Organizada por la Delegación Episcopal de Apostolado Seglar, el pasado sábado 24 de febrero se celebró la XVIII jornada diocesana de Apostolado Seglar de la archidiócesis en el colegio Valdeluz, de los padres agustinos. Participaron en la misma 205 seglares de diversos movimientos y asociaciones, así como de varias parroquias madrileñas.
La jornada comenzó con una Eucaristía presidida por el vicario episcopal de Evangelización, Carlos Aguilar, y concelebrada por el vicario de Acción Caritativa, Javier Cuevas, entre otros sacerdotes. En su homilía, Aguilar recordó que debemos pedir «a la Virgen que nos dé ese corazón de Madre a todos. Y nos una a su hijo Divino. Que sintamos la urgencia de caminar como un pueblo de hermanos para que el mundo crea, para que el mundo se salve».
Rafael Serrano, delegado episcopal de Apostolado Seglar, abrió la sesión en el auditorio del colegio Valdeluz recordando el lema de la jornada, La urgencia de la evangelización. Iglesia en salida, y la razón por la cual la Delegación organiza desde hace 18 años estas jornadas. Luego presentó al ponente, Antonio Muñoz Varo, presidente de la Acción Católica General, quien en su ponencia expresó que «estamos en un momento en el que no podemos dar nada por supuesto. Tenemos que redescubrir quién es el que da sentido a mi vida. Redescubrir el sentido de la llamada y comprender que el sentido de esa llamada es esencial. La palabra vocación implica no dejar de lado la llamada, que debe marcar todos los días y aspectos de mi vida. No es tanto hacer cosas nuevas, sino hacer nuevas todas las cosas que hacemos. La Iglesia es ante todo Iglesia Diocesana. No creemos tabiques. No seamos autorreferenciales. Evitemos compartimentar tanto nuestras actividades evangelizadoras. La alegría de la fe es el termómetro de nuestra relación con Dios. Y esa alegría parte del sentirse pleno, de haber encontrado su vocación. Y la alegría transmite paz».
Finalizado el diálogo con el ponente, ofrecieron sus testimonios de evangelización representantes del Apostolado de la Oración, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Comunidad Cristiana de Matrimonios Nazareth, Comunidad de Sant´Egidio. Confederación Española de Asociaciones de Antiguos Alumnos de la Enseñanza Católica. (CEAAEC), Fe Católica, Grupo de Oración y Amistad (GOA), Heraldos del Evangelio, Movimiento Apostólico Schoenstatt, Orden Franciscana Seglar (OFS) y Unión Adoradoras de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
Después de la comida de fraternidad, tuvieron la oportunidad de dirigirse al auditorio los jóvenes integrantes del grupo ‘La Triple L’, pertenecientes a los Cursillos de Cristiandad. Ofrecieron su testimonio de conversión y de apostolado con amigos de su edad y a través de la música, interpretaron una canción que los ha hecho famosos en las redes sociales, y exhortaron a los presentes a «rezar por los más jóvenes y ser coherentes ellos mismos dando testimonio coherente de su fe. No hay edad para evangelizar. Lo que hay que tener es ganas y fe».
Mariano Palacios, de los Equipos de Nuestra Señora, fue uno de los participantes en la mesa redonda, en la que señaló que «hoy hay en nuestra sociedad quienes quieren expulsar la religión de la vida pública. Somos cómodos, y eso es un problema. Por unos amigos conocí a los Equipos de Nuestra Señora, cuyo carisma me sorprendió por la espiritualidad conyugal». Recordó la importancia de la formación, y fue categórico al señalar que «se puede pasar las 24 horas del día evangelizando. Todos tenemos algo que hacer y dar algo en la evangelización».
El periodista Rafael Ortega, al intervenir en la mesa redonda, dijo que «he intentado siempre ser periodista católico. Sin tener miedo. Los periodistas no somos ya los dueños de la información. He tenido muchas experiencias con los Papas que me han enseñado mucho. Tenemos que estar muy unidos en estos momentos a la Jerarquía». A su juicio, «hay un desconocimiento total en los medios de comunicación social de lo que es la información religiosa», por lo que «hay que estar en los medios no religiosos. No hay que tener miedo en aparecer en los medios de comunicación». Y aseguró que «lo más importante en los medios no son los informativos, son los programas».
El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, se incorporó a la jornada por la tarde, después de participar en la toma de posesión del nuevo obispo de Getafe. Después de escuchar los testimonios de los integrantes de la mesa redonda, y de oír un resumen de la jornada, expresó que los prejuicios nos separan de la gente, añadiendo que «somos los cristianos, los curas y los obispos, llorones. Y el que llora no mama. Una Iglesia así no dice nada a los jóvenes. Nada». «El Señor nos dice que amemos a nuestros enemigos, que son nuestros hermanos. Cercanía y encuentro son categorías que pertenecen a esta dimensión. Si os insultan no devolváis otro insulto».
Recordó que «hay gente que llega a Madrid y no tiene dónde caerse muerto. Los pobres muriéndose y nosotros…. ¿qué hacemos?», preguntó, afirmando que «la urgencia de la evangelización pasa por llegar a los que están más solos y abandonados. Si no soy capaz de regalar la vida de otra manera….mala cosa es».
Y es que, a su juicio, «en ese contexto cambiante, nuestra responsabilidad en la vida de la Iglesia pasa por un cambio nuestro. Jesús se encontró con todos. Hay que salir a otros contextos. La mayoría del pueblo de Israel no eran leprosos, pero el Señor se acercó a ellos. También se acercó a las viudas. Os animo a que la urgencia de la evangelización, que es cierta, pase por dos categorías: el encuentro y la cercanía a todos los hombres. Y la Iglesia, o asume esas dos categorías, o sale no sé a dónde. Nadie sobra. Hay que hacer un gran esfuerzo por escuchar a todos», afirmó.
En este sentido, explicó que «he convocado el Parlamento de los Jóvenes para que conversen sobre los problemas más importantes. Y deseo que sea algo permanente en la Iglesia. El Papa Francisco quiere y nos dice que escuchemos a los jóvenes». Porque «el Señor contó con todos. Y escuchó a todos. Y respondía con palabras y con hechos a todos. En la Iglesia hay que hacer proyectos juntos. Eso es fundamental. Merece la pena salir a anunciar a Jesucristo. Miremos a Él, que triunfó y nos hace triunfar a nosotros, y el resultado es siempre positivo. Eso fue lo que movilizó a sus discípulos a salir. Y la gente los veía. Y por ser como eran, los seguían». «Eso es lo que va a cambiar España y el mundo. Porque lo único que cambia es Jesucristo», concluyó.
Con el rezo de vísperas en la Capilla del colegio, presididas por el prelado, se clausuró la XVIII jornada diocesana de Apostolado Seglar de Madrid.