Firma: Santa María Micaela y San Enrique prepara con una novena la fiesta de la santa titular del templo
Fin Agenda: 06-06-2021
Galeria: 2021-06-15
El 15 de junio, martes, la Iglesia conmemora la festividad litúrgica de santa María Micaela del Santísimo Sacramento.
La parroquia Santa María Micaela y San Enrique (General Yagüe, 23) celebrará este año sus fiestas patronales en honor a la santa con un amplio programa de actividades.
Comenzarán el domingo 6 de junio, solemnidad del Corpus Christi. Al término de la Misa de las 12:00 horas el Santísimo será llevado en procesión, bajo palio, por la plaza de la iglesia, con estación y bendición solemne.
Continuarán con una novena que se desarrollará desde el lunes 7 hasta el lunes 14 de junio. A las 18:30 horas, habrá exposición del Santísimo y semblanza de la vida de la santa a cargo de los sacerdotes que atienden el templo.
Y concluirán el martes 15, fiesta de la santa titular del templo. En esta jornada, a las 19:00 horas, tendrá lugar una Misa solemne en su honor. A su término, se realizará una procesión con el Santísimo bajo palio por la plaza de la iglesia, con estación y bendición solemne. La jornada festiva finalizará con un encuentro en el exterior del templo.
Todo ello, respetando los límites de aforo y las normas establecidas por las autoridades sanitarias para esta situación de pandemia.
Firma: La asociación cultural Nártex ofrece una sesión formativa virtual sobre el arte contemporáneo en el seguimiento de Cristo
Fin Agenda: 05-06-2021
La asociación cultural Nártex ha programado para este sábado, 5 de junio, una nueva sesión formativa en modalidad virtual. Con el título Cristo hoy y siempre: El Arte Contemporáneo en el seguimiento de Cristo, será impartida a partir de las 13:00 horas por Rafael Ángel García Lozano, doctor en Historia del Arte y licenciado en Teología y Estudios Eclesiásticos.
Organizada en colaboración con 'Spiritus Artis', la conferencia se desarrollará a través de la plataforma Meet. Las plazas son limitadas. Inscripciones para recibir el enlace para la conexión a través de este formulario.
Firma: El monasterio de Guadalupe acogerá en julio la 1ª escuela de verano de arte y espiritualidad
Fin Agenda: 26-07-2021
En el marco del Año Santo Guadalupense, el monasterio de Guadalupe (Cáceres) acogerá desde el 26 al 31 de julio el Observatorio de lo Invisible. La primera escuela de verano para estudiantes de distintas disciplinas artísticas que se desarrollará mediante una experiencia inmersiva de arte y espiritualidad.
Durante la misma, cada estudiante participará de la mano de un reconocido artista en uno de los ocho talleres prácticos disciplinares programados: música, arquitectura, escultura, pintura, fotografía, teatro, escritura, cerámica. Además, todos los estudiantes compartirán experiencias y sesiones formativas mediante un completo programa de actividades transversales concentradas en una intensa semana.
El Observatorio de lo Invisible es un proyecto de la Fundación Vía del Arte, creada por un grupo de artistas entre los que se encuentran el compositor y director de orquesta Ignacio Yepes, el arquitecto Benjamín Cano, la pintora María Tarruella o el escultor Javier Viver. Su objetivo es la promoción del arte y los artistas, la renovación e integración de las diversas disciplinas artísticas y la investigación, formación e intercambio de experiencias y conocimiento.
En esta primera escuela de verano colaboran distintas universidades con la dotación de becas a sus alumnos: Universidad Internacional de la Rioja, Universidad Francisco de Vitoria, Universidad CEU San Pablo (CEU), Servicio de Asistencia Religiosa Universidad de Extremadura (UEx), Universidad de Navarra y Universidad Nebrija. También la asociación cultural Nártex contribuye a este proyecto otorgando dos becas.
Que Dios es fiel lo sabe bien Santiago Pérez, que este sábado, 5 de junio, a sus 69 años, será ordenado sacerdote. «Hay cosas en mi vida duras, duras, pero Dios me ha sacado de todo, me ha devuelto la salud, la alegría. La vida es maravillosa aunque pasemos por cruces». Como cuando murió su mujer, Mari Luz, en 2010 de un cáncer de mama. Sí, Santiago estuvo casado 14 años, después de haber tenido una primera experiencia de discernimiento para el sacerdocio durante tres años. «Sentí la llamada en una convivencia de mi comunidad [neocatecumenal] con la parroquia, y pasé tres años en vocacional, pero el rector me dijo que me esperara».
