- Titulo: Infomadrid / B. Aragoneses
El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, presidió el pasado domingo, 14 de noviembre, la Eucaristía con la que se clausuró el XXIII Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Fundación Universitaria San Pablo CEU con el título Corrección Política. Libertades en peligro. El purpurado quiso agradecer «el afán de hacernos presentes en este mundo en la condición que tenemos», como «discípulos de Cristo», regalando esa «manera der hacer y de vivir que Jesús nos ha enseñado».
Coincidiendo con la celebración con la V Jornada Mundial de los Pobres, animó a recoger la llamada del Papa Francisco a través del lema de este año, A los pobres los tenéis siempre con vosotros, «con un corazón abierto y de servicio a los hombres». Los pobres, dijo, evangelizan «porque nos dan la oportunidad de poder compartir con ellos la manera siempre nueva y genuina de redescubrir los rasgos más bellos del rostro de Dios Padre».
Igual que Miguel arcángel, como se leyó en la liturgia de la Palabra, «se ocupa de su pueblo ante las necesidades que tienen», los católicos en la vida pública «tenemos que estar al lado» de los pobres, «tenemos la gracia de poder ocuparnos de ellos». «El Señor nos invita a hacer la ofrenda de nuestra vida» como la hizo Él, y además «nos involucra en la misión dándonos su vida» para «servir a todos los hombres, y muy especialmente a aquellos que más lo necesiten».
En ese lenguaje apocalíptico de Jesús que recogía Marcos en el Evangelio proclamado hay que descubrir, desveló el purpurado, «lo que quiere decirnos el Señor». «Él anuncia –explicó– un proceso de liberación de la historia humana y de nuestra propia historia». Después de la «gran angustia», es decir, de un tiempo como este en el que «nos desentendemos los unos de los otros», Dios «nos pide que reaccionemos» poniendo en juego la vida del Señor que, como bautizado, tiene todo cristiano. «No podemos pasar de largo» ante aquellos que se cruzan en la vida; la dirección marcada es el «amaos los unos a los otros como yo os he amado» de Cristo, y para eso «tenemos su gracia; no estamos solos».
Estamos llamados a descubrir a Cristo en los pobres: escúchalos, préstales tu voz, dales tu amistad y vela por su dignidad.
— Carlos Osoro Sierra (@cardenalosoro) November 14, 2021
Falsos dioses
También en el Evangelio estaban presentes las imágenes de «falsos dioses» que «no nos hacen vivir ningún compromiso con los demás». En este punto el arzobispo se refirió al afán de tener, el ser más que otros, el poseer a costa de lo que sea y aun a costa de los pobres, el no servir sino «servirnos de los demás»... «Cualquier ser humano destruido en su dignidad no nos puede dejar en la indiferencia», advirtió, porque, en definitiva, el que está «a nuestro lado» es «imagen y semejanza de Dios». Con Jesucristo, que es «la nueva humanidad», y haciendo presente su vida, «no solo daremos esperanza, sino que estamos haciendo una oferta real a este mundo».
Acoger la presencia de Jesucristo es ser en medio de este mundo pies, rostro, camino de encuentro con los demás. «Él es el que, a través de nosotros, quiere encontrarse con todos los hombres». Los once millones de personas que viven en exclusión en España, concluyó el purpurado, «esperan de alguna manera que nosotros demos un testimonio y una respuesta».
La Eucaristía se celebró en la capilla del Colegio Mayor Universitario San Pablo, y en ella estuvieron también presentes, concelebrando con el arzobispo de Madrid, el consiliario nacional de la ACdP, monseñor Fidel Herráez; el viceconsiliario, Jesús Robledo, y el capellán de la Facultad de Derecho de la Universidad CEU San Pablo, Isidro Molina.
