El próximo domingo día 29 de septiembre se celebra la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado. En una carta pastoral dedicada a esta jornada, monseñor Julián Barrio, arzobispo de Compostela, recuerda que «estamos comprobando cómo muchas personas emprenden viajes peligrosos por tierra y por mar para escapar de catástrofes naturales, de la guerra y de la pobreza, poniendo sus vidas en peligro», al tiempo que indica que «muchos de ellos se enfrentan no solo a las fuerzas frías de la naturaleza sino también a la indiferencia política, económica y humana». Frente a ello, afirma que «la respuesta a esta situación ha de ser la hospitalidad, acogiendo, protegiendo, promoviendo, e integrando como nos decía el Papa el pasado año en su mensaje para este día».
Monseñor Barrio asegura que «esta realidad requiere no solo una acción positiva en lo referente a la pastoral desde la perspectiva cristiana, avivando nuestra caridad sino también un compromiso político que tenga en cuenta a los migrantes y refugiados que antes de nada son personas con unos derechos a desarrollar y con unos deberes a cumplir».
El arzobispo aboga por una solidaridad activa, frente a una cultura «empapada por el individualismo y la globalización de la indiferencia y del descarte, que nos lleva a dar rodeos para no encontrarnos con el herido y necesitado». Y recuerda que «es un derecho de la persona buscar mejores condiciones de vida para ella y los suyos. Cada persona es habitada por el afán de plenitud y su corazón es capaz de abrirse cuando encuentra el testimonio de la caridad».
Además, manifiesta que «se ha de evitar cuidadosamente cualquier discriminación relativa a las condiciones de remuneración o de trabajo hacia los trabajadores quienes, procedentes de otra nación o región, contribuyen con su trabajo a la promoción económica de un pueblo o región».
Por último, indica que «también nuestra diócesis se siente concernida en el ofrecimiento de la hospitalidad a estas personas», añadiendo que «“es relevante la labor que están haciendo la Caritas diocesana, las caritas interparroquiales y las parroquiales, en el quehacer caritativo-social».