Madrid

El arzobispo preside una Misa por los sintecho fallecidos en la calle

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El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, preside este miércoles, a las 20:30 horas en la iglesia de San Antón (Hortaleza, 63), una Misa por los sintecho fallecidos. En palabras del responsable del templo, el fundador de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel García, se va a recordar «a los que nadie recuerda, porque a menudo mueren solos, tirados en la calle, sin nadie que se preocupe por ellos».

El consiliario de la Hospitalidad de Lourdes recuerda que en el santuario se aprende una manera de vivir

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El consiliario de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Madrid, Guillermo Cruz, escribe cartas mensuales a los hospitalarios, enfermos, personas con discapacidad y peregrinos que cada año, tanto en mayo como en octubre, ponen rumbo al santuario mariano desde la diócesis de Madrid. En la misiva de noviembre, Cruz valora la «fantástica peregrinación de octubre» y recuerda que «ahora hay que volver a ponerse en camino». Según relata, muchos vuelven diciendo que «Dios ha pasado por mi lado, la Madre ha vuelto a acogerme, mi vida se entiende desde la cruz, necesitaba experimentar esto...» y de ahí «nace una manera de vivir la fe y esto sí que no lo podemos olvidar». 

La aparición de la gruta «culmina con el nombre de la Inmaculada y hecha por medio de santa Bernadette, una niña que al ver la aparición vuelve a descubrir su dignidad de persona, el amor concreto por los pequeños un camino de penitencia y conversión que la lleva a vivir humildemente, donde los enfermos son abrazados, descubren que la salvación es para ellos, incluso para alguno esta salvación se ha manifestado en la sanación, y donde todos aprendemos a vivir sirviendo al prójimo». «Este modo concreto es donde parte la espiritualidad de Lourdes, y la podemos vivir en nuestra vida cotidiana», agrega el consiliario.

Para leer la carta íntegra, se puede visitar la web de la Hospitalidad de Madrid.

Mons. Semeraro, secretario del Consejo de Cardenales «La 'Amoris laetitia' supera la lógica del “No se puede / Sí se puede”»

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«¿Hay algo nuevo en la Amoris laetitia?», se preguntaba retóricamente el arzobispo de Madrid el lunes, durante la presentación de la exhortación que acaba de publicar Romana Editorial, con un comentario de monseñor Marcello Semeraro, secretario del Consejo de Cardenales que asesora al Papa en el reforma de la Curia vaticana. «Nada es nuevo y todo es nuevo», respondía monseñor Carlos Osoro. Es nueva la «manera de afrontar» aspectos como el modo de proponer el matrimonio a los jóvenes, destacó el cardenal electo. Y es novedosa la forma en que el Papa pone en valor la conciencia individual.

En palabras de Semeraro, la Amoris laetitia supera la lógica del «No se puede/ Sí se puede», e introduce una nítida distinción entre la norma general y el caso particular. El discernimiento fue el gran tema sobre el que giró la presentación del prelado italiano, cuya introducción para Romana Editorial, de casi 50 páginas, es casi un libro en sí mismo.

En la presentación, celebrada en la Universidad Pontificia de Comillas, participaron también el cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona; el rector de Comillas, Julio Martínez; el jesuita Pablo Guerrero, profesor de esta universidad, y la directora de Romana, Carmen Magallón.

Ley y conciencia

semeraro amoris guerreroMonseñor Semeraro distinguió entre el «discernimiento moral» –mediante el que «se intenta conocer la voluntad de Dios a un nivel general, válido para todos», con el objetivo de dilucidar «qué es bueno y qué es malo»– y el discernimiento pastoral, que «me ayuda a conocer dónde me encuentro, cuál es mi situación».

Como símil el obispo de Albano aludió a un faro que le «indica al pescador cómo llegar al puerto». «Marca una dirección, pero no nos dice si hay escollos», para lo cual se requiere un examen más en detalle.

Entra en juego entonces el discernimiento pastoral, «el lugar privilegiado es el coloquio con el sacerdote», según Semeraro. Pero «no basta con una sola confesión». Este es «un proceso, un camino gradual», en el cual es requisito indispensable «la humildad, el amor a la Iglesia y a sus enseñanzas, en la búsqueda sincera de la voluntad de Dios». Esa humildad excluye «hacer ostentación del pecado» o presentar una situación irregular como «un ideal cristiano».

Con el referente de santo Tomás, al que Francisco dedica un capítulo en su exhortación apostólica, Semeraro explicó que la diferenciación entre la ley general y el caso particular no solo pertenece a «la tradición espiritual de la Iglesia», sino que esa es la forma habitual de aplicar el derecho positivo y la que dicta el sentido común. «En un juicio, no se aplica de forma automática la norma. Hay una valoración del caso, un debate», en el que se contempla la posibilidad de agravantes, atenuantes o eximentes, resaltó.

Según hacía notar el Aquinate, «cuanto más se desciende a cada caso particular, tanto mayor es la indeterminación», rubricó Semeraro. Y esto es especialmente cierto en «nuestras sociedades occidentales del siglo XXI», en las que la complejidad es mayor que «hace unos siglos».

En esa lógica, al referirse al caso concreto de los divorciados vueltos a casar por lo civil, monseñor Semeraro destacó que el Papa afirma que se puede vivir en situación objetiva de pecado, y al mismo tiempo en gracia de Dios, por lo que la ayuda de la Iglesia a las personas en estas situaciones puede incluir los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía. «Puede ser. La exhortación no dice: “los divorciados podrán comulgar”. Eso sería hablar de categoría de palabras, y el Papa no habla de categorías de personas, sino de personas singulares».

 

III encuentro de Amigos del San Ignacio en Torrelodones

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Este viernes, 4 de noviembre, tendrá lugar el III encuentro de la Asociación de Amigos del colegio San Ignacio, en Torrelodones. El acto se desarrollará a partir de las 19:30 horas en el Teatro Fernández Baldor (Arroyo Viales). Durante el mismo, alumnos, familias y amigos del colegio rendirán un homenaje póstumo a monseñor José Ramón Fernández-Baldor y Hernando de Larramendi, fallecido el 14 de marzo de 2015.

Nacido en Santander el 18 de abril de 1929, monseñor José Ramón Fernández-Baldor y Hernando de Larramendi estudió en Santander y Burgos. Fue ordenado sacerdote el 17 de diciembre de 1950. Destinado a Alcorcón, luego secretario del Obispo de Zaragoza. Ya en Madrid, fue primero destinado a Mejorada del Campo y en 1954 a Torrelodones. En 1958 es nombrado párroco de San Ignacio de Loyola hasta octubre de 2005 en que se jubiló. Durante estos años amplió el templo parroquial, remodeló por completo la Iglesia del Carmen, inició las cofradías de Semana Santa -del Cristo Yacente, Cristo de los Faroles, Jesús Nazareno y Virgen de los Dolores. En septiembre de 1964 inició el Colegio Parroquial San Ignacio de Loyola que hoy continúa creciendo con más de 1.000 alumnos y el próximo curso iniciará tres módulos de Formación Profesional. En 1983 inició la Residencia Parroquial Santa María de los Ángeles, que cuenta hoy con 30 ancianos y más de 50 voluntarios. En el 2006 el cardenal-arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, le entregó el nombramiento que el Papa Benedicto XVI le había realizado de Prelado de Honor de su Santidad.