Madrid

La catedral Santa María la Real de la Almudena acoge todos los últimos viernes de mes, a las 19:00 horas, la celebración de una Eucaristía en la que se pide por los sacerdotes y consagrados/as de la diócesis fallecidos en el mes.

La de este mes estará presidida por el monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, obispo auxiliar de Madrid, y se celebrará este viernes, 24 de febrero.

A estas eucaristías están convocados a asistir de manera especial los presbíteros y miembros de las comunidades y parroquias en las que los finados ejercieron su labor pastoral, así como sus familiares.

Continúan los Encuentros con el Oriente Cristiano organizados por la parroquia del Santísimo Redentor (c/Féix Boix, 13). Este viernes, 24 de febrero, a las 20:00 horas, la sala Liguori del templo parroquial acogerá un encuentro con la Iglesia copta católica. En él participarán el Abuna Julio, sacerdote de la Iglesia copta católica; y Joseph Ernest San, diácono de la Iglesia copta ortodoxa. Moderará el religioso redentorista padre Marek Raczkiewicz. Concluirá con una pequeña fiesta en la que se podrán degustar algunos productos típicos de Egipto.

Iglesia copta católica

Los coptos son los descendientes de los antiguos egipcios, que se convirtieron al cristianismo en el siglo I. Su nombre deriva de la palabra griega aigyptios (egipcio), transformado en gipt y después en qibt, de donde derivó la correspondiente voz árabe. Así pues, la palabra copto significa «egipcio».

Según la tradición, la Iglesia copta tiene su origen en la obra evangelizadora de san Marcos, autor del segundo Evangelio, que llevó el cristianismo a Egipto en la época del emperador Nerón.

Uno de los lugares principales de culto es la «cueva del niño Jesús», gruta situada en el barrio viejo de El Cairo, en la cual, según la tradición, vivió la Sagrada Familia durante su exilio en Egipto tras la matanza de los inocentes decretada por Herodes.

Después de la conquista del norte de África, a partir del siglo VII, los musulmanes impusieron a Egipto su idioma árabe y su religión islámica. Mientras, una minoría de egipcios se mantuvo cristiana y preservó también el idioma copto, derivado del antiguo egipcio. Hoy, el copto es usado apenas en la liturgia.

Los coptos forman actualmente el 10 % de la población egipcia. Existen altas tasas de migración, además de conversiones al islam: forzadas o por conveniencia social.

El 90% de los cristianos coptos pertenece a la Iglesia ortodoxa copta de Alejandría. El 10 % restante se divide entre la Iglesia católica copta y la Iglesia protestante copta.

En 1741 un grupo de coptos se separó de la Iglesia ortodoxa copta para entrar en comunión plena con la Iglesia católica romana. Fue así como surgió la Iglesia católica copta, cuya sede está en El Cairo.

Los católicos coptos mantienen sus tradiciones y ritos litúrgicos orientales, pero reconocen la autoridad y la primacía del papa de Roma, estando, así, oficialmente unidos a la Santa Sede. Su patriarca es Ibrahim Isaac Sidrak.

La situación de la comunidad cristiana copta, ortodoxa y católica, ha empeorado después de la caída del dictador egipcio Hosni Mubarak, en 2011. En los últimos años, los coptos han pasado a sufrir una fuerte persecución por parte de facciones islamistas. Especialmente duro ha sido el atentado del 11 de diciembre de 2016 perpetrado junto a la catedral de San Marcos en El Cairo.

«Este aniversario nos permite ver la Iglesia a la luz de Don Giussani», señaló el cardenal Osoro este martes en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, de Madrid, con motivo de los doce años del fallecimiento de monseñor Luigi Giussani, y los 35 del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación. La Iglesia hoy «sigue haciéndose preguntas y puede ver qué valores se están derrumbando, pero no para llorar, sino para hacer como hacía Don Giussani: ver qué cualidades nos hacen mejores personas y más capaces de construir la historia: libertad, generosidad, solidaridad». Para el cardenal, estos «son valores que nos hacen capaces de abrazar al otro en la diversidad, nos hacen relacionarnos con los que son diferentes, y nos hacen salir de muchos esquemas que tenemos ya hechos, y que hacen la vida más humana y menos dura».

Según el arzobispo de Madrid, «la Iglesia suscita en el corazón humano el deseo de plenitud, de vida, de amor y de reconciliación, para que los hombres nos veamos como hermanos y no como extraños o enemigos. La Iglesia es capaz de enjugar las lágrimas de las situaciones en que viven los hombres. Esta Iglesia es la que con tanta pasión y tanta lucidez quiso Don Giussani, a través de la Fraternidad de Comunión y Liberación».

Asimismo, aludió a la dimensión evangelizadora del fundador de CL y pidió a sus seguidores que la continúen, pues «entregar la belleza de lo que es el ser humano fue la pasión de Don Giussani. Comunión y Liberación tiene experiencia de la belleza que Dios da al hombre. Acoged y entregar esta belleza. A este mundo hay que regalarle la belleza que necesita para vivir como hijos de Dios. Sed puentes, la belleza de este mundo se consigue construyendo puentes. Salid y anunciad el rostro de Dios mismo. ¡Cómo cambia la vida cuando entra Jesucristo! Vamos a pedirle a Don Giussiani que nos siga echando una mano, y que nos dé esa riqueza de vida que Dios le dio».

Con el tema genérico Sobre nuestra celebración. Aprendiendo liturgia, la parroquia San Lucas Evangelista (c/Camilo José Cela, 1), de Villanueva del Pardillo, ha organizado dos charlas sobre liturgia.

Concluirán este martes, 28 de febrero, a las 20:00 horas, con la presentación de El Nuevo Misal por David Benítez Alonso.