Madrid

En estos tiempos excepcionales que estamos viviendo a causa de la pandemia provocada por el COVID-19 y al Estado de alarma declarado por el Gobierno de España, las parroquias se reinventan para ayudar y acompañar a las familias en estos momentos de necesidad.

Es el caso de la parroquia de San Federico (Alcalde Martín de Alzaga, 21), que intenta mantener el contacto y acompañar a sus feligreses y vecinos a través de todos los medios que están a su alcance. 

Ubicada en el barrio de Valdezarza, una gran parte de la población está integrada por personas mayores, y por jóvenes inmigrantes. Para mantener el contacto con ellos, ha puesto en marcha una cadena de acompañamiento, en tres niveles:

• Enfermos: tanto los que están en sus casas como los que se encuentran hospitalizados. A través del WhatsApp.
• Mayores: mediante llamadas telefónicas que les acompañen y animen en su soledad.
• Ancianos en residencias: personas que han pertenecido a la parroquia y que ahora viven en residencias, donde están confinados. Los agentes de Pastoral de la Salud de la parroquia, que realizaban su seguimiento, mantienen el contacto por teléfono.

Cáritas

La situación de crisis provocada por esta pandemia ha hecho que en la zona aumente el número de familias vulnerables. A las que ya estaban siendo atendidas por la Cáritas parroquial se han sumado otras que nunca habían acudido en demanda de auxilio. En muchos casos son emigrantes empleados en la economía sumergida, que no tenían contrato, y que han perdido su trabajo y carecen de colchón económico o de otro tipo de ayudas. A través de Cáritas, el párroco atiende los casos concretos. Recibe a las familias afectadas, y les ofrece una ayuda, muchas veces en forma de alimentos o de vales para canjear en el supermercado del barrio.

Además, la parroquia ha recibido la donación de una asociación de jóvenes que han proporcionado mascarillas, guantes, gel, toallitas con alcohol, productos de limpieza y alimentos no perecederos. Todo ello se distribuye entre las personas que acuden a solicitar ayuda.

En estos momentos difíciles que estamos viviendo a causa de la pandemia del COVID-19 y el confinamiento por el Estado de alarma declarado por el Gobierno de España, necesitamos más que nunca recuperar el valor de la vida y entender dónde está la verdadera alegría. La Pascua celebra que ambas cosas son posibles siempre y en toda circunstancia, aquí y ahora. 

Por eso, Ediciones Encuentro ofrece un amplio surtido de títulos de su catálogo, pensados especialmente para disfrutar de este tiempo: Cautivados por la alegría, de C. S. Lewis; La querencia de los búhos, de José Jiménez Lozano; Los milagros, de C. S. Lewis; Resucitar, de Christian Bobin; o Ebrietas, de Íñigo Pirfano, son algunas de sus propuestas. Y hoy, Día del Libro, se pueden adquirir con un 10% de descuento.

«Es la primera vez que me veo en la necesidad de llamar a Cáritas, ya no me queda dinero ni comida». Esta es una de las frases con la que llegan gran parte de las personas que están acudiendo a Cáritas Diocesana de Madrid en busca de ayuda social con motivo de la declaración del Estado de alarma por el coronavirus.

Cáritas Diocesana de Madrid ha visto triplicada las solicitudes de ayuda en las últimas semanas. De estas, el 40 % proviene de personas que nunca hasta ahora habían recurrido a Cáritas. El 85 % de estas solicitudes son para la cobertura de necesidades sociales, en su gran mayoría para alimentos, gastos de vivienda y medicinas de familias que no pueden obtenerlas de otra manera.

La declaración del Estado de alarma por la emergencia del coronavirus ha dejado a muchas personas en una situación muy difícil. La Iglesia de Madrid, a través de Cáritas Diocesana, está ofreciendo una respuesta a las diferentes necesidades que el Estado de alarma está dejando a su paso. La entidad ha reorientado toda su actividad para cumplir los criterios de prevención y procurar una respuesta a las necesidades de aquellas personas especialmente afectadas por las consecuencias del COVID -19. 

Personas que acuden a Cáritas por primera vez.  

La realidad que hay detrás de las personas que están atendiendo refleja diferentes situaciones de necesidad. Las personas que acuden a Cáritas por primera vez lo hacen porque se encuentran sin ingreso alguno, bien porque han perdido su empleo o negocio, o porque han enfermado y carecen de ahorros y de apoyo familiar. Prácticamente en su totalidad han recurrido a Cáritas Diocesana de Madrid por temas  de alimentación, medicinas o problemas para pagar su vivienda.  

Además de atender a este colectivo precarizado con motivo de la crisis del coronavirus, Cáritas Diocesana de Madrid sigue manteniendo su red de atención a las personas y familias más vulnerables, que ya estaban en una situación muy difícil antes del Estado de alarma y que ahora han visto agravada aún más su situación.

