Madrid

La Comunidad de Madrid ha facilitado alimentos a 1.006 familias sin recursos durante el Estado de alarma a través de los ocho centros de participación e integración de inmigrantes (CEPI). Estos mantienen un contacto periódico con las familias que atienden de manera habitual e identifican los hogares con dificultades para el acceso a comida.

Los CEPI, dependientes de la Dirección de Servicios Sociales e Innovación Social de la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad, coordinan la distribución de la ayuda a través de las entidades sociales Remar y Cesal. Esta última gestiona el CEPI de Tetuán, en Madrid.

Estos centros continúan su actividad adaptándose a la situación sanitaria del COVID-19. Desde que comenzó el periodo de confinamiento, han atendido a un total de 9.394 personas de manera telefónica o telemática ofreciendo sus servicios habituales de información y asesoramiento (8.382), asistencia jurídica (262), atención psicológica (411) y orientación laboral (339).

Por otro lado, los centros de Chamartín, Centro-Arganzuela, Tetuán, UseraVillaverde y Leganés mantienen en activo los grupos de apoyo escolar de manera telemática, en los que participan un total de 237 niños, niñas y adolescentes. De esta manera, además de un apoyo a los deberes y la resolución de las dudas que les puedan surgir en las diferentes materias, los educadores potencian el aprendizaje y rendimiento escolar de los alumnos participantes durante el confinamiento.

Asimismo, se mantienen aquellos cursos y talleres que se imparten en los centros y que han podido adaptarse a su realización a través de medios tecnológicos. Más de 204 usuarios han podido seguir dando clases de idiomas, informática, orientación académica y profesional o técnicas de elaboración de currículum vitae y búsqueda activa de empleo.

Los centros de participación e integración de inmigrantes de la Comunidad de Madrid tienen el objetivo de contribuir a la plena inclusión de la población extranjera que residen en la región. En 2019, atendieron a un total de 50.716 personas a través de los diferentes servicios que ofrecen.

Encuesta regional de inmigración

Según los datos de la última Encuesta Regional de Inmigración 2019 realizada por la Consejería de Políticas Sociales reflejan que el 72% de los ciudadanos extranjeros que viven en la Comunidad de Madrid trabaja, el 9% estudia y solo un 15% está actualmente desempleado. Por otro lado, más de la mitad de la población inmigrante cobra más de 1.000 euros al mes y un 43% puede enviar ayuda económica a su familia en su país de origen, con distinta periodicidad.

El Gobierno regional entiende que estos datos muestran que nuestra región, además de ser una diversa y de acogida, es más fuerte económicamente gracias a la población inmigrante. De igual forma, destaca el aumento de 5 puntos en el emprendimiento, ya que un 15% de los encuestados afirma trabajar por cuenta propia frente al 10% que lo hacía en 2016.

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios atiende a más de 200 personas sin hogar en sus centros de Madrid: el Albergue San Juan de Dios y el Centro Santa María de la Paz. Todas en situación de confinamiento durante la cuarentena.

Las personas sin hogar están consideradas población especialmente vulnerable ante la pandemia ya que la mayoría presentan patologías previas.

A esto se suma que los dispositivos de acogida no están preparados para hacer frente a una crisis sanitaria. Son dispositivos de atención social, cuentan con una enfermería para los controles básicos, muy lejos de estar dotados como centros hospitalarios.

Las personas en situación de sin hogar están expuestas a mayores riesgos para la salud debido al estilo de vida obligados a adoptar. Sus condiciones de vida producen un efecto muy perjudicial para su salud dando lugar a enfermedades o cronificando las ya existentes.

Para ambos centros de acogida seguir prestando una atención de calidad a los usuarios del dispositivo es una prioridad y han adoptado todos los protocolos de prevención y control de la infección establecidos por las autoridades, y las personas sin hogar acogidas disponen de toda la información y de las medidas preventivas que han de seguir para minimizar el riesgo de contagio por coronavirus.

Las personas sin hogar acogidas permanecen durante todo el día en los centros, estableciendo planes de atención extraordinarios para dar cobertura a todas las necesidades de los usuarios. Los profesionales les facilitan las gestiones imprescindibles en la medida de sus posibilidades para que no tengan que salir a la calle.

Los Planes de Contingencia cumplen las normas emitidas por Sanidad para casos sospechosos y de aislamiento.

