Madrid

Todos los días, a las 20:00 horas, las campanas de la Real parroquia de San Ginés (Arenal, 13) repican en homenaje a todos los servidores públicos que se juegan la vida en primera línea de batalla contra el coronavirus. Y cinco minutos antes, a las 19:55 horas, las mismas campanas recuerdan con su toque de difuntos durante 90 segundos a todos los que han caído víctimas de esta cruel enfermedad. Desde la parroquia se invita a los feligreses a que, antes de los aplausos por los sanitarios que dan comienzo a las 20:00 horas, eleven una oración por el eterno descanso de tantos compatriotas.

Los sacerdotes de la parroquia siguen celebrando eucaristías durante estos días, sin asistencia de fieles. En ellas pedirán por todos los difuntos que se les encomiende.

Más información en su página web.

Durante la Eucaristía de este lunes, 23 de marzo, retransmitida como todos los días a través del canal de YouTube de la archidiócesis, el cardenal Osoro pidió ayuda a Dios: «Señor, socórrenos. Tú cambias el luto en danzas, te daremos gracias por siempre. Ayúdanos en estos momentos de la vida de nuestra archidiócesis de Madrid».

El arzobispo de Madrid resumió en tres palabras el contenido de las lecturas proclamadas en el IV lunes de Cuaresma: transformar, recibir y curar. En primer término, pidió al Señor que transforme «nuestra vida en alegría», y mostró su certeza de que Dios interviene «para que los sufrimientos no sean los que habiten en nuestro mundo, en nuestra tierra, sino que sea tu vida y tu verdad y tu alegría».

En segundo lugar, recordando las palabras del Evangelio en las que se explica que a Jesús lo recibieron muy bien en Galilea, aseveró que «nosotros hoy lo recibimos también a Jesús, con la convicción total de que tiene fuerza, de que tiene poder, de que tiene la gracia para cambiar lo que está oscuro en una tremenda y abundante claridad».

El purpurado concluyó su homilía con una petición expresa de sanación para aquellos que están padeciendo las consecuencias del coronavirus y que, como el padre del Evangelio cuyo hijo está enfermo, se acercan a Jesús para ser curados: «Señor, que nosotros hoy sintamos estas mismas palabras que tú dijiste a aquel padre: “Tu hijo está curado”».

A causa de la pandemia del Covid-19, la Congregración para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, ha ofrecido indicaciones generales y algunas sugerencias a los obispos para las próximas fiestas pascuales.

• Fecha de la Pascua. No es una fiesta como las demás, por lo que no puede ser trasladada.
• La Misa Crismal. El obispo, valorando el caso concreto de los diversos países, tiene facultad para posponerla.
• Triduo Pascual. Los obispos darán indicaciones, de acuerdo con la Conferencia Episcopal, para que en la iglesia, el obispo y los párrocos celebren los misterios litúrgicos. Avisarán a los fieles a través de los medios de comunicación telemáticos para que lo hagan desde sus propias casas. El Jueves Santo, en la medida de la posibilidad establecida por aquellos a quienes compete, los sacerdotes pueden celebrar la Misa en la Cena del Señor. El lavatorio de pies y la procesión al final de la Misa, se omiten. El Viernes Santo, en la medida de la posibilidad establecida por aquellos a quienes compete, el obispo / el párroco celebra la Pasión del Señor. El Domingo de Pascua, se celebrará la Vigilia Pascual solo en las iglesias catedrales y parroquiales. Para el inicio, se omite el fuego, se enciende el cirio y, omitida la procesión, se hace el pregón pascual. Sigue la “Liturgia de la Palabra”. En la “Liturgia bautismal” solo se renuevan las promesas bautismales.
• Para los monasterios, seminarios y comunidades religiosas, decide el obispo diocesano.