No sabía muy bien Santiago qué quería Dios de Él, así que en un encuentro en Loreto con el Papa san Juan Pablo II, le pidió «al Señor, a través de la Virgen de Loreto, una novia cristiana». Y como no le especificó comunidad autónoma, dice jocoso, se la buscó en Valencia. Después de 15 meses de noviazgo, se casaron. «Fuimos un matrimonio feliz». No llegaron los hijos, «nos casamos mayores», y tan solo siete años más tarde, Mari Luz enfermó. Pocos meses antes de morir, le dejó dos encargos: «"Santi, ponte a preparar para diácono permanente" –algo que ya habían hablado con un padre carmelita– y que me viniera a Madrid con mis padres, Anita y Santiago, que no estaríamos solos» (en la imagen inferior).
La vida de fe del futuro sacerdote era ya muy profunda. «Algunos ya me decían pater en el trabajo», ríe, en Telefónica, donde fue operador técnico, incluidos tres años desplazado a Bilbao. Años muy complicados «porque era la época más difícil de la ETA», en los que nació su devoción por la Virgen de Begoña [«¿Tú sabes de dónde viene tu nombre?», pregunta nada más descolgar el teléfono]. Y cuenta que sus compañeros le decían: «Cuando te marches de aquí, nos vamos a acordar de ti porque siempre nos preguntas por nuestras familias».
El salto a cura
Santiago hizo caso a su esposa y, de vuelta a Madrid, se terminó de preparar para el diaconado permanente, que recibió en 2016 de manos del cardenal Carlos Osoro. «Lo había conocido en Valencia, cuando él era arzobispo, porque hice allí el primer cuatrimestre». Siendo ya diácono, siempre se mostró abierto al presbiterado. «Yo era viudo, había hecho promesa de celibato», y echaba en falta administrar los sacramentos reservados a los presbíteros: Eucaristía, Penitencia y Unción de los enfermos. Hace dos años, durante la Unción a un familiar, pensó «qué hermoso es ser sacerdote y poder administrar el viático, cómo me gustaría», y fue esto el impulso definitivo para solicitárselo por escrito al arzobispo. En este deseo, que fue tan evidente aquel día, ha tenido también que ver su labor como coordinador de exequias en el cementerio de la Almudena, servicio en el que lleva los cinco años de diaconado permanente.
La preparación de Santiago al sacerdocio ha sido en estos dos años continuación de toda la formación recibida para el diaconado, sin vivir en el seminario, pero acudiendo a diario. En este tiempo ha ido descubriendo el sacerdote que le gustaría ser: «Me he sentido muy identificado con el “dejad que los niños se acerquen a mí”». Y así querría sentirse él, «como esos niños pequeños, con esa pureza, con ese amor, con ese cariño por Jesús». De hecho, ha elegido como lema sacerdotal Servirte con amor sea mi gozo, Señor, «pidiendo a Dios que nos ayude a todos a que estemos más unidos en la Iglesia, a dar testimonio de amor y de unidad». Un sacerdote diocesano, como dice, con todos y para todos (en la imagen inferior, junto a su madre y dos amigos).
Con toda esta vida a sus espaldas, el diácono tiene claro, en primer lugar, que «estoy muy agradecido a Dios que me ha llamado», y en segundo lugar, y esto es un mensaje a los jóvenes, «que merece la pena seguir a Jesús, a María y a José e imitar a la santa familia de Nazaret». «En casa a veces hay problemillas», pero no por eso hay que dejar de «ser fieles a Jesús y seguir el mandato de amarnos los unos a los otros como Él nos ama».
La ordenación presbiteral de Santiago Pérez se celebrará a las 17:00 horas en la parroquia Espíritu Santo, presidida por el cardenal Osoro. El futuro sacerdote echará de menos a su padre, fallecido hace dos años y medio, y a su madre, que murió, de forma sorpresiva, el pasado 23 de mayo, solemnidad de Pentecostés. «Se fue con la alegría de mi ordenación, pero sin poder estar físicamente, aunque sí espiritualmente». Una cruz más en su vida, aunque, como él mismo sostiene, «la cruz siempre es gloriosa; después del sufrimiento, de las heridas... la gloria de la vida nueva».