Madrid

El sacerdote palentino Luis Ángel Montes Peral, especialista en el evangelio de san Marcos, acaba de publicar en San Pablo un nuevo libro que analiza el relato de la resurrección en la parte final de este evangelio: Cristo ha resucitado. El libro, ya disponible en su versión digital, pertenece a Fuente, una colección que ofrece textos teológicos y exegéticos de autores contemporáneos que están abriendo nuevas vías de investigación y aportando perspectivas novedosas en estos campos. El libro de Montes Peral, Cristo ha resucitado, es un acercamiento literario, teológico, histórico y espiritual a la escena del descubrimiento de la tumba vacía y el anuncio de la Resurrección para volver al centro del evangelio. La vuelta a lo esencial supone comprender lo que significa ser creyente, participando en un auténtico acontecimiento de fe en la historia y en la sociedad como testigos del Resucitado que han experimentado su Pascua.

Escrito en un momento en que la Iglesia actual está viviendo tiempos de incertidumbre y dispersión, que están erosionando gravemente la fe, y publicado en momentos de cambios dramáticos que han impedido, el libro aparece, de momento, en versión digital, a la espera de poder hacerlo también en su edición impresa, dispuesto a engrosas las bibliotecas de todas aquellas personas e instituciones interesadas en conocer y profundizar el conocimiento y la interpretación de los textos bíblicos en general, y el relato de la resurrección en particular.

«En el momento de cambios dramáticos por el que pasamos –dice el autor en el Prólogo–, estamos convocados a vivir ya como resucitados en el presente, que caminan hacia un futuro pleno en el que no habrá llanto, sufrimiento ni muerte. Pero hasta que llegue ese momento, se exige de nosotros un compromiso fuerte para gestar un mundo mejor, compartiendo los mismos valores, por los que Jesús se desgastó y entregó su vida: por la misericordia y la compasión, por la solidaridad y la hermandad, por la igualdad y la justicia, por la ayuda a los necesitados y el servicio a los pequeños. ¡Esa es nuestra auténtica responsabilidad en el aquí y ahora de este singular tiempo de transformación epocal que estamos viviendo! (…). Porque hemos resucitado con Cristo –concluye–, busquemos las cosas de arriba pero sin dejar de obrar en el mundo como Él lo  hizo, que pasó por su tiempo haciendo el bien y entregándose al servicio de los pobres, enfermos y pecadores. En este sentido os deseo que este libro os ayude en el progreso de una vida digna de Cristo y en el crecimiento mediante la puesta en práctica de lo bueno, lo bello, lo agradable a Dios que nos ha traído el Resucitado».

Autor

Luis Ángel Montes Peral, sacerdote palentino especialista en san Marcos, ha escrito tres libros y un buen número de artículos sobre este evangelio. Fue director y profesor de Cristología del Instituto Teológico del Seminario Mayor «San José» de Palencia, durante todo el tiempo de su existencia. Es profesor emérito de Sagradas Escrituras en el Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid. Asimismo dirige el Aula de Teología de la Universidad de Valladolid en el Campus de Palencia. Actualmente coordina el Equipo de la formación del clero de su diócesis y el equipo Regional de la Formación Permanente de los Delegados del Clero de la Iglesia en Castilla. Ha escrito numerosas obras y artículos en revistas especializadas.

El libro está disponible en Amazon en su versión digital.

A la emergencia sanitaria a causa del coronavirus, se suma la profunda crisis económica que está golpeando con más fuerza a personas que previamente vivían en situación de vulnerabilidad: personas sin hogar, familias, inmigrantes a quienes la Comunidad de Sant’Egidio está dando respuestas concretas.

La expresión «en riesgo de exclusión social» cobra un nuevo sentido con la crisis económica derivada de la pandemia. Para muchas personas este «riesgo» se ha convertido en una triste realidad de pobreza y abandono. Personas que han perdido su empleo, han cerrado sus negocios o que vivían de la economía informal, cuidadoras de ancianos que han fallecido por coronavirus y que ahora se ven directamente en la calle. Los rostros del «riesgo de exclusión» se convierten hoy en las caras de la pobreza o la indigencia.

Se trata de un fenómeno generalizado, que se está presenciando en Madrid y en muchas ciudades del mundo. Se están multiplicado las peticiones de ayuda que, cada vez con más frecuencia, son sobre todod de alimentos.

Una respuesta solidaria

Desde la Comunidad de Sant’Egidio en Madrid se están organizando repartos de compras solidarias para los más vulnerables: ancianos que viven solos, personas sin hogar, familias de las Escuelas de la Paz y nuevos europeos que de un día para otro han perdido el sustento ante el cierre de la economía. Guardando todas las medidas de precaución e higiene para evitar la propagación de la enfermedad, cada miércoles, jueves y viernes en la Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas (plaza Dos de Mayo, 11) se ofrece la cena, artículos de aseo y mantas a muchas personas sin hogar o que viven en pequeñas habitaciones- incluso en trasteros- y que en estos momentos sufren grandes dificultades para alimentarse a causa de la crisis.

Los Jóvenes por la Paz y el movimiento Gente de Paz de la Comunidad de Sant’Egidio en Madrid están entregando todas las semanas lotes de comida, que no solo incluyen productos no perecederos, sino también carne, fruta y verdura que permite aliviar la difícil situación de muchas familias madrileñas, que vivían del pequeño comercio o de la venta ambulante. Las familias se están agrupando por la crisis y ahora conviven en grupos de 10-15 personas en pisos minúsculos.

