Madrid

Nuestra Señora del Carmen y San Luis organiza un concierto meditación sobre las siete palabras

  • Titulo: Infomadrid
  • Firma: Nuestra Señora del Carmen y San Luis organiza un concierto sobre las siete palabras
  • Fin Agenda: 23-03-2018

El viernes 23 de marzo, a las 18:30 horas, se podrá escuchar en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis (c/ del Carmen, 10) un concierto meditación sobre las siete palabras de Cristo en la cruz, de Théodor Dubois.

La meditación estará dirigida por Antonio Ávila Blanco, director del Instituto Superior de Pastoral de la UPSA. Cantan: Marta Toba, soprano; Gonzalo Terán, tenor; Alejandro Von Bren, barítono; Susana Otal, organista. Con el acompañamiento de las corales Agrupación el Madroño y Jácara, dirigidas por Joan Vida.

«Este mundo necesita hombres y mujeres capaces de entregar la luz de Jesucristo»

  • Titulo: Infomadrid / Carlos González
  • Fin Agenda: 05-03-2018

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El silencio de Dios grita más alto y más fuerte que el frío y la lluvia de Madrid. Los jóvenes lo saben, lo viven, lo sienten. Por ello, no quisieron faltar a la cita que les congrega con el Señor, de la mano del cardenal arzobispo de Madrid y cada primer viernes de mes, en la catedral de Santa María la Real de la Almudena. Esta oración, además, guardaba un detalle especial y significativo: los jóvenes allí presentes procedían de visitar algunas comunidades de vida consagrada madrileñas. Una iniciativa, apodada Luces en la Ciudad, organizada por las delegaciones de Pastoral Vocacional y de Infancia y Juventud, que pretende que jóvenes, de 16 a 35 años, conozcan la belleza de la vida consagrada, descubran el sentido de su vida y se suscite en ellos una pregunta vocacional.

En esta ambiente de oración y contemplación, el cardenal Osoro recogió el testigo que los jóvenes llevaron en el corazón para ponerlo a los pies del Señor. «Qué página más maravillosa la que el Señor nos entrega en este día en que muchos de vosotros habéis estado visitando lugares que hacen presente la luz de Nuestro Señor Jesucristo». Con estas palabras, el prelado comenzó una homilía que, de principio a fin, les invitó a dejarse seducir por un Dios que «quiere irrumpir en este mundo» y «quiere contar con nosotros para hacerlo». En esta línea, resumió el Evangelio proclamado en tres palabras, tres invitaciones que les hacía el Señor: «Subid, mirad y contemplad».

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«Cuando estamos a bien con el Señor, estamos a bien con los demás»

La palabra subir «nos indica que vamos hacia lo alto», como «Jesús subió donde Dios, para los judíos, se hacía presente». Y Jesús, dijo el prelado, «quiere que nosotros subamos también, que nos elevemos y miremos también la vida». Porque «cuando estamos a bien con el Señor, estamos a bien con los demás»; y «si los demás son importantes para nosotros, no rechazamos a nadie». Es más, continuó, «todos son importantes, pero especialmente lo que más necesitan». En esta actitud de servicio y entrega, señaló que «cuando estamos a bien con Dios y en la altura de Dios, vamos rápidamente a buscar a los demás».

En segundo lugar, los invitó a mirar como Jesús. «Mirad, mirad este mundo y esta tierra: cómo vive la gente, en qué situaciones de enfrentamientos, de rupturas, de divisiones, de faltas de lo más necesario para vivir…». Asimismo, consideró «cuántos niños, en estos momentos y en tantas partes de la tierra, están muriendo de hambre», y «cuánta gente, por no tener lo mínimo necesario para tomar una medicina, muere también». Dios, subrayó, ha hecho este mundo «para que vivamos como hermanos, nos sintamos como hijos de Dios, nos ayudemos los unos a los otros y seamos capaces de dar la vida por el que más necesita». Por todos los hombres, «sin excepción y sin mirar si piensa lo mismo que yo o cree lo mismo que yo».

Subid, mirad y, en tercer lugar, contemplad. Así, el arzobispo los exhortó a contemplar el triunfo de Cristo por medio de la parábola del Buen Samaritano: «Aquella parábola no pasó de largo; había un hombre tirado, roto, destruido, medio muerto, y aquel hombre –que era Dios mismo– se paró, se agachó, lo miró, lo curó, lo levantó, le prestó la cabalgadura en la que iba Él y lo llevó a una posada para que lo curasen». Pero no se desentendió de Él, sino que «le dijo a la posadera que gastase lo que fuese con tal de que se curase» porque «él volvería otra vez».

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Un Dios que no abandona

El signo más grande es Dios, aseveró, «que no nos ha abandonado». Él «quiere que presentemos su propia vida en nuestra vida en medio de los hombres y de esta historia». Así, los alentó a ser luces en la ciudad y en la archidiócesis de Madrid: «Luces que no tienen luz propia –porque la cogemos de Cristo–, pero luces que, al tener la luz de Cristo, alumbramos de verdad a los demás». Esta tierra y este mundo, concluyó, «necesitan medidas de hombres y mujeres que sean capaces de entregar la luz de Jesucristo, que es la única que cambia el corazón de los hombres».


