- Titulo: Infomadrid / B. Aragoneses
El nacer de nuevo, del que Jesús habló a Nicodemo tal y como se proclamaba en el Evangelio del lunes de la II semana de Pascua, fue la referencia con la que comenzó el obispo auxiliar monseñor José Cobo su homilía en la Misa retransmitida por YouTube, en la que aseguró que hay gente que «ha pasado una larga noche de crisis, de sufrimiento», y pasada esa experiencia viene un «tiempo de regalo […], una vida distinta con claves distintas».
Estamos en una Pascua, explicó, que es nueva como ninguna: «Podemos entender de forma nueva cómo vivir el confinamiento, cómo vivir la fragilidad no sólo nuestra sino de nuestros hermanos, cómo afrontar la muerte y la vida y cómo afrontar las cosas importantes que el Señor nos da». Y fijando la mirada en Nicodemo indicó que «el mejor legado que podemos recibir es abrirnos para que Cristo nazca de nuevo en nosotros». Como él –a quien Jesucristo le cambió su experiencia de vida de ley a la de vida del Reino de Dios, «le abrió la mente»–, «tendremos que aprender a escuchar al Señor en medio de las noches», salir a buscar y a dialogar con Jesús.
El obispo auxiliar afirmó que el que busca y escucha a Jesús, lo acompaña, como Nicodemo, que lo acompañó hasta la cruz y hasta la tumba, y concretó su seguimiento, y nació de nuevo. «Es posible que cada uno de nosotros renazcamos en la fe» desde la enfermedad, desde la experiencia de pecado. Asimismo, observó el obispo auxiliar, al portar la luz de Jesús en los corazones y llevarla a zonas que no han sido tocadas por Dios «renace la Iglesia», «porque cada vez que cada uno de nosotros cambia, cambia toda la Iglesia».
«Quizá el nacer de nuevo hará que el mundo sea distinto», subrayó el prelado, y aludió a la última carta del Papa Francisco en la que hablaba de una humanidad centrada en la civilización del amor, construida con «ladrillos que creen puentes y no muros». El Santo Padre daba vacunas para este renacer en una humanidad nueva: la caridad, la justicia y la solidaridad. «Es un precioso regalo este nuevo nacimiento al que el Señor nos convoca desde su Espíritu que se nos regala de lo alto», concluyó monseñor Cobo.