Personas en situación de soledad o crisis

Además, estos días Cáritas Diocesana de Madrid está recibiendo también un considerable número de peticiones de ayuda por parte de personas en situación de soledad que, sin estar en exclusión social ni de pobreza, se encuentran solas. También son receptores de solicitudes de acompañamiento por parte de personas que están pasando por una situación de crisis por la enfermedad de alguien cercano o de duelo por la pérdida de un ser querido. La Iglesia de Madrid les está ofreciendo apoyo y escucha desde un servicio de acompañamiento telefónico en el que Cáritas Diocesana de Madrid participa junto a la Delegación de Jóvenes, los religiosos Camilos y el Servicio de Atención Religiosa Católica de Urgencia (SARCU).

El despertar de la solidaridad 

Esta crisis también ha despertado un movimiento que parecía adormecido desde la salida de la crisis económica. Gracias a la colaboración y solidaridad de centenares de personas voluntarias, comunidades, entidades colaboradoras, empresas y donantes, Cáritas Diocesana de Madrid está dando respuesta al aumento de las demandas de atención. Su ayuda y generosidad está permitiendo que sea posible seguir acompañando a las personas en situación de riesgo a quienes el coronavirus ha golpeado especialmente.  

La entidad agradece todos los gestos de generosidad y llama a la colaboración para seguir atendiendo a la emergencia social generada por el COVID-19.

Cuenta EMERGENCIA COVID-19 DE Cáritas Diocesana Madrid: ES67 0075 7007 8506 0715 0747 

Bizum Cáritas Diocesana de Madrid - Código: 33645

Más información en este reporataje de Alfa y Omega.

Como dijo la gran escritora Toni Morrison, «Si hay un libro que quieres leer, pero aún no ha sido escrito, entonces tienes que escribirlo». Entreculturas lanza, con motivo del Día del libro, el primer concurso de escritura creativa de cuentos, Un Mundo de Cuento.  El plazo de presentación de cuentos está abierto hasta el viernes 29 de mayo 2020. Aquellas personas interesadas pueden consultar las bases del concurso en este enlace.

Una vez termine el plazo, Entreculturas seleccionará de entre todos los cuentos recibidos a varias obras ganadoras, que se incluirán en una nueva publicación de la línea de edición educativa de Entreculturas que ya cuenta con dos publicaciones anteriores: El Mundo en Juego y Un Mundo de Teatro.

Un Mundo de Cuento

Un Mundo de Cuento propone el cuento como herramienta de enseñanza-aprendizaje y motor de inspiración para una ciudadanía global que imagina y hace posible un mundo de solidaridad, creatividad, inclusión y transformación social. Orientado a edades a partir de los 12 años, con una extensión mínima de 150 palabras y máxima de 900, el cuento debería incluir un mensaje de solidaridad, empatía, compromiso y apoyo mutuo entre lugares diversos del mundo, desde una ciudadanía activa por la defensa de los derechos humanos y el cuidado de la tierra, y se valorará la importancia de incluir relaciones horizontales y de igualdad entre los personajes.

Nos encontramos ante desafíos globales que nos recuerdan que tenemos el derecho y la responsabilidad compartida de cuidar de esta tierra y de las personas y comunidades que convivimos en ella. Los libros, los poemas, los cuentos contados de generación en generación, tienen el poder de abrir los ojos, imaginar realidades más justas, trasladarnos a mundos mejores y posibles, unirnos en diversidad, y transmitir valores de solidaridad, empatía, y acción social.

Cada historia, anécdota y cuento que hemos contado, leído o escuchado durante nuestras vidas ha marcado huellas únicas, de tonalidades diversas, llenando de color y dando forma a quienes somos hoy en día. Desde tiempos remotos se han contado cuentos e historias, entre generaciones, alrededor de comidas compartidas, en escuelas, en la naturaleza, y en infinidad de libros y canciones también. Este legado que mantenemos vivo como una hoguera compartida alrededor del mundo, tiene poderes transformadores: hay historias que emocionan, inspiran, sanan y conectan a las personas. Otras que recuerdan, enseñan y cuidan la memoria de tiempos lejanos. También hay cuentos que nos cambian la mirada, encienden llamas, expanden ideas, y motivan cambios, desde lo más cercano a lo más global. 

«Con Un Mundo de Cuento queremos avivar ese fuego interno que tenemos cada persona y comunidad. Nuestras propias historias de aprendizaje y transformación, además de las de niñas, niños, jóvenes, docentes y escuelas alrededor del mundo, dan sentido a realizar esta recopilación de cuentos. Buscamos recoger cuentos que pongan en palabra las realidades que nos preocupan y queremos transformar, que animen a encontramos con personas diversas, y que nos devuelvan la ilusión como ciudadanía global, convirtiendo las palabras escritas en papel en acciones por ese mundo sostenible, justo e igualitario que soñamos» explica Veda Krüger, Educación no Formal de Entreculturas.