre Falcoia, nombrado obispo de Castellamare. En 1730 Alfonso de Ligorio predica los Ejercicios en el monasterio de Scala. Conoce a Mª Celeste y le ofrece el apoyo eclesiástico que necesitaba para poder iniciar una nueva Orden contemplativa: la del Santísimo Salvador, más tarde llamada del Santísimo. Redentor. El nuevo proyecto de vida religiosa se inicia en la fiesta de Pentecostés de 1731, gracias al apoyo de San Alfonso ante el obispo de Scala, monseñor Nicolás Guerriero. En 1732, en la hospedería de las monjas nacerá la rama masculina (la Congregación del Santísimo Salvador - misioneros redentoristas), con la intervención decisiva de Mª Celeste.

En la primavera de 1733, Mª Celeste escribe la Regla recibida por inspiración de Dios. Las nueve reglas que propone son bellezas de Cristo y que ahora comunica a sus amigos. Un camino espiritual muy novedoso en aquel tiempo en que seguir a Jesús se entendía como practicar virtudes. Monseñor Falcoia pretende hacer grandes modificaciones en la Regla y en su aplicación. Ella, fiel a su conciencia, se opone. Ese mal entendimiento aumentó la tensión en las relaciones entre Mª Celeste y monseñor Falcoia, que exige a Mª Celeste que haga voto de no tener más director espiritual que él mismo y que acepte firmar – como inspiradas por el Señor así - todas las reglas modificadas. Ella, después de orar y aconsejarse con su hermano jesuita, se niega en conciencia a aceptar estas condiciones. Será confinada al desván del monasterio, se le negará la comunión y nadie podrá acercarse a ella. Al final, será expulsada del monasterio, y despojada del hábito redentorista. Este periodo es el más doloroso de su vida.

Esta situación provocará que por un lado surja la Congregación del Santísimo Redentor (fiel a las directrices y cambios de Falcoia a las Reglas de Mª Celeste) y por otro la Congregación del Santísimo Sacramento, fundada en 1733 por el P. Vicente Mannarini (que seguía las Reglas tal y como habían sido escritas por Mª Celeste).

Mª Celeste y Úrsula fueron acogidas en Pareti (Nocera de Pagani) por unas hermanas dominicas, y el obispo le pide que aceptase el cargo de superiora para reformar el monasterio de la Anunciación. Pero su destino no es reformar monasterios. Por eso, tras un intento de fundación en Roccapiemonte, en marzo de 1738 viaja a Foggia, donde después de superar nuevas contrariedades logrará ver hecha realidad una comunidad que viva según el proyecto religioso que Dios le había inspirado. En estos años fecundos (1738-1755) completa sus obras y escribe su autobiografía.

Es llamativa la gran relación y estima que tuvo hacia los laicos: resulta sorprendente que en el siglo XVIII una mujer – y además, monja de clausura – diera acompañamiento espiritual a laicos. Para Mª Celeste, la meta es hacer presente en el mundo el amor que el Padre nos tiene en Cristo y llegar a vivir el evangelio con radicalidad. Esto lo pueden vivir también los laicos, cualquier persona si se dispone a recibir lo que Dios quiere obrar en ella. Mª Celeste destaca siempre como punto de partida el Bautismo, que es el comienzo de la vida nueva en Cristo.

La vida de la «santa priora», como se la llama en Foggia, llega a su fin el 14 de septiembre de 1755, fiesta de la Exaltación de la Cruz. Su fama de santidad se vio aumentada con motivo de su muerte. La gente acudió masivamente al funeral. Una señora, ciega de nacimiento, pidió la gracia de poder verla al menos un instante, y recibió la vista para siempre.

En 1879 dio comienzo el proceso de beatificación, que fue introducido por el Papa León XIII el 11 de agosto de 1901, por lo que Mª Celeste alcanzó el título de «Venerable».

XXXVIII Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica en España

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Del 1 al 3 de julio se va a celebrar, en el Auditorio del Madrid Arena (Avda. de Portugal, s/n), la XXXVIII Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica en España, con el lema No temas. Yo te he rescatado (Is 43, 1).

Una asamblea nacional es un encuentro de todos los miembros de la RCCE con momentos de adoración al Santísimo Sacramento, eucaristía diaria. Las enseñanzas este año estarán a cargo de Ralph Martin, norteamericano, casado, pionero de la RCC en el mundo, y miembro del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.

También se celebrará la V Asamblea Nacional de Niños, especialmente pensada para menores de 9 y 14 años, y la IV Asamblea Nacional de Guardería, para niños de 3 a 8 años. Estas asambleas contarán con contenidos adaptados para los pequeños.

Además, dentro del propio espíritu de la Renovación, las Asambleas están abiertas a todos aquellos que estén interesados en vivir un encuentro con el Señor.

El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, acompañará a los carismáticos este sábado, 2 de julio, a las 12:30 horas.

El Auditorio del Madrid Arena dispone de una capacidad para 5.000 personas de todas las edades.

Más información en este enlace. Y en la web.

