Madrid

Durante esta pandemia provocada por el COVID-19, la Orden de Malta colabora proporcionando 600 comidas al día en Madrid. Una actividad que se enmarca dentro del proyecto Un aliento de esperanza, y que se realiza desde el comedor San Juan Bautista que la entidad tiene en el barrio de Tetuán. Un centro que habitualmente atiende a personas en situación de vulnerabilidad. Aunque en estos tiempos permanece cerrado, cada día acuden al mismo un grupo de voluntarios del equipo de preparación que se encarga de la elaboración de los menús, que colocan en bolsas o cajas. Una vez finalizado su trabajo, el equipo de voluntarios de reparto, con el apoyo de furgonetas de la Orden, hace llegar esa comida a los domicilios de las familias necesitadas.

Un aliento de esperanza

Aliento de Esperanza es una iniciativa puesta en marcha por la Orden de Malta, que surge a raíz de la situación provocada por el COVID-19. El objetivo es seguir trabajando en todos los ámbitos donde habitualmente realizan su labor: salud, alimentación, cuidado y dignidad. En concreto, para paliar los efectos de esta crisis luchan en varios frentes:

• Comedores sociales: en colaboración con distintas empresas y restaurantes, ayudan a los servicios sociales para repartir menús a familias necesitadas. También colaboran con el Banco de Alimentos mediante la compra y entrega de productos.
• Cuerpo sanitario de la Orden de Malta: ofrece apoyo sanitario y distribuye material.
• Protección y cuidado de los mayores que viven en sus residencias. Y atención telefónica a las personas mayores que están solas.

Quien quiera ayudar, puede hacer sus donativos a través de este enlace.

El obispo auxiliar monseñor Jesús Vidal explicó al comienzo de su homilía de las vísperas del III domingo de Pascua, retransmitida por YouTube, que las apariciones de Jesús resucitado que se contemplan en este tiempo de Pascua sirven para «aprender a reconocerle, aprender a verle también hoy», para que «podamos vivir como hijos». Aludiendo al pasaje del Evangelio que se proclamó, el de los discípulos de Emaús, puso de manifiesto el contraste entre el Jesús que les acompaña cuando ellos no le reconocen, y el que desaparece automáticamente cuando le reconocen.

«¿Por qué cuando Él se pone a su lado no eran capaces de reconocerle? Por la dureza de su corazón», explicó monseñor Vidal. Los discípulos de Emaús van discutiendo sobre unos hechos ante los que se sitúan como espectadores: «Han perdido la mirada del discípulo porque han perdido la mirada de la confianza; han dejado de confiar en Jesucristo y su corazón se ha endurecido en su propio punto de vista».

Después, una vez llegados a casa, el hecho de que reconocieran a Jesús en la fracción del pan «nos hace pensar que ellos estuvieron en la última cena»; así, les muestra «algo que hace referencia a la historia que Él ha vivido con ellos, de tal manera que recuperan la mirada del discípulos».

Tiempo de espera

Pero cuando los discípulos de Emaús reconocieron a Jesús, Él desapareció. Esto significa, tal y como expuso el obispo auxiliar, que «nosotros no podemos tener a Jesús como esclavo», y trayendo esta palabra a nuestros días, recordó que, ahora que no hay culto público y «muchas veces experimentamos el dolor de no poder vivir la fe como nosotros querríamos vivirla, de no poder recibir a Jesucristo en los sacramentos, se nos han roto los esquemas y esto nos duele». En el Evangelio, «Jesús desaparece de su vista», y al igual que a María Magdalena le dijo «no me aferres», les muestra que «Él es mucho más que todo esto, que nosotros no podemos meter a Jesucristo en nuestros esquemas, porque entonces dejaríamos de ser discípulos».

Jesucristo va por delante, y es cierto, reconoció el prelado, que «tenemos un hambre grande de volver a las celebraciones comunitarias. Nosotros somos los primeros. ¡Cómo no disfrutaríamos de poder entregaros el cuerpo de Cristo, la reconciliación, de poder encontramos! ¡Cómo no va a ser ese el deseo más ardiente de nuestro corazón! Pero ahora no podemos. Ahora no es lo más prudente. Nuestro obispo verá cuando es el momento más adecuado».

Por tanto, señaló, ahora es tiempo de «esperar y mirar, para aprender qué es lo que Jesucristo nos está diciendo en este momento». Porque a lo mejor ahora, «cuando nuestro corazón está triste, cuando nos sentimos frustrados, cuando vivimos un momento de oscuridad, es cuando Jesucristo está caminando a nuestro lado para enseñarnos algo, para liberarnos de las sospechas que hay en nuestro corazón, para creer que Él está a nuestro lado». En definitiva, y como hicieron los discípulos de Emaús al regresar al cenáculo, se trata de «volver al lugar donde está la Iglesia de los apóstoles para confiar, esperando».

Las parroquias de la unidad pastoral de San Cristòbal de los Ángeles -San Lucas y Nuestra Señora de los Desamparados- han lanzado una campaña de ayuda urgente.

En ella explican que la situación que estamos viviendo a causa del COVID-19 «ha puesto en situación de mayor vulnerabilidad a muchas personas de nuestro barrio», San Cristóbal de los Ángeles. «Un barrio de escasos recursos y con riesgo social que, en este momento, se está maximizando vertiginosamente».

Por eso, varias asociaciones y recursos sociales que trabajan coordinadamente desde hace años han «empezado a trabajar como único ente en la Red de Apoyo Vecinal». A través de la misma, ayudan a la gente que lo solicita, o que ven necesitados. Más de un 90% de la demanda que reciben es de comida y recursos económicos para la compra. El perfil de las personas que acuden es de familias con economía muy al día, que no han cobrado el ERTE, que se han quedado sin contrato o que trabajaban en la economía sumergida.

Además de continuar atendiendo a las familias vulnerables, hasta el momento han prestado ayuda a 123 familias nuevas. «Un total de 361 personas de tercera edad, bebés»... a los que han ayudado con más de 20.000€ en alimentos y productos de higiene para cubrir las necesidades básicas de los próximos 20 días. Un fondo que está prácticamente agotado.

Campaña de ayuda

La Red de Apoyo Vecinal está en contacto con Servicios Sociales del Ayuntamiento, para no duplicar las ayudas y tener «un impacto más amplio y acertado en la realidad económica de las familias del barrio». Cuenta con un equipo de voluntarios, pero para poder continuar realizando su labor han lanzado una campaña en la que piden con urgencia:

• Abastecer de alimentos básicos
• Medicación de Farmacia
• Productos de limpieza e higiene
• Alimentos y productos para bebé entre 0 y 3 años
• Portes para trasladar mucha de esa ayuda.

Quien quiera hacer una aportación económica, puede realizar un ingreso en la cuenta de la parroquia de San Lucas: ES 27 2038 1074 8460 0049 2316

Ante la proximidad del mes de mayo, el Papa Francisco ha dirigido una carta a los fieles en la que les recuerda que se acerca mayo, tiempo en el que «es tradición rezar el rosario en casa, con la familia». Por eso, invita a redescubrir la belleza del rezo de esta oración en casa durante este mes. En su texto, ofrece dos textos de oraciones a la Virgen que se pueden recitar al final de la oración mariana. Más información en este enlace.