Madrid

Aunque el Gobierno ha anunciado este viernes, 15 de mayo, que Madrid se va a mantener en la fase 0 del plan de desconfinamiento, también ha detallado que se podrá retomar las Misas con público con un tercio del aforo la próxima semana. Así lo harán los templos de la diócesis, que llevan días preparándose para esta posibilidad.

Atendiendo a las pautas fijadas por la Conferencia Episcopal Española, se mantiene la dispensa del precepto dominical y se sugiere a personas de riesgo, mayores y enfermos que se queden en casa y sigan las celebraciones por los medios de comunicación o internet, pero, a partir del próximo lunes, 18 de mayo, se permite «la asistencia grupal, pero no masiva, sin superar el tercio del aforo», y se pide cuidar especialmente el «acompañamiento de las familias en su duelo».

A fin de evitar aglomeraciones y garantizar que se respetan las distancias de seguridad, se van a organizar la apertura y el cierre de las iglesias, al tiempo que se recomienda que, en caso de ser «necesario y posible», se aumente el número de celebraciones.

También va a ser obligatorio que los fieles usen mascarilla, las pilas de agua bendita continuarán vacías y se ofrerá gel desinfectante antes y después. Además, el facultativo gesto de paz se sustituirá por uno sin contacto; la comunión se recomienda en la mano; se evitarán los coros, reduciendo la música a un solo cantor; no se distribuirán hojas parroquiales ni ningún otro objeto, y el cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino a la salida de Misa.

El Arzobispado ha preparado unos carteles con las medidas clave para que las parroquias puedan colocarlos en sus tablones de anuncios y en sus accesos:

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Mascarillas por la fe

Consciente de que garantizar la salud pública es «un deber moral de justicia y de caridad» –en palabras cardenal Carlos Osoro–, el Arzobispado de Madrid ha lanzado la campaña Mascarillas por la fe para contribuir a la adquisición de material de protección para los 1.700 sacerdotes con encargo pastoral, los voluntarios y los fieles que acuden a las iglesias.

Desde el pasado miércoles, quien desee colaborar puede acceder a la página web mascarillasporlafe.org y hacer un donativo que se destinará íntegramente a la compra de mascarillas, tanto FFP2 como quirúrgicas, u otro material sanitario para su posterior distribución en las 479 parroquias de las archidiócesis, según sus necesidades.

Quienes quieran donar directamente material pueden escribir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., y aquellos que quieran colaborar en la distribución o en tareas de acondicionamiento de templos pueden escribir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

Desde el inicio de esta crisis provocada por la pandemia del COVID-19, ha aumentado el número de familias en situación de necesidad.

La parroquia Asunción de Nuestra Señora (Camino de Valladolid, 26) de Torrelodones, mantiene el seguimiento a las familias que ya acudían a cáritas antes del comienzo del confinamiento.

Y es que las nuevas situaciones surgidas en la localidad se están atendiendo desde Servicios Sociales. Con sede en el ayuntamiento de la localidad, están dando respuesta a las demandas que surgen en los municipios de Hoyo de Manzanares, Alpedrete, Moralzarzal y Torrelodones.

El párroco, Miguel Antonio Ruiz Ontañón, explica que «aún no hemos vivido una situación complicada. Desde Servicios Sociales valoran cada caso y, si necesitan ayuda, nos la piden. Pero funcionan muy bien y disponen de medios para dar respuesta, de momento. No han venido casos nuevos, pero vendrán, porque mucha gente ha tirado de sus ahorros, y se van a presentar situaciones de necesidad».

Como capellán del Hospital HM de Torrelodones, que tuvo que duplicar el número de camas para poder atender a todos los enfermos de coronavirus que llegaban, asegura que ha vivido situaciones muy duras. «Ha habido días que he atendido a 17 pacientes, para dar la unción». Como positivo, destaca la actuación del personal sanitario del centro, «que se han portado muy bien».

Desde el inicio de esta situación excepcional que estamos viviendo a causa de la pandemia provocada por el COVID-19, el número de familias en situación de necesidad se ha disparado.

La parroquia de Santa Matilde (López de Hoyos, 166) hacía un seguimiento regular a unas 40 familias. Al inicio del confinamiento, y para atender las nuevas demandas que llegaban, el párroco, Antonio Fernández, recurrió a la técnica del apadrinamiento, por el que familias de la parroquia se encargaban de hacer la compra a otras más necesitadas.

