Madrid

“María, la elegida por Dios desde siempre, es tierra nueva, en la que habitó la justicia, Dios mismo”

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El pasado sábado, 24 de enero, la Parroquia de San Pedro Apóstol (Plaza de Felipe Álvarez Gadea, 1) de Alcobendas celebró con gran solemnidad la festividad de su Patrona, la Virgen de la Paz. La Misa Mayor, que dio comienzo a las 12,00 horas, estuvo presidida por Mons. Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, quien en su homilía recordó que “la Palabra de Dios nos ayuda a entrar dentro del corazón de la Santísima Virgen María y dentro de los deseos que también Jesucristo, cuando nos la dio como madre, nos regala. Deseos que se cumplen en la Santísima Virgen María”. “De esta tierra nueva, que somos los hombres, construidos de arcilla, creados a imagen y semejanza de Dios, el gran fruto lo da esta mujer excepcional y única, que hoy nos reúne: la Santísima Virgen María, nuestra Señora de la Paz. Ella, elegida por Dios desde siempre, es tierra nueva, en la que habitó la justicia, Dios mismo. Esa justicia de Dios, que va más al fondo, a la raíz. Es esa justicia que hoy nos reúne a todos nosotros”. “Cuando uno se une a la Santísima Virgen María, prosiguió, podemos descubrir la justicia verdadera de Dios a la que Ella dio rostro, porque es la mujer, elegida por Dios mismo, para darle rostro, para que los hombres y mujeres de este mundo supiésemos de verdad quién era Dios y quién es el hombre”.

En este sentido, invitó a los fieles a reflexionar sobre tres palabras: “alegraos, elegidos y comprometidos. Tres palabras que Nuestra Señora de la Paz hoy acerca a nuestro corazón”.

Respecto a la primera, recordó que Dios, a través del ángel, le dijo a la Virgen: “alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Eso mismo nos lo dice a cada uno de nosotros: alegraos, alégrate, el Señor cuenta contigo, te ha dado su paz, su amor, su gracia, su vida… Está contigo y no estás abandonado. El Señor te capacita para ver más allá de lo que con nuestros pobres ojos podemos ver. ¡Alegraos! Tenéis la vida de Dios, tenéis la posibilidad de vivir de su gracia, de su justicia, de construir la paz de Dios. La Virgen de la Paz es el primer ser humano que entrega la paz a esta tierra, la reconciliación, el sentirnos hermanos, con el titulo más hermoso que se puede dar a un ser humano: hijo de Dios y, por eso, hermano de todos los hombres. ¡Alegraos!”.

En segundo lugar, afirmó que “elegidos somos todos los que estamos aquí… Hemos sido elegidos para ser santos, amados por Dios, para experimentar el amor de Dios y regalarlo a los hombres, para vestirnos de la misericordia de Dios. El Señor nos pide que, por encima de todo, tengamos el amor de Dios que regenera, que levanta, que da la mano, que ve a otro como hermano… Aquí no hay nadie más importante que otro, todos somos hermanos”

“No solamente hoy tenemos alegría, como la Virgen María, porque nos ha llamado el Señor, y porque nos ha elegido, sino que estamos comprometidos… a dar rostro a Dios, como lo dio la Virgen María, con nuestra vida. Qué hermoso sería que todos los que nos reunimos aquí esta mañana pudiésemos decir, ya en este instante: Señor, aquí me tienes como tuviste a tu madre, quiero escuchar tu palabra, quiero vivir de tu palabra, de esa palabra que me une a los demás, y que me compromete a darte rostro, a que los demás, en donde esté yo, vean y perciban el rostro de Jesucristo. Tú, María, eres la tierra nueva”, concluyó.

