La catedral de Santa María la Real de la Almudena acogió el pasado viernes, 5 de enero, la primera vigilia de oración de jóvenes del año y también la primera después de que se anunciase que Madrid acogerá el XLI Encuentro Europeo de Jóvenes de Taizé, que congregará a cerca de 20.000 jóvenes de distintas nacionalidades y confesiones religiosas, del 28 de diciembre del 2018 al 1 de enero de 2019.
El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, reveló a los presentes que «el Señor, hoy, nos remite a la vida que Él nos ha dado por el Bautismo». Vosotros «sois hombres y mujeres nuevos», dijo, «y la novedad no es fruto de vuestras obras, sino de la gracia de Dios y de esa vida que Él os regaló en el Bautismo, que es su propia vida». El prelado, además, pronunció tres palabras con el deseo de que «quedasen» en su corazón: «anuncia, hazlo con humildad y revela lo acontecido con pasión».
Aquel que Juan vio con sus propios ojos cuando proclamó «Detrás de mí viene el que puede más que yo», aseveró, «nosotros también vemos con nuestros ojos –en el misterio de la Eucaristía– al mismo Jesús que murió y resucitó ante nosotros». Hoy, continuó, «también podemos decir que puede más que nosotros». Es Dios, «y no merecemos ni agacharnos para desatarle las sandalias, el que ha hecho lo que existe y el que ha entregado la novedad verdadera a esta tierra». A la luz de esta promesa, les animó a anunciar y a decir lo que son: «Sois hijos amados y preferidos de Dios por la vida que el Señor nos ha dado a todos nosotros». Además, subrayó cómo en la vida de Jesús «se borran todas las diferencias» y «existe una única unidad: "Tú eres mi hijo amado, mi preferido"». Y vosotros, inquirió el prelado a los jóvenes presentes, «¿tenéis capacidad para animar a todos los hombres a que reciban, acojan y vivan esta vida del Señor?».
«Gasta la vida a favor de los demás»
Además de anunciar, el cardenal señaló que debían hacerlo con toda humildad: «Tengamos humildad para acoger y hacer este anuncio», porque «lo hemos recibido del Señor». Ser humilde, dijo, «no quiere decir ser tonto ni ignorante», sino «ser sabio y reconocer que tenemos pocas fuerzas por nosotros mismos y que la valiosidad de nuestra vida viene del Señor». Por Él «podemos gastar nuestra vida a favor de los demás», ya que «Él nos da la divino, nos hace ver la imagen de Dios que somos todos los hombres y nos hace salir a este mundo respetando absolutamente la vida de todos los hombres».
Finalmente, alentó a revelar lo acontecido con pasión porque «somos el amor de Jesús, su alegría o su tristeza». En este sentido, «Jesús nos da su vida y nos movemos con su amor». Por tanto, destacó el cardenal, «revelemos nuestra vida con pasión», y «hagámoslo en la misión, con los que viven junto a nosotros». Y no olvidéis que «la única voz que nos libera de verdad es la que oyó Jesús, y la que nos dice a nosotros "Tú eres mi amado, tú eres mi amor"». Que este mes viváis de esto, concluyó, «de la vida nueva que el Señor nos ha dado: anunciad, hacedlo con humildad y con sencillez, y reveladlo con pasión a quien se acerque a vosotros».