Sin embargo, ante el aluvión de peticiones, decidió cambiar el sistema. Así, desde hace un mes, la parroquia se ha convertido en el centro de recepción de las nuevas situaciones surgidas en Prosperidad, una zona en la que la inmigración también está presente, y cuyas unidades familiares son las más afectadas en estos momentos. El objetivo es que cada una de las parroquias del arciprestazgo del Sagrado Corazón -Sagrado Corazón, Santa Matilde, San MIguel de los Santos, Nuestra Señora del Santísimo Sacramento y San Antonio María Claret- intente atender a las familias que ya acudian a la cáritas parroquial en busca de ayuda, y se  deriven las nuevas a Santa Matilde.

Hasta el momento, unas 450 familias han recibido un lote mensual de alimentos desde la parroquia. El primer reparto comenzó hace un mes, el Martes Santo. Desde entonces, y ante el incremento de peticiones, se vieron obligados a aumentar los días de distribución de alimentos: por eso, en la semana de Pascua hubo dos, y desde hace tres semanas se entregan los lotes a lo largo de tres jornadas. Con esto, más de 30 familias por día reciben productos para todo el mes.

Los voluntarios de las cáritas parroquiales son los encargados de atender las peticiones vía telefónica, y de organizar las citas. Un grupo de 15 jóvenes, universitarios y de Bachillerato, se turnan para preparar los lotes de comida y entregarlos, respetando las normas de seguridad establecidas por las autoridades sanitarias. 

Los productos, en su mayoría perecederos, aunque también alguno fresco, proceden del Banco de Alimentos de Alcalá de Henares. Miembros de Bomberos Sin Fronteras acuden a recoger el cargamento, y lo trasladan a la parroquia. Hoy está prevista una entrega en el templo de 2000 kilos, cantidad que no es suficiente para atender la demanda de las 100 familias que acuden cada semana a por un lote mensual de alimentos. Por eso, la parroquia lo complementa con donaciones de particulares, tanto en metálico como en especie.

Además, desde hace dos semanas, cada día de reparto se están entregando unas 200 comidas elaboradas, gracias a la generosidad de la ONG World Central Kitchen, del cocinero José Andrés. Lo que supone un complemento y refuerzo para cada unidad familiar.

Culto con fieles

La parroquia Santa Matilde se está preparando para cuando sea posible abrir el culto a los fieles. Así, el templo se está adaptando a las circunstancias siguiendo las indicaciones de la Conferencia Episcopal Española.

Por eso, han señalizado los bancos con cintas para que los fieles puedan ver los puestos señalados. El aforo previsto para esta fase 1 de la desescalada es de 48 personas en la planta baja, 22 en el coro y 30 en el patio, donde podrán seguir las celebraciones sentados en sillas.

Además, se ha instalado gel en la entrada del templo, para que los fieles puedan desinfectarse las manos. Y un voluntario, con guantes y mascarilla, los distribuirá antes de la Comunión.

Para facilitar que un mayor número de fieles puedan acceder a las celebraciones, la parroquia aumentará el culto habitual incorporando una Eucaristía los sábados a las 20:00 horas, y dos misas los domingos: a las 10:30 y a las 20:00 horas.

El obispo auxiliar de Madrid monseñor Jesús Vidal destacó este miércoles de la IV semana de Pascua, en la Misa retransmitida por YouTube, los tres nombres con los que se identificaba a Dios en la oración colecta y que «reflejan muy bien lo que significa que Jesús es la luz de nuestra vida: vida de los fieles, gloria de los humildes y felicidad de los justos».

Monseñor Vidal equiparó estas tres invocaciones con tres bienaventuranzas. Bienaventurados los fieles, porque tendrán «la vida de Dios». Bienaventurados los humildes, que son aquellos que no tienen luz propia, que «parecería que no tienen grandísimos talentos, que no tienen grandísimos bienes», y que son todo lo contrario al soberbio, recordó, que confía «en todo lo que puede hacer por él mismo». Para los humildes –que no ponen el foco en su propia fuerza–, «Dios será su luz; la gloria es la irradiación, el reflejo de la vida de Dios».

Y por último, explicó el prelado, bienaventurados los justos, «los que viven en la verdad, porque su vida llegará a ser plena». «Que cada uno de los que escucháis esta Palabra os convirtáis en luz para los que están a vuestro alrededor. Que el Señor, por la intercesión de María, nuestra Madre la Virgen, nos lo conceda hoy», concluyó.