Fiesta de san Ildefonso en la Iglesia del Real Monasterio de la Encarnación

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El pasado viernes, 23 de enero, el Real cuerpo de la Nobleza de Madrid, honró a su patrono en la fiesta litúrgica de San Ildefonso, en la iglesia del Real Monasterio de la Encarnación de Monjas Agustinas Recoletas (Plaza de la Encarnación, 1), sede de este Cuerpo desde 1958. Los actos dieron comienzo con el ingreso de nuevos Caballeros y Damas, para continuar con la celebración de la Eucaristía en honor a san Ildefonso quien, junto con Santa María la Real de la Almudena, son los Patronos del Cuerpo. En esta ocasión, entre otros caballeros y damas, tomó el manto como miembro honorario el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Don José Manuel García-Margallo, ya que el titular de esa cartera ministerial lo es por la relación que el cuerpo mantiene con este Ministerio, anterior Ministerio de Estado.

Fundado en 1782, es Jefe Supremo del Real Cuerpo S.M. Felipe VI y Capellán Mayor perpetuo desde 1956 el Obispo diocesano de Madrid. Es capellán de honor Mons. Antonio Astillero y capellán Joaquín Martín Abad, Capellán Mayor del Real Monasterio de la Encarnación.

En su homilía Mons. Martín Abad, se refirió a San Ildefonso, quien redactó, siendo abad de Agali, el canon primero del Concilio de Toledo que fija que se celebrara en toda España la fiesta de la Encarnación del Señor el 25 de marzo y la fiesta de la maternidad virginal de María ocho días antes del 25 de diciembre, la Natividad de Nuestro señor Jesucristo. San Ildefonso, que había contemplado los misterios de la Virgen, también al ser elegido Arzobispo de Toledo se distinguió como siempre en la defensa de la Virginidad de María.

Los miembros del Real Cuerpo han querido no sólo estar, apoyar y servir a la Corona de España y a toda su sociedad, singularmente la de Madrid y su Concejo, sino también por eso y a la vez vivir y manifestar pública y explícitamente la fe y el compromiso de vida dentro de la Iglesia católica, como se pronuncia en el ingreso antes de recibir el manto o el lazo.

Invitó a todos los presentes a orar a la Virgen por los miembros anteriores y actuales del Real Cuerpo, para que proteja al Rey y la familia real, en este tiempo que vivimos, y conceda aliento en el testimonio público de nobleza, honradez y generosidad que provienen de la virtud.

“Necesitamos la fuerza del Espíritu Santo para ser imagen de su Hijo en medio del mundo y para que, al amar a Dios, todo nos sirva para el bien, como escribe San Pablo a los fieles de Roma. Amar con el amor de Dios, según el Evangelio de san Juan, es lo que especifica el ser cristiano. Amar y permanecer en el amor cuando, por el contrario, vemos tanta violencia. Con el mismo amor del Señor, que dio su vida por nosotros, sus amigos, si hacemos lo que él nos manda. El mandamiento nuevo del amor, pues hasta naturalmente estamos hechos para amar y para ser amados, es el principio y el fin que puede cambiar este mundo”. “San Ildefonso, ya en el siglo VII, aconsejaba la comunión diaria para fortalecerse en la vida cristiana y se refería a una interpretación del Padre nuestro, diciendo: “Pedimos en esta oración del padrenuestro que este pan, el mismo Cristo, se nos dé cada día”.

Juntos componemos la melodía en una empresa diferente: Taller 99.

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A veces nuestro voluntariado es parte de un proyecto más amplio, como sucede en Las Tiendas de Cáritas Madrid, y eso es lo que nos hemos acercado a conocer.

Las personas voluntarias de las Tiendas de Cáritas Madrid, ubicadas en la calle Orense 32 de Madrid y en la calle Solana Blanca 4 de Las Rozas, visitan Taller 99.

Taller 99 es la empresa de inserción donde se diseñan y fabrican productos de marroquinería, confección industrial y confección infantil que se venden en Las Tiendas de Cáritas Madrid. El Taller, ofrece una completa formación humana y profesional a personas con dificultades de integración laboral.