Fundación RedMadre agradece a LEXUS España la aportación de 2.500 euros para las Becas Mamás COVID 19, impulsadas al inicio de la cuarentena para atender las necesidades de 600 madres en situación de extrema vulnerabilidad debido al confinamiento. «Gracias a esta ayuda podremos hacer llegar productos básicos de alimentación e higiene, como pañales, gel, leche, legumbres o aceite a 50 madres, con hijos de 0 a 2 años, y con impacto en las 150 personas que forman sus familias», señala Amaya Azcona, directora general de Fundación RedMadre.

Con motivo del confinamiento por la pandemia de coronavirus, y el consecuente cese de la actividad laborar, Fundación RedMadre, a través de sus 40 asociaciones en España, ha detectado 600 madres con necesidades urgentes. De todas ellas dependen 2.400 personas, las que conforman sus familias. Cada compra tiene un valor medio de 50 €, aunque puede variar hasta los 100 €  dependiendo del número de personas que integren cada núcleo familiar. Las cestas contienen productos de primera necesidad como pasta, arroz, legumbres, aceite, galletas o leche, además de alimentos infantiles, pañales y otros productos de aseo.

«Ante esta situación, decidimos activar la campaña Becas Mamá COVID 19 para poder aliviar a estas madres y a sus familias en la medida de nuestras posibilidades. En una circunstancia como esta, tan excepcional, debemos ofrecer toda la ayuda que podamos, aunque vaya más allá de nuestra labor principal: el acompañamiento emocional, médico y legal a la mujer embarazada con dificultades a causa de su embarazo, así como la ayuda material de enseres de bebé a aquellas madres que lo necesiten», señala la directora general de Fundación RedMadre.

«Prevemos que conforme se desarrolle el confinamiento surgirán nuevas necesidades, más mujeres, con hijos de 0 a 2 años, de las que apoyamos necesitarán esta ayuda extraordinaria, por eso animamos a la sociedad civil a colaborar donando lo que puedan a nuestras Becas Mamá COVID 19, y a aquellas empresas que, como LEXUS España, quieran apoyarnos de forma más concreta pueden contactar con nosotros en el mail Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.», explica.

Quien quiera puede hacer donaciones a través de este enlace.

El obispo auxiliar de Madrid monseñor Jesús Vidal recordó este jueves, en la Eucaristía celebrada en la catedral de la Almudena y retransmitida por YouTube, que los discípulos de Emaús, tras su encuentro con Jesús resucitado, se convierten «ellos mismos en testigos ante los apóstoles» al regresar a Jerusalén. Y estando todos reunidos, Jesús se les aparece para mostrarles «la realidad de su Resurrección; es el mismo que había resucitado, es el mismo cuerpo». De hecho, invita a sus discípulos «que miren sus llagas, sus manos, sus pies, que le toquen, que le palpen, que no es un fantasma, incluso les pide comer».

Pero además, en ese momento Jesús les abre el entendimiento para que comprendan que lo que «ellos están viendo lo que hace es cumplir lo que habían dicho Moisés y los profetas». «La misión del cristiano es ser testigo de esto –explicó el prelado–, y nos podemos preguntar “¿de qué soy testigo yo?”». Para responder a esto, monseñor Vidal remitió a la primera lectura proclamada, en la que Pedro y Juan han curado a un paralítico y los judíos pueden ver que «aquel que ahora estaba andando es el mismo que pedía todos los días en la puerta, y era paralítico». Por lo tanto, «son testigos de una sanación, y que esa sanación ha sido por el poder del nombre de Jesús», que es de quien hablaban las Escrituras.

Hoy, los cristianos somos testigos, por tanto y en palabras del obispo auxiliar, «del poder de la Resurrección. Yo no he visto a Jesús resucitado, pero sí soy testigo de que […] quien acoge a Jesús resucitado en su vida, [esta] ha cambiado». Y este cambio es «concreto», «verdadero, que tiene consecuencias reales externas en un matrimonio que se ha reconciliado, en el amor que ha cambiado entre un hombre y una mujer, en el amor a los hijos, en el amor a los padres, en una capacidad de caridad nueva, en una vocación, una llamada a entregar la vida de una forma singular».

Monseñor Jesús Vidal concluyó planteando una pregunta que «nos tenemos que hacer todos esta semana: ¿de qué eres tú testigo, realmente, de qué puedes tú dar testimonio? Porque el cristiano es aquel que verdaderamente en su vida y en la vida de los que están a su alrededor puede dar testimonio del poder de la Resurrección, la capacidad nueva que tiene Jesucristo para hacernos renacer».