La atención a estas personas está siendo posible gracias a la solidaridad de asociaciones, empresas y personas que están realizando donativos de alimentos, mantas, artículos de aseo y protección, así como contribuciones económicas. Otros también están ofreciendo su tiempo para apoyar en todos los servicios que Sant’Egidio mantiene abiertos durante la pandemia.

Cómo ayudar

Para participar en esta red de solidaridad que la Comunidad de Sant'Egidio ha activado por la pandemia, hay diversas formas:

• Aportación económica
• Donación de artículos de aseo y alimentos en Nuestra Señora de las Maravillas (Miércoles y Viernes de 19:00 a 20:00 horas)
• Participación en los servicios (contactar por formulario web o al mail Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)
• Bocadillos y fruta para los repartos  (Miércoles-Jueves y Viernes de 18:30 a 19:00 horas).

El vicario para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación de la diócesis de Madrid, José Luis Segovia, ha escrito a varias instancias del Gobierno en nombre de la Mesa por la Hospitalidad para mostrar su preocupación por la situación de los inmigrantes y refugiados durante la pandemia del coronavirus, y ha pedido «hacer legal lo que ya es real». «Pensamos que es hora de pedir un mismo trato legal a quien se lo estamos dando real por motivos humanitarios», señala Segovia, poniendo como modelo a Portugal y las indicaciones del Consejo de Europa.

En la misiva explica que «en esta triste y dolorosa realidad de la pandemia, nadie ha pedido papeles para ofrecer asistencia sanitaria, nadie ha escamoteado esfuerzos en ayudar a quien lo necesitaba fuera de donde fuere», y subraya que en el Ejecutivo son «muy conscientes» de esta dura realidad. Fruto de ello han sido, tal y como reconoce el representante de la mesa, la agilización en el tratamiento de los expedientes para que sanitarios extranjeros puedan ejercer y el examen de «la situación de los jóvenes extutelados que van a trabajar en el campo».

Además, se suma a la propuesta de varias medidas legales lanzada por CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), a la que se han adherido ya más de 200 organizaciones, como Cáritas Española, Entreculturas y el Servicio Jesuita a Migrantes España, con el convencimiento de que «todos necesitamos de todos, todos somos responsables y custodios de la suerte de nuestros semejantes». «Todos somos guardianes de los derechos del prójimo», concluye Segovia

Sobre la Mesa por la Hospitalidad

La Mesa por la Hospitalidad de la Iglesia en Madrid, que agrupa al Arzobispado, Cáritas Madrid, CONFER, Pueblos Unidos-SJM, Sercade-Capuchinos, Justicia y Paz Madrid y la Comunidad de Sant'Egidio Madrid, fue convocada en 2015 por el cardenal Osoro para abordar la situación de los refugiados y desplazados que llaman a las puertas de Europa y dar una respuesta conjunta y coordinada desde la Iglesia madrileña.

Para más información, puede consultarse su página web.

El arzobispo de Madrid comenzó su homilía del lunes de la III semana de Pascua en la Eucaristía retransmitida por YouTube pidiendo al Señor, «hoy, con una insistencia quizá especial en este tiempo de la pandemia, “enséñanos tus caminos” y “danos el gozo de encontrarnos con la verdad”», esa que en lo más profundo del corazón busca el ser humano y que se encuentra en Jesús, que es el camino, la verdad y la vida.

El cardenal Carlos Osoro quiso resumir la Palabra de Dios proclamada en tres conceptos: testigos, buscadores y creyentes. «Seamos testigos del Señor –exclamó–, pidámosle que nos dé su sabiduría». Los judíos acusaron a Esteban porque hablaba de Jesús, tal y como se veía en la primera lectura, Este discípulo de Cristo tenía la mirada «fija en Nuestro Señor; un testigo es un hombre o una mujer que está tan convencido de que el único camino que tenemos en la vida para salir adelante es Jesús, y se abraza de tal manera a Jesús, que nada ni nadie lo puede apartar».

El testigo es aquel que, una vez ha descubierto al Señor, «lo busca por todos los sitios, y todas las cosas le remiten al camino de encuentro con el Señor». Quizá la pregunta que surge es «Señor, tú estás aquí?». «Sí, está Jesús, en todos nuestros caminos, en todos los rostros humanos; de una forma patente se identifica con el rostro de aquel que está sufriendo», explicó el purpurado. Este Jesús que «dio de comer a 5.000 te da de comer a ti también, te alimenta», y en estos días de confinamiento, «el alimento también es la Palabra del Señor».

En este Madrid que ahora «parece que ha perdido la belleza», señaló, «está la presencia del Señor, está junto a vosotros». Él es la vida eterna que «se hace palpable en la vida diaria, en ese rostro del hermano al que le doy la mano para levantarlo, al que le doy parte de mi comida para que se pueda alimentar, al que le presto mi vida para que tenga la amistad mía».

Recordando las palabras del Evangelio, el cardenal Osoro indicó que «la obra de Dios es Cristo» y afirmó que «ese creer en Él, ese ponernos en sus manos, ese depositar la confianza en el Señor nos va a hacer salir de esta pandemia». «Y saldremos más aprisa si somos capaces de vivir los unos para los otros, sin condiciones», concluyó.