La RCC celebrará en 2017, en Roma, el 50º aniversario del comienzo de la Renovación Carismática Católica en los Estados Unidos de América.

Adoración Eucarística en la Encarnación en el 400 aniversario de la entrada en clausura de la primera comunidad de Agustinas Recoletas

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Con motivo del 400 aniversario de la dedicación de la iglesia del real monasterio de la Encarnación (plaza de la Encarnación, 1), este jueves, 30 de junio, se ha celebrado una solemne concelebración Eucarística presidida por el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro Sierra, y concelebrada por numerosos sacerdotes.

Y mañana, sábado 2 de julio, en el 400 aniversario de la entrada en la clausura de la primera comunidad de monjas Agustinas Recoletas, de la que fue priora la sierva de Dios Mariana de San José, habrá adoración continua del Santísimo Sacramento en la iglesia del monasterio. Comenzará a  las 9:00 de la mañana y se prolongará hasta las 19:00 horas.

Historia del monasterio

El monasterio de la Encarnación, de Madrid, es una fundación real al servicio y bajo la autoridad de la Iglesia católica, destinado a monjas Agustinas que iniciaban la «recolección», gracias a la reina Margarita de Austria-Estiria, esposa de Felipe III. Fue construido a costa del propio peculio de las reyes, como les había sugerido san Simón de Rojas, y no por recaudación de impuestos. La reina había conocido a Mariana de San José en los años en que los reyes estuvieron en Valladolid y le pidió que, con otras monjas, viniera a esta fundación, bajo su tutela, y con el nombre de La Encarnación.

La primera piedra de la iglesia y monasterio se colocó, con la presencia de los reyes, el día 10 de junio de 1611 y fue bendecida por el arzobispo de Toledo, cardenal Bernardo de Rojas y Carvajal. El 6 de octubre siguiente la reina Margarita murió, de sobreparto, en San Lorenzo de El Escorial. En su testamento encomendó a su esposo el compromiso de la culminación de esta iglesia y monasterio, que asumió y llevó a feliz término sobre los planos del arquitecto Juan Gómez de Mora.

El 29 de junio de 1616, solemnidad de san Pedro y san Pablo, fray Alonso de Meneses, agustino y arzobispo de Braga, consagró el altar mayor de la iglesia, colocando en él una reliquia de santa Margarita, con la presencia del rey Felipe III, el príncipe y los infantes. La conmemoración de la dedicación de la iglesia se viene celebrando, pues, cada 30 de junio. El mismo rey estableció en 1618 la «capilla real», para atender a la iglesia y a las monjas. El 2 de julio siguiente, desde la casa vecina del Tesoro, donde habían vivido Mariana de San José y las primeras monjas durante más de cuatro años, vinieron en procesión hasta el monasterio llevando la primera Priora una cruz de madera, que se conserva, y ese mismo día comenzó la vida monástica de clausura. Por la tarde se trasladó el Santísimo Sacramento, también en procesión, con la presencia del Rey y su familia, bajo la presidencia litúrgica del patriarca de las Indias Occidentales, Diego de Guzmán, y con la asistencia del cardenal Trejo y otros diez arzobispos y obispos. Al día siguiente volvió el rey con sus hijos, el nuncio del papa y otros prelados y se celebró una misa con la liturgia de la dedicación de la iglesia, quedando después el Santísimo expuesto durante todo el día.

En la iglesia del monasterio se celebraron sesiones, en sus respectivos procesos, para la beatificación de san Juan de Ávila y de san Alonso de Orozco.

El 9 de septiembre de 1767, después de la remodelación de la iglesia (que había sufrido un incendio) realizada por Ventura Rodríguez, fue nuevamente consagrada por el arzobispo titular de Farsalla, Manuel Quintano Bonifaz. Entre 1842 y 1847 las monjas estuvieron exclaustradas por la ley de desamortización y se demolió parte del monasterio, quedando en pie la iglesia, el claustro y algunas dependencias, reconstruidas por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer. En 1857 santa Soledad Torres Acosta, fundadora de las Siervas de María, acudía al monasterio para tratar con el padre agustino Gabino Sánchez, que había sido nombrado responsable de su naciente instituto. En 1868 el monasterio acogió a otras comunidades de contemplativas exclaustradas por causa de la revolución. En 1885 el venerable Francisco de Asís Méndez Casariego comenzó, con una misa en la iglesia, la fundación de las Hermanas Trinitarias de Madrid, pues el templo había servido de parroquia real desde que fue demolida la iglesia del Buen Suceso, de la Puerta del Sol, hasta que fue construida otra en la calle de la Princesa. Entre 1936 y 1939 la comunidad tuvo que ausentarse por causa de la guerra y cinco de los capellanes fueron asesinados.

El monasterio es conocido universalmente también por su capilla-relicario, en el que entre las mil reliquias de santos se encuentra la de la sangre de san Pantaleón, que regaló el papa Pablo V al virrey de Nápoles, quien la cedió al monasterio por tener en él una hija monja, doña Aldonza de Zúñiga, quien sucedió en el priorato a la sierva de Dios Mariana de San José.