Palabras del cardenal Osoro en vídeo 

Comunicar la caridad

  • Titulo: Mario Alcudia

Hace unos días tuve la suerte de compartir un encuentro con un nutrido grupo de voluntarios del equipo de comunicación de Cáritas Madrid. El tema propuesto para la reflexión fue El compromiso de la comunicación para la sensibilización de la Iglesia y de la sociedad. Mi testimonio y aliento nacía de mi admiración por el trabajo de esta organización eclesial, la labor de sus voluntarios, su entrega abnegada y su generosa vida puesta al servicio de los demás, una auténtica vocación como el periodismo.

Como en alguna ocasión nos ha recordado Francisco, Cáritas es la caricia de la Iglesia a sus hijos, la ternura, la cercanía; ellos son testigos primarios del amor de la Iglesia, la muestra a través de sus obras de la fuerza del amor cristiano, saliendo al encuentro del que sufre por su pobreza. Cáritas es la sal, la levadura y la luz de la Iglesia; el faro de esperanza para las personas más necesitadas; eso que de forma tan hermosa pide el Papa: optar por una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle pero no enferma por el estancamiento y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.

Cáritas organiza el amor para dar respuesta y acogida al que sufre con obras concretas de misericordia. Por todo ello, ante ese apasionante mensaje les recordaba que la Iglesia vive para comunicar; el Evangelio es Buena Noticia. Y nuestra asignatura pendiente en tantas ocasiones es la comunicación. En el caso de estos voluntarios que se forman en comunicación, ser capaces de que esa enorme tarea sea conocida. Porque, les insistía, la labor de Cáritas tiene implícita una dimensión pública y, por tanto, que precisa ser comunicada con eficacia.

La comunicación es también una posibilidad de servir al hombre. Y esto aún es más importante cuando la experiencia y el bien llega y es conocido por muchos otros. Les pedía un esfuerzo más, capacitarse para comunicar experiencias y testimonios de vida, de entrega y caridad apasionantes; un mensaje capaz de calar mucho mejor en un público en ocasiones alejado que, sin embargo, es capaz de reconocer la labor ingente de la Iglesia en este servicio a la persona.

En este sentido, les pedía que nos ayuden a los comunicadores a acercarnos al fenómeno de la pobreza más allá de momentos puntuales durante el año: la Campaña de los sin Techo, contra el Paro, la Navidad o la presentación de la Memoria Anual… historias fuera del carril periodístico y de los fríos números que ceden el paso a casos de superación, de esfuerzo cotidiano y de esperanza más allá del tratamiento superficial al que estamos acostumbrados. En suma, la lucha por una comunicación verdadera y profunda.

Cáritas tiene un infinito número de historias personales, con nombre y apellidos, gracias al trabajo y la atención desde las parroquias, las vicarías, los servicios de orientación y empleo, los cursos de alfabetización… a través de sus planes de concienciación social, de atención a personas en situación de vulnerabilidad y en riesgo de exclusión social. A todos ellos están llamados a ponerle voz y rostro a través de los medios de comunicación, siendo capaces de ayudarnos a los periodistas a mirar esa realidad con ojos distintos, a apreciar la experiencia humana, construyendo así la auténtica cultura del encuentro a la que nos llama el Papa; porque bien sabemos que las estrategias comunicativas no siempre garantizan la belleza, la bondad y la verdad de la comunicación.

Entre todos, señalaba, estamos llamados a dar testimonio de este rostro de la Iglesia. La comunicación contribuye a dar forma a la vocación misionera de la Iglesia capaz de lograr llevar calor y encender los corazones. Cuánta razón tiene el Pontífice cuando indica que la regeneración de la Iglesia y de la vida cristiana parte del redescubrimiento de la gozosa tarea de vivir y comunicar el Evangelio en la periferia, convirtiéndola en lugar privilegiado para la presencia cristiana.

Sembremos y demos ejemplo con obras y palabras. El testimonio es el inicio de la evangelización que toca el corazón y lo transforma. Ya san Juan Pablo II decía que la fe madura cuando se comunica; en palabras de Francisco, una Iglesia en salida es una Iglesia dispuesta a comunicar. En definitiva, que el reto de la caridad es una urgente invitación a la comunicación.

Santa Maria del Parque celebra '24 horas para el Señor' con el lema 'De ti procede el perdón'

  • Titulo: Infomadrid
  • Firma: Santa Maria del Parque celebra ’24 horas para el Señor’

De ti procede el perdón es el lema con el que la parroquia Santa María del Parque (c/Santa Virgilia, 13) celebrará este fin de semana ’24 horas para el Señor’, en respuesta a la invitación del papa Francisco.

Se desarrollará desde el viernes 9 de marzo a las 12:00 horas hasta el sábado 10, a las 12:00 horas: 24 horas de adoración al Santísimo y sacramento de la reconciliación, con el siguiente programa:

* Viernes 9:

  • De 12:00 a 13:00 horas. Exposición y meditación.
  • De 13:00 a 17:30 horas. Turnos de adoración.
  • 17:30 horas. Vía Crucis.
  • 18:45 horas. Rosario, vísperas y reserva.
  • 19:30 horas. Misa.
  • 20:15 horas. Exposición y charla cuaresmal.
  • De 21:00 a 24:00 horas. Turnos de adoración.

* Sábado 10:

  • De 00:00 a 09:00 horas. Turnos de adoración.
  • A las 09:00 horas: Laudes y meditación.
  • De 10:00 a 12:00 horas. Turnos de adoración.