El Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME) está celebrando su centenario con un amplio programa de actividades.
Dentro de las mismas, el viernes 21 de febrero, a las 19:30 horas, se podrá escuchar en el Aula Magna del Seminario Conciliar (San Buenaventura, 9) una conferencia titulada Salimos o nos ahogamos: el IEME un don para la Iglesia. Será impartida por Eloy Bueno de la Fuente, profesor de la Facultad de Teología de Burgos. A continuación, Luis Carlos Rilova, misionero del IEME en Zimbabue, ofrecerá su testimonio.
IEME
El Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME) es una sociedad de vida apostólica de sacerdotes seculares diocesanos españoles que se asocian entre sí para dedicarse a la actividad misionera de la Iglesia. Sus notas características son:
- la pertenencia al clero secular diocesano de España
- la plena dedicación a la actividad misionera de la Iglesia
- la asociación mutua para que, viviendo la fraternidad y comunión apostólicas, realicen mejor la común vocación misionera.
Los sacerdotes del IEME desarrollan su actividad misionera bajo la dependencia pastoral del obispo de la Iglesia a la que han sido enviados, integrados en la vida y en el trabajo del presbiterio local. En su trabajo ponen un énfasis especial en la formación de comunidades cristianas, en la promoción del clero diocesano y en el establecimiento de la justicia entre los pobres.
El IEME ha servido de cauce misionero a casi 500 sacerdotes diocesanos. Actualmente son unos 120 sacerdotes de diferentes diócesis y trabajan en 13 países de Asia, África y América.
En carta de 30 de abril de 1919, el Papa Benedicto XV encomendó al arzobispo de Burgos, Juan Benlloch, la creación de una institución misionera dependiente de Propaganda Fide para los sacerdotes diocesanos españoles que se sientan llamados a participar en la tarea evangelizadora de la Iglesia universal. El 3 de diciembre de 1920 se inaugura el Seminario Nacional de Misiones, que en mayo de 1923 ya contaba con dos misioneros en el Vicariato de San Jorge (Colombia). En 1947 pasó a llamarse Instituto Español de Misiones Extranjeras, dependiendo directamente de Propaganda Fidei. Desde 1989, con las nuevas constituciones aprobadas, quedó encuadrado en el marco de las «sociedades de vida apostólica» exclusivamente misioneras y dependientes de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