Desde 1616 han profesado y vivido en el monasterio cerca de cuatrocientas monjas.

En 1931 el monasterio pasó a la jurisdicción del obispo diocesano de Madrid. Anteriormente había estado bajo la jurisdicción del obispo patriarca de la corte y luego del arzobispo de Santiago de Compostela. Actualmente las celebraciones litúrgicas en la iglesia están abiertas a los fieles que quieran participar y la parte principal del monasterio puede visitarse, por acuerdo con el Patronato Real, en horario de museos que administra el Patrimonio Nacional.

Mariana de San José

La sierva de Dios Mariana de San José, de Manzanedo y Maldonado, nació en Alba de Tormes (Salamanca) el 5 de agosto de 1568, fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, en la casa paterna que luego sería agregada a la fundación del monasterio de Carmelitas Descalzas, en el que murió santa Teresa de Jesús, a quien conoció siendo niña, pues su madre, María, trataba a menudo con «la Santa». Mariana fue bautizada el 16 de agosto en la parroquia de San Pedro.

Su padre, Juan, al quedar viudo nada más nacer ella, fue ordenado presbítero en Roma. Se preocupó de la educación cristiana de sus hijos (tres varones y cuatro mujeres) aunque murió cuando la niña tenía siete años; dos tías monjas la hicieron entrar como educanda en el monasterio de Agustinas de Ciudad Rodrigo, de la Santa Cruz.

Allí aprendió a leer y a conocer, amar y seguir «a todo lo que era religión», «porque cualquiera cosa que me parecía disgustaría al Señor me afligía». Allí hizo la primera Confesión y la primera Comunión. Al cumplir diez años ya pidió tomar el hábito, que se le concedió al cumplir dieciocho y entró en el noviciado. Desde entonces se aficionó a meditar en la «humanidad» y en la pasión de Cristo, en la estima de la Eucaristía y en la relación afectuosa con la santísima Virgen María, viviendo en recogimiento y soledad. Profesó el 21 de febrero de 1587. En el libro de la Vida, de santa Teresa, que ya entonces leyó, aprendió a discernir cuanto le sucedía. En su rostro se reflejaba tanta alegría interior que la apodaban cariñosamente «quitapesares».

Fue elegida priora del mismo monasterio en 1599. Quiso trasladarse al monasterio de la Visitación, de Madrid, fundado por san Alonso de Orozco, el primero de Agustinas Recoletas, pero el padre provincial, Agustín Antolínez, más tarde obispo de Ciudad Rodrigo y después arzobispo de Santiago de Compostela, se fijó en ella para la fundación de otro monasterio, en Éibar (Guipúzcoa). Después fue llamada para la fundación de otro monasterio en Medina del Campo, seguidamente otro en Valladolid, donde conocería a la reina Margarita de Austria-Estiria, esposa de Felipe III, y otro más en Palencia. Para fundar el monasterio de la Encarnación, vino a Madrid y, primero, fue priora del monasterio de la Visitación. Durante su vida en este monasterio en la Encarnación fueron fundados otros monasterios, sin su presencia pero con gran participación personal, en: Villafranca del Bierzo, Carmona, Requena, Medellín, Pamplona y Lucena.

En el real monasterio de la Encarnación escribió sus principales obras. Además de casi doscientas cartas de su Epistolario, y de las Cuentas de conciencia por mandato de su confesor, escribió los Comentarios al Cantar de los Cantares. Escribió también las Constituciones aprobadas por Pablo V en 1619 para la Encarnación y confirmadas por Urbano VIII en 1625 para los demás monasterios de Agustinas Recoletas. En su vida fue editado el libro Ejercicios Espirituales y repartimiento de todas las horas (1627). También han sido editados, después, otros escritos: Jaculatorias, Coplas, Oraciones, Versículos y Anotaciones y Advertencias para reformación de religiosas.

fundadora encarnacionComenzó a sentirse grave el 30 de marzo de 1638, pero todavía en el Jueves Santo pudo realizar el lavatorio de los pies a sus monjas. El 11 de abril le dieron el Viático y al día siguiente la santa Unción. Murió el 15 de abril, jueves de la segunda semana de Pascua.

En 1644 se procedió a la exhumación del cadáver, para trasladarlo desde la cabecera de la cripta a otro lugar apropiado -el paso entre la capilla-relicario y el coro de la clausura- y los médicos lo encontraron incorrupto.

Ya en 1645 Luis Muñoz, que entre otras había escrito la biografía de san Juan de Ávila, de fray Luis de Granada y de doña Luisa de Carvajal, escribió también su biografía.

El proceso de canonización de Mariana de San José fue abierto en Madrid en 1993 por el cardenal Suquía y su fase diocesana fue clausurada por el cardenal Rouco en 1996. La Positio sobre la vida y virtudes, fama de santidad y de signos, fue aprobada el 27 de Noviembre de 2007 por los peritos de la Congregación para las Causas de los Santos.

Están publicadas sus Obras Completas (en la colección BAC «mayor» nº 115, en el año 2014) en las que puede apreciarse su experiencia humana y espiritual, literaria y de reformadora de la vida contemplativa.