Raquel Sánchez, asistenta social responsable de la Cáritas interparroquial de El Escorial y de San Lorenzo de El Escorial, asegura que la crisis provocada por el COVID-19 en las dos localidades ha hecho que en estos momentos «se esté atendiendo a un 60% más de casos. Unas 200 familias de los dos pueblos están recibiendo ayuda a través de la Cáritas parroquial».
Antes del comienzo de esta crisis, «se hacía un seguimiento a unas 50 unidades familiares vulnerables de la zona» cuyo perfil respondía al de «personas con ingresos reducidos procedentes de ayudas sociales».
Las nuevas situaciones surgidas «son personas que se han quedado en paro a consecuencia de esta situación. No eran habituales de Cáritas, pero están en situación de ERTE sin cobrar, o han perdido el empleo. Gente que trabajaba en la construcción o en el servicio doméstico, y que tienen gastos que pagar, pero no tienen ingresos».
Acción social
Durante la pandemia, esta Cáritas interparroquial ha seguido funcionando para poder responder a todas las demandas. «En la fase más compleja, la atención fue telefónica. Después, pasó a ser presencial, con 10 personas encargadas de hacer los lotes de comida, y de entregar las bolsas. Y cuatro en el equipo de acogida». Ahora, se acaban de sumar tres voluntarios, «para poder llegar a todos».
«Nos hemos centrado sobre todo en la alimentación», asegura Raquel Sánchez. Las familias han recibido un lote mensual de productos no perecederos. «Cuando teníamos fruta y verdura, hacíamos un reparto excepcional». Además, durante mes y medio un buen número de familias se han beneficiado del reparto de menús diarios.
Todo esto ha sido posible gracias a la colaboración con el Banco de Alimentos; a las campañas solidarias realizadas a través de los supermercados de las dos localidades, la segunda de las cuales ha tenido lugar este fin de semana; a un convenio con el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial; o las donaciones de un grupo de jóvenes de Pozuelo a través de la campaña YoXTi.