La visita supuso un intercambio de ideas, sonrisas y experiencias, donde nos hacemos conscientes de que todos somos Taller 99, es decir, todos componemos un único equipo con un objetivo común.

Residencia de Cáritas Madrid: un verdadero hogar para los mayores

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El centro cuenta con cuatro plantas, cada una de ellas pintada de un único color para favorecer la orientación de los residentes, y múltiples servicios ofrecidos por un total de 43 trabajadores. Además, en su ambiente, caracterizado por colores vivos y vistosos muebles que han llegado a través de donaciones, rápidamente se diluye el concepto frío que algunas personas relacionan con las residencias de ancianos. La tercera planta, pintada en color salmón, y la cuarta, en verde, están destinadas a aquellos internos válidos con un nivel de autonomía suficiente como para realizar sus actividades cotidianas como comer, levantarse de la cama o incluso ducharse. Dichas plantas cuentan con diferentes tipos de habitaciones: individuales, dobles o incluso de matrimonio, ya que en la residencia convive una pareja.

Por su parte, la segunda planta alberga a personas no autónomas, que o bien están encamadas o necesitan asistencia las veinticuatro horas del día, por lo que están permanentemente atendidas por dos auxiliares y una enfermera.

La primera planta, en la que suelen pasar la mayor parte del tiempo los residentes válidos, cuenta con recepción, cocina, salón, capilla y una sala de uso común que los internos utilizan para realizar algunas de las actividades diarias con las que cuenta la residencia, ver la televisión o recibir las visitas de sus familiares.

Charo, la directora de la Residencia de Personas Mayores de Cáritas Madrid, cuenta que aunque el componente rutinario es importante para favorecer la orientación de los residentes, el día a día también ofrece múltiples servicios y posibilidades que hacen su estancia agradable, cómoda y amena. “La mañana está centrada en actividades para estimular y favorecer su salud: ir al gimnasio, al fisioterapeuta, a la consulta del médico o al podólogo. El gimnasio es obligatorio para todos los internos válidos. Si solamente pueden mover un dedo, vienen y mueven ese dedo. En cambio, la tarde está destinada a las actividades lúdicas. Cada día de la semana hay una actividad: bingo, bolos, petanca, baile, juegos de mesa, dibujo... Además, celebramos cumpleaños y, en fechas especiales, como Navidad, son los mismos internos los que hacen regalos para los voluntarios, como broches o pulseras”.

Una vez en la puerta de salida, se puede observar un jardín con bancos y zonas verdes al que los internos salen a pasear o recibir las visitas de sus familiares cada vez que el tiempo se lo permite, especialmente en los meses más cálidos. Una de las personas que más orgullosa se siente al ver el exterior de la residencia es Antonio, que forma parte de los 41 voluntarios que colaboran con el centro.

Aunque Antonio, que ahora tiene setenta y ocho años, comenzó su implicación con la residencia saliendo a pasear con los internos, pronto se fue involucrando en el resto de actividades. Sin embargo, de lo que más se enorgullece es de haber pintado él solo todo el exterior de la residencia en cinco meses, en jornadas de aproximadamente tres horas cada día. “Para mí ha sido como volver a mi juventud. Me dediqué a la pintura hasta los veinticinco años y desde entonces no había hecho nada tan grande. Ahora ni siquiera he necesitado ayuda para subirme con la escalera a las paredes más altas”.

Al igual que otros muchos voluntarios que colaboran con la organización, la implicación de Antonio con Cáritas comenzó poco después de jubilarse, hace trece años. “Cuando me jubilé en el año 2001 me di cuenta de que podía caer en una depresión, ya que yo estaba acostumbrado a tener mucha actividad. Entonces hablé con un amigo que era voluntario y me recomendó la experiencia. Contacté con la Vicaría III de Cáritas y ahora soy yo el que recomiendo a todo el mundo la experiencia. Es algo que te ayuda a mantenerte mejor a estas edades y, además de ser un beneficio para ti,estás ayudando a personas que no están tanbien como tú”.