Madrid

El obispo auxiliar monseñor José Cobo comenzó su homilía de vísperas del domingo del Buen Pastor haciendo en voz alta una pregunta que mucha gente se hace en estos momentos: «¿Dónde está Dios?». La Pascua, explicó, «significa también buscar a Jesús y descubrir en el hoy que Él está entre nosotros», y señaló dos imágenes para encontrar a Jesús en la Pascua. La primera es la del pastor, «que nos hace caer en la cuenta de que quien conduce a la Iglesia es Cristo».

Así, hoy la pregunta que surge es «¿no has escuchado en tu vida la voz de Jesús?», como la de ese pastor que silba a sus ovejas, que ha dicho «¡elígeme!», sin obligaciones, «en la dinámica de la elección y de la respuesta, y una respuesta libre», explicó el obispo auxiliar. «El ésta con nosotros y entre nosotros –resaltó– y como pastor va poniendo personas, mensajeros, instrumentos de su llamada y de su voz» para que le escuchemos.

Él es la puerta

Ahora que estamos en fase de «reconstrucción», señaló el prelado, Jesús da la clave en la segunda figura que nos ofrece: «Si tenemos que reconstruir la vida, la vida de cada uno y la vida de la sociedad, Él es la puerta». Una puerta que abre no sólo a la vida actual sino a la Vida eterna. Y la puerta es pequeña, de la sencillez, como el propio Jesús: «Tendremos que hacernos pequeños para entrar por esta puerta».

También tendremos que «escuchar la voz de Dios», porque Jesús nos busca a cada uno de nosotros, y tomar la decisión de entrar al redil «para ponernos cara a cara ante Jesucristo, que sigue entregándose, poniendo el amor y el servicio como base de su forma de vivir; tomar decisión para hacer de esta fórmula de vida la reconstrucción de nuestra vida y de nuestra sociedad».

Ya dentro del redil, no estamos solos, hay una comunidad de personas de la que el pastor nos llama a formar parte. «Son personas que siguen transmitiendo su voz –recordó monseñor Cobo–. Hoy, que es el día de los héroes, celebramos también a tantos hombres y mujeres que en la historia de nuestra Iglesia han escuchado, han tomado la decisión y han construido comunidad».

Desde el inicio de la pandemia provocada por el COVID-19, el número de familias en situación de necesidad se ha multiplicado.

La parroquia San Juan de Ávila (Fornillos, 9) tenía registradas a unas 106 personas que recibían ayuda puntual antes del comienzo de esta situación. En la actualidad, está atendiendo a 120 familias. Y lo hace de diferentes formas: más de 60 unidades familiares reciben un lote semanal de productos, en su mayoría frescos; y otras 60 perciben un vale mensual de compra para canjear en un supermercado de la zona. Ademas, la parroquia ha tramitado ayuda institucional para 30 familias que han recibido atención desde Cáritas Vicaría V.

Todo esto ha sido posible gracias a la coordinación con el Banco de Alimentos y a las generosas aportaciones de los feligreses.

Culto en el templo

Durante este confinamiento, el templo abre sus puertas todos los días de10:00 a 14:00 horas para que todo el que quiera pueda acudir a rezar. El culto, hasta ahora en privado, ha hecho que la parroquia no pueda celebrar este año la fiesta de su titular, san Juan de Ávila, que la Iglesia conmemora el próximo 10 de mayo, domingo.

Será a partir del día siguiente, lunes 11, cuando el templo pueda abrir sus puertas para las celebraciones. El horario de apertura será el mismo por la mañana, y de 18:00 a 20:00 horas por la tarde. El culto se reanudará con la Misa de las 19:00 horas los días laborables, y de 10:00 y 12:30 horas los domingos. Sin embargo, José Ramón Carrasco, párroco del templo, no descarta aumentar el número de celebraciones dominicales si la afluencia de fieles así lo requiere.

La hermandad de Nuestra Señora del Carmen, patrona del Puente de Vallecas, ha puesto en marcha una iniciativa pionera de caridad en la corporación y en el barrio. Se trata de apadrinar un «ramo solidario de flores».

Y es que estamos en mayo, mes de María y mes de las flores. Tradicionalmente, la hermandad ofrece cada día un ramo de flores a la Virgen del Carmen en su sede canónica, la parroquia de San Ramón Nonato (Melquiades Biencinto, 10). Este año, dadas las circunstancias especiales que estamos viviendo a causa de la pandemia del COVID-19, esto no va a ser posible. Por eso, invitan a adquirir un ramo virtual solidario. Los donativos sugeridos son: 10€ para la compra de aceite; 4€ para huevos; y 3€ para leche.

Quien quiera colaborar, puede enviar el dinero mediante transferencia a la cuenta de la hermandad:

IBAN ES44 2038 1004 7730 0944 3041 - BANKIA

Beneficiario: hermandad Virgen del Carmen- Puente de Vallecas.

Todo el dinero recaudado se invertirá en la compra de aceite, leche y huevos para el comedor parroquial San José.

«La vida cristiana consiste en un discipulado», comenzó diciendo el obispo auxiliar de Madrid monseñor Jesús Vidal el jueves de la III semana de Pascua, durante la Eucaristía retransmitida por YouTube desde la catedral. Y añadió: «Es habernos encontrado con Jesucristo resucitado, y haber encontrado en Él un amor que atrae nuestro corazón y que nos pone a seguirle».

Monseñor Vidal recordó que los cristianos «no hemos llegado a Cristo por una decisión personal», sino que ha habido antes una «atracción» a Jesucristo. Es la historia del eunuco y su encuentro con Felipe, «que le presenta a Jesucristo», y la atracción es tal que pide el bautismo inmediatamente.

El prelado destacó la importancia de escuchar y aprender del Padre «para recibir la vida eterna». «Es el Espíritu Santo el que nos va formando en Cristo», aseguró, y matizó que el aprendizaje no es puramente intelectual sino «de formar la persona, conformar la persona con Cristo». La fe, en palabras del obispo auxiliar, es por tanto «la aceptación y la acogida de esa atracción» despertada a través de signos concretos y pequeños, como el testimonio de personas que nos rodean o incluso algo de carácter religioso que se haya visto por televisión.

Acoger esta atracción lleva al seguimiento a Jesucristo, y esto va configurando la vida: «Necesitamos que se vaya creando la conciencia cristiana para no vivir un cristianismo solo en las formas: voy a Misa, hago oración, recibo sacramentos, como actos externos pero que no conforman en mí el corazón de Cristo», concluyó monseñor Jesús Vidal.